Habían pasado dos meses más, en ese transcurso de tiempo habían hecho muchas cosas. No tanto como Katsuki quería que pasara, pero no podía quejarse mucho.

Que todos en la secundaria supieran que Izuku era un Omega fue frustrante, pues ahora el pecoso se había vuelto muy popular, alfas de varios salones y grados siempre parecían como moscas pegadas a él.

El aroma del Omega se había intensificado con su celo, lo cual hacía que los alfas ya presentados se acercarán a él para olfatearlo, el aroma de un Omega era muy codiciado por ellos.

Izuku siempre se veía presionado, algo nervioso y alerta. En cualquier momento podría llegar alguien sin vergüenza a pedirle que le dejara oler su aroma directamente de la fuente, su cuello.

Ahora entendía el porqué su maestra había hablado sobre el tema de mantener la segunda casta en secreto hasta el primer celo.

Los omegas son venerados, si. Pero también hay mucha presión social sobre ellos al serlo, los alfas podían ser insistentes y tediosos, además de que no podía estar en ningún lugar sin tener a dos o tres personas detrás.

Pero no era completamente culpa de los adolescentes, pues ellos se sentían atraídos por el aroma del Omega y su temprana edad, sin tener mucho tiempo como alfa y sus instintos, les hacía difícil controlarse.

La única forma de que pudieran dejar a un Omega tranquilo era que eligiera a un alfa. Era un honor absoluto ser elegido como pareja de éstos. Y más si se dejaban marcar.

Una vez un omega se dejaba marcar por un alfa, ya ninguno podía seguir con su 'acoso',  porque así era como lo pensaba el, en parte.

Pensó que si quería que dejarán tranquilo a Izuku sería marcarlo, pero para eso necesitaba dos cosas, tener la aprobación del pecoso y saber cómo hacerlo, en realidad no sabía controlar su aroma por completo, y no sabía cómo consistía exactamente una marca de aroma.

Y para saberlo debía tener una información de fuente, nada mejor que su padre.

Katsuki caminó rápidamente por la casa bajando las escaleras, bajó hasta la sala en donde se encontraba su padre, sabía que había llegado del trabajo hace un par de horas, pero no lo había saludado ya que en ese momento estaba haciendo su tarea.
Y ya que las había hecho era el momento de preguntas.

—¡Oí viejo!, ¿Como se hace una marca de aroma?- el rubio preguntó al momento que se sentó en el sofá, al frente del alfa castaño.

Masaru parpadeó un par de veces y miró a su hijo sin entender, dejó su taza de té sobre la mesita al frente de el y se cruzó de brazos.

—¿Para que necesitas saber eso con tanta urgencia?- el mayor preguntó de manera calmada, usualmente Masaru era quien tenía una calma y temperamento de Omega, Mitsuki parecía más una alfa.

Era extraño, pero cierta de forma eran el uno para el otro, mientras la rubia era la fuerza de voluntad, Masaru la voz de la razón. Cuando Mitsuki eligió a Masaru como su alfa éste estuvo muy conmocionado, pues por su dócil personalidad siempre creyó que no sería elegido por nadie, normalmente a los Omegas les gustan los alfas fuertes.

—Es para Deku, no quiero que los otros alfas se le acerquen.- comentó el pequeño alfa, los instintos de Katsuki le gritaban que les bajara el cuello a los alfas que se acercaban a su Omega, apenas y podía contenerse.

Masaru alzó las cejas algo sorprendido, después frunció el ceño, el problema no era que Katsuki quisiera marcar al pecoso con su aroma, la cuestión era que si Izuku quería ser marcado.

—¿Se lo has pedido?, No puedes hacerlo si no quiere.- respondió, Katsuki rodó los ojos con obviedad, el rubio se cruzó de brazos mirando a su padre con una media sonrisa.

—Deku dijo que quería ser mi Omega, así es mi deber hacerle saber a todos eso.- reveló haciendo que su padre le mirara más sorprendido que antes, aunque para Katsuki era una noticia obvia, no le había dicho nada al respecto a sus padres sobre eso.

Había mencionado antes que quería ser el alfa del pecoso, pero no sabían su opinión al respecto, hasta ahora que Katsuki le había dicho.

—¿Que dijiste mocoso?,- Mitsuki llegó al lugar y miraba desconfiada a su hijo.— ¿No será que lo amenazaste o algo?

—¿¡Qué!?, ¡Claro que no, yo se lo pregunté y el dijo que sí!- "en parte, porque en ese momento yo estaba entre sus piernas" pensó, aunque era claro que eso nunca se lo diría a sus padres.

Katsuki vió la mirada analizadora que tenía su madre sobre el, pero no retrocedió antes esa mirada, debía verse seguro, si sus padres encontraban el menor rastro de duda en el lo iban a tachar de mentiroso.

—Que bueno que Inko me llamó, dijo que nos invitaba a cenar hoy, ¿Por qué no se los preguntamos al mismo Izuku?-  fue solo un milisegundo, Katsuki abrió los ojos sorprendido por eso.

¡Iba a ver a su pecoso ese día!

Aunque, no podrían hacer nada de 'adultos', pues sus padre y la madre del peli-verde iban a estar en la misma casa, tendrían que esperar hasta estar completamente solos para hacerlo.

Cuando menos se lo esperó ya estaban al frente del hogar del pecoso, su madre tocó el timbre y un hombre alto y rubio apareció en la puerta, Katsuki no lo reconoció en un principio.

—¡Oh, Mitsuki, Masaru, cuanto tiempo!, Veo que el pequeño Katsuki ha crecido bastante.-  el hombre sonriente en la puerta le hizo abrir los ojos de la sorpresa, su madre y su padre también estaban un poco sorprendidos.

"Es el padre de Deku."

Izuku Toshinori, Inko Toshinori y Yagi Toshinori.

Muy pocas veces había visto al padre del pecoso, igual a que a la familia por parte de éste. El padre de Izuku era rubio de ojos azules, musculoso, su cabello rizado como el de su hijo, con la única diferencia de que siempre lo tenía peinado hacia atrás, excepto por dos mechones rebeldes que caían por su frente.

Le recordaba mucho a All Might, quizás también porque tenía el vago recuerdo en el que antes Deku había mencionado que su padre había sido elegido como modelo e inspiración para el personaje.

Por primera vez en mucho tiempo se sintió intimidado de verdad, no era el miedo que profesaba su madre o padre, era un tipo de temor diferente.

Estuvo tan metido en sus pensamientos que no supo en que momento habían pasado y sentado en los sillones de la sala de estar, allí estaban sus padres hablando con el rubio, quien al parecer había venido de visita a ver a su familia.

—¡Kacchan!- la voz del pecoso le hizo despertar por completo, al mismo tiempo que sintió un abrazo fuerte, al mirar hacia un lado se encontró con el pecoso, le sonreía en grande y tenía un ligero sonrojo en las mejillas.

El aroma del Omega feliz y energético llegó a su nariz, contuvo las ganas de darle un beso o jalar sus mejillas con cariño, no podía hacer eso ahora.

—¡Kacchan, Kacchan papá vino, llegó de repente y mamá no le había dicho nada!- Izuku se había separado de el ligeramente y daba pequeños saltos, Katsuki rodó los ojos algo divertido por la emoción que desprendía el Omega.

—Ya lo noté, torpe Deku.- Katsuki solo sonrió, Izuku siempre estaba feliz, pero ahora parecía que brillaba cual foco o estrella.

—¿Por qué no van a jugar arriba mientras nosotros hablamos?-  sugirió Inko, quien tenía una sonrisa igual a la de su hijo, acompañada de un ligero sonrojo.

"De tal palo tal astilla"

Pensó el rubio con algo de ironía, era algo obvio la emoción disimulada que tenía la madre del peli-verde.
Izuku lo terminó llevando a su cuarto, hablaba y hablaba de las cosas que le había traído su padre y las cosas que le había comentado del otro país.

—¡Es una figura de edición limitada de la serie de All Might!- el pecoso le mostró una caja con el muñeco de acción dentro, daba algo de miedo el parentesco con el alfa rubio.

—¿Me estás diciendo que siempre tuviste a su padre en tu ropa interior?, Eso es aterrador.- Katsuki dijo en forma burlona, haciendo sonrojar al pecoso hasta las orejas.

—¡K-kacchan pervertido!- Izuku lo regañó, dándose vuelta para poner el juguete sobre una repisa, Katsuki solo se sentó en la cama del pecoso y miró a los lados, esperaría haber que le decía el pecoso para jugar o algo.

Sintió un peso a su lado y miró como el Omega se le acercaba con el rostro sonrojado.

—O-oí Kacchan, ¿Lo volveremos hacer?- claro que la emoción y excitación de alegría de un omega podía cambiar rápidamente a otro tipo, era algo que Katsuki había experimentado varias veces.

Como cuando Izuku pasó todas sus tareas con las mejores notas y estuvo muy feliz, pero al otro momento se había excitado y le había pedido el mismo que lo tocara.

Además ahora, había pasado más de una semana que no habían podido hacer nada, quizás el cuerpo del Omega ya se estaba acostumbrando a sus toques y ahora le extrañaba.

—Deku, los demás están abajo y nos pueden descubrir.- por más que Katsuki también lo quisiera tocar debían ser cuidadosos con eso, no sabía cómo podrían reaccionar los adultos al descubrirlos haciendo algo que no debían.

—P-pero Kacchan...- Izuku se le había acercado más, le miró con sus ojitos grandes y suplicantes, Katsuki suspiró y lo atrajo en un abrazo.

—Despues, cuando estemos solo, prometo hacerte sentir muy bien, ¿Sí?-  en pequeño chillido de frustración salió del pecoso, además de que estaba haciendo un puchero, pero no dijo nada más.

Katsuki por su parte solo siguió dándole el abraza, acariciaba su cabello y lo escuchaba ronrronear. Pasó unos minutos de esa forma, estaban en silencio y el Omega parecía que se iba a dormir, el rubio se entretenía contado las pecas de su rostro y seguía acariciándolo.

La puerta de la habitación fue abierta con cuidado, Katsuki alzó el rostro y se encontró con su tía Inko.

—Creí que se habían quedado dormidos, aunque creo que solo fue Izuku quien lo hizo.- la mayor sonreía y Katsuki soltó al pecoso, quien se separó de el y miraba su madre con el rostro soñoliento.

—¿Ya está el Katsudon?- el Omega preguntó mientras se tayaba un ojito, su estómago rugió haciendo reír a Katsuki.

—Si cariño, venía a buscarlos para eso.- Izuku se bajó de la cama estirando su cuerpo y dando un bostezo, despues miró a su madre y sonrió.

—¡Vamos Kacchan, antes de que se enfríe!- ni siquiera se había podido baja bien de la cama antes de que fuera arrastrado hacia afuera por el Omega, ese pecoso emocionado parecía un terremoto andante.

La cena fue deliciosa, de verdad que la comida de Inko era buena, el rubio solo escuchaba lo que los adultos decían, Izuku también hablaba, le preguntaba cosas a su padres sobre América.

A mitad de la comida, su madre sacó un tema que lo dejó helado, era sobre el emparejamiento que tendría el pecoso en un futuro, pudo ver como el alfa rubio arrugaba un poco el entre cejo por eso.

—Entonces Izu-chan, Katsuki mencionó algo sobre de qué no mirabas mal la idea de que fuera tu alfa, ¿Es cierto?- el alfa menor sintió miradas sobre el, tragó un bocado de su comida mal masticado.

Su madre era de lo peor, siempre buscaba alguna manera de hacerle avergonzar o quedar mal, ¿Todas la madres eran así?, No lo sabía, pero nunca había visto la madre del pecoso hacer algo parecido.

—¡Sí!, ... B-bueno,- el pecoso se sonrojó ante su arrebato, bajó sus manos y jugó con ellas de forma tímida.— Kacchan siempre ha sido bueno conmigo y me ha cuidado en la escuela siempre, s-si pienso en un alfa p-para mí, solo puedo imaginarme a él.

Katsuki se sonrojó de igual manera que el pecoso, escuchó una rosa baja y burlona de su madre quien le estaba mirando, Katsuki le devolvió la mirada de forma reprobatoria, muy molesto.

—Ah, el amor juvenil es tan bonito, aún recuerdo cuando miré por primera vez a Inko en la secundaria.- Yagi fue el primero el romper el silencio que se había formado, la Omega de cabellos verdes se sonrojó y miró a su alfa un poco nerviosa.

—¡Y-yagi!, eso es tan cursi.- la mesa estalló en risas por parte de los mayores. Katsuki miró al pecoso, quien también le miraba con una sonrisa.

El rubio se sentía orgulloso y afortunado.
Había sido presentado oficialmente como el futuro alfa del pecoso, no podía estar más contento con eso, ahora solo hacia falta hacerle saber los demás extras sobre esa noticia también.

(...)

Cof...cof..

Wenas~

Bien, sé que en éste cap no hay nada de "amor sudoroso", pero, será mejor que busquen toallas húmedas para el otro capítulo uwu

Espero que les haya gustado, nos leemos pronto.

Zaorycast. ✨✨