꒰🧸꒱ Extra 2
꒰🧸꒱ Extra 2
El pequeño Jimin de sólo 15 añitos iba tomado de la mano de su padre alfa, Park Soohyun.
El día de hoy su padre tenía una cita de negocios con un socio que, según la prensa, era muy joven. Y cómo no si el famoso empresario contaba con sólo 20 años, pero a pesar de esto, era demasiado inteligente.
¿El por qué iba con él? Fácil. Su madre omega estaba de viaje y su niñera había enfermado, así que, sin otra alternativa, Soohyun tuvo que llevarlo junto a él, ya que se negaba a dejarlo solo.
El pequeño omega miraba todo con ojitos grandes y brillosos, se encontraban caminando por la entrada del gran edificio. Jimin desconocía el lugar, es por eso que se emocionaba mucho al ver personas con trajes carísimos viéndose impotentes. Los admiraba mucho, pero él cuando fuera grande no quería ser un empresario, su sueño era ser un gran bailarín, y sus padres claro que lo apoyaban con lo que sea que su pequeño quisiera.
Llegaron a la recepción donde una secretaría beta estaba atendiendo. Ésta los miró y amablemente se inclinó un poco en muestra de respeto. Soohyun y Jimin lo hicieron también.
—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarlos? —preguntó amable, mirando al pequeño que iba vestido con un pantalón blanco, un suéter amarillo pastel con estampado de patitos y una boina blanca, todo muy diferente al ambiente que allí había, pues todas las personas en el lugar iban vestidas formalmente.
—Buenos días, tengo una cita con Min Yoongi. Soy Park Soohyun —dijo y la beta se dispuso a buscar en su computadora, encontrando rápidamente lo que buscaba.
—Claro, señor Park. —Tomó un teléfono y marcó—. En recepción está el señor Park, vengan para que lo dirijan a la oficina del señor Min. —Y sin más, colgó la llamada—. ¿El pequeño también va con usted? —preguntó, mirando al pequeño omega que ante la timidez se escondió tras el cuerpo de su padre.
—Sí. No hay problema con eso, ¿verdad? —cuestionó.
—Oh, claro que no. Dudo que el jefe se enoje por eso, él es muy amable.
A los segundos, llegaron dos escoltas y amablemente se ofrecieron a llevarlos a la oficina del famoso empresario.
Tanto Park mayor como Park menor los siguieron, y a los minutos llegaron a unas grandes puertas.
—Es aquí, señor Soohyun. —Dio unos pequeños golpes a la puerta—. Señor Min, el señor Park está aquí.
Se comenzaron a escuchar unos pasos acercándose por detrás de la puerta, e inmediatamente el lobo de Jimin chilló emocionado y comenzó a alterarse al percibir un delicioso aroma: menta y tierra mojada.
Las puertas se abrieron, dejando ver a un alto hombre azabache de cabello largo vistiendo un elegante traje negro.
El lobo del alfa aulló de felicidad al ver el pequeño cuerpo que estaba a lado de su socio, el chiquillo lo miraba con esos ojitos sorprendidos de color miel. Y juró que se desmayaría ahí mismo de la emoción al percibir el aroma a galletas y caramelo. Era él.
Se quedó embelesado mirando a los ojos a la pequeña obra de arte que tenía frente a él, pero salió de su ensoñación cuando el omega apartó la mirada, nervioso. Carraspeó y miró a su socio, Soohyun.
—Señor Park, qué gusto tenerlo por aquí. Pasen, por favor. —Se hizo a un lado para dejar pasar al alfa y al niño—. Gracias por traerlos hasta aquí, pueden retirarse —habló a los escoltas y éstos asintieron, retirándose luego de darle una reverencia.
Cerró las puertas y se dirigió a la silla tras su escritorio, viendo como el pequeño omega tomaba de la mano al señor Park mientras miraba toda la oficina.
—Tomen asiento, por favor. ¿Gustan algo de tomar? —preguntó amablemente.
—Estoy bien así, gracias. ¿Tú, bebé? ¿Quieres algo? —inquirió Soohyun, mirando a su hijo.
—Lechita de fresas —susurró quedito. Mordiendo su labio inferior ante los nervios.
Y Yoongi sentía que su corazón se saldría de su pecho al poder oír la suave y linda voz del menor. Su lobo aullaba por querer hundirse en el cuello del menor y respirar su delicioso aroma. Su lobo también le estaba gritando una cosa. El pequeño frente a él era su omega predestinado.
—Una leche de fresas está bien, Min. Oh, y perdón, qué descortés de mi parte. Yoongi, él es mi querido y único hijo, Park Jimin. Lo he traído porque su madre está de viaje y no tenía con quién dejarlo a cargo —explicó Soohyun.
Min, sin querer desaprovechar la oportunidad que se le presentaba, estiró su mano para tomar la del pequeño en señal de saludo.
—Hola, Jimin, soy Min Yoongi, socio y amigo de tu padre —se presentó, y el nervioso omega estiró su manita para estrecharla con la del alfa.
Ambos sintieron como una corriente atravesó todo su cuerpo al sentir el tacto del contrario. Sus lobos aullaron de felicidad al poder sentirse.
Una vez ambos soltaron sus manos, el alfa tomó el teléfono en su escritorio y marcó.
—Soojin, por favor, tráeme a la oficina cuando antes una leche de fresas —pidió, recibiendo una respuesta afirmativa de su secretaría.
Soohyun y Yoongi empezaron a hablar de distintas cosas de negocios mientras Jimin intentaba calmar a su lobito, pues éste estaba muy inquieto en su interior.
A los minutos llegó una chica con la leche de fresas, entregándosela al omega, quien la recibió gustoso y sin esperar un segundo más la llevó a su boquita para degustar su rico sabor.
Soohyun y Yoongi miraban enternecidos la escena. A decir verdad, el señor Park ya se había dado cuenta de lo que pasaba con su cachorro y con el alfa. Pues podía oler las feromonas de felicidad que éstos soltaban. No estaba enojado, al contrario, estaba feliz de estar casi seguro que Min Yoongi era el alfa destinado de su hijo, y eso lo ponía muy contento, pues a kilómetros se notaba que Min era un hombre muy bueno.
Así que, buscando una excusa para dejar solo al alfa con su hijo, optó por lo primero que se le vino a la mente.
—Disculpa, Yoongi, necesito urgentemente ir a realizar una llamada. Si me permites, me iré unos momentos —dijo, parándose de su asiento. Jimin quiso imitar su acción, mas Soohyun puso sus manos en los hombros de su hijo para evitar que se levantara de la silla—. Quédate aquí, hijo, no tardo, mientras vuelvo toma tu lechita de fresas. —Y sin más, salió a paso rápido de la oficina.
Jimin agachó su cabecita y bebió un poco de su lechita de fresas para tratar de que sus nervios se fueran.
—Y bien, Jimin, ¿cuántos años tienes? —preguntó Yoongi, tratando de sacar un tema de conversación.
El omega levantó su vista, mirando al alfa frente a él.
—Quince, s-señor Min —respondió tímido.
Yoongi entonces se dio cuenta que el omega aún era un pequeño bebé cachorro. Sonrió por eso.
—No me digas señor, puedes llamarme Yoongi, soy seis años mayor que tú, tengo veinte, pero pronto cumpliré veintiuno, así que sí son seis —rió un poco al no saber cómo explicarse.
Fue entonces que Jimin también rió, y Min pudo ver como en sus dientes había una pequeña ventanita justo en los dientes de enfrente, dejando ver que al omega sí era un pequeño cachorro, pues aún estaba perdiendo sus dientecitos de leche.
—¿Lo puedo llamar "hyung"? —preguntó Jimin con una sonrisa, dándole otro trago a su lechita de fresas, haciendo emocionar al alfa de anticipación por lo pedido.
—Claro, pequeño. Puedes decirme como quieras —accedió a la petición del omega. Se inclinó un poco más sobre su escritorio, para tratar de quedar lo más cerca al chiquillo—. Aprovechando que no está tu padre, ya que no quiero ser hombre muerto, ¿me podrías dar tú número de teléfono? —pidió, haciendo sonrojar al omega.
—¿P-Para qué lo ocupa, hyung? —cuestionó tiernamente.
—Aún eres muy pequeño para saberlo. Por ahora quiero que seamos amigos, ¿te parece? —dijo, sonriéndole.
Jimin asintió y sin más le dio su número de teléfono al alfa y éste también hizo lo mismo. Siguieron platicando de cosas triviales hasta que Soohyun regreso a la oficina.
El comienzo de una gran y linda historia de amor entre dos almas destinadas a estar juntas por el resto de sus vidas.
Nota:
Wow, hace meses que no escribo una nota final para agradecerles por leer una adaptación. No sé qué decir y tampoco quiero alargarme mucho, solo quisiera que comprendieran que realmente me hace feliz que hayan leído esta adaptación, a las que están presente desde el inicio, a las que se unieron después, y a las que la están leyendo cuando se marcó como completa. Muchas gracias¡!
Espero hayan gritado de ternura, que les haya pasado un buen rato con esta pareja tan soft, y que hayan sonreído¡!
Pregunta final: ¿Les gustó esta adaptación?
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