capítulo 28: rotos.
Había pasado mas de medio día desde la noticia de la muerte de Naruto y Sarada, sin mas que hacer. Los reunidos tenían pendiente otra reunión con el Uchiha; quien se quedo a cargo de todo sin objeciones, ya que lo de asesinar a momoshiki jamas fue descartado. Solo que por ahora debían mantener el agua en calma y serena, aquella perdida se volvió en un golpe bajo y era lo que el enemigo quería lograr volviendo la situación en una desgracia.
Hinata la madre ahora viuda, se endureció luego de haber llorado todo lo que su corazón pudo soltar, tenía que ser fuerte por sus hijos y no dudo en regresar a ser una mujer firme; no sin antes tener el apoyo de sus amigos y allegados de la familia.
Amablemente se despidió de todos los presentes agradeciendo la ayuda y preocupación, exceptuando a Sasuke que no volvió por donde se fue; a lo mejor ya se había ido o estaba con su esposa en la UCI, no podía determinarlo. Puesto que lo conocía muy poco y solo sabia lo que su difunto esposo le contaba.
Eso le recordaba que, pasaría a ver a la pelirrosa después, de todos modos tenía que darle su apoyo ante la perdida de su única hija; esperaba que estuviese mejor luego de aquel incidente, pero las noticias la derrumbarían eso era lo que no podía evitarse.
Ahora mismo tenia que hablar con su hija, sobre sus hombros yacía la responsabilidad de dar la noticia a la pequeña, mucho antes para ser exactos en su pesar. Se dió la libertad de llamar a la señora Saeko para informarla y pedirle que notificará a Yubia los acontecimientos; eso seria lo malo, no podía estar con su hijo en el momento que le dijeran lo de su padre y tampoco lo podía consolar, eso le sintió mucho. Ella quería ver a su hijo, pero al menos estaba segura de que estaba protegido.
Tras caminar de vuelta por los pasillos del hospital, aquellas jovencitas que custodiaban la habitación de la pelirroja, advirtieron que el rostro de su señora estaba destruido por las lágrimas y por pesar bajaron su cabeza; acto que fue pasado desapercibido por la Hyuga quien solo agradeció por cumplir con su trabajo.
Aún en un momento de crisis y con el corazón roto, esa gran mujer seguía siendo gentil; algo que nunca podría cambiar, al entrar nuevamente a la habitación, Himawari su segunda hija. Estaba sentada en la camilla; donde solo miraba su cuerpo arropado por las sabanas blancas, hasta que escuchó los pasos de alguien acercarse.
La pelirroja al notar quien era. Se dejó caer nuevamente en la camilla; ya que sabía que su madre la mandaría a descansar, así que solo se cubrió con su sábana por el frío que le estaba dando y se giró para darle la espalda a su madre, no de manera desdeñosa, solo que la posición en la que estaba le parecía mas cómoda.
Nuevamente sintió el peso de su madre en la camilla y como una de sus manos sujetaba su brazo con un poco de fuerza, gesto que la Uzumaki entendió como algo normal. Sin saber que eso iba mas allá de lo corriente.
— mamá —. Llamó la menor sujetando la sábana contra su pecho — ¿que sabes de papa?, desde que me salvo no lo e vuelto a ver y tambien dime que salvaron a Sarada, por favor —. Continuó la niña, momento en el que su madre apretó mas el agarré a la vez que temblaba un poco; obteteniendo la menor un mal presentimiento al sentir aquello.
— Himawari, tu padre a fallecido y Sarada tambien —. Dictó la ojiblanco de manera calmada, pero muy pesada. Hinata en ese entonces esperaba algo parecido al llanto como respuesta, pero solo consiguió escuchar el silencio; Seguido después de una larga exhalación y unas palabras torcidas.
— eso paso... —. Habló Himawari con fatiga en su voz haciéndola casi inaudible; como si se estuviese ahogando, sin duda alguna estaba llorando — entonces, tendré que hacer algo al respecto... —. Continuó en respuesta a lo que decía su madre, quien aterrada. Entendió a la perfección a que se refería su hija menor; “dios, ¿que te han hecho?”. Pensó la Hyuga,apartando el cabello del rostro de su hija. Hallando un semblante liso con lágrimas cayendo sobre el, causando dolor en la ojibalnco, la mirada de su hija ahora era de alguien quien no pudo ser protegido, su hija estaba rota y eso era algo que jamas iba a perdonar.
*
Mitsuki y Yubia esperaban pacientemente en la sala común; después de que esta atendiera a Boruto, el cual se encontraba recostado en uno de los muebles inconsciente. Para ambos encontrarse con el rubio en el umbral de la puerta los había impactado y aliviados al mismo tiempo; debido a que una discusión se abrió al ver que este no estaba, momento en el cual. Yubia al tener una noticia tan desgarradora, el que boruto no apareciera en esa casa la asustó considerablemente.
Esa angustia fue difícil de ocultar y no paso desapercibida por el albino, donde presintió que algo no andaba bien, Mitsuki antes de continuar con su búsqueda; primero necesitaba saber el motivo del cual aquella pequeña señora parecía tan preocupada, aparte de la desaparición espontánea de su novio.
Yubia sin tener de otra que decir las fatidicas noticias, los dos no esperaban ese estruendo que los alarmó y que al ver de donde provenía. Se encontraba Boruto en estado de shock y pálido; ya se les estaba claro el error que habían cometido al hablar con tanta libertad de algo tan delicado. En donde ni siquiera les había dado tiempo de reaccionar o sobrepasar aquel desastre, pasando su atención al adolescente que, de no ser por el ojidorado se habría lastimado.
— no quería que lo supiera de esa manera, jamas creí que reaccionaria tan mal —. Expresó la señora limitándose solo a permanecer de pie al lado de rubio, atenta a cualquier señal que demostrara el menor ante el malestar.
— ha pasado por mucho, pero creo que esto es lo peor que ha podido vivir por los momentos —. Secundó el albino mirando a su novio, hallándose muy preocupado por el.
— esto es una locura, otro uzumaki... —. Yubia sentía mucho el fallecimiento, después de la muerte de sus señores; los respectivos dueños de aquel enorme hogar. Sabía que Naruto no volvió a ser el mismo, añadiendo los acontecimientos muy contundentes tanto como su secuestro y años posteriores el asesinato de sus padres, frustrada porque la historia se volvía a repetir cada vez mas cruel y contundente.
— no podemos evitar que sufra, por muy preocupados que nos encontremos. Lo primordial es que no decaiga —. Alegó de manera insensible el peliceleste, enojando así a la adulta.
— eso no esta bien, no puedo creer que digas algo así, ¿acaso no piensas en como debe sentirse el joven señor? —. Espetó colérica Yubia alzando un poco la voz.
— el tiene razón —. Se escuchó decir a una voz en medio de ese intercambio de palabras; dándose ambos de cuenta que era el rubio quién se había despertado, este miraba directamente al albino con un semblante neutro, un rostro que Mitsuki no pudo descifrar correctamente.
— haz despertado, por favor no se levante —. Pidió la mujer mayor buscando evitar que Boruto hiciese algo que lo perjudicara.
— estoy bien, no me la puedo pasar todo el día durmiendo, tengo cosas que hacer y le consta —.
— ¡joven señor!, esto es serio, no esta en condiciones para seguir —.
— ¡Yubia!, tengo entendido que vine aquí para hacerme capaz, no me quedare a esperar que terminen de masacrar a mi familia; es una orden. No intervengas a menos que yo lo pida —. Respondió tanjante el adolescente a la vez que se incorporaba — primero fueron mis abuelos; ahora mi padre, casi pierdo a mi hermana, si me quedo lamentando cada cosa que les paso. Se vendrá otra muerte y no podre hacer nada —. Continuó el rubio sentándose en el sillón, para consiguiente levantarse con un poco de esfuerzo.
—¿como sabes de tus abuelos...?—. Interrogó atónita, consciente de que tal vez había cometido un descuido.
— esta casa es de mi familia después de todo; tal vez no debí intentar buscar que ella me hablara. No sabia que conseguiría de ello en realidad, pero fui curioso y como pago. Me entere de una cruel realidad, esa realidad es que me han arrebatado poco a poco a personas importantes en mi vida, ahora quiero pagarles con la misma moneda —. Indicó el joven de ojos azules, siendo Mitsuki el que presenció como la pequeña señora temblaba ante tal declaración.
— entraste en aquella habitación... —. Yubia maldijo internamente por sus errores inmediatamente, su persona estaba en un gran conflicto; ahora no podía hacer nada y el mantenerse callada era su obligación, cuan decepcionada estaba de si misma, por primera vez en su labor. Sintió que había fallado inmensamente y tratar de enmendarlo le resultaria imposible, ya no había vuelta atrás.
— ¿estas preparado? —. Mitsuki quien se había acercado a el, lo sujeto del rostro y comprobó que aquellos ojos color cielo estaban turbios, peor de lo que se había imaginado, “estas roto". Pensó el mayor con impacto que, aún así entendiendo lo grave de la situación, no podía desaprovechar. Debía utilizar ese dolor como motivación y fortaleza para Boruto por muy cruel que se viera.
— si... —.
— ya sabes lo que debemos hacer —. Soltó directo el albino, quien vio como su novio tomaba sus manos con fuerza.
Yubia quien a pesar de sentirse en contra, no iba a ser desleal y seguiría para ser un apoyo, esta solo retrocedio y volviendo a endurecerse; aceptó que Boruto se encontraba en buen estado físicamente, pero mentalmente ajeno a todo.
— vamos... Y señora Yubia, luego vendré por respuestas —. Dictó Boruto sin evasivas ni excusas, desapareciendo ambos de la vista de la señora, quien ante el silencio y soledad; no pudo evitar derramar lágrimas por las perdidas, pensando en cuanto mas tendría que vivir esa familia con ellas.
*
Difícilmente Boruto estaba tratando de agarrar aire; mientras yacía de rodillas intentando levantarse, desde hace mas de una hora llevaba una pelea a puño limpio contra el albino, este complacido. Había notado un cambio drástico en la persona de su novio; siendo esta mas agresiva y violenta al atacar, pero aun así prudente en los movimientos.
Mitsuki entendía a la perfección que, aquel cambio no era nada mas ni nada menos que instinto asesino, acoplado a la adrenalina. Boruto estaba peleando con todo lo que podía, así cada golpe lo aturdiera o derribara, este ya había perdido la cuenta de las veces que se levantó; sabiendo que su cuerpo temblaba de rabia y que eso no lo limitaba.
El rubio, con todo y que estaba serio con el entrenamiento. Su respuesta a la veces que tubo la oportunidad de golpear a su pareja dudaba y era allí cuando salia lastimado, por mucha ira que llevaba por dentro. No podía golpearlo; a pesar de estar haciéndolo correctamente.
Justo en ese momento en que no insertó el gancho izquierdo, Mitsuki lo había sujetado de la cabeza. Dándole un rodillazo en pleno mentón; teniendo Boruto que retroceder mientras que maldecía por el dolor.
— se que estas desesperado, además de frustrado, estoy consciente de tu enojo y la manera en la que haz decidido aprovecharla, pero nunca avanzaras si sigues dudando en golpearme, lo cual me sorprende porque estas teniendo una buena ejecución —. Jacto el mayor acercándose con lentitud hacia el rubio — soy responsable de que sepas valerte por ti mismo, así que cae en mi si te matan e inútilmente no pudiste hacer nada; así como tu mejor amiga quien murió, asi como tienes que pensar en tu hermana que se la paso sola en peligro. Buscando sobrevivir para que no acabará muerta, pero lo logró peleando, aún no sabes todo lo que sucedió y te olvidaste de los detalles por el coraje, ahora que sabes todo ello, que han matado a dos personas importantes y el terror que vivio tu hermanita, ¿vas a permitir que te arranquen tu vida por capricho de esos degenerados? —.
Sorprendido por lo que acababa de oír, Boruto ante su cólera. Se había olvidado de sus mas allegados, había olvidado a su amiga y hermana; hasta de su madre que, ahora cayendo en cuenta estaban ellas dos solas y también eran blancos fácil para ser asesinadas, lamentando la muerte de Sarada y olvidándose de su dolor; evitó ser tomado por el cuello apartando el agarré que venía directo hacia el.
En reflejo a ello, viendo que tenia una apertura, apretó los dientes y su puño; consiguiendo acertar un gancho en el pómulo del albino, Mitsuki al instante. Tubo que cambiar su ofensiva a defensiva, tratando de que Boruto no lo volviese a alcanzar; salvo que en un descuido. No sabia que habían retrocedido hasta llegar a la pared impactando en ella distrayéndolo.
El peliceleste atentó al cambio rápido de movimiento que tuvo el Uzumaki, sorpresivamente este inclinó su cuerpo para evitar ser golpeado. Llegando a Mitsuki para aprisionarlo con su antebrazo; haciendo que se golpeara con fuerza contra el muro. A la vez que le sujetaba una de sus manos, siendo aquella presión sobre su cuello la que lo tomó por sorpresa.
Mitsuki quien intentaba librarse, notó que Boruto ejercía bastante presión sobre su cuello e inevitablemente lo estaba asfixiando; momento en cual se dio cuenta que había perdido por primera vez mientras enseñaba a boruto a pelear.
— me rindo... — habló con dificultad el mayor observando como el rubio reaccionaba y se apartaba rápidamente, Boruto agitado notó que su novio tosía con fuerza; ante ello por el cansancio. Se tumbó en el suelo sentándose en tanto se cubría el rostro con sus manos por la impotencia, podía sentir como sus nudillos ardían y como su respiración le quemaba por los momentos de tensión, pero no se quería quedar abatido, no podía permitírselo.
Boruto apartando su malestar, se colocó de pie nuevamente encontrándose a Mitsuki mirándolo con seriedad, este tenía su blanca mejilla enrojecida y en la mayor parte de su cuello se veía una marca también; arrebatándole al rubio el sentimiento repentino de culpa, pero eso solo le hacia recordar las palabras que el albino le acababa de decir provocando que retomara su postura ofensiva.
— ya es suficiente Boruto, necesitas descansar —. Dictó el ojidorado con suavidad, ya había conseguido lo que que quería; había conseguido que Boruto reaccionará y rompiera aquella barrera que evitaba que fuera en serio, ahora sabia que ya podía atacar sin remordimientos así se tratara de alguien que quería.
— aun puedo seguir, ya e descansado lo suficiente... — el Uzumaki otra vez estaba preparado para continuar, este rompió la distancia y quiso atacar, pero flaqueó. Mitsuki aprovechando; logró tomarle de la muñeca, torciéndola levemente e hizo que el menor se tropezara cayendo de estampa en el suelo.
Intentando levantarse. Boruto gritó de dolor por su brazo, el albino no le estaba haciendo nada malo, pero la llave que tenia aplicada le hacia sentir dolor si se movía; estaba inmovilizado.
— repito, es suficiente —. Reiteró el ojidorado arrodillado al lado de su chico respirando agitadamente, manteniendo firme el agarre.
— ¡sueltame! —. Exigió enojado el rubio, mientras poco a poco se enrojecía por el intento fallido al intentar librarse, generándole mas dolor. — ¡he dicho que me sueltes Mitsuki! —.
En ese momento. El albino dejo el agarre, solo que no para dejarlo ir; sino para voltar al rubio boca arriba y posicionarse encima del el, ahora reteniendo sus piernas y sus dos manos, agarrando con mas fuerza sus muñecas.
— ¿que demonios? —. Indicó el Uzumaki retando a su pareja.
— ¡hey!, ¡¿no haz entendido que no puedes continuar!? —. Reclamó Mitsuki alzando la voz, esa era la primera vez que lo hacía; Boruto sorprendido. Apretó sus labios por la impresión, encontrándose con el ceño fruncido de su novio, siendo también la primera expresión enojada que le veía — haz dado un gran progreso, así solo conseguirás hacerte daño; debes aprender a escuchar a tu cuerpo —. Continuó esta vez mas calmado relajando el semblante.
— si e progresado, ¿entonces por que no me dejas seguir haciéndolo —. Preguntó tajante y afligido el rubio, cuyos ojos azules amenazaban con derramar lágrimas.
— entiendo que estes enojado, que lo uses de motivación, te han quitado a alguien importante, pero no puedes ignorar ese sufrimiento y reprimirlo; poco a poco ello se reflejara en el exterior y sera tu peor enemigo —. Aquellas palabras solo lograron que las lágrimas en el rubio se soltaran, siendole imposible contenerlas — esto fue para que te dieras cuenta que si no reaccionabas, te matarían con facilidad, ya haz perdido el miedo a dar el primer golpe; eso era lo que en estos momentos necesitabas lograr, pero no permitiré que conviertas ello en tu condena y debilidad, no cuando estas tan inestable —.
— entonces, ¿que debo hacer? —. Cuestionó el ojiazul sin poder detener sus sollozos, volviendo a apretar sus labios para evitar hacerlo con fuerza.
— lo que estas haciendo ahora, desahogarte —. El albino soltando a Boruto, se echó hacia atrás y lo halo de la muñeca para que se incorporara; abrazándolo así al mismo tiempo, aliviado de ser correspondido por parte de su pareja, quien estaba escondido en su hombro quebrado en el llanto.
— esa vez... Que dije que no podía perdonarlo estando en el jardín; este enojo no era hacía el —. Boruto abatido. Sostenía la camisa del ojidorado con fuerza y a pesar de que quería reprimir sus sollozos estos les eran inevitables — es hacia mi... Si no hubiese tardado tanto en llegar a mi hermana cuando la secuestraron, mi padre no hubiese tenido que arriesgar su vida —.
— esto no es tu culpa Boruto, no tienes culpa de nada de lo que paso, no tienes que atormentarte de esa forma. Llora todo lo que necesites llorar, te recuerdo que no estas solo; sueltalo todo... —. Dictó Mitsuki, encontrando el llanto de su novio estremecedor y desgarrante; sentía una rabia repentina por ello, el solo quería que su pareja. Las únicas lágrimas que derramara y sus gritos fueran por el, debido a ello haría pagar por el sufrimiento que le estaban haciendo sentir a su chico, reclamando que todo de el le pertenecia y sin dudas mataría sin piedad a quienes quisieran pensar siquiera en tocarlo, no aceptaría que alguien mas lo rompiera.
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Buenas mis amores, vengó a decirles que amo la sabrosura y oscuridad que le estoy poniendo al fanfic, se me a vuelto pasión hacer sufrir, espero que lo hayan disfrutado uwu, los amo💖💖💖💖💖💖💖
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