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Capítulo 17

Nueva York 12 de febrero del año 2022

Estaban en problemas, graves problemas, o al menos lo estaban Jimin, Taehyung y Jungkook. El día anterior y durante horas la policía había allanado todo, la mansión Jeon, la casa de Jimin y la casa de Jungkook, tanto su casa como la casa de Nam y Jin.

En la mansión, además de la nota escrita presuntamente por el señor Jeon, había marcas de huellas digitales de Jimin, no sólo sobre la botellita de veneno, sino por toda la planta baja, el muchacho no lo entendía, no había estado en ningún otro lado más que en la cocina, ¿Cómo podía ser eso? 

En su casa, además del rastro de la tarjeta de crédito, los policías habían encontrado grabaciones de cámaras no autorizadas, de diferentes partes de la propiedad de los Jeon, sin contar con la investigación sobre la matrícula del auto de la señora Jeon, a la cual había investigado cuanto pudo, multas, peajes, estacionamientos. Jimin sabía que esto último sí que lo había hecho, pero en conjunto a todo lo demás, comenzaba a dibujarse la imagen de un loco obsesionado con la familia en busca de venganza.

Al allanar la casa de Jin y Nam no encontraron nada relacionado a Jungkook, el pendrive que Hana le había pasado aún estaba en su bolsillo y cómo no había sido detenido, lo habían destruido para evitar cualquier problema. 

Sin embargo, cuando la policía allanó la casa de Jungkook encontraron demasiadas pruebas, allí había un celular con el que supuestamente se había estado mensajeando con alguien más, el peritaje electrónico había dado como resultado otro celular descartable encontrado escondido en el jardín de la casa de Jimin. Los mensajes hablaban sobre el plan, hacer confesar a los Jeon el asesinato de Kai, para usarlo en la apelación de Taehyung y liberarlo. 

Además de ello, había pruebas de la maniobra Houdini realizada por Jungkook, esto sólo demostraba lo corrupto y dispuesto que estaba a sacar al chico de cualquier forma. 

En el celular encontrado, no sólo obtuvieron pruebas sobre la gran conspiración y el plan, sino también amenazas de muerte hacia Lisa, cosas cómo "Te dejaré igual que dejaré a la señora Jeon" "Te mataré a ti y a Kun para que ninguno de los dos me fastidie de nuevo" los demás mensajes, eran demasiado para si quiera mencionarlos.

En este punto, y con todas las pruebas archivadas, Jimin y Jungkook miraban hacia afuera del hotel en el que se estaban quedando, la policía los rodeaba, y les pedía que se entregaran amistosamente, el juego había terminado. El plan había fallado, debían entregarse.

— Escúchame bien cariño, encontraremos la forma de sacarte de allí, ¿Escuchaste?— Susurró el peliblanco a su novio.

— Si Lisa o Isabella hablaron con David y mandaron a atacar a Taehyung, muy probablemente tienen relación con esto...— Aclaró Jimin.

— Iremos, pero tienen que entregarse— Jimin y Jungkook se miraron. Antes de todo ese desmadre no se habían conocido jamás, sin embargo, la cantidad monumental de pruebas parecía mostrar que si lo hacían. 

Jimin se acercó a Yoongi y se escondió en su pecho y a pesar de la situación, a pesar del estrés y del miedo del rubio, el corazón del peliblanco latía con tranquilidad, amaba eso de su pareja, sin importar lo mal que sentía, siempre le imponía esa calma que su desbocada vida tanto necesitaba. 

Sintió la suave mano del hombre acariciar su cabello, la otra se enredó en su cadera, y antes de poder evitarlo, Yoongi lo besó, lo besó como si su vida dependiera de ello, lo besó profundo, lo besó sabiendo que sería la última vez.

Salieron de la habitación, el frio aire del pasillo les heló el estómago, estaban nerviosos, sabían lo que les esperaba, hasta que el juicio comenzara serían enviados a prisión, un oficial que supuestamente usa su poder para doblegar a otros no lo dejarían esperar el juicio en su domicilio, lo mismo iba a Jungkook que, no solo enfrentaba los cargos por asesinato premeditado, sino también se lo acusaba de maltrato hacia su esposa, no lo dejarían salir de la cárcel antes del juicio. 

Bajaron por el ascensor y se quedaron tras la puerta de vidrio, mirando a los policías, Jimin hizo contacto visual con Taemin, el muchacho estaba escondido tras el nuevo jefe, el hombre que llevaba las investigaciones ahora.

— Avancen con las manos en alto.— Ambos salieron del hotel con las manos en alto, todos los ojos estaban sobre ellos. Jimin miró a Jungkook y mientras bajaban los escalones de la entrada le susurró.

— Se que no soy la persona con la que querrías estar en esta situación, pero ambos queremos a Taehyung, por lo que quizá podríamos ser ¿Amigos?— Jungkook sonrió, mientras llegaban a la vez al último escalón. El oficial que por cierto su nombre era Rey Sully, ordenó a sus hombres que los esposaran, estos los empujaron con brusquedad a ambos contra la patrulla.

— Amigos —dijo finalmente Jungkook sonriendo a Jimin. Los dos sabían que probablemente los encerrarían juntos, era mejor empezar a llevarse bien. 

Fueron metidos a la patrulla y comenzaron el largo camino. Primero procesaron a Jungkook en la comisaría, leyeron sus derechos y les hicieron firmar una cantidad de papeleo importante. 

Una vez los trámites estaban hechos fueron trasladados al juzgado, allí un juez dictaría dónde deberían esperar el juicio, y cuando este anunció que ambos lo harían en Migung se sorprendieron, podrían al menos ver a Taehyung, las cosas no iban tan mal.

Fueron llevados nuevamente al coche patrulla y se dirigieron a lo que sería su casa los próximos meses o quizá años, dependiendo de cómo fuera el juicio. Ambos sabían que la verdad saldría a la luz, por lo menos así lo esperaban.

Ver la imponente prisión acercarse lentamente por el parabrisas del auto, asustó mucho a los chicos. Pero al ver a Hoseok esperándolos en la entrada los relajó. Al parecer había vuelto, había superado su crisis. 

Los hicieron bajar, y fueron entregados al hombre, no hubo intercambio de palabras ni despedidas. Los policías se retiraron y Hoseok los guio prisión adentro.

— Fueron ubicados en la sección D, allí está el mejor de los centros médicos de Migung...

— ¿Eso significa...?

— Que a Taehyung también lo trasladaron allí, por ahora logré que compartieran celdas, más que nada porque ya no llevas el caso... otra cosa, Jimin evita decir que tipo de trabajo tenías o la pasarás mal.— El rubio asintió, definitivamente acaba de fruncirse su trasero, no quería esto, pero no tenían opción.

Hoseok los guio por los intrincados pasillos del sector D hasta que llegaron.

— Taehyung, tus nuevos compañeros de cuarto llegaron, se amable— Luego de abrirles la puerta, meterlos y cerrarla, les quitó las esposas de las manos y pies, y se retiró. 

Los dos chicos miraron a Tae, el chico llevaba un pañuelo púrpura sobre sus ojos, los tres vestían el mismo uniforme naranja horrible.

— Mi nombre es Taehyung... ¿Ustedes?— Jimin y Jungkook sonrieron, al parecer nadie le había dicho que venían.

— Deja de fingir que eres tan bueno, y dame un abrazo— La reacción de Tae fue saltar hacia dónde escuchaba la voz y se enterró contra el cuerpo de Jimin, ya no se sentía solo, aunque sabía que no era bueno que él estuviera allí. El día anterior habían trasladado a Tae mucho antes de saberse todo lo que estaba sucediendo, por lo que el rubio no sabía demasiado de la situación.

— Bueno... te prometí que te sacaría de aquí Tae, creo que esa parte del plan no va muy bien, pero...— Tae volvió a sonreír, soltó el amarré de Jimin y también abrazó al pelinegro. Este no lo apartó, lo apretó hacia sí en un desesperado intento de sentirlo, de poder tranquilizarse. La electricidad explotó en su piel, miles de sensaciones brotaron entre ambos, la necesidad de tomarlo con fuerza y simplemente abrazarlo hasta que todo lo demás pasara, apareció en su pecho, Jungkook sólo quería quedarse así por el resto de su vida.

Tae giró su cabeza y enterró su nariz en el cuerpo de Jungkook. Aspiro con paciencia recorrió su pecho lentamente, casi como si buscara algo.

— Siempre me relaja poder olerte... no quise decirte esto, pero tu olor me recuerda a Kai... tus manos, tu calidez. Es extraño, cuando te toco ya no me siento tan triste— Jungkook siguió abrazándolo, pero sonrió con suficiencia.

— Pensé que no sentías nada y que simplemente eras bueno conmigo porque "lo necesitaba" -susurró Jungkook al oído del rubio mientras Jimin elegía la cama de abajo. El color rojo se apoderó de las mejillas de Tae.

— Hay algo con lo que no he sido del todo sincero... y es que cuando tu piel choca con la mía, todo mi cuerpo tiembla es como una electricidad que me devora y cuando estas así— Dijo el chico cada vez más bajo—, mi corazón se desboca, mi cuerpo te busca... pero a la vez siento que estoy traicionándolo Jungkook, ¿Por qué me sucede esto? Siento que estoy entre los dos y no puedo soltar a Kai... pero no puedo seguir negándolo, no cuando estoy a punto de perderlo todo de nuevo Jungkook, tengo miedo, han sido los años más duros que he tenido que pasar, pero me gustas...— Tae se detuvo al sentir un suave beso sobre su coronilla.

— Tú también me gustas... y yo tampoco puedo explicarlo Tae. Desde que escuché tu historia, desde que me hablaste, desde la primera vez que me tocaste. Es como si ya lo hubiera vivido, aunque no te conozco de nada, cuando estoy contigo lo siento todo. Me brindaste la fuerza de terminar algo que me estaba dañando, me abrazaste y me hiciste saber que era importante... Tae de ti aprendí que es amor y que es compasión, a pesar de que lo perdiste todo, amas con toda la pasión que puedes tener... Tae no tengo nada para ofrecerte, pero yo tampoco puedo frenar lo que siento por ti, me gustas mucho. 

Jungkook puso su mano bajo el mentón del rubio y levantó su rostro, había lagrimas que salían por debajo del pañuelo y surcaban su rostro hasta caerse por su cuello, el pelinegro acercó su rostro y atrapó una con sus labios, cuando estos tocaron la suave piel del rubio, ambos se estremecieron, sus corazones se relajaron y decidieron que, por primera vez en mucho tiempo, se dejarían llevar, a la mierda la lógica, a la mierda todo, Jungkook atrapó los carnosos labios carmesí de Taehyung.

Todo quemaba, cada parte de su piel expuesta en contacto del otro quemaba, la angustia que habían arrastrado por años desapareció, el olor a lavanda explotó en el interior de Tae y el olor a jazmín se grabó en el corazón de Jungkook.

Taehyung comenzó a llorar desesperado mientras lo besaba, se apretó contra él en busca de aumentar el contacto, ninguno tuvo que decir nada porque en el segundo que sus labios se habían tocado, el rubio lo supo, y mientras el beso se prolongaba Taehyung finalmente pudo despedirse de Kai. 

Jungkook explotó, la marisma de sentimientos lo golpeó, y él también lo supo, el alma que una vez le había pertenecido a Kai, explotaba de júbilo al reconocerse con la de Taehyung, ambas lloraban por poder volver a ser una sola.

La capa de hielo que tan cuidadosamente había formado el rubio, comenzaba a derretirse mientras las lágrimas de ambos se mezclaban. Y cuando al fin se separaron en busca de aire Taehyung susurró:

— Siempre estaré contigo...— Y Jungkook supo que estaba despidiéndose, Jungkook supo que Taehyung acababa de aceptar que se había ido, que Kai se había ido. Lo tomó con fuerza.

— Kai siempre te amó Taehyung, y siempre lo hará... y yo también. Taehyung no me importa si parte de ti aun lo ama, no tienes que olvidarte ni despegarte de él, te acepto como eres, y cómo estás...— Y el rubio recostó todo su peso en el.

— Duele... duele mucho... pero me duele cuando tú no estás también— El pelinegro lo llevó hasta su cama y ambos se sentaron, intentando tranquilizar sus corazones.

— Tae... hay cosas en este mundo que son complejas, cosas que...— Jungkook miró a Jimin, el chico también lo escuchaba con atención, por lo que también se dirigió a él. No podía revelarles todo, pero quería que supieran la mayor parte

Durante las siguientes cuatro horas, Jungkook les contó aquello que Hana le había revelado, si bien no les aclaró cómo había llegado ese conocimiento a su poder, Jungkook les explicó todo, respondió todas sus dudas, temores. Al final de todo, el silencio reinaba en la celda.

— Entonces... ¿El alma de Kai está en ti?

— Lo está, aún conserva algunos recuerdos de él, pero no soy Kai

— Lo sé, son muy diferentes...— Tae se recostó contra Jungkook, empezaba a comprender porque le había resultado tan familiar la primera vez que había cruzado camino con el abogado, el olor a lavanda... era muy evidente, pero no lo había querido aceptar, estaba demasiado cegado y encerrado en sí mismo, no estaba listo para saber todo lo que acababa de aprender.

— Aunque... me recuerdas a él físicamente... ¿no serán hermanos verdad?— Dijo Jimin en tono de broma para aligerar la emocionalidad que había quedado en el ambiente.

— No lo creo

— ¿Quiénes son tus padres?

— Ammm, no lo sé, ni si quiera conozco mi apellido

— Espera... leí un informe de ti, creo que hablaba sobre un atraco al banco, un tal Jang Jungkook

— Los únicos que conocían mi verdadero apellido fueron los padres de Jin, que me adoptaron.

— Supongo que deberemos esperar a estar fuera para averiguarlo ¿No?— En cuanto Jimin mencionó el tema, Taehyung se tensó. No tuvo que explicarle nada a Jungkook, el pelinegro sabía que le sucedía.

— No saldremos de aquí sin ti Tae...

— Exacto, cariño... -Jimin aguantó las ganas de reír cuando una mirada furibunda atravesó el rostro de Junkook casi al instante-. Exacto Tae. No te dejaremos solo –se rectificó finalmente el chico.

Jin, Nam y Yoongi se detuvieron frente al Hotel Riviera, era de noche ya, pero no importaba, entre más pronto revisaran la casa, más pronto averiguarían que estaba sucediendo. Bajaron del auto, esta vez habían utilizado el del peliblanco, con el fin de no desentonar con la zona en la que estaban.

— Esto es algo tenebroso— Susurró Jin, solía esconder su temor hablando por demás por lo que Nam se detuvo unos segundos y lo besó con fuerza, para luego indicarle que hiciera silencio. 

Saltaron la reja negra con cuidado y llegaron a la puerta de madera de la entrada, la ventana que estaba a un lado de la misma, mostraba un interior completamente oscuro, por lo que o estaban durmiendo o no había nadie, serían cuidadosos hasta saber cuál de las dos opciones era. 

Con la habilidad de un ninja, Yoongi forzó la cerradura con un alambre y una navaja.

— Recuerda poner alarma en casa... — dijo Jin mientras admiraba el buen trabajo del pianista. Entraron con sumo cuidado, y lo que vieron allí los dejó asombrados.

Nada, la mismísima nada, no había muebles, no había cuadros, no había cocina, no había nada, la casa estaba completamente vacía. Jin encendió la luz y todo se vio mucho más claro, al fondo del pasillo de la casa había una única puerta a la que decidieron investigar, la abrieron con mucho cuidado, aún esperaban encontrarse con alguien o algo del otro lado, pero al hacerlo se sorprendieron, había una laptop encendida y conectada a la corriente, la pantalla mostraba dos sillas vacías, pero cuando los tres se acercaron a esta, las dos chicas, Lisa e Isabella, aparecieron en la pantalla.

— Bravo...

— Bravísimo— dijeron ambas muy emocionadas.

— ¿Qué significa esto? ¿Lisa?— Las dos mujeres miraron a los tres hombres con superioridad.

— ¿Creen que es el momento que las supervillanas revelen el plan estratégicamente diseñado?

— La única razón de esto era poder estar conectadas para ver el espectáculo en primera persona...

— Mataron a Jeon Ha-neul... y Jeon Yongmin...

— Ajam— dijo Lisa, pero sin agregar nada más.

— Los obligaron a quitarse la vida y culparon a Jimin y Jungkook, ¿Por qué?— Isabella tomó la batuta esta vez.

— La idiota de esa mujer lo arruinó todo, asesinó a Kai y arruinó la vida de Tae... ohhh, pero Hana también, la maldita mujer arruinó las cosas pero de la peor forma posible.

— ¿De que hablan?

— ¿Acaso no lo saben? La maldita hizo un trato con un demonio para revivir a su hijo... por culpa de ese trato Kai fue asesinado... por culpa de ese trato Hana cambió la historia de todas las personas que iban a conocer a Kai durante el resto de su vida...— Ni Jimin, ni Namjoon ni Yoongi entendían que estaba pasando, porque era imposible que estuviera hablando de tratos con demonios reales ¿Verdad?

— ¿Conocen el efecto mariposa?— Intervino Lisa, definitivamente era la más impaciente de las dos—. En el momento en que Hana mató a Kai haciendo el trato con el demonio hizo algo peor. 

»Verán, mi destino era encontrarme con la mitad de mi alma, mi alma gemela, se supone que mi Jungkook portaría la mitad de mi alma se supone que iba a complementarme a mí, se suponía que iba a ser mi hogar, mi refugio... Jungkook debía llevar la mitad de mi alma... pero Hana firmó el maldito trato, Kai falleció antes de lo planeado, esto hizo que todo cambiara, Jungkook estaba medio centímetro por delante de lo que debía y por eso recibió una bala en su cabeza, su alma se fue, esa alma que se fue y no volvió a bajar nunca más era la mitad de la mía, la que se supone me llenaría— Lisa estaba a punto de perder los estribos se notaba que la ira la dominaba.

— Hana arruinó el reencuentro de dos almas gemelas y terminó uniendo las almas de Kai y Tae por segunda vez...— dijo con desprecio Isabella—. Respetaba a Hana, pero saber que no sólo mató a Kai, sino que también impidió que Lisa conociera a su alma gemela, me repugna. 

»Contacté a Lisa y le dije la verdad, por lo que las dos nos pusimos en campaña, decididas a vengarnos de las dos mujeres que destrozaron nuestras vidas... atacándolas dónde más les duele. Torturamos a los Jeon durante años hasta que pudimos obligarlos a suicidarse, y aprovechamos esto para culpar a Jungkook y Jimin, para vengar la vida de Lisa... pero no nos detuvimos allí, porque ahora que el abogado de Tae está tras las rejas, tampoco podrá defenderlo... nos encargaremos de que ninguno de los tres pueda poner un pie fuera de prisión nunca más... incluso podríamos buscar una... pena de muerte. 

Las dos mujeres rieron estrepitosamente, y la pantalla de la computadora se apagó. Habían finalizado el encuentro.

— Esto no tiene sentido...

— Para nosotros, pero ellas realmente piensan que es verdad, y las llevó a desarrollar el maldito plan con el que se salieron con la suya.— Los tres se quedaron allí, no podían hacer absolutamente más nada. 

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