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Primera parte.


Katsuki conocía a Izuku desde que tenía memoria, sus madres siempre habían estado juntas desde la secundaria y llevaban una bonita amistad irrompible.

Por eso era normal muchas cosas entre ellos, eran mejores amigos así que hacían muchas cosas juntos. Podían dormir juntos en una misma cama, jugaban juntos en el parque, incluso se daban baños juntos.

Eso para ellos era tan normal como respirar. Sin embargo, siempre había algo que mantenía curioso a Katsuki.

Siempre que hacían una actividad en donde implicaba mojarse, o quitarse la ropa. Izuku siempre tenía sus calzones puestos, nunca le preguntó porqué, pues el pecoso era tímido, mucho.

Cada vez que conocían a alguien nuevo, se escondía detrás suyo y miraba desconfiado al desconocido.

También el siempre mantenía su ropa interior puesta para no incomodarlo, y no recuerda la última vez que estuvo desnudo por completo al frente de su amigo, y la verdad no le importaba mucho.

Ahora, ambos estaban uno frente al otro, sentados en la bañera, había sido un largo día de escuela y había echo bastante sol.
Izuku iba en su primer año de secundaria y Katsuki en el segundo, un año de diferencia era algo significativo para ellos, pues no podían estar nunca en el mismo salón.

El pecoso había cumplido 12 no hace mucho, y Katsuki tenía 13.

Katsuki miraba como el peli-verde jugaba con un patito de hule, era alguien fastidioso quien siempre se la pasaba murmurando cosas que apenas podía escuchar.

Aún así,  ese fastidioso era su mejor amigo y el único que soportaba su carácter de mierda, siendo propio de un alfa.

En parte, pues Katsuki aún no tenía su primer celo, pero daba todos los indicios de ser un alfa, la verdad le agradaba eso, así podría seguir aplastando a los extras idiotas que se quisieran pasar de listos con el brócoli parlante.

Porque si, Izuku al ser alguien algo pequeño para su edad y que sea putamente adorable y tímido, lo hacía un blanco fácil para bravucones estúpidos, por suerte el siempre estaba cerca cuando le quería hacer algo.

Y no había nada mejor que escuchar un "¡Increíble, Kacchan!", Después de darle una paliza, además de ver esos ojos brillantes llenos de admiración hacia su persona, era algo que quería que nunca parara.

Siempre era así, el era quien mandaba, era el líder y su torpe Deku era quien le seguía, le regañaba de vez en cuando, alguna veces le había echo llorar también por culpa de su mismo carácter, pero siempre hacia algo para arreglarlo.

Deku era el único que lo hacía mantener sus pies en la tierra, aunque nunca lo diría en voz alta, estaba más que contento con su pecoso, era el mejor.

Cada vez que lo veía cerca suyo y le sonreía le hacía calentar el rostro y revolotear el estómago, como si tuviera insectos dentro, era extraño, quizás solo eran cosas tontas suyas.

—Oí, Kacchan, ¡Kacchan!-  Katsuki salió de sus pensamientos cuando sintió una mano sacudir su hombro, Izuku lo miraba confundido y con otra mueca parecido a una de dolor.

—¿Que mierdas pasa, Deku?- preguntó de manera tosca, aunque el pecoso sabía que el era así, su madre o la "vieja bruja" como el la había bautizado, le regañaba o pegaba en la cabeza al escucharlo decir groserías.

Katsuki podía decir un alfabeto completo de la A a la Z de puras groserías, la mayoría aprendidas de su propia madre, pero era mejor no mencionarlo frente a ella.

—Es que, no me hacías caso.- Izuku le sonrió de manera temblorosa y parecía removerse entre el agua.

—¿Que pasa Deku?, Escupelo.- dijo frunciendo más si ceño en curiosidad y confusión, Izuku se sonrojó avergonzado y miro hacia abajo.

—T-tengo ganas de hacer p-pipi...- el pecoso dijo moviendo sus piernas entre el agua, Katsuki lo miró con una ceja alzada, no entendía cual era el problema.

—Pues entonces vé, tonto Deku.- el pecoso lo miró aún sonrojado y quiso decir algo, pero Katsuki lo interrumpió.— será mejor que vayas de una vez, no quiero que ensucies el agua.

Katsuki lo miró mal, haciendo que el pecoso se estremecieron y asintiera, Izuku salió del agua y el rubio lo siguió con la mirada. Tal parece que el pecoso estaba tan concentrado en liberar su vejiga que no notó la mirada sobre el y se quitó la ropa interior.

Izuku se bajó los calzones y tomó asiento en el inodoro, después de dejó salir todo dando un pequeño gemido de gusto. Ahí fue cuando notó la mirada del rubio, haciéndolo sonrojar.

—¡K-kacchan, no me mires así!- Izuku tapó su rostro sonrojado, nunca antes había orinado frente a alguien y menos al frente de su amigo.

Por su parte, el rubio tenía una expresión indescriptible, no parecía asqueado, aunque su expresión tenía un poco de confusión.

—¿Que es eso?- el rubio preguntó y el pecoso lo miró sin entender.— ¡Eso, lo que tienes entre las piernas!, ¿Por qué es así?

Izuku se bajó de la taza del inodoro y quiso subirse la ropa interior, Katsuki al ver eso se levantó del agua rápidamente.

—¡Espera!- exclamó deteniendo al peli-verde, quien apenas estaba un poco agachado.— quiero ver.

Izuku pareció alarmarse, además de que se había puesto rojo, más que una fresa madura o un tómate. Katsuki salió del agua y se acercó, pero el pecoso se agachó en el suelo abrazando sus rodillas.

—¡N-no puedes verlo Kacchan, mamá me ha dicho que no puedo dejar que nadie me mire!- Izuku dijo apretando más su agarre en las rodillas, su madre siempre le decía eso, y por esa misma razón siempre usaba su ropa interior cuando se bañaba con su mejor amigo.

—¿Por qué?- Katsuki preguntó sin entender, su madre nunca le había dicho algo así, pero siempre le decía, a coscorrones, que siempre debía de cuidar mucho al peli-verde.

—P-porque, ¡Porque solo mi esposo puede verlo!- Izuku exclamó, con su rostro más rojo que antes, esa era otra cosa que su mamá siempre le decía, solo su esposo podía hacer ese tipo de cosas.

—¿Esposo?- ahora Katsuki estaba más confundido, si Deku era un 'chico', ¿Por qué iba a tener un esposo?

Solo podría pasar algo como eso si fuese omega, a menos que.  Katsuki abrió los ojos dándose cuenta, y preguntándose cómo había sido tan estúpido.

Las señales siempre estuvieron desde siempre, el que Deku fuera más dócil, tímido, pequeño, con una cara de bebé que nunca se iba, incluso ahora, apenas estaba entrando en la pubertad y había notado que los muslos del pecoso se estaban poniendo gruesos.

Creyó que quizás estaba subiendo de peso, pero su madre siempre le había dicho que los omegas, y la betas, sus cuerpos cambiaban cuando iban creciendo, además de los Omegas y las betas eran diferentes a los alfas y betas hombres.

De repente un sentimiento posesivo creció en el, en realidad, el sentimiento siempre estuvo allí, solo que más débil, pues siempre creyó que el pecoso era un beta debillucho y por eso siempre le seguía, era normal que los betas siguieran a los alfas fuertes. 

Pero saber que en realidad siempre fue un Omega, le dió ganas de estrellar su cabeza contra una pared al ser tan ciego, al haberlo sabido, quizás fuera un poco más amable con el, ahora entendía la razón por la cual su madre siempre le regañaba para que lo fuera.

Los omegas eran bien cuidados, venerados, pues ellos representaban la dulzura, el amor, la bondad y gentileza de la naturaleza instintiva.

Sin embargo, cuando los omegas eran pequeños nunca revelaban su identidad hasta que llegara su primer celo, pues los adultos querían que ellos tuvieran la infancia más normal posible, antes de que la presión social cayera sobre ellos, perqué era algo tedioso ser un Omega.

Al menos eso le había dicho su maestra la clase pasada. Katsuki se sintió afortunado, estaba seguro que era el único en toda la institución, en donde estudiaban ambos, que sabía que el pecoso era un Omega.

—Yo seré tu esposo.- Katsuki dijo de repente, haciendo que el pecoso lo mirara con lo ojos muy abiertos, y el rubio no le dejó responder, pues fue hasta el y se agachó a su altura, casi pegado a sus piernas recogidas.— dijiste que solo tu esposo podía verte, ¿No?, Entonces, yo seré tu esposo, significa que soy el único que puede verte.

—¿¡P-pero que estás diciendo, y si Kacchan encuentra a una Omega o beta más bonita que yo!?, Kacchan se irá, me dejará.- era algo que Izuku sabía, el no era el Omega más bonito del mundo y cuando Kacchan encontrará a uno que si lo era lo dejaría de lado, ese era su mayor temor, que le dejara atrás y se olvidará de el.

—No tomes mis decisiones estúpido Deku, te dije que yo seré tu esposo, eres mío, mi Omega, ¿Entiendes?,- con cada palabra Katsuki se iba acercando más al peli-verde y mostraba sus colmillos.— nadie podrá verte más que yo, nadie puede siquiera abrazarte, porque todos tus abrazos son míos y solo míos.

Para cuando terminó de hablar, ya estaba encima del pecoso, pero éste mantenía sus piernas cerradas y una mano sobre sus parte privadas.

—P-pero Kacchan.- Izuku intentó resistirse, pero siempre había sido débil ante la mirada intensa rubí, era como una llama ardiente que consumía su cuerpo y alma, ahora, esa mirada era más intensa que antes, más demantande a su persona.

—Déjame ver, Izuku.- Katsuki incluso había dicho su nombre, y eso ocurríauy pocas veces. Kacchan hablaba más en serio que nunca, y si Kacchan iba a ser su esposo, eso significaba que él podía verlo, podía hacer lo que quisiera con su cuerpo, y él se dejaría.

—Sí Kacchan.- Al final accedió, se recostó por completo en el suelo, y quitó su mano de manera tímida.

Katsuki se separó de el un poco, y para tener más acceso quitó por completo la ropa interior del pecoso, separó las piernas del omega y jadeó cuando vió lo único que nunca había visto en su vida de él.

Izuku se tapaba el rostro con mucha vergüenza recorriendo su sistema, Katsuki estaba allí, mirándolo sin pudor alguno, y no podía estar más nervioso por eso.

¿Que pasaba si Kacchan lo encontraba desagradable?

La pregunta se perdió en el rincón más remoto de su mente cuando sintió un toque en su parte baja, chilló y miró de reojo como el rubio se agachaba casi tocando su cara con su piel, mientras tocaba con una mano.

Tembló ante la sensación de unos dedos recorriendo los labios mayores. Escuchó un pequeño murmullo del rubio, pero no le entendió nada, tembló más cuando sintió como los dedos de Katsuki iban había más abajo, tocando su piel más sensible.

—¿Duele?- preguntó el rubio al fijarse en la expresión sonrojada del Omega, parecía de dolor y no quería causar eso, pues no sabía cuál sensible podía ser el allí. 

—N-no, se siente raro.- Izuku no podía describir bien que sentía, era como cuando se hacía muchas cosquillas, pero al mismo tiempo no era así.

Katsuki asintió antes las palabras como algo seguro para poder seguir, el rubio estaba maravillado, era la primera vez que miraba algo así, la parte baja del Omega era rosadita, como una flor, suavecito a su toque, su piel parecía a la de un peluche.

Su pepee era pequeño, muy pequeño, mucho más que el suyo y se encontraba en la parte superior de todo, abajo había una especie de entrada, siendo protegida por más piel suave, era algo extraño.

Y al tocar esa parte Izuku se removía, suspiraba y soltaba chillidos pequeños. Katsuki vió como el pepee pequeño del Omega dió un pequeño salto, de manera curioso lo tomó entre sus dedos y lo apretó un poco entre ellos, haciendo que el pecoso se removiera más y soltara algo que nunca había escuchado.

—¡A-ah, K-Kacchan, cosquillas, da cosquillas!- Katsuki sintió su rostro arder al escuchar la forma en la que Izuku dijo su nombre, con ese tono, era voz con quebrada, temblaba demasiado y su rostro se había puesto lloroso.

El rubio siguió apretando el pequeño miembro entre sus manos, eso hizo que el Omega siguiera soltando esos dulces sonidos, escucharlos era delicioso.

Siguió así, hasta que vió como Izuku arquearba su espalda soltado un grito ahogado, algo viscoso y transparente salió de su pequeño pepee, pero no era orina, al menos eso creía, su aroma era dulce, y fresco, como menta y frutas, olía delicioso.

Y lo hubiera probado si no fuera por los sollozos que comenzó a soltar el Omega, Katsuki se alarmó pensando que había echo algo malo

—¿Que pasa Deku, te duele?- preguntó el rubio dejando de lado la parte baja del peli-verde, se confundió cuando lo vio negar, aún tenía su rostro rojo y pequeñas lágrimas corriendo por sus mejillas pecosas. 

—N-no duele, pero es extraño y ahora me siento cansado, pero... Se sintió bien, como las cosquillas.- Izuku se sentó con ayuda del rubio,  sentía su cuerpo temblar y estaba entumecido, como si hubiera corrido mucho.

Katsuki iba a decir alguna, pero la puerta principal de la casa sonó y una voz los llamó.

—¡Chicos, ¿aún siguen en el baño?!, Voy a preparar la cena, bajen pronto.- la madre del pecoso había llegado de hacer las compras.

—¡Mamá llegó y me va a regañar!- Izuku habló en un susurro, tenía su rostro lleno de miedo, pero Katsuki lo calló tapándole la boca.

—No le digas nada a nadie de ésto, es solo nuestro secreto, ¿Si?- el rubio preguntó y el pecoso asintió despacio, en parte aliviado porque su mamá no le iba hacer preguntas incómodas si le mencionaba el tema.— bien, ahora vamos a bañarnos rápido.

Katsuki vió como el pecoso se levantaba del suelo y recogía sus calzones para ponérselos, iba a la regadera y abría el agua empezando a bañarse bien, el rubio despegó su vista de él y bajó a su propia entrepierna.

Si bóxers tenía una tienda de campaña y le dolía, no sabía porqué, tal vez ahora en su casa investigaría más sobre el tema, ahora solo quería bañarse y comer, la tía Inko cocinaba deliciosos Katsudon.

(...)

Notas~ leer xfa. -.-

Primera parte de... No sé, quizás tres o cuatro. ┻━┻︵└(՞▽՞ └)

Nos vemos después. No olviden su voto.

Zaorycast. ✨✨

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