Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22

Zara Hills:

Me encontraba de pies en la sala de estar, movía mi pierna de arriba a abajo.

Estaba nerviosa.

«Vaya novedad»

Alex se encontraba en la cocina, y se había traído una botella de agua.

— ¿Quieres algo? —me preguntó.

—No, solo vayamos al grano. Di lo que tengas que decir.

—Está bien —se sentó encima en uno de los mullidos sofás del salón, bebió el agua, y mire como la nuez le subía y le bajaba.

Se pasó, los dedos por el pelo, y me miró.

—Tiendo a no creerme del todo tu historia —suspira —. Hay cosas que no llegan a mi completa comprensión.

—Que novedad, no me digas —digo con sarcasmo.

Suspira.

—El caso es que esto no es algo que sepan los demás, solo gente cercana de mi familia —tragó saliva—. Una persona muy importante para mi murió, era mi novia.

—Pero porque me lo cuen...

—Solo escucha —me dice interrumpiendo lo que iba a decir —Una noche a la que fuimos de fiesta, ella me avisó de que era mejor que no fuéramos en coche de vuelta casa. Liam que una vez fue mi mejor amigo condujo, prometió que no se había emborrachado, yo estaba tan ebrio que casi no me podía ni siquiera mantener en pie. Ella no dejaba de decir que era una mala idea, pero al final accedimos. —Una lagrima resbalaba fuera de sus iris grisáceos, aprieta su mano clavándose las uñas en la pala de su mano—. Montamos en el coche, cerré los ojos, y cuando los abrí todo estaba sumido en llamas, la sangre goteaba de su frente... No-no respiraba, parecía dormida. Los bomberos nos ayudaron a salir, pe-pero ella estaba atrapada en el asiento trasero, en la parte derecha que aba a la ventana. Grité que había que ayudarla, con la vaga esperanza de que siguiera con vida... A pesar de que sabía que estaba muerta. —Se limpia las lágrimas con furia—. Ni siquiera tuvo un funeral digno, solo se fue. Se esfumo de mi vida, como si nunca hubiera existido en ella. Le prometí que la cuidaría, pero fue ella la que acabo cuidándome.

— ¿Por qué me cuentas esto? No creo que tenga mucho que ver —me crucé de brazos—Además, eso no es excusa.

«Soy una insensible, lo sé.»

—Si tiene que ver. Te lo cuento para que entiendas que lo siento, que no quería hacerte sentir insegura. —clava su mirada en la mía—. A veces se me salgo un poco de control. No quería herirte con mis palabras llenas de insensibilidad, solo trato de comprender tu historia. Hable sin pensar y me arrepiento. Aunque no te des cuenta, me preocupo por ti.

—Aja, claro. Entiendo —digo asintiendo sin fiarme del todo.

—Sé que seguirás desconfiando, aunque no puedo culparte —sonríe—. Puedo llegar a ser insoportable e irritable. Pero nada del otro mundo.

—Vale.

— ¿Y qué me dices de ti?

— ¿De mí? ¿A qué te refieres?

—Esos cortes que tienes en tus muñecas, ¿se deben a ese chico al que noqueé y dejé inconsciente? —me preguntó recostándose en el sofá con los brazos estirados detrás de su cabeza.

—Por eso y muchas otras cosas más, de las que no voy a hablar ahora. —no tenía ganas de recordar la mierda de la que estaba hecha.

—Está bien. Creo que nos parecemos en muchas cosas. —su afirmación me desconcertó.

—No nos parecemos en nada. —negué tajante.

— ¿Por qué piensas eso? —pregunta apoyando su cabeza en las palmas de su mano, me mira analizando como si quisiera saber qué escondo.

—Porque a diferencia de ti, yo solo tengo un objetivo en esta vida. Después me podré ir tranquila. —me levante y apreté los puños.

— ¿No tienes ganas de vivir?

—No.

Frunció las cejas aún más. No se ha que se debía su interés en saberlo. Vaya pregunta más extraña.

— ¿Por qué no?

—Porque no tiene ningún sentido mi vida, estoy rota por dentro, es como un jarrón de flores, una vez que se cae al suelo y el agua se desparrama los pedazos rotos colisionan contra el suelo, allí quedan los restos del objeto, da igual cuanto intentes repararlo nunca quedará igual. —Era obvio—. La vida es como un juego de ajedrez, cada vez tiene que venir una persona que te recuerde lo inútil que eres. Cada obstáculo es cada vez más difícil de atravesar, es como que cada cosa que dejas atrás te repercutirá de una manera u otra. Si usas tú astucia, podrás seguir viviendo, pero si no, entonces da por perdida la jugada.

Me levanté y me quité el polvo imaginario de mis pantalones.

—Creo que estás equivocada. La vida es difícil, pero creo que cada uno tiene un propósito o eso pienso. Siempre hay motivos para seguir viviendo.

Sonreí, qué pena que uno de mis propósitos que me había impuesto a mí misma, me llevaría a mi propia destrucción.

—Me alegro de que tengas ese punto de vista. —miré hacia la ventana que daba al exterior. Observe las estrellas, y lo volví a mirar a Álex —. Para mañana me habré ido, tengo asuntos que resolver, solo quería darte las gracias.

— ¿Por qué tienes tanta insistencia en irte? —se pasaba los dedos por su cabello azabache, y me miraba con sus ojos grisáceos. —Por favor, no te vayas. Quiero que conozcas a alguien.

— ¿A quién?—pregunte curiosa.

—Si te quedas podrás conocerlos, luego si quieres puedes irte. —Se levantó del sillón, estábamos frente a frente, pero él me sacaba una cabeza—Ellos estarían agradecidos de conocerte, les he hablado a ti.

— ¿A quiénes?

—Mis padres—se sonrojo.

Abrí los ojos de manera desorbitada.

«Primero a su abuelos conozco, ahora a sus padres. ¿Y después a quien tendré que conocer, a todos sus parientes?»

—No creo que sea buena idea.

—Por favor, hazlo por mí. —suplico, me lo pensé mejor.

« Aceptemos, tendremos el privilegio de ver a su padre. »

—Está bien.

—Gracias—su abrazo me pillo desprevenida. Sus fuertes y largos brazos rodeaban mi diminuto cuerpo, con lentitud envolví los míos en su ancha espalda, y sonreí. —Me encanta tu olor—. Susurro y sentí como inhalaba mi aroma, eso me erizo la piel, ya que notaba su respiración en mi cuello.

Tosí.

Corte el abrazo, y lo mire.

La garganta se me había secado, tuve que aclararme la voz.

—Buenas noches.

—Buenas noches, Zara.

Me fui a la habitación que había estado ocupando estas semanas de instancia en su apartamento.

Cerré con pestillo por precaución, y llamé a Gerard.

« Seguro que estará preocupado por mí.»

Deje que sonará hasta que me respondió la llamada.

— ¿Hola? ¿Eres tú Zara? —se notaba preocupado.

—Sí, soy yo —hable bajito para que no se me escuchará, no quería correr el riesgo de que Álex me escuchará, a veces hasta la persona menos curiosa cae en la tentación de saber lo que no le incumbe.

« Aunque en este caso, en cierta forma sí que está involucrado en el tema»

— ¿Estás bien? ¿Te ha hecho algo Adam? —su voz era de preocupación.

—Sí, solo quería decirte que para mañana me recogerás en uno de los parques —susurre, mirando hacia la puerta.

— ¿Qué te hizo ese maldito? —pregunto enfadado.

—Me amenazó con una navaja, sino llega a ser por Álex puede que ahora ya estuviera muerta en un paradero desconocido. —le debía la vida, aunque él no lo supiera —. A la noche, me recogerás y me darás todo lo que te comenté.

No quería que nada saliera mal, todo tenía que salir según lo planeado.

—Es peligroso, sabes que si te pillan te meterán en la cárcel —me reí en bajo, como si eso me importará.

—Eso es lo de menos, con tal de verles a cada uno de ellos entre rejas, mi bienestar ya no me importa —escuche un ruido detrás de la puerta, pero decidí no hacer caso de ello.

—Tu hermana y yo nos preocupamos por tu bienestar, no queremos que te pase nada. —quería llorar, yo no me merecía a gente así de maravillosa como ellos.

—Gracias por todo, mañana cuando me vaya a hacerles una visita me pondré a vigilar la casa por todos los ángulos. —tenía que hacer eso rápido, antes de que fuera demasiado tarde —. Envía a alguien para que me dé todo lo que necesite. Recuerda, debe ser a la noche.

Le oí andar por algún lado.

Seguro que estaría en la parte trasera de la mansión, para que no le pillaran.

—Está bien. Te mandaré a alguien a las once de la noche, solo ten cuidado de que nadie te vea. —asentí y colgué la llamada.

Solo debía colarme en la casa y buscar en su despacho.

Después Gerard se encargaría de que no me pillaran.

Al final acabaría haciéndolo todo yo.

Sonreí.

«Que pena Mathew Hills, al final todos sabrán tu secreto»

Me acosté en la cama. Estaba en una posición que se podía definir como una bola, cerré los ojos, ya eran las doce de la noche.

« Me obligasteis a convertirme en un monstruo. Ahora el monstruo, relucirá de su cara de ángel que se convirtió en su máscara de supervivencia.»

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro