En algún lugar del mundo, 21 de mayo del año 2022
Tae levantó su cabeza lo suficiente como para quedar a la altura de la de Jungkook y darle un suave beso en los labios.
Jungkook aún con los ojos cerrados, se giró y lo abrazó con fuerzas pasando sus brazos alrededor de su cintura y buscando más besos, Tae emitió una risa en voz baja.
— Despertarás a Jimin.
Jungkook abrió los ojos, no podía ver mucho más allá que al rubio que tenía delante. Miró al reloj digital de su muñeca, eran las cuatro de la mañana. Suspiró, sabía porqué su pareja estaba despierta, habían temido que llegara ese día y aunque el viaje, las escalas, los moteles, los había distraído en cierto sentido, sabía que el rubio no había dejado de pensar en eso todo el tiempo. Porque sí, ese día, en unas horas más, el trato que Hana había firmado con el demonio cumpliría los diez años, sabiendo de esto, la mujer le había entregado una carta a modo de despedida, y le gustara o no, Taehyung era incapaz de leerla.
El rubio se incorporó, perdiendo levemente el equilibrio cuando una ola golpeó el barco. Luego de escapar por todo el país y recorrerlo de este a oeste, se habían metido a un barco y en esos momentos navegaban por aguas internacionales, rumbo a algún lado de Latinoamérica.
Jungkook se sentó en la cama con rapidez para poner sus manos en su cintura y evitar que volviera a suceder. Cuando se aseguró que no se caería, se incorporó con él y ambos salieron sin hacer ruido.
Se acercaron hasta la proa del navío, Tae se apoyó contra la baranda que los protegía de caer al mar y Jungkook lo abrazó por detrás, poniendo su cabeza en su hombro.
Se dieron calor durante unos minutos, hasta que Tae por fin sacó el sobre que había guardado en su bolsillo todo ese tiempo, y tomándola con fuerza para que no saliera volando, se la tendió a su pareja. El pelinegro, con mucho cuidado, rompió el papel y desdobló la hoja que había dentro, miró la carta de arriba hacia abajo, y luego comenzó a leerla en voz alta:
Querido Tae:
Ahora que mi alma ha sido tomada por él, hay algo más que tengo que decir. No quiero que sientas que es tu deber, pero recuerda lo que yo hice por ti, aún así no es tu obligación.
Existe una forma de rescatarme aún, podrías recuperar mi alma y depositarla en un cuerpo nuevo, pero para ello, deberás encontrar los tres libros de Las Moiras, durante estos diez años fui capaz de dar con uno solo, un pequeño libro negro y dorado. Pero para rescatar mi alma necesitas los tres. Deberás encontrar al demonio con vida y utilizar la sabiduría de las tres Moiras. No te confíes, el mundo no es tan inocente cómo lo piensas, existen agrupaciones de humanos que reconocen la existencia de los demonios, les temen, y harán lo que sea para destruirlos. Si llegan a matar al demonio con el que hice el pacto, jamás podrás recuperarme
Que el camino de la luz siempre esté contigo
Con amor: MaMá
PD: He escondido el único libro, sé que podrás encontrarlo. Me conoces.
Jungkook detuvo la lectura allí, giró la carta, pero no había más, si había alguna pista secreta, no la estaba viendo. Taehyung se removió en su lugar, pensó que estaba llorando, pero el golpe que dio al aire, indicaba todo lo contrario, estaba furioso.
— Luego de todo lo que ha hecho, ¿Gasta su maldita carta en mostrarme sus exigencias? Lo hubiera aceptado si fuera una despedida, pero ¿Esto?
— No es tu deber hacerlo, si no lo quieres hacer cariño. No te está forzando.
— No conoces a mi madre, está más que claro que sabía que lo haré.
— ¿Lo harás?
Taehyung se dio la vuelta, escondiendo la cabeza en el pecho de Jungkook, parecía estar dividido, entre su deber y su querer, entre su amor por su madre y su amor propio. Finalmente, el debacle llegó a su fin, un suspiro abandonó sus labios, para luego estirar sus manos hasta dar con el cabello del pelinegro y asirlo hacia sí en busca de un beso desesperado, un beso que de alguna forma le diera la paz que tanto necesitaba constantemente.
— Lo haremos... —Susurró quizá en forma de pregunta más que de afirmación. Jungkook sonrió, besándolo suavemente.
— Lo haremos —Confirmó el pelinegro besando la coronilla del chico—. Jamás dejaré que hagas algo así sólo, y menos si implica una maldita búsqueda del tesoro por todo el planeta.—El pelirrubio comenzó a reír.
— Cariño, no tenemos ni un centavo, ¿Cómo haremos esto?
— ¿Con amor y paciencia? ¿Estafas y robos?
— Me gustan los últimos dos... —Esto hizo que Jungkook le robara un tercer beso. En ese momento, la puerta se abrió nuevamente y Yoongi y Jimin salieron por esta, acercándose y apoyándose contra la barra.
— ¿No era lo que esperabas? —Preguntó Jimin al ver la cara de Tae, no lograba identificar que estaba sintiendo su amigo en ese momento, era una mezcla rara sin nombre que no podía comprender.
— Es exactamente lo que me temía que hiciera, mamá puede... podía ser muy amorosa y amarme mucho, pero jamás tuvo miedo de pisotear a los demás para conseguir lo que quisiera... No sé porque esperaba una despedida normal, sabiendo cómo es. —Jimin levantó una ceja, y fue el pelinegro el que decidió responder.
— Nos invita a una búsqueda del tesoro, ¿La recompensa? Traerla a la vida... sólo debemos sacrificar todo lo que tenemos y comenzar una búsqueda mundial, sin mapa, sin guía sin nada...
— Ya, nada raro viniendo de Hana... —Terminó de decir Jimin, mirando hacia el mar, la pregunta era ¿Podría Tae por una vez en su vida ignorar su deber y hacer lo que quería? Yoongi apoyó sus labios en la nunca del rubio, mientras este seguía pensando, era una extraña costumbre a la que ambos se habían adaptado, calmaba al menor, divertía y entretenía al pianista.
— ¿Crees que es lo correcto de hacer? Me dio la vida... dos veces, ¿Cuántas madres pueden decir eso? Vendió su alma por mí, no por algo que ella quisiera, lo hizo por mí
— Técnicamente lo hizo porque no podía vivir sin ti... —Alegó Yoongi despegando sus labios de la piel de Jimin, comprobando con orgullo la pequeña marca roja que había dejado en él.
— Pero lo hizo de todas formas... no creo poder hacer esto solo... —Jimin le dio un leve, pero contundente golpe a las costillas de su novio, entendía cuál era el pensamiento de Tae, no pasaba tanto por querer devolverle a su madre el favor, era la única oportunidad, el único escenario en que, en la mente de su amigo, su madre aún no habría muerto, ya que podía salvarla todavía.
En definitiva, su amigo estaba en negación, no aceptaba que se había ido, y esta locura del viaje, lo haría para evitar pensar en eso, y a decir verdad ¿Qué otras cosas podrían hacer? Tenían vidas nuevas, podían empezar de cero, podían permitirse el lujo de acompañar a su amigo a través de su duelo, en un viaje demencial en busca del alma perdida de su madre.
Jimin se mordió el labio intentando no reír, si un año atrás le hubieran dicho que su vida se convertiría en una copia de Harry Potter siete, se hubiera reído, pero hoy en día ya no era un chiste, era su nueva realidad.
— Lo haremos Tae...
Jin tomó al pequeño Kun entre sus brazos, había dejado de preguntar por Lisa, y cada vez que lo hacía por Jungkook, le aseguraban que estaba de viaje de negocios. Antes de dormirse, el pequeño le pidió que no lo abandonaran, que él se portaría bien para que papá volviera, eso los había matado, tanto a él como a Namjoon, porque ninguno podía demostrar cómo se sentían hasta que el pequeño se durmiese.
Su esposo apareció con una botella de vino de su cosecha favorita. Dejó a Kun en el sillón, lo tapó con cuidado con su mantita, y se levantó en silencio para no despertarlo, tomó el destapa corchos de la mesa de la cocina y salieron al patio.
Namjoon sacó su cigarrera, su encendedor y por primera vez en diez años, le dio una calada profunda a su cigarrillo. Porque sí, a pesar de haber dejado el vicio hacía tantos años, aún llevaba su cigarrera con un solo cigarrillo, cómo recordatorio de su lucha, pero ese día no podía más, pensó que Jin diría algo, pero no lo hizo, ambos necesitaban eso.
— ¿Sabes cómo va la investigación? —Susurró Jin. Namjoon sacó el humo por su nariz, acción que por alguna razón lo relajaba.
— Han dado con otra pared. Los cuerpos de Taehyung y Jimin oficialmente fueron confirmados como tal, fueron a darle la noticia a Yoongi, al no encontrarlo le dejaron un mensajpero al no estar casados no hay responsabilidad legal, y no es extraño que haya querido irse de la ciudad luego de lo que le sucedió, por lo que no sospechan nada.
— ¿Y de Jungkook? -Namjoon exhaló lo último que quedaba de su cigarrillo, arrojando la colilla al suelo y apagándola con su pie.
El escape de Jungkook había sido el más peligroso, no habían planeado absolutamente nada, todo había sido sobre la marcha.
Habían organizado una rápida maniobra Houdini, el mismo Jungkook la había hecho, pero a la inversa, el pelinegro había atacado a todos los presos y policías que pudo antes de ser reducido, los policías lo habían tenido que sedar.
Allí fue dónde Hoseok entró, había cambiado la dosis de la inyección que le habían puesto, esto produjo una reacción que dejó a Jungkook literalmente muerto, el guardia de seguridad tuvo que subirse sobre él y hacer compresiones de pecho, en tanto la ambulancia llegaba y se lo llevaban al hospital central, antes de llegar a la guardia, y sin que nadie lo viera, Hoseok le inyectó una epinefrina y golpeó con fuerza su pecho, trayéndolo a la vida.
Llegando al hospital, Hana los atendió, logrando deshacerse de todos los que lo rodeaban, corrieron con Jungkook aún en la camilla, atravesaron el hospital y bajaron por el ascensor de la morgue, el único lugar sin cámaras.
Allí bajaron a Jungkook, le cambiaron la ropa, y Hana les dio las llaves de su casa a Hoseok, le pidió que se llevara a Yeontan y al pelinegro hacia el barco dónde su hijo se iba, y cuando su hermano se fue, Hana desnudó un cadáver de la morgue, lo vistió con las ropas de Jungkook, e incendió el lugar.
Cuando la policía encontró a Hana en posesión del bidón de gasolina y demás pruebas que confirmaron que ella había prendido fuego la morgue, dijo que lo hizo en venganza, porque no había podido matar a Jungkook, y que la muerte había venido por él antes de que ella pudiera entregárselo en bandeja de plata, por lo que cuando vio el cadáver del joven entrar por la guardia, decidió que no se quedaría sin su venganza.
La arrestaron por manipulación de un cadáver, y por iniciar un incendio, pero no podían culparla de nada más, Jungkook oficialmente estaba muerto, algo que no le costó mucho confirmar al forense amigo de Jin junto con los demás cuerpos.
— Vino el detective Basso a casa hoy a la mañana, no te lo dije porque ya tienes mucho que hacer— Jin no dijo nada, sólo lo miró, esperando el resto del relato—, Kun oyó que hablábamos de Jungkook, y dijo que su papá estaba en un viaje muy largo y no volvería en mucho tiempo.
》Por suerte Basso sólo pensó que le habíamos contado eso, para no decirle la dolorosa verdad, hizo algunas preguntas, pero no pudo sacar nada en claro... y luego me dijo que Hana había muerto, dice que alguien destrozó su cuerpo, pero las cámaras dejaron de funcionar en ese momento y no se ve el atacante, está claro que no me creerá si le cuento la verdad, por lo que le mostré dónde estuvimos en ese momento, y se fue... no creo que falte mucho para que cierre todos los casos.
Jin dejó la copa de vino, una gota había resbalado por fuera, y dejando un rastro húmedo que el pelinegro quitó con su lengua.
— ¿Estarán bien?
— Sólo nos resta esperar que se contacten con nosotros, hasta ese momento deberemos vivir con la incertidumbre.
Bueno esto es un poco como han quedado las cosas, se que es algo corto pero, en la semana subiré dos especiales, uno será Yoonmin, el otro aún no lo sé, lo pensaré.
Gracias por estar y por tanto apoyo :D
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro