|03|
Al abrir mis ojos me encuentro en mi nuevo cuarto. Había olvidado por completo que ya no estoy en mi casa. Para mi sorpresa, los pantalones que traía el día anterior están a los pies de la cama.
--¿Cómo llegué al cuarto?-- murmuro sobando mis ojos. Suelto un bostezo y sin más me levanto.
Una vez en el baño hago mis necesidades y lavo mi cara. Sorprendida, veo el nuevo cepillo de dientes a un lado del azul. Sonrío y también lavo mis dientes. Al salir me choco con una pared humana, escuchando su gruñido.
--Buenos días señor Bakugo-- saludo con energía, la cual se va cuando noto que sus ojos no están puestos en mi, bueno más bien en otra parte de mi cuerpo.
Sigo sus ojos y chillo al ver que olvide por completo colocarme los pantalones. Su remera sólo tapa la mitad de mi trasero así que la estiro un poco para tratar de tapar lo máximo posible.
--Buen día-- gruñe cerrando la puerta del baño con brusquedad.
Corro al cuarto y decido colocarme la falda de la Academia. La única ropa que tengo es el uniforme. La camisa tiene rastros de escombros y demás, por lo cuál está para lavar. Gracias al cielo la falda está intacta.
Acomodo un poco mi cabello y sin más salgo y me acerco a la cocina, atreviéndome a buscar en los muebles las cosas que necesito para preparar el desayuno.
--¿Qué haces?-- salto en mi lugar del susto y con el corazón a mil. Ahora entiendo cuando mamá se enojaba cada que me aparecía por detrás.
--Yo.... Decidí preparar el desayuno, es lo menos que puedo hacer-- comento desviando los ojos. No lleva remera y no es como que esté acostumbrada a tener un hombre cerca mío.
--No tienes que tomar el rol de sirvienta para agradecer-- gruñe tomando asiento en las butacas del pequeño muro.
--Bueno.... Es que ya no tengo que ir a la Academia y tampoco puedo ir al hospital todo el día, la hora de visita es recién a las cinco.... Así que limpiar y demás es una buena forma de distraerme-- murmuro nerviosa y dejo el plato y la taza de café frente a él.
--Como quieras-- suelta empezando a comer. No espero un halago, no es del tipo de persona que hace ese tipo de cosas. O siquiera un agradecimiento.
Ahora que lo recuerdo ayer menciono que hoy traerían mi ropa. Espero poder quedarme con su remera... Es decir, perdí mi maldita blusa firmada, pero ahora estoy viviendo con él y encima estoy usando una de sus remeras. ¡Oh dios, recién caigo en todo eso!... ¡¡¡Estoy viviendo con Bakugo Katsuki!!!.
--¡¿Por qué me miras así?!-- suelta impaciente, trayéndome a la realidad.
--¡Lo lamento!-- chillo avergonzada y sigo con mi desayuno.
Cuando ambos terminamos empiezo a lavar las cosas mientras el timbre suena una y otra vez sin detenerse.
--¡Maldita sea dije que ya voy!-- suelta el señor Bakugo y abre de golpe la puerta.
Miro por sobre mi hombro y veo a un hombre de cabello rojo que se burla del señor Bakugo. Ese debe ser RedRiot, he visto que es con el que más hace equipo y con el que mejor se lleva.
--Así que tu eres la nueva inquilina... Soy Kirishima Eijirou-- se presenta acercándose y estira su mano.
--Soy... Soy ____-- increíble, sólo con el señor Bakugo suelo tartamudear y tampoco es mucho, pero me he puesto realmente nerviosa ante la presencia del pelirojo.
--¿A qué has venido Kirishima bastardo?-- gruñe el señor Bakugo y pasa por entre medio de nosotros para ver en la heladera. Separando nuestras manos en el proceso.
--Vine a traer esto-- le contesta mostrando la valija que recién ahora veo que trae consigo. --Es tu ropa-- comenta guiñando el ojo, haciendo que mi cara tome temperatura y seguramente color.
--Bien ya puedes irte-- le gruñe de mala forma, pero el señor Kirishima lejos de molestarse solo se ríe. --Bastardo-- murmura, pero sólo lo escucho yo por la cercanía.
--Dime ____, ¿Qué edad tienes?.
--Tengo diecisiete señor-- contesto algo apenada y aún nerviosa por su presencia. --Dentro de seis meses cumplo mis dieciocho.
--Oh, ya serás legal-- su comentario me confunde un poco, pero aún así sonrío y le asiento, escuchando como el rubio a mi lado gruñe. ¿Acaso es más gruñón por las mañanas?
Bakugo Katsuki...
No puedo creer que el bastardo de Kirishima diga eso y que para colmo la niña le afirme con una jodida sonrisa. Desde que le di el maldito autógrafo a _____ ha estado jodiendo con el tema y me trae de muy mal humor. Si hubiera sabido que era él el encargado de traer las cosas me hubiera negado. Prefería mil veces gastar dinero y comprar las cosas a que viniera él y conozca a la pequeña.
--Y dime pequeña _____, tengo entendido que estas en tu último año de la academia UA, ¿A qué empresa estas asociada?-- le pregunta mi supuesto amigo, tomando asiento junto con ella, quien vuelve a sonrojarse y agacha la mirada. ¡¿Por qué mierda se sonroja?!.
--Estoy en la empresa del señor Fushioka Toriki, es la que más le ha gustado a mi madre-- murmura jugando con sus dedos.
Un momento, ¿Ha dicho Fushioka? Como ese engendro le ponga las manos encima a _____ lo destrozo. Últimamente hay muchos rumores de que contrata a sólo chicas para sus morbos.
--¿Bakugo porque estás enfadado?-- pregunta Kirishima al ver las explosiones en mis manos.
--¡Nada¡ Debo salir-- gruño dejando el vaso en el lavado y me dirijo a mi cuarto. Cojo una camisa y al volver a la cocina veo como aquellos dos hablan muy animadamente. --Kirishima es hora de que te vayas-- le suelto sujetando su brazo. No pienso dejar que se queden a solas.
--¡Nos vemos ____!-- se despide antes de que cierre la puerta en su cara.
--¿Todo bien señor Bakugo?-- escucho su voz en apenas un murmuro. Al darme la vuelta sus mejillas aún están rosas y me mira con duda.
--Si, aquí tienes unas llaves extras y el número de mi celular, avisa cuando sales y a que hora vuelves.... No quiero tener que salir a buscarte-- ella asiente y con su mano temblorosa coge las llaves y el papel, rozando levemente nuestras manos.
Mis ojos bajan a sus pechos y debo golpearme mentalmente ya que sus pezones están duros y se nota a través de la tela de mi remera. Me cago en mi vida y en el momento en que acepté ser su tutor. Suelto un gruñido y salgo sin despedirme. Doy asco.
...
Apago el auto y bajo dando un portazo. Me adentro al edificio y cuando la chica de recepción recae en mi presencia saluda amablemente.
--¿Está Fushioka?-- pregunto ignorando su saludo y la forma en como me mira.
--En un momento puede pasar a verlo señor Katsuki-- comenta luego de hablar por teléfono con quien supongo era ese degenerado. Dios, con lo que hice antes de salir me siento igual de asqueroso.
--¡Bakugo, ¿Muchacho que te trae por aquí?!-- suelta Fushioka con una sonrisa mientras se me acerca.
--Necesito hablar contigo a sola, es algo importante-- le corto logrando que su patética sonrisa se esfume.
Asiente y con una seña lo sigo hasta la que supongo es su oficina. Una vez dentro no lo dejo sentarse ya que lo tomo por la camisa y lo acerco a mi.
--Escucha una cosa Fushioka, _____ Mirai fue la última en unirse a tu prostíbulo, sé muy bien lo que haces con tus chicas-- gruño en su cara, viendo como su tono de piel palidece varios tonos. --Cancelarás la firma y harás que _____ se pase a Dorimi.
--¿Tu empresa? Estas loco Bakugo Katsuki, esa niña es potencial puro, con su ayuda lograré que mi empresa supere a muchas-- suelta con enfado y golpea mis manos, alejándose de mi con una sonrisa. --Tendrás que hacer más que eso.
--Como quieras, desearas no haber dicho eso cuando acabe contigo.
...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro