Capítulo 11
Nueva York, 30 de diciembre del 2011
Advertencia: esta parte del capítulo narra algunas prácticas peligrosas y posee contenido +18, pueden saltearlo si lo desean, si lo hacen comiencen desde "Nueva York 9 de febrero del año 2022", la intensión de esta parte es poder comprender un poco a que se refiere Isabella en el capítulo anterior con las fiestas VIP que Taehyung y Jimin tenían regularmente.
Eran las primeras horas de la tarde y Jimin había decidido comenzar con un calentamiento antes de la gran fiesta de esa noche.
— ¿No crees que es demasiado?—Preguntó Tae mientras Jimin terminaba de colocar las pequeñas pastillas púrpuras dentro de un gran frasco repleto de pastillas de muchos colores.
— Es tu cumpleaños cariño... ¿Acaso ya no quieres jugar?— Puso el frasco en el centro de la mesa mientras los dos invitados los miraban intrigados.
— Las habitaciones de arriba están disponibles... digo si quieren arreglar sus problemas en la cama...— Interrumpió Iván, un hombre de descendencia rusa que solía venderles pastillas de diseño a Jimin.
—Aunque fuera el último hombre en el mundo no me acostaría con él— Dijo indignado Tae de que alguien siquiera pensara en eso.
— Vamos Tae... es fin de año, es tu cumpleaños...y Kai se está por casar en unas hora
Taehyung miró a su ¿amigo? Podría haberle pedido por favor, podría haberle dicho que lo hiciera por él, pero ¿Recordarle que su ex novio estaba por casarse? Clavarle un puñal en la espalda dolía menos, estaba seguro.
—¿Acaso tienes miedo?— Dijo una pelirroja que no tenía idea de quién era o que hacía allí. La muchacha le había puesto una botella de vodka frente a él, era de una marca escrita en ruso— Trágalo todo...— continuó poniendo el pico de la botella en su boca.
Alguien tomó sus brazos por detrás, aprisionándolos con fuerza, mientras que Iván tapaba su nariz, el rubio debió finalmente abrir la boca en busca de oxígeno y fue allí cuando la pelirroja metió la botella hasta la garganta del chico, obligándolo a beber hasta que no quedó nada.
— Eso, trágalo... Creo que ya podemos empezar...—El hombre tras Tae, Jimin, tomó al chico y lo sentó en una de las dos sillas que quedaban libres para luego ocupar la última.
— ¿Mismas reglas?— Dijo sacando una navaja de su bolsillo y colocándola al lado del frasco.
—Mismas reglas...— Dijo Iván mientras sacaba una cuerda de bajo. La pelirroja lo imitó, pero de su cartera sacó un revólver y una bala. Jimin metió la mano en el bolsillo de Tae y colocó sobre la mesa unos dados.
—¿Quién empieza?
—El cumpleañero claramente...— Jimin puso el dado en las manos de Tae, el chico estaba muy borracho, pero aun así se las ingenió para tirar los dados sobre la mesa. Todos los presentes comenzaron a festejar.
— 7... -Iván se levantó acercándose a Tae y sin cuidado alguno tiró de su pelo hasta que su cuello quedó al descubierto, comenzando a morderlo.
No se detuvo incluso cuando el rubio se quejó, solo lo hizo cuando sintió el sabor de la sangre.
Volvió a su lugar, mientras Tae se quitaba las lágrimas de los ojos, odiaba ese juego, odiaba esa casa, y por, sobre todo, odiaba que Jimin lo hiciera participar.
Miró a su amigo estaba riéndose con los demás, quizá no estaba entendiendo que esto le estaba dañando, ya no le gustaban estos juegos quería que Kai lo rescatara de allí.
— 5... —Dijo Iván orgulloso mientras con los ojos cerrados, metía la mano en el frasco para tomar una pastilla de diseño aleatoria y llevarla a su boca. La pastilla comenzó a consumirse en su lengua, el ruso no dejaba de admirar la mordida violácea que había impreso en la piel blanca del rubio. Se relamió pensando en las posibilidades que tenía con esa piel, sabía que en el estado en el que estaba no podría quejarse.
— 10... Esto es aburrido— dijo la pelirroja, tomando una lata de cerveza y tomando del morro hasta terminarla.
— Mierda... 2
— Puedes elegir Mochi...— El chico miró durante unos segundos y finalmente tomó su propia navaja, sin dudarlo hizo un corte profundo sobre su brazo, no sobre sus venas, no estaban tan dementes como para matarse por eso, pero lo suficiente para no ser considerado un cobarde.
Todos miraron a Tae nuevamente, el cual tiró los dados.
— Wow... 11 —Iván comenzó a reír y se volvió a levantar, sólo que esta vez Jimin se interpuso.
— Yo lo haré...
— No es justo...
— Lo es, estoy a su izquierda así que está en las reglas— Jimin se acercó a Tae, se sentó a ahorcajadas sobre él y metió su mano por dentro de su pantalón, acariciando el miembro de su mejor amigo, el cual no tardó en reaccionar a la fricción y el calor de los dedos del muchacho.
Mientras lo tocaba, Jimin lamia suavemente la herida horrible que Iván había dejado sobre él, sabía que tenía la zona sensible, sabía que aunque Tae se quejara, le gustaba el dolor por lo que mordió y lamió la herida mientras seguía con las rudas caricias.
Tae abrió la boca, tiró su cabeza hacia atrás, Jimin descendió hasta su clavícula dónde mordió con más fuerza.
— Kai...— Gimoteó el rubio mientras movía sus caderas al ritmo impuesto.
Jimin dejó la clavícula del chico, subió lentamente mordiendo todo a su paso hasta llegar al lóbulo de su oreja, cuando lo mordió con fuerza Taehyung grito.
Jimin sintió su mano llenarse de algo viscoso por lo que finalmente se levantó, miró su mano unos segundos y luego se la limpió en sus pantalones.
— Creo que es tu turno Iván...— El ruso lo miraba con algo de odio, Jimin sabía que quería algo con Tae desde hacía tiempo, una cosa era dejarle una mordida, pero ¿Dejar que Iván manoseara a su amigo de esa forma en el estado en el que estaba? No iba a dejar que pasara eso, quizá Tae tenía razón no era buena idea, pero ya era tarde, y aunque sus intenciones habían sido buenas (distraer a su amigo con una fiesta VIP), ya no lo sentía así.
— 3... Ann tiene razón, deberíamos sacar esto de tomar
— Son las reglas, sólo trágate la lata—dijo Jimin apuntando a la cerveza, el ruso tomó la lata más rápido aún que Ann. La pelirroja sonrió, tomó los dados y casi festejó al ver el 6.
— Eres una jodida masoquista— Gruñó Iván, mientras se levantaba con la cuerda de bajo en la mano, se puso detrás de la muchacha y se agachó hasta estar a medio centímetro de su oído:
— ¿Cuál es mi limite?
— Asegúrate que siga con vida... no quiero que te encierren por matarme— Iván sonrió, su rostro era el vivo retrato de un maldito psicópata y mientras Jimin y un muy confundido Tae miraban la escena, Iván tomó la cuerda de bajo, la colocó como si estuviera poniendo un collar en el cuello de la muchacha, sólo que comenzó a hacer fuerza hacia atrás comenzando a ahorcarla con violencia.
Ann abrió su boca, pero la fuerza que aplicaba Iván era tanta que ningún sonido salió por esta, lentamente la pelirroja comenzó a desfallecer y fue en ese punto cuando el ruso se detuvo, en total la había ahorcado por casi tres minutos.
La chica parecía haber tenido un orgasmo en el medio, estaba extasiada, buscó tener más contacto con el hombre, pero este solo podía mirar a Tae, tenía demasiadas ganas de probar eso en el rubio.
Jimin tomó los dados y los tiró con fuerza, interrumpiendo los pensamientos del dealer y despertando un poco a Ann, que seguía perdida pensando en las grandes y fuertes manos de Iván.
— Genial... 5— Cerró los ojos, y tomó una pastilla al azar del frasco, se la llevó a la boca y contuvo una sonrisa, era un placebo, una pequeña pastilla blanca sabor frutilla.
Tae tomó los dados y lo arrojó con fuerza. El primero rodó hasta detenerse en la esquina de la mesa, un 6, el otro rebotó dos, tres veces y se detuvo al chocar con una lata de cerveza, otro 6. En cuanto Jimin lo comprendió, se levantó.
— No voy a dejar que lo hagas...
— Son las reglas Jimin, o tiene sexo conmigo... o tiene sexo contigo... o deberá recibir los 12 castigos a la vez... en su estado dudo que sobreviva a eso...— Iván sonrió, sus dientes amarillentos le causaron asco.
Tae miró con desesperación a Jimin, al parecer el escenario de "no tendría sexo contigo, aunque fuera el último hombre en la tierra" debía esperar, porque si Jimin no tenía sexo con Tae en ese momento, frente a Iván y Ann, Iván lo haría por todos allí, y seguramente mataría al rubio.
Se devanó los sesos en busca de una solución que no implicara algo irreparable, y finalmente la obtuvo.
— Las reglas dicen sexo... no especifica que tipo— Jimin se arrodilló frente a su amigo, y bajó la bragueta de su pantalón, le haría sexo oral, lo menos dañino que pensó para salir de la situación en la que él mismo había metido a ambos.
Con su vista periférica, pudo ver como Iván arrastraba a la muchacha a una posición dónde ambos podían ver con mayor claridad.
Jimin se llevó el pene de Tae a su boca y mientras pasaba su lengua desde la punta hasta la base pudo ver a Iván ahorcando a Ann contra la pared, en tanto levantaba su falda y le colaba los dedos.
Antes de que Jimin terminara el trabajo, Iván había desaparecido de la habitación con Ann, pero de esto se dio cuenta el chico, cuando terminó y levantó la vista.
Nueva York 10 de febrero del año 2022
Jungkook salió del auto y entró a la casa de Jin, cuando abrió la puerta de entrada, un muy adormilado Kun lo recibió levantando sus manitos. Jungkook levantó al pequeño y le dio un beso en sus regordetas mejillas.
— ¿Tata?— Preguntó muy dormido todavía el niño.
El abogado se golpeó mentalmente la frente, había olvidado ir a por el muñeco a la casa, Kun había estado preguntando por él toda la semana, pero por una cosa o por la otra, lo había olvidado.
— Iré por él en un rato, ¿Me dejas desayunar?— El niño dijo que sí, pero no mostró signos de querer ser bajado de los brazos de Jungkook, por lo que no tuvo más remedio que seguir caminando hasta la cocina con el niño en brazos.
— Hey, llegaste temprano... ¿Cómo estás?
— Iré a casa más tarde, buscaré mis cosas... ¿Puedo quedarme aquí hasta saber qué hacer?— Jin se acercó a Jungkook y le dio un leve beso en la coronilla.
— Cooky, esta es tú casa tanto como mía... pasaste los últimos diez años aquí, lograste que mis padres te dijeran hijo, ¿Cómo crees que puedo negarme?— El pelinegro sonrió mientras se dejaba mimar.
— ¿Crees que al menos me engañé con alguien guapo?
— Me da igual que tenga tres ojos y dedos palmeados, si te enamoras de otra persona, lo justo es aceptarlo y pedir el divorcio... uno puede solucionar los problemas del día a día, si el amor desaparece porque la chispa se está apagando, hay formas, pero cuando traicionaste la confianza de tu pareja... no hay vuelta atrás.
— Negaño— Dijo Kun mientras decía que sí, Jungkook se recordó así mismo no volver a mencionar temas de ese estilo con el niño encima.
— ¿Crees que puedes hablar con un juez y conseguirme una orden? Tengo que pedir las grabaciones de las cámaras de Migung y las hojas de visita, para ver si los presos fueron alertados por alguien del exterior, o del interior...
— ¿Tú no puedes hacerlo?
— Sabes que tienes más amigos jueces que yo, tu nombre agilizará el tramite
— O sea, que me estás utilizando... que frío que eres Jungkook— El chico sonrió.
— Aprendí del mejor... ¿Puedes hacerlo por mí?— Jungkook puso los mismos ojos que solía poner Jin a Nam para conseguir algo, y por supuesto que convenció al mayor enseguida.
— Hay ensalada de fruta en la heladera, iré a redactar el documento
— Agrega esa nota de divorcio también... por favor— Gritó Jungkook mientras Jin se perdía al fondo del pasillo en su estudio.
Luego de que tanto Kun como Jungkook desayunaron, Nam apareció para salvar al menor, tomó al niño para salir a jugar un poco fuera, y como Jin seguía redactando los documentos necesarios, Jungkook supo que tenía tiempo de ver lo que el dichoso pendrive tenía.
Subió las escaleras hasta su habitación, de su portafolios sacó su notebook y apretó el botón para encenderla, tuvieron que pasaron unos valiosos segundos para que el abogado comprendiera que no tenía batería.
Buscó con un poco de desesperación el cable para conectarla y cuando por fin lo hizo, volvió a encender el aparato, esta vez comenzó a hacer un leve pitido y la pantalla se encendió. Tecleó su contraseña, y sin esperar que terminara de cargarse el inicio, conectó el pendrive, esto hizo que tardara más aún en cargarse todo, el maldito aparato terminaría con su paciencia.
Luego de diez minutos, y de que por fin el puntero del mouse se pudiera mover, abrió la unidad E, la del USB, este tenía muchas carpetas con diferentes nombres, la primera decía: "Cámaras Hotel Riviera"
Ese nombre, Jungkook se devanó los sesos intentando saber dónde lo había escuchado nombrar, pero no fue hasta que lo buscó en Google que logró recordarlo, era el nombre del hotel dónde habían encontrado muerta a Isabella, el mismo hotel al que la policía no había podido saber con quién se estaba encontrando la chica, porque no estaban las grabaciones de las cámaras... ¿Quién podría haberle enviado esto?
Le dio doble clic a la carpeta y en su interior aparecieron miles de videos, todas las horas de grabación eliminadas, estaban allí, cada una con su día y horario, no podía creerlo.
Dio clic al primer video que aparecía, el que tenía fecha del 1 de abril del 2012, el video no era demasiado largo, se podía ver una habitación de hotel vacía y genérica.
La puerta se abrió, permitiendo que la luz del pasillo ingresara, las luces se encendieron y por fin Jungkook pudo ver quien entraba allí, era Hana, la madre de Taehyung... ¿Era acaso esto a lo que se refería en el hospital? ¿Por fin le revelaría que era lo que estaba sucediendo?
Hana se sentó en el pequeño escritorio, del bolso que tenía sacó un libro, la calidad del video no era muy buena, por lo que el abogado no pudo distinguir de que se trataba, lo único que sabía era su color, negro, con unos bordes dorados, mientras Hana leía el libro, un pequeño objeto salió disparado de la repisa sobre la cama, Hana lo miró, pero no estaba asustada... El viento... Pensó Jungkook, aunque podía ver perfectamente que las ventanas estaban cerradas.
Hana continuó leyendo el libro hasta que el teléfono sonó, la mujer dejó que sonara tres veces y luego se cortó. Cerró el libro y se quedó observando hacia la puerta, minutos más tarde esta se abre, revelando la ¿Segunda? Sorpresa del video, Isabella ingresó, parecía tan asombrada de ver a la mujer como él lo había estado.
— ¿Tú?
— Siéntate— Dijo Hana con un tono autoritario pero amable, la chica obedeció.
En este punto, Jungkook comprendió que lo que estaba viendo no era una cámara de seguridad, estas no solían tener audio, estas cámaras no era legales ponerlas en las habitaciones... quizá fue la razón por la que el hotel no entregó las grabaciones.
— ¿Qué sucede?
— ¿Lo reconoces?— Dijo la madre de Tae señalando el libro sobre la mesa, Isabella lo miró extrañada, y negó con la cabeza.
— ¿Debería?
— No... Isabella cariño, lo que estás a punto de saber te parecerá una locura... probablemente luego de eso, cuando lo entiendas... querrás matarme, lo entenderé.
— Te escucho...
— Yo no puedo decirlo... pero puedo enseñarte a verlo
— ¿A qué te refieres?
— Verás... los seres humanos tenemos algo llamado alma, la memoria que posee nuestra alma va más allá de la que podría tener nuestros cerebros. Las almas pueden guardar recuerdos que nunca nos pasaron...— Hana se detuvo allí, evaluando la reacción de Isabella, no parecía asustada.
》¿Nunca has tenido sueños que se sienten tan reales que te asustan? ¿Nunca has caminado y detenido porque un olor particular te hace sentir cosas increíbles? Los olores, los sueños... son todas expresiones de otras vidas... vidas que nuestra alma vivió, más no nuestro cuerpo.
Isabella no interrumpió en ningún momento... y Jungkook tampoco esa sensación que Hana describía, la había sentido antes, sus pesadillas, sus sensaciones, los olores que su cerebro buscaba constantemente.
La Hana del video continuó, al ver que Isabella no salía ni corriendo ni gritando
— Por lo general, cuando un alma deja su cuerpo, llega al reino de los espíritus, dónde se dirigirá a su próximo cuerpo, no necesita ser un recién nacido, las almas ocupan cualquier recipiente que esté disponible para ello.
》Una vez que lo hacen, las almas comienzan su camino de reinserción, el paso final de este será atravesar el Leteo, el río del olvido, de esa forma, los recuerdos de nuestras vidas pasadas no nos afectan... pero algunos decidimos beber de las aguas de Mnemosine, el rio de la memoria, esto nos permite acceder a estos recuerdos perdidos...
— ¿Quieres que recuerde algo de mi vida pasada porque tú no puedes decirme las cosas?
— Si
El video se cortó allí, y Jungkook quedó completamente estupefacto, ¿Sería realmente así? ¿Estaba Hana alucinando de alguna forma? ¿Cómo era posible beber de esas aguas de las que hablaba?
El abogado se alejó de la pantalla, sabía que tenía algunas horas más de video que analizar, pero no creía poder procesar todo lo que acababa de ver, si esto realmente era así, si existía la forma de desbloquear recuerdos de otras vidas era una locura. Por otro lado sus sueños, si bien no eran claros en lo absoluto, la vivencia era exactamente lo que Hana describía, tan reales que le asustaban, ¿Los olores? Era exactamente lo mismo, había días que buscaba ciertos olores en particular que lo hacían sentir en casa, y no entendía por qué, ¿Podría ser debido a los recuerdos de su alma?
Se levantó, quitó el pendrive de la computadora y salió de la habitación, tenía algunas cosas en las que pensar, pero por, sobre todo, quería ir a su casa y traerse lo que le faltaba, el muñeco de su hijo, ropa y lo que le sirviera para el día a día, no quería tener que hacerlo cuando Lisa llegara de dónde sea que estuviera.
Saltó los últimos dos escalones, cayendo sobre la tabla que rechinaba haciendo un ruido bastante molesto, Jin y Nam que se encontraban sentados en el sillón con Kun en sus brazos lo miraron molestos, Kun se había dormido y era su momento de pareja para disfrutar.
— Envié el acta de divorcio a Lisa... revisa tu celular probablemente te llame o algo... Y envié el pedido para las cámaras, en cuanto sepa de eso te aviso...
— De acuerdo, iré a buscar las cosas de casa...
— Ve, llámanos si necesitas algo.
Jungkook salió de la casa, no creía que fuera necesario compartir la información que acababa de recibir, comenzaba a entender porque Hana o el Hotel, jamás habían entregado esas grabaciones.
Arrancó su auto y se dirigió a su casa, quería respirar aire puro, pensar con tranquilidad, pero sabía que tarde o temprano terminaría de ver los videos, le había prometido a Hana que no se iría, por más loco que las cosas se pusieran, claro está que no esperaba que le hablaran de vidas pasadas, recuerdos perdidos o que de hecho, los mitos y leyendas griegas parecían ser tan reales como la existencia misma, reconocía la leyenda del río Leteo y Mnemosine, pertenecían ambos al reino del inframundo, ¿Eso significaba que todo lo demás era cierto? ¿Los dioses?
Jungkook se detuvo frente a su casa, se bajó del auto y caminó hasta la entrada. Cuando abrió la puerta, la vio.
— ¿Qué haces aquí?— Lisa se dio la vuelta, vestía de negro, llevaba un aro en su labio inferior y se había delineado sus ojos de negro.
Lisa lo miró cómo si la hubieran tomado por sorpresa, rápidamente miró con el rabillo del ojo hacia la habitación, pero enseguida volvió a mirarlo.
— Ca..cariño
— ¿Recibiste la nota?— El rostro de Lisa era todo un poema, asintió, pero no parecía convencida— Es una nota de divorcio, no tienes que firmarla, ni entregarla, sólo es una notificación de la separación... también aclaré que pido la custodia completa de Kun
— Si piensas que pelearé por él, estás loco... Kun no nació fruto de nuestro amor— Jungkook la miró extrañado, era una frase rara en un contexto anormal, era verdad, el abogado debía admitir que Kun había nacido por un agujero en el preservativo, no amaba a Lisa en el momento que había pasado, y tampoco lo hacía ahora, pero ¿Cómo lo sabía ella? Nadie más lo sabía.
— Es tu hijo, ¿Ni si quiera quieres saber porque pido el divorcio? ¿Por qué pido la custodia completa?— Lisa caminó hasta él, lo miró de arriba hacia abajo, rebajándolo.
— Jungkook, me da exactamente igual lo que hagas con él...— Lisa se alejó, lo último que pudo ver de ella antes que se diera media vuelta y abandonara la casa, fueron sus ojos, sus ojos llenos de ira, fuego, odio, ya no brillaban como estrellas en la galaxia, ya no reflejaban el amor devoto y sincero que alguna vez había visto en ellos. ¿Qué mierda le había pasado en ese viaje?
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