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꒰🧸꒱ 20: Marry me

꒰🧸꒱ 20: Marry me

Después de su primer día en París, en el cual se dedicaron a ordenar sus cosas y demás, había llegado el gran momento.

Yoongi tenía absolutamente todo planeado, sería algo sencillo, pero de lo cual se sentía satisfecho por la simple razón de que estaba con el amor de su vida y su pequeña hija en la ciudad de los enamorados.

Se había levantado más temprano de lo usual debido a que su plan empezaba con prepararle un rico y romántico desayuno a su novio.

Cabe destacar que su habitación del hotel era más como un pequeño departamento, ya que contaba con una pequeña cocina y sala, y 2 habitaciones.

Shuhua dormía plácidamente en la habitación más pequeña, mientras que él se vio obligado a salir de la cama donde dormía con su omega.

Una vez en la cocina, se dispuso a preparar unos hotcackes, unos panes tostados con mermelada, un poco de yogurt natural con fruta picada, y por supuesto el jugo natural de naranja.

Él no era experto en la cocina, pero había pasado los últimos días viendo tutoriales de cómo prender una estufa.

Con su obra maestra lista, puso todo en una bandeja, la dejó en la mesada de la cocina y fue a la habitación a despertar a su omega.

Entró a la habitación, viendo como su omega había abrazado la almohada en la que él había dormido, en busca de sentir su rico aroma de menta y tierra mojada.

Se dirigió hacia él y, una vez estuvo a su lado, se agachó a la altura de su rostro para empezar a repartir besitos en toda su carita. Cuando llegó a su boquita, dejó muchísimos piquitos, viendo como por instinto el omega empezaba a corresponder sus besitos entre sueños.

Dejó sus labios y bajó a la pancita de su bebé, alzando la camisa que traía como pijama, dejando a la vista el blandito y suavecito vientre que era adornado por la preciosa cicatriz por la cual había nacido su hija. Empezó a dejar besitos en la cicatriz para luego empezar a dejar en todo el vientre, viendo como su omega empezaba a removerse y despertar, soltando pequeñas risitas.

—Mmmh, Yoonie, basta, vamos a dormir otro ratito, por favor, alfa~ —pidió el omega adormilado, aún sin abrir sus ojos.

Yoongi se separó de la pancita de su bebé para volver a acercarse a su rostro y dejar otro beso en sus labios.

—Bebito, es hora de despertar, te tengo una sorpresa~ —dijo.

Su omega abrió sus ojitos de golpe al instante, sentándose en la cama con una gran sonrisa y sus cabellos alborotados.

—¿En serio, hyung? ¿Qué es? ¡Dime por favor qué es! —suplicó, todo rastro de sueño yéndose de su persona.

—Cierra tus ojitos y espérame aquí. —Su omega hizo caso de inmediato y cerró sus ojitos. El alfa dejó otro beso en sus labios para después salir de la habitación.

Se dirigió hacia donde yacía el desayuno, agarró la nota en la cual había escrito "Gracias por ser la razón de mi felicidad, gracias por permitirme ser parte de tu vida, te amo de aquí a marte, y siempre voy amarte" y la puso sobre la bandeja, tomó ésta y regresó a la habitación.

Una vez entró, pudo ver como su omega tapaba sus ojos con sus manitas mientras tenía esa bella sonrisa que tanto amaba.

—Puedes abrirlos, cariño —habló una vez estuvo cerca de la cama donde yacía su bebé.

Jimin quitó sus manitas de sus ojos, permitiéndose ver a su guapo alfa con un bonito y delicioso desayuno en sus manos.

—¡Y-Yoongie! —exclamó con una gran sonrisa.

El alfa colocó la bandeja encima de sus rochonchitos muslos y se sentó a su lado, tomó el tenedor con un pedazo de manzana picada y la dirigió a la boquita de su omega.

Así pasó toda la mañana, dándole de comer a su bebé, y a veces dándole pequeños picos en sus labios o haciendo pucherear a su niño cuando el bocado en vez de ir a su boquita se dirigía a la del alfa.

Después del romántico desayuno, el alfa había propuesto ducharse juntos, para así poder bañar a su niño. Una vez listos, fue momento de despertar a la pequeña tigresita dormilona, para bañarla, arreglarla y alimentarla.

Yoongi se había vestido como normalmente lo hace, pantalones negros, camisa de cuello largo gris, una gabardina negra y con sus fieles botas negras. Jimin con un overol de tela gris, con una camisa blanca debajo de este, un saco gris encima, sus zapatillas y su boina negra; le encantaba usar boinas y ahora mucho más al estar en París. Mientras que a la pequeña Shuhua la vistieron con una faldita larga de color roja con tirantes, con una blusa de vuelo debajo de esta, una boina roja y zapatillas del mismo color.

Una vez todos listos, salieron del hotel dispuestos a conocer París, mientras que el alfa rogaba internamente que todo saliera bien esa noche.

Pasaron todo el día visitando los hermosos lugares que París les ofrecía, Jimin había insistido en querer ir al famoso puente de las artes en el cual las parejas ponían su candado, jurando de esta manera su amor eterno, pero el alfa se había negado. Claro que quería ir a poner el candado con el amor de su vida, pero quería ponerlo una vez el anillo que cargaba en su bolsillo adornara el dedito anular de su Jiminie, así que le prometió a su bebé que irían al día siguiente.

Yoongi los había llevado a comer a eso del mediodía, ya que el plan del alfa sería hacer su propuesta antes de la cena. Y ese momento había llegado, pues la noche había caído.

—Bebé, es hora de ir a cenar, reservé un lugar especial —dijo Yoongi, mirando a su omega, ambos estaban separados ya que la pequeña Shuhua caminaba en medio de ellos tomada de sus manos.

—¿A dónde iremos, alfa? —preguntó con entusiasmo el omega, haciendo al instante que su cachorrita también lo estuviera. Ella había aprendido que cuando su papi Minie se emocionaba, era porque algo muy bueno venía.

—Es una sorpresa, cariño —canturreó el mayor.

—Pero, Yoonie, ya me has dado muchas sorpresas hoy, tanta emoción le va hacer daño a mi corazoncito —respondió con un puchero.

—Papi Minie, yo sí sé a dónde va... —Antes de que pudiera terminar, Yoongi tapó la boquita de su niña y la cargó en sus brazos, para así evitar que hablara de más.

—No le hagas caso amor, es una niña —dijo tratando de no sonar nervioso, sosteniendo a su cachorrita con un brazo y con su mano libre tomando la manita del omega para entrelazar sus dedos.

Sabía que decirle de su sorpresa a Shuhua era una muy mala idea ya que en cualquier momento a la niña se le podría salir algo de más, pero él necesitaba que su hija supiera, pues necesitaba su ayuda.

Sobre lo que el alfa tenía planeado, es que había rentado un gran balcón de un lujoso restaurante con una preciosa vista a la Torre Eiffel, ya que ésta se encontraba muy cerca del lugar.

Ahora sí había llegado el momento.

Ya estaban estacionados fuera del lugar, minutos antes el alfa se había encargado de poner una venda en los ojos de su omega para evitar que viera algo. De igual manera era imposible, ya que se había estacionado detrás del lugar con el mismo propósito. Bajó del auto para luego abrir la puerta del lugar donde estaba Shuhua y sacarla del auto, para luego dirigirse a donde estaba su omega, sin embargo, no lo dejo salir.

—Bebé, te tendrás que quedar aquí unos momentos. Volveremos enseguida —dijo el alfa, viendo inmediatamente como un puchero se formaba en los labios de su omega.

—P-Pero, Yoonie, n-no quie... —Y antes de que pudiera hacer todo un berrinche, el alfa se había adentrado un poco al auto para callar a su omega de la mejor forma posible: con un beso.

—Sólo serán unos minutos, omega —susurró contra sus labios una vez se habían separado del beso, viendo como su omega asentía con sus cachetitos rojos—. De igual manera, te traje unos malvaviscos con chocolate para que no te aburras —contó, sacando de los asientos traseros la cajita con los malvaviscos.

—¿Y cómo se supone que los comeré si tengo los ojos vendados, hyung? —preguntó irónico.

—Tú eres muy inteligente, amor, encontraras la forma —dijo y dejó otro beso en sus labios para luego cerrar la puerta y tomar a Shuhua de la mano, corriendo hacia las instalaciones del restaurante, donde ya unos trabajadores los esperaban, dirigiéndose a los baños.

Rápidamente él alfa cambió la ropa de Shuhua a un vestidito de vuelo de color blanco y le colocó una tiara de flores en sus largos cabellos. Después de que su cachorrita estuvo lista, él mismo se cambió la ropa informal que tenía a un elegante traje negro. Subieron hacia el balcón para comprobar que todo estuviera listo, y así fue, todo estaba tal cual lo planeó.

Así que, con una seña, le indicó a una trabajadora del lugar que fuera por su amado.

La pequeña Shuhua daba saltitos emocionada mientras sostenía su pequeña canasta con pétalos de rosas en sus manitas y Yoongi se ponía en su lugar, listo para todo.

Jimin se encontraba llevándose uno de los deliciosos malvaviscos a su boquita mientras tarareaba su canción favorita. "A Thousand years".

Unos toquecitos en la puerta del auto lo sacaron de sus bonitos pensamientos, ya que se encontraba pensando cuando conoció a su alfa. A toques torpes llegó a la manija del auto y abrió la puerta.

—Disculpe, el señor Min me mandó por usted, él y su hija lo están esperando —dijo la trabajadora, ayudándolo a bajar del auto y quitando la venda de sus ojos, llevándola consigo en sus manos, esperando a que el omega se acostumbrara a la luz.

—¿Por qué no vino mi alfa por mí? —preguntó con un puchero a la trabajadora que supuso era beta porque no distinguía ningún aroma.

—Oh, no se preocupe por eso, créame que le encantara saber por qué no vino —le contestó con una sonrisa de complicidad, guiando al pequeño omega dentro de las instalaciones, tomando el elevador que los llevaría al salón de baile que da directo al balcón—. Mmmm, por órdenes de su alfa le tengo que poner la venda de nuevo —dijo un poco apenada una vez salieron del elevador, pero Jimin, en vez de volverse a enfadar, asintió muy feliz.

La beta le colocó la venda de nuevo y lo ayudó a caminar hasta el balcón, cuando llegaron y Yoongi vio como su niño venía riendo mientras intentaba no caerse, quiso tirarse a llorar ahí mismo, estaba totalmente seguro de querer pasar esta vida y todas las demás junto a ese pequeño omega parlanchín. Puso su mejor postura con sus manos tras él, escondiendo la cajita con el anillo una vez su pequeño estuvo lo suficientemente cerca.

—¿Alfa? —habló él omega cuando sintió que la trabajadora ya no lo ayudaba a caminar más.

—Aquí estoy, amor mío —habló él alfa. Hizo una seña a todos los trabajadores para que fueran abandonando el balcón y se prepararan para lo que sería la sorpresa si su omega aceptaba su propuesta.

Quedaron solos en el balcón, Shuhua se encontraba al lado izquierdo de las grandes letras iluminadas que decían "Marry me", el alfa se encontraba en el lado derecha de estas y él omega se encontraba enfrente.

Él alfa soltó un suspiró muy largo, con su corazón latiendo con muchísima rapidez ante los nervios.

—Jimin, mi bebé, ¿puedes quitarte la venda, por favor? —preguntó, evitando tartamudear. El omega asintió y se quitó la venda, no estando preparado para lo que sus ojitos color miel vieron.

Era un balcón con una vista directa a la Torre Eiffel, con el piso lleno de pétalos de rosas, con su hija y su alfa a lado de unas letras grandes, "Marry me" decían estas. Y en cuestión de segundos, Jimin ya se encontraba llorando.

El alfa comenzó a acercarse a él, y cuando estuvo a su lado, se arrodilló mientras sacaba la cajita que tenía escondida detrás de sí y la abrió, mostrando el hermoso anillo con un pequeño diamante incrustado.

—Mi amor, ¿quisieras casarte conmigo? —Y por fin Yoongi lo preguntó.

El omega no pudo evitarlo, por lo que al instante estalló en llanto mientras asentía múltiples veces.

—S-Sí, claro que sí quiero, Yoonie —respondió en medio de su llanto.

El alfa con una sonrisa le colocó el anillo en su dedo anular, parándose al instante y abrazando a su omega, quien soltaba sollozos mientras se aferraba a él.

Shuhua al ver su señal, la cual era "si le pongo el anillo a tu papi Minie, es tu momento de salir", se acercó con su canastita en manos y, una vez estuvo junto a sus padres, comenzó a tirarles pétalos de rosas.

Jimin al darse cuenta de esto, atrajo a su niña junto a ellos al abrazo, mientras seguía llorando en el pecho de su alfa, quien ya también había soltado algunas lágrimas.

Pasaron unos minutos así, hasta que se separaron y Yoongi atrajo el rostro de su pequeño para darle un beso. Shuhua estaba sonriendo, pues había aprendido que esos besitos eran la manera en la que sus padres se demostraban lo mucho que se amaban.

Una vez se separaron, fue el momento de Yoongi de dar su siguiente señal.

—¡Me dijo que sí! —gritó emocionado—. Esto es para ti, amor de mi vida —le dijo a su amado.

Unos segundos después, múltiples globos de color blanco, de los cuales en cada uno colgaba un listón que sostenía una nota, empezaron a flotar encima de ellos, alrededor del balcón.

—Cada uno trae un deseo que quiero cumplir junto a ti, algunos tienen las cosas de las cuales me enamoré de ti, otros tienen escrito todo lo que me haces sentir. Todos se tratan sobre ti, sobre nosotros —le dijo el alfa a su omega.

Jimin sonrió y con los ojos llorosos se acercó a la orilla del balcón, asomando su cabecita y viendo como muchísimas personas eran las encargadas de mandar los globos al cielo. Un globo comenzó a elevarse, y cuando llegó a su altura, lo atrapó en sus bracitos, tomando el papelito con la nota que colgaba de él.

"Cada detalle tuyo es la más grande perfección para mí. Mi querido Jimin, he esperado mil años por ti. Incluso moriría por ti y volvería a vivir sólo para volver a estar a tu lado. Yo a ti te amaré hasta mi última vida", decía la nota.

Atrapó otro globo entre sus manos, tomando también la nota que colgaba de éste.

"Quiero cumplir todos tus deseos y cumplir los míos junto a ti. Quiero flotar en las estrellas junto a ti, conocer los cosmos a tu lado, volar al cielo con el impulso de tu amor", decía esa nota.

Siguió así, atrapando los globos para leer sus notas, hasta que ya no pudo más y se giró hacia su alfa, quien lo esperaba con otro globo en sus manos, sólo que éste era más grande que los demás, mientras Shuhua sostenía una hoja de papel y un plumón.

Sabiendo lo que eso significa, se acercó hacia ellos, tomando el papel y el plumón que su hija le ofrecía.

"Mi hermoso Yoonie, gracias por amarme tanto y darme una hermosa familia. Seamos felices hasta el final de los tiempos, viajemos hasta el infinito tomados de la mano. Nunca me sueltes, nunca me dejes. Llévame a conocer las estrellas. Recorramos el universo, tú y yo, junto con nuestra bebé y los que vengan después. Vivamos por mil años más nuestro amor", escribió él omega en la nota, la dobló y le dio un pequeño beso, poniéndola en su pechito mientras suspiraba. Se acercó a su alfa y le pidió con su mirada que también le diera un beso a la nota. Una vez su alfa lo hizo, también se lo pidió a Shuhua.

Colgó la nota en el listón del globo, y Yoongi cargó a Shuhua, para así los tres tomar el globo y soltarlo al mismo tiempo.

Después del emotivo momento, unos cuentos abrazos, besos y unas lágrimas más, se dispusieron a cenar y brindar en celebración por su compromiso, y después bailaron junto a su hija baladas románticas.

Con la Torre Eiffel siendo una vez más testigo de unas almas enamoradas.

Nota:

¡Hola!, ha pasado un tiempo, ¿qué tal van sus vidas? Yo, sufriendo. Ahre.

Creo que este es uno de los capítulos más largo de esta adaptación, me tomó su tiempo adaptarlo. ¡Además, es muy soft! Yoongi ya le pidió matrimonio, ahora se nos viene la boda ¡y el fin de esta adaptación! Una cinco/seis partes más (con los extras), y despidiré otra adaptación más TT TT

Pregunta del capítulo: ¿Saben cocinar? ¿Cuál es su nivel: pobre, básico, normal u experto?

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