03. I ncomprensible tu forma de actuar
Presente, día del acontecimiento.
POV VALERIAN
Lyana se había marchado con demasiada rapidez ese día, incluso me atrevo a decir que estaba hiperactiva antes del viaje; la acompañé a su lugar de trabajo el día de hoy, y me despedí de ella con un extraño sentimiento ¿Por qué sigo mintiéndome? ¿Por qué aun no le encaro? ¿Tanto miedo tengo que se vaya de mi lado?
Capaz hay una mínima posibilidad, mínima, que ella no me esté engañando.
Dios, realmente quiero pensar así
Miro a mi habitación y cama vacía.
La fiebre ya había pasado, aunque seguí sintiéndome mal por todo esto, y lo mínimo que esperaba de ella es que me contara la verdad y sus razones para hacerlo, no quería enfrentar todo esto por teléfono y por ello quise llegar a esa conversación después de su jornada.
—¿Qué es esto? —Le pregunto a la nada viendo su Tablet en el suelo ¿Acaso no necesita esto hoy?
La tomo entre mis manos y la enciendo, desde allí visualizo un mensaje, con solo ver emisor me es incapaz de ignorarlo.
Con una curiosidad palpable me atrevo a abrirlo y leo su breve contenido.
Teddy bear:
No soporto la espera, ya quiero ver a mi amore pronto y tener una grandiosa noche, dame el mejor de los regalos ¡Hoy quiero tenerlo todo!
¿Escucharon eso?
Fue mi corazón partirse más de lo que ya está.
Me muerdo el labio inferior y dejo la Tablet a un lado. Realmente ¿podría ser un mal entendido? ¿Cómo no se puede malinterpretar esto?
Un nuevo sonido me alerta que otro mensaje llegó y me muerdo la uña de la ansiedad que me produce.
Abro esta vez el chat, y observo una foto adjunta de un ramo de rosas, muy familiares.
Teddy bear
¿Te gustó mi regalo? Es para darte ánimos ¡Nos divertiremos en Milán!
Es ese jodido chico...
Tiro la Tablet al suelo, sin importarme sí se rompe o no.
Pero honestamente, ya no lo soporto.
Reúno todas las fuerzas que me falta para ir a confirmar la última prueba que tenía, algo dentro de mí lo sabía desde hace semanas, pero esta es la última esperanza que tengo.
Para buscar la última prueba tendría que llegar al trabajo de mi pareja.
Y es justo lo que haría.
—Hola buenos días —Digo cuando veo a una de sus compañeras —. Soy Valerian, Lyana dejó su Tablet en casa.
La chica pelirroja detrás del mostrador me observa para escanearme y luego sonríe con amabilidad
—Claro ¿Gonzales Valerian?
—El mismo.
Me avisa que pase a una habitación, con otras tres chicas trabajando con productos de maquillaje, supongo que también son compañeras de Lyana.
—Allá está su escritorio, por favor déjelo ahí.
—Gracias —Le digo, haciéndolo—. Y eh... ¿Lyana dónde está? ¿Sigue trabajando en el departamento de corte y costura?
Ella me miró con confusión.
—¿Corte y costura? ¿Por qué estaría ahí?
—Si... —Expreso, extrañado por su poco conocimiento acerca el tema—. Me contó que ha estado trabajando allá toda la semana
—Que yo sepa... —Le echa una mirada a sus compañeras antes de acercarse hacia mí y bajar la voz—. Lyana debería estar con nosotras, ella tenía que maquillar a Cloez, una modelo, pero ha estado toda la mañana en el departamento de dibujo haciendo quien sabe que ¿Cierto Cloe?
La recién llamada hace un además para que dejarán de maquillarle y al instante que me ve, sonríe
—Sí, me dejó embarcada, algo para nada profesional —Suspira—. ¿Qué será más importante que el trabajo?
Trago grueso.
—¿Me quieres decir que ella no está trabajando?
Una de las chicas que recién llamaron como cloé, morena y pelo negro, se levanta y muestra algo pegado en la pared.
—Todas aquí —Cuenta —. Preferimos tomar vacaciones para mediados del año, pero... sólo ella decidió adelantarlas; ella y nuestro mangaka nuevo
Mira hacia su compañera
—Ellos dos se la han pasado muy juntitos ¿No?
—Eso parece... —Cuenta la que me atendió con timidez
—¿Mangaka nuevo? —pregunto interesado — ¿Qué sabes sobre el viaje a Milán?
—¿Milán? —Se miran entre ellas—. No sabemos nada, o bueno... Creo que el mangaka tenía programado un viaje hoy.
Que casualidad, los dos viajan hoy.
"Esta noche quiero tenerlo todo"
Quiero golpear a alguien, y más aún sí es la cara de ese idiota.
—Ey —Le llama la pelirroja —. No puedes darles esa información a desconocidos
—¿Desconocidos? Él es el novio de Lyana ¿No tiene derecho a saber dónde se encuentra?
Interrumpo.
—¿Qué decían del magaka?
—Oh, ya que me recuerdas —Dice la pelirroja viendo a la morena—. Ella se la ha pasado tanto en el departamento de dibujo que, corren muchos rumores por aquí desde que el chico se volvió famoso.
Ese dato es como una de las tantas estacas que ha sufrido mi corazón
—¿Quién es el? —Pregunto casi desesperado
—Es nuestro mangaka, podrás conocerlo en unos días que lo presenten a la prensa
—¿Por casualidad tiene cabello negro y largo?
La chica abre los ojos y sonríe, al mismo tiempo que chasquea los dedos
—Ese mismo —Me miras confusa—. ¿Ya lo conoces?
Me pasa las obras de dicho sujeto, indicándome con su dedo índice todo su trabajo.
—¿Hay rumores? —Pregunto—. ¿Sobre qué?
—Pues, de que se gustan —Cuenta la morena—. Ambos son solteros, está más que claro que era el momento perfecto para pasar un tiempo a solas...—me mira dándose cuenta de su error—. Oh mierda, lo siento, a veces no sé cómo callarme
Luego de sus palabras me aparece un tic en el ojo ¿Este era trabajo o simplemente una escapada con tu amante?
—Cloé —Le regaña la pelirroja—. No asumas cosas que no sabes.
—En definitiva, fueron los únicos que adelantaron vacaciones —Sigue la morena, toma la tableta entre sus manos, sin mostrármelo, pero leyendo los dos nombres con rapidez—. Sabrá Dios qué estarán tramando, pero ¿Quiénes somos nosotros para juzgar?
Se llama Elaxel, la persona con quien Lyana se veía y escribía frecuentemente.
Creo que ya todo está bastante claro, hay muchas pruebas y cero dudas.
—Gracias por su ayuda. —Le expreso seco y me voy del edificio después de haber cumplido mi parte.
Camino con rapidez hacia la salida del edificio.
¿Por qué tratar de esconder esas cartas?
¿Por qué verse a escondidas con otro?
¿Por qué no contarme que ya no me amaba?
—No, tengo que llamarla.
Y eso hago, la llamo para tratar de entender, porque aún no me cabe en la cabeza que ella esté haciendo esta mierda. El teléfono repica y repica, no contesta.
Me vuelvo ansioso mientras camino hacia donde mis pies me guían, mis manos sudan y me detengo para quedarme con los ojos cerrados por un buen rato, procesando todo.
Vuelvo a intentar llamarle y dentro de unos segundos que me parecen eternos y muchos intentos fallidos, por fin contesta, justo cuando estoy llegando a un banco de madera cercano a orillas de la calle.
—¿Lyana? Contesta, porfa—Le digo con rapidez —. Tengo algo que decir y es urgente, de verdad, ya no quiero mentirme más.
Suelto un suspiro, está bien, solo tengo que pedir hablar, es lo más lógico y maduro.
—Hola —Escucho una voz diferente a la de mi novia y es imposible que esa voz no pueda reconocerla—. Lyana... está ocupada ahora mismo y no puede atenderte, llámala más tarde.
—¿Qué? —El enojo se apodera de mi cada vez más, porque, aunque no quisiera indirectamente me había confirmado las dudas. Estaba con él, hoy me mintió que iría al trabajo, pero en realidad esta con él, mierda, todo es verdad.—. ¿Otra vez tu? ¿Qué mierda haces allí?
Cuelga y no deja que termine, eso me da aún más motivos para creer.
estaba tan confuso por su acciones y tan enfadado al respecto, pero sobre todo me sentía como la gran mierda; usado como la puta basura.
Le doy una patada con fuerza a un asiento de madera cercano a mí, tenía tantas ganas de desquitarme con alguien en este mismo momento; Ella me estaba engañando, aunque le dediqué todo.
Me siento en la banca, dejándome caer.
—No es que quiera meterme en tus asuntos, pero... me dolió cuando pateaste el asiento ¿Sabes?
Giro mi cabeza y me encuentro a un niño de catorce o tal vez menos, bebiendo jugo de su pajita
—Lo lamento
—No pasa nada —Me cuenta—. Supongo que todos pasamos por malos días, yo también los he tenido.
Já.
—Creo que no se puede comparar a tus malos días —Soy sarcástico y lo miro, su cabello es negro y de piel clara—. ¿Por qué puedes preocuparte a tu edad? ¿No estar a la última moda? ¿Reprobar exámenes?
—Tal vez... —Titubea—. ¿Estar enfermo y con el miedo de abandonar este mundo en cualquier momento? —Me corta al instante, lo miro con sorpresa y me quedo totalmente callado ante esa respuesta y él me mira con una sonrisa en sus labios—. ¿Eso llena tus expectativas?
—Lo lamento, no quise ser grosero. —Mierda, ahora un niño tiene más madurez que yo
Lo veo asentir.
—Cuando tengas un mal día, hazte esta pregunta. —Se termina su jugo y guarda el cartón en su bolso—. ¿Qué pasaría si la persona que más amas deja de respirar de un momento a otro?
¿Si deja de respirar? Me sentiría....
Niega varias veces con lentitud.
—Nada será más doloroso que perder completamente a ese alguien —Señala con el índice—. y hace que todo lo demás sea insignificante comparado a eso.
Me quedo sin nada que objetar.
—Hay que disfrutar la vida a pesar de todo.
—Niño ¿Quién eres tú?
Me mira
—¿Eso es importante?
—Me resultas familiar...
—Entonces —Se levanta y se limpia los pantalones—. ¿te he ayudado? —Ignora mi comentario —. La verdad es que me escapé de la primera clase de secundaria, probablemente mi mamá le estará dando un infarto cuando la profesora le avise que no estoy, así que me voy primero.
Me quedo en un trance pensando sus palabras y cuando consigo una respuesta, él ya se había marchado.
En eso, mi teléfono baila en mi bolsillo y me doy cuenta que es ella, nuevamente.
Con un nudo en mi garganta, tomo la decisión de hacer lo correcto, ya era hora. Me levanto y camino por la cera con rapidez, llevo el teléfono a la oreja y tomo un respiro largo.
—Ey, discúlpame amor, fui a almorzar y se me olvido el teléfono.
—Lyana. —Le digo seco
—¿Qué pasa? Me parece muy raro que me llames
—Yo quiero decirte algo importante.
—Uy, estoy en plena avenida... por cierto, muchas gracias por traerme la tablet, me han llamado y...
Ni siquiera me escucha.
—¿No tienes nada que decirme? —Le interrumpo con muchas emociones mezcladas, como si fuese una bomba explotando, nuevamente mi visión vuelve a verse borrosa por mis lagrimas
—No... —Responde nerviosa por mi cambio de actitud, hasta la he oído titubear—. ¿Por qué lo dices?
¿Por qué mentirme? Habría sido más fácil si fuésemos terminado hace meses atrás cuando decidió estar en otra relación, porque sí, ese chico ya estaba desde antes.
—olvidalo.
Pero el cobarde que habita dentro de mi sale a flote, mientras pienso en dejarlo como está y darle otra oportunidad para intentar arreglar esto, sin embargo, una idea llega veloz a mi mente, sacándome de mis propios pensamientos masoquistas.
Lo peor que puede pasar es que la persona que más amas, deje de respirar.
Ella estará bien y yo también lo estaré, terminar no será lo peor, puedo superarlo...
—¿Valerian? —Me dice por medio de su móvil—. ¿Estás... ahí? ¿Qué pasa?
Y en lo más profundo de mi ser, salen las palabras que más duelen
—T-Terminemos.
Realmente te amo... pero cuando me has mentido todo se acabó, incluso mi confianza hacia ti, no puedo simplemente ignorar esto, pero por favor mantente saludable o me destrozaré por completo.
La línea queda en silencio y observo como la calle comienza a llenarse de automóviles.
—¿Qué?
—¿Por cuánto tiempo creías que esto seguiría? ¿Por qué me has mentido de esta forma? —Le pregunto dolido —. Acaso ¿Ni siquiera pensaste en lo mucho que esto me afectaría?
—Valerian hablemos ¿Estas en el departamento de estilismo? Estoy cerca, espérame.
—¿Quieres decir que todo es verdad? ¿Realmente lo has hecho? Lo que me dijeron tus compañeras es...
Hay un largo silencio en el que no decimos absolutamente nada, y para mí, ya es una respuesta demasiado dolorosa de escuchar.
—Valerian... Suena demasiado egoísta, pero no quiero perderte. —Escucho como se suena la nariz—. Lo lamento, no quería que te enteraras de esa manera... pero... deberías pensarlo al menos por un tiempo, tal vez fue un error de mi parte, aun así, piensa sobre esta relación, yo...
¿Tal vez? ¿En realidad dijo eso?
Siento una tristeza invadir mi ser ¿Cómo podía pedirme algo así? ¿Es una insensible? No, no puedo.
Ya está, hemos estirado la liga hasta que se rompió, no hay marcha atrás.
—No me llames, no me busques —Le digo, tratando de mantenerme firme y pronunciar lo mejor posible—. Cuando regreses ya me habré ido del piso, no te preocupes.
—Valerian, no es para tanto, por favor escúchame...
—Realmente me has decepcionado.
Respiro lentamente olvidándome de todo lo que había ocurrido en estos años y me despido de todo lo que alguna vez me hizo feliz.
—Valerian...
Se escucha un ruido ensordecedor, la llamada se corta y pierdo toda comunicación con ella.
—¿Lyana? —Le digo, aunque es inútil, me ha cortado.
Puff ¿No debería ser yo quien se enoje?
Miro hacia mi alrededor buscando algo que no sé. Estoy cerca de su paradero... Pero ya no hay razones para encontrarme con ella... Tampoco tengo ganas de ir al trabajo y me he dejado el coche en casa.
Camino con rapidez en las calles, en eso escucho demasiado ruido y hecho una mirada para allá. un grupo grande de personas estaba reunido casi en el medio de la calle y parecían estar alterados.
Estoy dispuesto a pasar de largo, pero recuerdo lo que me dijo en plena llamada y como terminó esta.
Uy, estoy en plena avenida...
El corazón se me detiene por un momento al recordar sus palabras.
Lo peor que puede pasar...
Corro con todas mis fuerzas para llegar a la multitud, rezando con todas mis fuerzas para que no sea lo que estoy pensando.
—Los paramédicos ya están aquí.
—Permiso —Digo tratando de llegar al centro, abriéndome paso.
—No creo que siga con vida —Escucho decir de alguien a lo lejos—. su cabeza se golpeó muy fuerte.
Me colgó o ¿La llamada se cortó abruptamente?
—P-Permiso. —digo cada vez poniéndome más y más nervioso
—¿Fue un conductor ebrio?
—No, he visto claramente cómo se echó al carro, fue suicidio.
Me hago un lado en la multitud y mi alma abandona mi cuerpo cuando veo al cuerpo de paramédicos tratando de recuperarla
—El conductor venía a mucha velocidad porque el semáforo estaba en verde.
Su sangre... su sangre estaba derramada en el pavimento.
—¿Conoces a la chica? —Me pregunta uno de ellos cuando nota mi reacción, pero estoy en trance, aun no proceso lo que mis ojos ven.
Lyana, mi chica; ensangrentada en el pavimento de la calle; ojos cerrados, con muchos hematomas y tenía una grandísima herida en su cabeza.
—¿Ella esta... viva? —Murmuro aunque soy incapaz de hacer un movimiento
—Lo lamento...
No...
Mi corazón parece estrujarse.
Lo peor que puede pasar...
—Su cabeza se golpeó muy fuerte con el pavimento... la estarán montando en la ambulancia, pero si le soy sincero, no hay muchas probabilidades.
Lo peor que puede pasar es que la persona que más amas, deje de respirar.
→──✦──←
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro