Inocente y Dulce Omega
Un callejón sucio, oscuro y aislado, dio a vista a varias figuras que formaban un círculo alrededor de una persona, tirada en el suelo, cubierto de polvo y magullones en los brazos y rostro.
De sus labios escurría una línea de sangre brillante, las feromonas a Alfa inundaron el callejón, mezcladas con el olor a sangre.
Sentado en la tapadera de un bote de basura, había otra figura, una paleta en su mano derecha y una navaja en la izquierda, su cabello estaba amarrado en una coleta alta, vestía una camisa blanca grande y unos vaqueros azules, unos tenis nike cubrían sus pies, en movimientos.
La persona en el suelo estaba jadeando fuertemente, había una fría mirada en sus ojos, furia y envidia. Una risa clara resonó en todo el callejón.
— Debisteis pensar antes de actuar, tsk, tsk, tan estupido. —Una voz joven y cálida, abandono la garganta del joven prístino, que yacía aún sentado sobre la tapa del bote de basura.
— T-tu... Fingiste todo... Pen-pense... —Sus palabras se detenían entre jadeos.
El joven salto de la tapa, sus pasos resonaron en la oscuridad, sus pasos se detuvieron a unos cuantos centímetros del hombre en el suelo.
— Una basura como tú, jejeje, nunca podría ponerme ni siquiera un dedo encima... Tú vida es tan insignificante. —El chico hablo con soltura, la navaja en su mano y la paleta cerca de sus labios.
— Ja, no-no puedes... Hacerme na-nada... —Replico el hombre, en el suelo, jadeando dolorosamente.
El joven de coleta de caballo sonrió de lado, se llevó la paleta a la boca y la saboreo, se agachó y colocó la navaja en la mejilla del hombre, creando un trazó hasta casi uno de sus ojos, las gotas de sangre no se hicieron esperar, el hombre se retorció en el suelo.
— Tú cierras la boca, y no me deshago de tí, tú abres la boca y serás Alfa muerto —Amanazo el chico, creando el sonido de un 'plop' cuando saco la paleta de su boca—. O si no, mis chicos te encontrarán y se divertirán contigo, eh~ ¿chicos?
Los vitoreós no se hicieron esperar, el Alfa en el suelo se estremeció, sus ojos ahora desprovistos de la furia y envidia anterior, ahora estaban llenos de pánico y miedo extremo, la imaginación puede ser un arma de doble filo.
— Kenny, dejalo ya sabes dónde. —El chico de nombre Kenny asintió en silencio.
Los hombres que rodeaban al Alfa en el suelo, se hicieron a un lado, dejando que al joven de nombre Kenny tomará al Alfa en sus brazos, y lo cargará luego como un costal de papas.
Si podías ver detenidamente, el joven era de complexión delgada, unos pocos músculos adornaban sus brazos blancos como la leche, su rostro serio llevaba una belleza fría, y su cabello castaño ondulado, le daba un aire de ser todavía un pequeño bebé rechoncho, sus mejillas no ayudaban. Aunque era alto y tenía una mirada oscura, a distancias podrías decir que era un omega. Porque sí, era realmente un omega, cargando a un Alfa que es doblemente más pesado, como si fuera una pluma. Los demás hombres le seguían por detrás, todos en silencio.
El chico con coleta de caballo, salió del callejón, entre cerro los ojos cuando la claridad del Sol, dio de golpe en su rostro, sus pestañas temblaron y sus labios tenían una sonrisa fría en su rostro, la paleta aún estaba en su mano, pero la navaja ya estaba escondida en alguna parte de su cuerpo.
El viento soplo su cabello y la camisa holgada, se estiró con el, el chico que tenía sus ojos cerrados, los abrió de repente y suspiró profundamente. Cogió la mochila en una esquina escondida y se la colocó sobre uno de sus hombros.
Tarareando una melodía de quien sabe donde, abandono la calle que daba al callejón, caminando en cierta dirección ya conocida en lo profundo de su memoria. A su paso, dejando un leve rastro de feromonas suaves pero dulces al olfato de un Alfa.
En un lujoso apartamento en los suburbios de Cosenza, un Alfa yacía con una copa de vino en sus manos y un puro de tabaco en la otra mano. El olor del tabaco inundando suavemente toda la sala.
La corbata del alfa yacía sobre la mesa, su camisa estaba con dos botones menos y su cabello estaba desordenado, el teléfono en la mesita frente él, se encendió mostrando un mensaje en la pantalla, el fantasma de una sonrisa se hizo presente.
El mensaje decía lo siguiente:
«Hyung, estoy llegando un poco tarde, el señor Elmond no me quería dejar salir, dijo que mis pasteles son los más vendidos en la tienda. Ya voy en camino, no te aburras y juegues sin mi. Ti amu •_^»
YoonGi se recostó más en el sofá, el puro en su mano aún humando, la Copa de vino se inclinó y el líquido bajo por la garganta del alfa, disfrutando del dulce y amargo sabor del vergano1567, del que su lindo novio tanto hablaba.
Así es, ese Alfa era Min YoonGi, el mafioso más famoso de todo Europa, el Rey de todo Italia, Rey de Cosenza. Y su lindo y adorable novio, era Park JiMin, un adorable omega estudiante de Derecho.
Era ilógico, ya que su pareja era un mafioso, pero el estudiaría Derecho. Sin embargo, eso no es impedimento para su romance. Romance que floreció hace ciertos años, cuando YoonGi aún no era el líder de la familia Cosenza.
Ese día había resultado herido, después de un atentado de la familia de Milán, y varios de los hombres que iban con YoonGi murieron, el Alfa había escapado herido, una bala había perforado su hombro izquierdo, y tenía leves contusiones por la lucha a mano.
Había corrido todo lo que pudo hasta llegar a un callejón sucio, el exceso de pérdida de sangre lo había cansado, y su cuerpo ya se sentía pesado, antes de caer inconsciente logro ver solo unos tenis blancos y unas piernas levemente rellenas, una suave voz hablo pero tenía tinnitus, luego todo se había vuelto oscuro y frío.
Cuando recobro la conciencia, estaba en una cama matrimonial, había un leve aroma a fresas en el aire, y un espejo frente la cama, también un ropero viejo a su izquierda, y a su lado derecho había una mesita con varios libros y una computadora. Entonces la puerta se había abierto, y el aroma de las fresas y cerezas entro más fuerte en la habitación.
YoonGi había inhalado profundamente el aroma, y su corazón se aceleró, el omega había dejado la bandeja con una vaso con agua, en la mesita y luego se había sentado en la orilla de la cama, llevaba unos lentes de montura delgada, su cabello estaba atado en una coleta de caballo y usaba un sweater azul a cuadros. Pero sus ojos eran serios, llenos de preocupación genuina por el Alfa en su cama.
Lo primero que el Omega le había dicho fue:
— Son alrededor de 500 euros, gaste mucho dinero y no me quedó casi nada, después de comprar el medicamento. —Su mirada no vaciló y lo primero que pidió fue dinero.
¿Cómo olvidar ese día?
Ese día fue el comienzo de su historia. La historia de un Alfa que escaló peldaño por peldaño para ser el líder de la familia de Cosenza, luego pasó a pasó derribo a todos sus enemigos, tomando sus distritos, hasta convertirse en el Rey de la mafia italiana, para después ser conocido por toda Europa.
La historia de como un dulce omega, estuvo siempre a su lado, sin importar las amenazas de los enemigos del alfa, no lo dejo y siempre se aferró a él, lo ayudó en ciertos casos y también, le dio mimos cuando las cosas no salían como el deseaba.
— ¿Navegando en el pasado otra vez? —Una suave voz, hablo cerca de su oído.
YoonGi salió del barco de pensamientos y ladeó su rostro para ver al omega a escasos centímetros de sus labios, adoptaron una sonrisa coqueta, sonrisa que gustoso el omega, beso delicadamente.
— Hola, hyung~ —Saludo el omega, después del beso.
YoonGi se reincorporó y apago el puro en el cenicero, con su brazo rodeo la cintura del omega y lo coloco en su regazo, amasó sus piernas y luego ataco sus labios, sediento por más besos.
La sala se lleno de sonidos obscenos, jadeos, gemidos, el chasquido de lenguas y agua, la enorme ventana cristalina fue testigo del desgarre de la ropa, las risas cómplices y palabras dulces, de parte de los enamorados.
Cuando una persona te gusta, no puedes evitar de pensar en ella o él, tu mente viaja siempre hacia esa persona, te preguntas, ¿qué estará haciendo?, ¿Si ya comió?, ¿Si salió hoy?, No puedes evitar pensar en esa persona, las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.
Sonríes si recuerdas un suceso que lo o la involucre, te sientes feliz si esa persona te dedica una mirada, un gesto o hasta un toque de piel. No puedes evitar ser egoísta y querer ocultar a esa persona en una caja de cristal, donde sólo tú tengas la llave para entrar. Tu corazón se acelera cuando él o ella está cerca de ti, te sientes celoso o celosa si esa persona que te gusta, es íntima con otra, simplemente no puedes apartar tu mirada de él o ella, y quieres siempre, sostener su mano, o tocar cierta parte de su cuerpo, para estar a gusto.
Enamorarse es como ser adicto a la droga, una vez que la tomas, te será difícil salir de ella. Así fue enamorarse para YoonGi, una droga potente que lo envolvió completamente.
Para JiMin fue casi lo mismo, su mundo cambio, y todo giraba en torno de cierto Alfa. Los regalos, los pequeños detalles de un «Dulces sueños», «Lindo día», «Suerte en el examen», «Cenemos, yo invito.» fueron los que, cautivaron su anhelante corazón.
Qué importa si su novio es de la mafia, mientras no mate a diestra y siniestra, a JiMin no le importa. Total, en el mundo de la mafia, si no matas, te matan.
Para JiMin, enamorarse fue como un petardo, cuando no enciendes la mecha, es sólo un objeto con pólvora, pero una vez encendida esa mecha, explota como miles de luces que iluminan el cielo por unos segundos. Eso fue YoonGi, YoonGi iluminó su cielo, no por unos segundos, si no qué; para toda la vida.
Es una referencia un poco infantil, pero esa había sido su respuesta, cuando el Alfa le había preguntado, aquella noche después de confesarse.
Las manos callosas del alfa, tocaron su cintura curvilínea, dejando marcas de sus dedos, la luz del atardecer iluminó la habitación, atrayéndo un aire místico. Dos cuerpos se enrollaban entre las sábanas, la ropa yacía en el suelo.
La vida de JiMin, antes de conocer al Alfa que es el amor de su vida. No era color de rosa con brillitos arcoiris. Fue dura, oscura y fría.
No tenía padres, él crío en un orfanato en Italia, no sabe como llego allí, sólo que el decano del orfanato lo adoptó años después. En el orfanato tenía que pelear por un pan duro y una leche fría, si quería juguetes, debia esperar a que fuera su turno, incluso la ropa cálida para invierno, era limitada.
Cuando se presentó como omega, JiMin pensó que hasta allí llegaría su sufrimiento, pero no, que iluso y tonto fue. El decano lo adoptó ese año, le empezó a enseñar a leer y escribir, a sentarse correctamente y a hablar sólo cuando se le ordenaba. Él no entendía porque lo hacían hacer eso, pero no importaba; si podía comer tres comidas diarias, no importaba seguir las órdenes del decano.
Cuando cumplió quince años lo comprendió.
El orfanato era sólo una fachada, ese lugar era un negocio de trata de personas, muchos niños que crecieron allí, fueron 'adoptados' por los distintos decanos de la institución y luego eran entrenados, para ser vendidos como esclavos, para los hombres ricos de la burguesía Italiana.
Cuando llego su turno, JiMin se opuso, no iba a dejar que un viejo cerdo Alfa, le pusiera las manos encima. Añoraba un amor verdadero, encontrar a su Alfa, tener hijos, casarse y vivir en un pequeño pueblo en Siracusa. No ser el juguete sexual de un deprevado rico.
Aún recuerda la sangre en sus manos, la tijera fue enterrada en el estómago del decano, el miedo en la mirada del hombre no se desvaneció hasta que dejó de respirar. Luego, JiMin había tomado las llaves del escritorio, activo el sistema para abrir las demás habitaciónes y luego huyó del lugar. No sabe quien que inicio un incendio en el orfanato, cuando JiMin regreso dos años después a ese lugar, esa casa estaba en la ruina, quemada hasta los cimientos.
— Ahg~ más, más profundo, sí~ —Los delicados gemidos resonaron en la habitación, mientras el Alfa entraba y salía del omega bajo su cuerpo.
JiMin rodeo con sus brazos el cuello de su sexy hombre, y se alzó para capturar esos labios tentadores, mientras enganchaba sus piernas y montaba la polla del alfa, yendo más profundo, sacando un gemido ronco de sus gargantas, por el placer deliciosos.
Cuando JiMin se pudo valer por si mismo, quiso estudiar Derecho, quería abogar por todos esos niños que eran extorsionados en los 'orfanatos' de papel. Fue difícil sin tener papales de estudios, pero su cerebro era inteligente y tramitó papeles para una beca. Sí hay algo que JiMin agradezca al decano, es que lo obligó a estudiar todo tipo de libros que había en la biblioteca, sólo así pudo desarrollar más su capacidad de absorción. Estudio tanto que una noche, un correo llegó a su móvil, con una carta de felicitación por aprobar su solicitud de beca.
Empezó a estudiar derecho cuando tenía dieciocho años, le costó dos años por fin, obtener la beca que soñó, una que no pidiera sus estudios de secundaria. Y aunque era difícil, pudo mantenerla hasta el sol de hoy día. Sólo le falta un año, y JiMin podrá graduarse, pero primero necesita realizar su tesis y práctica. Pan comida, para él, un omega dotado en inteligencia.
Fue intimidado en su primer año, pero su dura infancia le dio a entender, que callarse y no hacer nada, no era una solución. Nadie escapa de sus problemas, es mejor afrontarlos y luchar.
Es omega, se supone que los omegas son débiles y sólo sirven para tener hijos. Pero ese concepto no va con JiMin, JiMin no es el típico omega cohibido. En su segundo trimestre se hizo un nombre, dentro del círculo de los Omegas, betas y alfas.
El primer y único omega que pateo las bolas de la pandilla colmillo negro, la que disfrutaba de intimidar omegas, betas y ciertos alfas débiles. Los testigos que presenciaron la caída del líder, tuvieron pesadillas al ver como un lindo, sonriente y delgado omega, insertó una navaja en los genitales del alfa, que quiso abusar de él, por estar en su periodo de pre-celo.
Desde ese día, nadie se atrevió a molestarlo, y aquel que quisiera pasarse de listo, terminaba igual o peor que el ex líder de la pandilla. Aunque su reputación era a puerta cerrada, JiMin pidió amablemente que, nadie dijera nada, porque si no; accidentalmente su mano podría resbalarse y dañar ciertas partes del cuerpo humano.
— Cariño, quiero venirme dentro. —Jadeo el Alfa en su garganta, dejando marcas de mordidas.
JiMin gimió guturalmente, el pene del alga golpeo su cavidad genital y su próstata. Sus piernas ya se sentían un poco débiles por los fuertes impactos.
— N-no quiero... Umm, hijos aún, Yoon-YoonGi~ —Dijo entre gemidos, sus ojos brumosos por tanto placer.
YoonGi sonrió de lado y bajo su cabeza para chupar uno de sus pezones erguidos, la espalda del omega se arqueo, su coleta de caballo ya desordenada se desató, cubriendo toda su espalda con mechones de cabellos castaños.
— Tranquilo, no tendrás un bebé por los momentos. —El Alfa separó sus labios del pezon, para decir dichas palabras.
El aliento caliente golpeo contra la piel ya sensible por la succión del hombre, JiMin asintió descolocado, sus caderas seguían moviendose con cada embestimiento, la habitación ya estaba llena de las feromonas de ambos. Las fresas con el rocío del bosque, crearon la ilusión de caminar por un camino anchó, con arbustos de cerezas y fresas a su alrededor, la leve brisa cayendo y el frío viento moviéndose a los alrededores.
El sol en el horizonte comenzó a esconderse lentamente, pronto la suave luz que iluminó la habitáculo, fue reemplazada con la oscuridad etérea. Sin embargo, los sonidos obscenos de golpeteo y gemidos, no se detuvieron hasta ya altas horas de la noche, cuando la luna ya colgaba en lo alto del cielo.
YoonGi tenía entre sus brazos a su lindo omega, quien balbuceaba incoherencias, acurrucado en su pecho, su cabello estaba explayado y desordenado. Las marcas en su cuello, clavícula y cintura eran visibles a simple vista. La marca permanente fue renovada por puro placer para ambos.
YoonGi paseo sus manos con delicadeza por la figura curvilínea de su pareja, inhalando sus dulces feromonas. Su Alfa estaba a gusto, meneando la cola como un perro que fue complacido por su amo. Tan patético animal.
Beso la coronilla del omega y lo atrajo mas en su abrazo, el reloj en la pared marcaba las siete de la noche. Bien podría dormir un rato, y luego despertarse para preparar una comida ligera para su omega.
Sí, él haría eso después de dormir un ratito, sólo un ratito más.
Cuando JiMin se despertó, eran pasadas las diez de la noche, tocó a su lado y no había calor en la manta, lo que indica que su hombre, no había estado a su lado por un buen tiempo. Con un puchero en sus labios se reincorporó.
*Hiss* no pudo evitar sisear de dolor, llevo una de sus manos a su cadera dolorida. Su hombre era cada día más vigoroso, si seguían así, tendría problemas de columna en su vejez.
Salió lentamente de la cama y busco un camisón a tientas en la semi oscuridad, se puso sus pantuflas y salió a paso lento de la habitación. Había claridad en la sala, supuso que quizás YoonGi estaba trabajando.
Sí, leíste bien, los grandes mafiosos, también tienen que trabajar arduamente.
— Yoonnie~ —Su voz ronca sono en el pasillo.
El omega pronto escucho pasos aligerados, rápidamente YoonGi llegó a su lado y pasó sus brazos por si espalda y piernas, suspendiendolo en el aire, lo cargo hasta el cómodo sofá.
— ¿Despierto? —Preguntó mientras besaba la frente descubierta del menor.
— Un. —Murmuro él. Acomodándose en el cómodo sofá, su cadera ya no dolió tanto como al caminar.
— No te vuelvas a dormir, traeré un poco de gachas para que comas, no has cenado, así que empecemos con algo ligero ¿ok? —JiMin asintió.
¿Cómo no amar a este hombre?
YoonGi era simplemente, el Alfa perfecto. Era atento, amable, cariñoso, fuerte, posesivo, y lindo, muy lindo.
JiMin refrego sus ojos con sus manos, para aclarar la vista. Después de un minuto, por fin captó que no solo era él en la sala. Había otra presencia, sentado enfrente de él.
— ¡Hey! Al fin te diste cuenta de mi amigable presencia. —Una voz cantarína sono.
JiMin soltó una risa ronca, masajeo su garganta, tenía sed.
— Ten, bebe un poco. —Una mano le tendió un vaso con agua. JiMin murmuro un suave 'Gracias', bebió todo el contenido en el vaso.
— Llevás mucho tiempo aquí? —Pregunto luego de unos minutos, de carraspear su garganta.
— En, hubo algunos problemas y tenía que hablarlos en persona. —Respondió el hombre, cruzado sus piernas.
— Qué pasó? —Indagó el menor.
— Eso es...
— Cosas sin importancia cariño —Min habló desde atrás, llevaba una bandeja con un plato de gachas de avena y una taza humeante—. Ten, come algo primero.
— Gracias Yoonnie. —Dijo JiMin, llevándose una cucharada de gachas a la boca.
— Tsk, tsk, si los demás te vieran actuar así, se les caerían los ojos. —Se burló él hombre.
— Tú eres peor con tu pareja. Mucha miel, empalaga. —Contraataco YoonGi.
JiMin guardo silencio, había una sonrisa divertida en su boca. Observándolos discutir en silencio.
— Harry, sigamos mañana. Hoy es muy noche, mañana comunicarte con Sam, él te dirá la solución. —YoonGi dijo, mientras cruzaba sus piernas, tenía una copa de vino blanco en su mano derecha.
— Sabes que no me llevo bien con Sam, él es muy... —Sus manos se movieron en el aire, gesticulando formas—. No le caigo bien, me odia, así qué no me dirá la solución.
YoonGi negó divertido. —Lo hará, y él no te odia. Si no lo molestarás por ser el primo de tú pareja...
— Aiya~ es divertido burlarse de él.
YoonGi suspiro y nego. —Solo dile que yo te mande, Sam sabe hacer bien su trabajo, y separar su vida personal con la laboral.
— Tch, Okay. Pero si me golpea tienes que bajarle el salario. —Casi grito el hombre, mientras caminaba a la puerta de salida.
— No lo haré, y si te golpea bien que lo mereces. —Habia murmurado el Alfa en voz baja. JiMin soltó una risita nasal.
Este ambiente, aunque hablaban de trabajos que tenían que ver con el mundo oscuro, no le incomodaban. Porque amaba a su Alfa y no le interesaba quien o que era. Lo amaba por ser simplemente él.
Sonriendo, siguió comiendo las gachas preparadas por su sexy hombre, mientras este tecleaba quien sabe que cosa, en su teléfono móvil. Tenía esa mirada que JiMin conocía a la perfección. Así que comió en silencio y dejo trabajar tranquilo a su amante.
JiMin abandono su puesto de trabajo y masajeo sus hombros dolorosos. Hoy había hecho turno doble. Pero el señor Elmond le había pagado el doble. Le compraría unos buñuelos a su lindo minino.
Según el último mensaje de su pareja, hoy estaría regresando del viaje de improvisto a Sri-Lanka. Aunque solo habían sido tres días, JiMin lo sintió como si fueran tres otoños. Tan largos.
Sintió su cuerpo un poco afiebrado, parece que su celo se estaba adelantando. Y eso es raro, porque su etapa de calor siempre era monótona, las mismas fechas cada tres meses. Por lo menos, pasaría su ciclo de celo con su Alfa.
Justo cuando disponía a esperar un taxi en la parada, un pañuelo se coló por su nariz y antes de que pudiera reaccionar, el mundo a su alrededor se volvió oscuro.
En medio de la calle silenciosa, un auto se detuvo y dos hombres metieron al omega en el capó del auto, arrancando rápidamente. Nadie se detuvo a llamar a la policía, los peatones siguieron pasando como si no hubieran visto que, un omega, fue secuestrado.
YoonGi frunció el entrecejo, su JiMinnie siempre contesta sus llamadas, pero, ha marcado más de cinco veces y siempre lo tiran al buzón. Algo anda mal.
Y su corazonada fue correcta.
— ¡Jefe! Secuestraron al señorito JiMin, los que lo seguían, fueron noqueados. —Informo un Beta corpulento.
YoonGi estampó el celular contra el suelo, haciéndose añicos la pantalla. Frustrado saco otro teléfono idéntico, del cajón derecho.
— Saben quién fue? —El aire en la oficina se estancó.
El beta, al no percibir las feromonas no reacciono, pero los alfas afuera de la oficina, tenían las piernas débiles. El sudor les recorría la frente.
— Son de la familia Bérgano, el nuevo líder que ascendió hace unos días, se obsesiono con su omega, jefe. Deber haber planeado con anticipación, porque sabía dónde estaban nuestros hombres. —Informo al pie de la letra el beta.
YoonGi tenía una sonrisa siniestra en su boca. —Es hombre muerto. Vamos.
— ¡Si!.
JiMin se sentía débil y su cuerpo estaba pesado, se removió inquietó y se dio cuenta de que estaba atado de pies a cabeza. Joder, alguien aprovechó su desliz y lo secuestro.
No estaba nervioso, sin embargo, su celo está llegando y ¡maldición! No quiere perder la cordura.
Un apestoso olor a tabaco se hizo presente, JiMin fingió seguir inconsciente. Unas voces abrieron pase en la habitación.
— ¿Por qué no se ha despertado aún? —Una voz ronca preguntó.
— Es un omega mi señor, posiblemente los hombres usaron mucho cloroformo en el pañuelo. —Otra voz respondió.
— Tsk, tsk, tsk, vigilalo. Cuando se despierte me avisas. No quiero aprovecharme de esta cosita estando inconsciente.
— Sí, señor.
Los pasos se alejaron de la habitación y el sonido de la puerta cerrándose no se hizo esperar, JiMin no se movió por si aún había alguien en la dichosa habitación. Mantuvo la misma postura sin ningún cambio.
El omega sintió su ropa interior húmeda. Joder, el celo estaba aquí, joder, joder, joder.
Afuera de la habitación, en el pasillo, los hombres con armas estaban vigilando. Cuando escucharon disparos a lo lejos, pero no se movieron. Su orden era, no moverse de ese lugar, si la persona dentro lograba escapar, eran hombres muertos.
YoonGi llegó a la finca donde el maldito hijo de perra, tenía a su omega. Sus subordinados tumbaron el enorme portón de metal y se adentraron disparando. Min manejo su carro hasta la puerta principal, donde habían cuerpos en el suelo.
Los sirvientes corrían por los pasillos, alarmados. Mientras que los hombres del líder de la familia Bérgano, estaban en la sala, con armas.
— Mathias, Mathias Bérgano. Eres nuevo en este mundo, pero hay algo que todos en mi territorio saben —Grito YoonGi, sus hombres abrieron la puerta principal—. Nadie toca lo que es mío, tú querido Mathias, tomaste algo que me pertenece.
— Jajajaja, Señor Min, creo que se confunde, no he tomado nada suyo. —El Alfa de nombre Mathias refutó.
YoonGi llegó hasta la sala, no llevaba ningún arma a mano, pero sus hombres atrás estaban armados hasta los dientes. Min se cruzó de brazos, dejando salir sus feromonas para suprimir a estas cosas insignificantes.
Los hombres de Mathias cayeron hincados en el suelo, sudando. Mathias en cambio, se mantenía en pie, pero su columna vertebral estaba sudada.
— ¿No? Estoy seguro de que trajiste a cierto omega.
Los ojo de Mathias brillaron llenos de codicia. —Es sólo un nuevo juguete, tengo muchos en mi finca, si gustas... Puedo regalarte algunos.
La expresión de YoonGi empeoró. Su lindo omega no era un juguete, era su mayor tesoro. Cómo osaba en insultar a su pareja, está carne muerta.
De pronto se escucharon gritos de uno de los pasillos, ambos (Mathias y YoonGi) giraron sus cabezas para ver, YoonGi sintió su alma volver al cuerpo al ver a su JiMinnie correr.
El omega divisó a su pareja, y ejerciendo sus últimos alientos de fuerza se impulso, YoonGi extendió sus brazos y tomó al omega en un abrazo fuerte. Olfateándolo concienzudamente. Sus manos tocaron aqui y allá, verificando a ver si tenía alguna herida.
Suspirando, calmó su corazón. Nada, su lindo omega no estaba herido, sin embargo, su dulce aroma era una cara verdad de que, estaba en celo. Y como todo Alfa posesivo. Sus instintos entrarán en acción.
Mathias observó sus movimientos íntimos y apretó la mandíbula, había deseado tanto jugar con ese omega, desde que lo vio por accidente, hace una semana, mientras cruzaba por la calle, él lo codiceo.
La mirada de YoonGi se encontró con la del otro Alfa y su ira se incrementó. JiMin sollozo al sentir el impactó de las fuertes feromonas, sus piernas ya débiles, cedieron rápidamente.
YoonGi lo cargo en sus brazos al ver el estado de su pareja. Se giró para ver al Alfa a su lado. —Encargate de ello.
— Sí, jefe.
YoonGi abandono la sala, dejando a sus hombres, lidiar con Mathias Bérgano y sus cómplices. No le importaba nada más que, la cosita en sus brazos que se retorcía y gemía en voz baja.
Ese día, los periódicos de Italia y la cadena televisiva, informaron del gran incendio que sucedió en el viñedo de la familia Bérgano, y de la trágica muerte del dueño de la finca.
Por una semana completa, YoonGi y JiMin no salieron de la cama, enrollándose día y noche, únicamente comiendo gachas de avena y luego volviendo a caer en un frenesí de deseo por ambas partes.
9 de marzo.
JiMin observó la prueba en sus manos, se había realizado la prueba de sangre, sabía que era mas efectiva que la que venden en las farmacias.
No estaba disgustado, es sólo que...
Observó su vientre aun plano, tener un bebé ciertamente, no estaba en sus planes aún. Pero la prueba decía que tenía tres meses de embarazo, lo que significa que esta pequeña vida, fue concebida en su semana de celo.
Frotando su cabello, tomo una respiración profunda. Aunque le dijo a YoonGi que no quería hijos aún, porque no se había graduado todavía. Ahora sabiendo que había un pequeño bebé, fruto de su amor con su Alfa, la idea de no tenerlo lo molesto.
Esa vida es inocente, Ciertamente aún no se ha graduado, tiene veinticuatro años, no es tan joven, su Alfa tiene casi treinta. No está mal que halla un pequeño cachorro de por medio. La simple idea de que este niño o niña tenga los ojos de su Alfa, lo pone a saltar de alegría.
Bien, revisión tomada. Se va a quedar con él bebé.
— Agendara cita para una ecografía? —La doctora le preguntó.
— Sí, por favor. —Contesto JiMin.
— Bien, pase por Secretaría, ella le dará unos panfletos y también el carnet de citas pre-natal. —Le informó la doctora, sonriendole.
— Gracias.
JiMin abandono el consultorio e hizo lo que le indicó la doctora. Cuando salió de la clínica privada, camino hasta dar con una tienda de ropa de bebés. Una idea cruzo por su cabeza.
Hoy es el cumpleaños de su lindo alfa, le va a dar una gran sorpresa.
YoonGi entro en el apartamento, habían luces encendidas y un tenue aroma a comida en al aire. Su estómago rugió, no había podido almorzar nada hoy, asi que moría –metaforicamente–, de hambre.
— Um, huele delicioso cariño. —Halago YoonGi, caminando hasta el comedor.
La mesa estaba puesta, habían seis platos humeantes, y vino tinto en una copa. El estómago del alfa protestó, exigiendo comida.
JiMin salió de la cocina, tenía una suave sonrisa en su rostro. —Lavate las manos y ven a comer.
El Alfa corrió a la cocina, abrió el grifo y lavo sus manos rápidamente, volvió a la mesa y se sentó. JiMin soltó una risita baja, YoonGi actuaba como un niño de verdad.
La cena pasó entre risas, pláticas del trabajo, los estudios de JiMin, y lo deliciosa que quedó la cena. YoonGi era toda una boca dulce, cuando de halagos se trata.
— Ufff, estoy lleno. —Min se inclinó en la silla, colocando ambos brazos tras el espaldar de la misma.
JiMin salió de la cocina, había una torta de cubierta de fresas y cerezas y una cajita en su otra mano. YoonGi olfateó el olor dulce y se reincorporó. Su manzana de adán se movió de arriba hacia abajo.
— Feliz cumpleaños, mi amor —Felicito JiMin, colocando el pastel frente al Alfa, habían dos velas encendidas—. Pide un deseo.
YoonGi rió bajito, cerro sus ojos y luego, soplo las velas. —¿Qué deseo pediste? —Curioso preguntó.
YoonGi negó y se llevó el dedo índice a sus labios. —Se-cre-to.
JiMin bufo divertido. Luego le tendió la cajita. —Ten, tu regaló.
— Lo abro ya? —Min tomo la cajita, las mejillas de JiMin se tiñeron de rosa. Él asintió—. Um, me pregunto que regalo me dará mi lindo omega~
JiMin se rió, los dedos de sus manos jugaron nerviosos. El Alfa quito el listón amarillo y destrabó la caja, su sonrisa se congeló, cuando saco el contenido de la cajita. Habían unos zapatitos de bebé, y un chupete. Alzó la mirada consternada para ver al omega, JiMin tenía las orejas y el cuello rojos, de la timidez.
Colocó a un lado las cosas y tomó el papel doblado, lo desdobló y leyó su contenido, su expresión cambio con casa palabra leída. Todo un poema de expresiónes.
— Minnie... ¿Esto es lo que creo qué es?
JiMin soltó una respiración profunda y asintió. —¡Sorpresa! Vas a ser padre.
— ¡Joder cachorro! —YoonGi soltó el papel y rodeo la mesa hasta estar frente a su omega, lo tomo en sus brazos y lo alzó en lo alto.
— ¡Voy a ser padre!, ¡Voy a ser padre!, ¡Vamos a ser padres! —Vocifero el Alfa, dando vueltas con el omega en sus brazos.
— Te amo, te amo, te amo, los amo. —Repitió YoonGi, deteniéndose sólo un poco para besar a su pareja y también besar el vientre aún plano del menor.
JiMin se soltó a reír por el entusiasmo de su pareja, si, ellos iban a ser padres, serían los mejores padres para su hijo, fuese lo que fuese, ellos lo amarían siempre. Su sueño se estaba cumpliendo, poco a poco, pero a paso seguro. Y él era feliz, ellos eran felices.
—THE END.
Aaaaw a donde te vas sin dejarme tu estrellita, y tus comentarios eh¿_? No huyas yoonminista.!!
Os ha gustado?? Digan que si o les quemó el rancho🔥 recuerden que soy de la mafia😎
Deos, me lleve 4 horas y media escribiendo este oneshot, por el cumpleaños de mi gigi. 🤧😺
#FELIZCUMPLEAÑOSAMORDEMIVIDAPEROQUEESDEJIMIN♥️#
Porque yo también quería un gigi mafioso y un Mimi loto blanco?)
Me alegro de saber que la historia les ha gustado, no se olviden de compartirla con sus yoonminas amix, gracias por su lindo apoyo.
Nos leemos en: Rojos Como la Sangre, Lord Demond (ya finalizó), y Demonio y Emperador🔥♥️
Las te quiero un chingo😗
MinMin🤗
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