Zara Hills:

La vida misma te pone dificultades, que en momentos en los que debes usar la cabeza, será muy difícil. Ya han pasado dos meses después de muestra liberación del cautiverio que estábamos viviendo. He ido a terapia, para poder hablar de mis problemas y los miedos que Adam logró resurgir en mí. Pero el apoyo de mi familia, y mi mejor amiga, es lo que me ha impulsado a seguir.

Hay días en los que lloro como si mi vida dependiera de ello, pero no permito que me estropee pasar buenos momentos.

Poco a poco he vuelto a mi nueva normalidad. Gracias a la familia de Rin, pude tener una semana de descanso, pero tuve que presentarme a un juicio, para que se aclararan los hechos que ocurrieron, pero Rin no tuvo ninguna dificultad ni se le amputo ningún crimen, porque logramos demostrar que fue en defensa propia y que Sanders no estaba bien de la cabeza.

Mi padre, pues sigue en la cárcel y mi primo también.

La vida en general me ha dado muchas penas, pero también me ha dado alegrías.

Ahora mismo, ya no estoy interna en un psiquiátrico, pero voy a diario a consultas con mi psicóloga y psiquiatra. También sigo teniendo contacto con las hermanas Rodríguez, a todos los que trabajaban en el antiguo psiquiátrico les habían asignado a otro y ese quedo cerrado por el gran escándalo que hubo. Pero por lo menos, a la familia FitzGerald, no dejo que ninguno se quedara sin trabajo.

Y yo, pues poco a poco en casa estoy empezando a estudiar, porque quiero ir a la universidad, no sé exactamente que quiero estudiar, pero lo más importante es mi salud y que sea capaz de controlar mis impulsos. Mis emociones es importante controlarlas.

Me pongo el regalo de Alex, que es un vestido igual de rojo, como la sangre, Kate me lo dio un día, pensé que nunca lo recuperaría, no sé cuánto le costó, pero es uno de los detalles más apreciativos que me han hecho nunca.

Cenamos en una mesa, cerca de un carrito de burritos, la gente se me queda mirando, pero eso hace que me carcajee más, que cita más extraña y divertida. Hay unas niñas que se nos quedan mirando con asombro y una dice:

―Yo quiero ser una princesa guerrera como tú de mayor y tener un príncipe igual de maravilloso como este―mi novio se sonroja con el cumplido―. No quiero a los típicos chicos, que ahora no se preocupan en ser aunque sea un poco detallistas. Un mensaje te lo puede enviar cualquiera, pero ser así de atento y divertido es lo que cuenta―me quedo sorprendida mirándola, mientras su madre le dice que se tienen que ir.

―Guerrera, recuerda algo, no necesitas a un hombre o una mujer para sentirte completa. Las mujeres somos superiores, tu eres suficiente y eso es todo―me sonríe, y nos pide una foto. Su madre se muestra reticente, preguntándonos si de verdad queremos hacerle ese pequeño regalo.

Lo hacemos encantados, agarrando a la niña de las manos. De repente un cumulo de niñas se suman a las siguientes fotos.

Luego nos vamos de allí, después de haber acabado de comer. Hay un tipo de fiesta. Observamos cómo cada uno enciende un globo para pedir deseos, nosotros hacemos lo mismo, caen unas pequeñas gotas, pero se detienen. Cuando es el momento, mientras escuchamos una canción emotiva, todos lanzamos los farolillos y observamos como todos vuelan por el cielo. Los diferentes colores que es cada uno, provoca un espectáculo precioso de ver. Mientras él pone su chaqueta de esmoquin alrededor, nos sentamos y acurrucamos uno encima del otro.

―Tengo suerte de tenerte―susurro en su odio a propósito.

―Los dos tenemos suerte―responde en consecuencia.

Nunca pensé que mi vida cambiaría de una manera tan mejorable, creía que mi venganza seria lo que me haría feliz, lo que llevaría. ¿Pero sabéis que? Perdonar no significa olvidar, sino dejar ir el dolor. Y eso fue lo que hice con las personas que en un momento de mi existencia, llegue a creer. La familia no siempre suele ser la de sangre, sino la que te apoya y quiere lo mejor para ti. Que desea que prosperes y vayas evolucionando con el tiempo, pero a bien.

No soy perfecta, y nunca lo seré. Ni tú, ni yo, ni nadie. El dolor que ocasione, ahora que lo pienso por dentro yo con mis propias manos me estaba pudriendo. Pensé que si me revelaba y demostraba que nadie era capaz de derribarme, a pesar de que la que se estaba matando era yo, ganaría un juego. Me costó llegar a asimilar que vivo con una enfermedad psicológica, que si no hubiera estado tratando, ahora mismo quien sane que sería de mí. Todavía tengo cambios de humor, o momentos en los que pienso que soy otra persona y que estoy viviendo otra historia. Pero tomo la medicación, hago ejercicio y busco siempre estar en el buen camino, si lo usamos en el buen sentido de la palabra.

Nunca pensé que encontraría el amor, o que siquiera alguien me amaría. Dicen que el amor llega cuando tu estas preparado. Lara, todo esto, te lo dedico a ti, porque aunque fueras una parte de mí que no me ermita por así decirlo mejorar como persona, siempre formaras parte de mí. Porque me ayudaste en muchos sentidos. Pero aunque te creías invencible, dejaste que yo decidiera ante todo.

La mayoría nos preguntamos quienes somos, yo lo único que sé es que no se nada. Pero de lo poco que se, puedo deciros que yo soy Zara Hills, siempre lo fui, aunque me negara a serlo.

La belleza no está en lo que uno ve, sino en lo que percibe mirando más allá del exterior. Me falta mucho por aprender, amar y mejorar.

Esta pequeña nota se la dedico a mi yo del pasado, presente y futuro, aunque creo que el tiempo es solo un esquema que tenemos en la cabeza, cada uno lo percibe de diferente modo:

Te quiero decir a ti, que te ames como si tus días fueran los últimos, quiero que sonrías, que sepas que los malos momentos que estás pasando se acabaran, porque desde que inicia la lluvia, hay un momento en el que tiene que parar y dejar que el sol reluzca entre las nubes que lo tapan de la visión de los demás. Porque la oscuridad no puede vivir sin la luz. Lo malo no puede vivir sin lo bueno. En este mundo, el sufrimiento a veces parece que nunca se acabara.

Pero de consiguiente, yo te prometo, que todo lo malo tiene su lado bueno y que las situaciones difíciles que te tocaran vivir, te harán más fuerte.

Porque si ayer te caíste un millón de veces, pero te seguiste levantando, sin importar las críticas de otros, hoy y después de mañana, te seguirás levantando.

Cultívate por dentro.

Ama todas tus cicatrices.

Permítete darte unos días para llorar, pero luego aprovecha los demás para brillar.

Y por supuesto, no sucumbas en esa parte irracional que todos tenemos por dentro, eres suficiente, eres valida y eres hermosa a tu manera.

Todo este tiempo, fuiste inocente, por eso decidiste sobrevivir, para vivir, la historia que debías contar.

FIN