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capítulo 27: emociones saturadas.

Una llamada repentina a altas horas de la mañana, alertaba a la señora Hinata de su irremediable desvelo, toda la noche que había estado esperando algo. Fue tan alentador para su alivio el haber recibido esa llamada, apretando sus finos labios los cuales temblaron un poco ante la angustia. Se abalanzó al teléfono para atender a quien sea que estuviese al otro lado.

Con el corazón latiendo con mucha fuerza y con altas esperanzas, lo que venía siendo una noticia con buenos términos. Se quedó en duda, llorando de felicidad por oír a través del teléfono a Kurotsuchi que la misión tuvo éxito, felicidad que no duro mucho, todo cambio cuando los detalles de los hechos se revelaron dando terror a la pelinegro, quien si dudar pidió la ubicación para poder ir a donde estaban su hija y esposo.

No se digno a arreglarse, esa era la menor de sus preocupaciones, necesitaba ver a su hija, saber que estaba bien y mas que todo el presenciar personalmente que la había recuperado.

*

El viaje hacia el hospital donde su esposo e hija se hallaban fue lento y tortuoso por el trafico, la mayoría del momento se la paso rezando por el bienestar de su familia, tembalaba e incluso había puntos en el que se rompía a llorar, pero se calmaba, trataba de no pensar negativo y eso era la peor de las torturas para ella, su vida había agarrado ese tono gris tan amargado del cual siempre juro no volver, solo que la vida era incierta e injusta, eso era lo que las plegarias hacían recordar cada momento de su existencia.

Al entrar a través de esa puerta de emergencia, el olor a medicina golpeo su rostro, no le interesaba que las gemelas que la acompañaban la intentaran detener por el peligro latente que podía aparecer con solo exponerse, solo se dirigió a recepción y pregunto por su hija y esposo, teniendo respuestas nulas sobre Naruto y mas alentadoras sobre la niña que, si bien le dieron su ubicación, Hinata partió a toda prisa a verla.

En los pasillos se consiguió a Gaara y a Kurotsuchi, estaban cada uno con vendajes y uno que otros parches por las heridas menores, ya hacia rato que los habían suturado y solo estaban a a la espera de saber como estaba Naruto.

— Hinata, espera —. Pidió la pelinegro quien vio pasar de largo a la ojiblanco.

— ahora no, necesito ver a mi famila — cuestionó la peliviolaceo desapareciendo de su vista, teniendo que ser las gemelas en atender los detalles de lo acontecido anteriormente.

— a veces no es la misma mujer —. Se digno a decir el castaño, apreciando el semblante endurecido de su compañera y el como se mordía el labio por los nefastos resultados que les dieron hace rato.

— demosle un momento —. Siguió la ojinegro dando un largo suspiro, comenzado con su resumido dialogo con las gemelas.

La puerta de la habiatacion de su hija se encontraba abierta de par en par a petición de los mayores, estos por ende, les pidieron a los enfermeros de guardia. Hacerle el debido seguimiento aun estuviese en buenas condiciones.

Los ojos perlados de la hyuga se vieron opacados por las recientes lágrimas que amenazan con resbalarse, su hija yacía acostada de lado y no sabia si estaba dormida o despierta admirando la pared sin razón alguna.

— hija mía... —. Soltó la mayor, Himawari quien estaba despierta, tuvo una reacción exagerada y levantó medio cuerpo apoyándose con su brazo en la almohada, la niña quien no se atrevía a ver a su madre, escuchó como los pasos tan tranquilos de su progenitora. Avanzaban hacia ella hasta que sintió como la camilla se hundía, sintiendo su corazón encogerse en lo mas profundo de su pecho.

Poco a poco la niña levantó la cara y su teñido cabello fue retirado delicadamente cuando esas suaves manos se posaron en sus mejillas. Justo donde tenía su marcas, allí ella se rompió y Hinata al encararla, se encontró con un rostro demacrado por el cansancio, unas ojeras oscuras que causó el estrés y el despojo del brillo en sus ojos azules que, lucían turbios y desesperados, pero mas que todo asustados e histéricos.

Con dolor y frustración, sólo pudo atender al sufrimiento de su hija rodeándola con sus brazos, alentándola a soltar todo lo que sentía con el llanto, la ojiblanco tubo la inevitable sensación de hacer lo mismo, pero no se lo podía permitir, tenía que ser fuerte por sus hijos y hacerse responsable de lo que deparara el futuro, tragándose el pesar y demostrando la firmeza que hace bastante se le había esfumado.

*

El reencuentro había sido muy desmotivador, Hinata había dejado a su hija descansando, ya que la solicitaban para hablar y ella necesitaba saber de su esposo, afuera de la habitación de la menor,  nuevamente se les pidió a los enfermeros atender con todo a la pequeña, dejando a las gemelas a cargo de su otro tipo de “cuidado".

Kurotsuchi, Gaara y Hinata, tuvieron que trasladarse a la sala de espera de los que estaban en operación, tal y como temía la Hyuga, Naruto estaba siendo sometido a cirugía de alto riesgo y hace horas que se estaba elaborando, eso le daba a entender de que tenía heridas mas graves de las que los demás creían.

En aquella sala de espera estaban Karin, Suigetsu, Juugo, Orochimaru, el jefe del cuerpo policial Sai y Sasuke, siendo el último en espera a saber por su hija; que se encontraba en graves condiciones como el rubio.

— ella es... —. Habló el peliblanco detallando a la mujer de porte tranquilo e inconfundiblemente desaliñado y a la vez firme, cuya mirada perlada, en vez de dar una sensación cálida, en ellos se expresaba la frialdad y la insensibilidad, estaba admirando a una mujer enojada.

— es la esposa de Naruto, le diré la situación —. Siguió el hombre pálido dirigiéndose a la fémina, quien había juntado sus manos para darse fuerza a lo que sea que estuviese a punto de oír.

— ¿que sucedió?, quiero saberlo, por favor — añadió con determinación la ojiblanco, sin perder su firmeza, teniendo en cuenta que en cualquier momento le fallaría el temple.

— los acontecimientos son irrelevantes, creo que lo mas correcto ahora es el estado de tu esposo —. Respuesta que impaciento notablemente a la fémina, aunque dando mucha razón al hombre que le hablaba — Naruto a sufrido un disparo en el abdomen, uno provocado por balas blandas, el diagnóstico por esa bala expansiva fue: daño renal derecho dejándolo inservible, daño de una arteria y la agravación de su pulmón derecho, lleva 4 horas en cirugía y no nos han dado mas noticias —. Siguió el pelinegro, atendiendo a la perdida de color en la tez de la mujer y como se tambaleaba.

Kurotsuchi y Karin la habían sujetado y sentado en una de las bancas, justo en ese momento el aire se le había escapado y el miedo se apodero de ella, era peor de lo que pensaba, estaba aterrada y eso solo alimentaba su enojo, se sentía inútil y no tenia idea de que hacer para ayudar a la persona que amaba.

— no eres la única así, Sasuke comparte esa preocupación, su hija también esta en cirugía, sus heridas son igual de graves y llevaba desangrándose lentamente 3 días, apenas y pudieron traerla con vida —. Aseguró la azabache haciendo que la atención de la peliviolaceo quedara en el Uchiha, este no decía nada y solo permanecía ajeno a todos, siendo su única prioridad saber de su hija.

— Sasuke... —. Soltó Hinata, para después apretar sus labios, al parecer no era la única sintiendose inservible, lo último que podían hacer era dejar a su seres queridos en manos de dios y sin apartarlo de lado, al destino también.

*

Fue alta la espera, la sala se había inundado en los relatos y detalles que, fueron atendidos por así decirlo, poco después llegó mas visita, Ino junto a su hijo y Temari de igual forma añadiendo a su esposo Shikamaru. El cual había dejado de atender la compañía de Naruto para ir a visitarlo y saber como estaba, pero los recién llegados; tuvieron como bienvenida un ambiente decaído y en silencio, desmotivando a los adolescentes quienes buscaban al rubio menor con la mirada.

Inojin e Shikadai curiosos, no hallaban a Boruto por ninguna parte y tampoco atendía a las llamadas, ambos al llegar al hospital. Tenían la esperanza de poder verlo y hablar, pero esos planes se vinieron abajo al no dar con el ni el momento mas crítico.

El Yamanaka un poco a la defensiva, analizó a todos los presentes. Siendo Orochimaru quien llamó su atención, este le dio enseguida la familiaridad con el peliceleste, cosa que lo alarmó indescriptiblemente, “¿quien es el... O ella?”. Pensó el adolescente, la situación era muy extraña y por las noticias tan graves el que Boruto no estuviese con su madre le daba muy mala espina.

Su cuestionamiento interno término cuando aquel hombre serpiente paso su vista a el, quien sin darse cuenta nunca aparto su mirada del mayor y desde luego eso despertó el sexto sentido en orochumaru, quien notó el impertinente gesto.

No sabía porque lo hizo, pero la reacción mas prudente del rubio fue el bajar la mirada, en ello la atención de Shikadai fue ocupada y estudió el recién comportamiento de Inojin y de inmediato lo entendió todo.

El chico de muletas fue quien no se quedó con rodeos, ya a este punto con el señor Naruto al borde de la muerte por razones que nada mas los adolescentes desconocían. El que su hijo estuviese ausente tenia que ser algo grave.

— ¿donde esta Boruto? —. Alegó sin saludar Shikadai yendo directo al grano, su padre Shikamaru lo atajó sujetándolo del brazo dándole un leve apretón, pero su madre fue mas dura y lo reprendió por la falta de modales.

Los dos chicos parecían estar frustrados por ser evadidos ante su preocupación, no importaba que intentaran tocar el tema ya que los apartaban o simplemente los ignoraban, inojin harto. Se llevó un momento al pelinegro para hablar con el a solas teniendo el consentimiento de sus padres; retirándose ambos esta vez con mas prudencia.

Solos muy apartados del resto, los dos estaban en un pasillo no muy lejos de aquella sala, en ella estaban maquinas expendedoras y casi nadie estaba por allí, el punto principal de aquella pequeña reunión, era el paradero de su amigo y el porque no se les era mencionado nada al respecto.

— que basura, no nos toman en serio —. Afirmó el rubio abriendo una lata de refresco de cola que recién había comprado en una de las maquinas.

— ya sabes como son los adultos Inojin —. Secundó el Nara recargándose en la pared para descansar, admirando como el Yamanaka jugaban con la lata.

— ¿viste a ese hombre? —. Inojin precisó, el no quería parecer paranoico, pero sabía que algo tenía que ver con el repentino misterio.

— ¿al de cabello largo y negro?, si... Tiene la misma mirada que Mitsuki, puede que sean parientes —.

— puede que si, pero... ¿que hace aquí?, además a todas estas, ¿que sabemos de Mitsuki?, ¿no te parece raro? —. Indagó Inojin dejando de jugar con la tapa de la bebida. Dándole un pequeño sorbo.

— claro que me parece raro, estamos los mas cercanos a la familia Uzumaki, nuestras familias tienen unos lazos de amistad fuerte, jamas vi a ese hombre y el parentesco con el peliceleste lo involucra sin miramientos, eso quiere decir que tiene que ver con que Boruto no este —. Shikadai cruzándose de brazos, pensaba en las posibilidades por obtener información, desde luego sus suposiciones eran correctas y de eso estaba muy seguro.

— ¿estas dispuesto a meterte en problemas? —.

— ya e pensado en muchas formas de hacerlo, Boruto es nuestro amigo y Mitsuki también, así que espero que cooperes con lo que tengo planeado —. Alegó el pelinegro sonriendo cómplice, aunque en el fondo sabía lo molesto que estaba su pareja y lo difícil que seria que este aceptara ayudar si ello involucraba al ojidorado.

— cuenta conmigo, solo debemos aprovechar a nuestros padres, tenemos ventajas por sus trabajos y eso nos conviene muy bien —. Añadió el Yamanaka con desinterés devolviendo la sonrisa que le había dado su pareja.

— eso lo discutiremos luego, ahora volvamos. Nos hemos tardado un poco solo para comprar una “soda" —. Culminó Shikadai viendo que esa respuesta fue mejor de lo que imagino, tomando asi sus muletas nuevamente.

Al volver a la sala de espera, los dos se quedaron juntos, el silencio era muy tenso y el ruido constante era el de los pasos de los enfermeros y el pequeño diálogo de sus padres, del cual no escuchaban nada.

Quebrando el silencio, una enfermera con un tablero apareció de repente y esta se detuvo con una postura firme, esta llamó a los familiares del señor Uzumaki y de Sarada Uchiha, eso último impactó a los chicos, no sabían que la azabache estuviese en el hospital, ya hacía un tiempo que no sabían de ella, siempre era Boruto quien se la mencionaba y esto los tomó por sorpresa.

Todos presenciaron como ambos adultos tanto Hinata como Sasuke se levantaban de sus asientos y esperaban saber que sucedía, sentimiento que todos comprartian justo ahora.

— de verdad lamento sus pérdidas, Uzumaki Naruto no resistió la operación, tuvo un paro respiratorio; siendo su corazón afectado también, Uchiha sarada. Ella falleció por una infección letal, estaba tan grave que los antibióticos no los pudo soportar, eso es todo —.  Informó la enfermera abrazando su tablero y con una dureza en su hablar que denotaba lo mucho que había vivido esas situaciones, ya para ese punto era inquebtantable y solo se volvió algo cotidiano en su trabajo, no podía hacer mas.

Todos sintieron irreal el momento, por un instante los chicos mirando a todos los presentes, querían comprobar que habían escuchado lo mismo y solo constataron lo peor, las caras asombradas de muchos, para ser exactos la de los mas cercanos era de shock, los ajenos se mantenían a raya y neutros, pero lo peor de todo fue cuando vieron hacia Hinata y Sasuke.

Aquella mujer de semblante sereno temblaba y las lágrimas salían por sus perlados ojos, la madre de Inojin tubo que ir por ella y ser de apoyo, la peliviolaceo con ayuda se había sostenido de su amiga mientras cubría su boca para no sollozar, en tanto Ino tomaba su mano con fuerza y lloraba con ella.

Sasuke por su parte parecía shockeado, justo ahora había tenido dos pérdidas, su mejor amigo estaba muerto y su hija también, su mirada se le notaba perturbado, tanto los presentes como los dos adolescente no podían descifrar esa expresión y esa forma de tomar esa noticia, lo único de lo que estaban seguros era que eso lo había afectado.

— señor, ¿todo en orden? —. Preguntó la enfermera posando una mano en el hombro del Uchiha, apartándolo casi de inmediato al sentir hostilidad, una muy grande, solo que esta no era hacía ella, ni mucho menos de los que estaban con el, eso claro estaba.

— quiero ver a mi hija por última vez —.  Pidió sasuke hablando por primera vez desde que todos los demás llegaron, la enfermera quien estaba decidida a negarse, tuvo que retractarse al ver que el azabache la miraba con frialdad, cosa que la aterró y no le quedo de otra que aceptar.

Lo único que se escuchaba era el llanto de la madre de Boruto y ahora los que eran desconocidos de los muchachos comenzaron a hablar; mientras veían a Sasuke retirarse con la enfermera.

Inojin impulsivamente tomó la mano de su novio y lo miró, Shikadi en respuesta apretó mas el agarre y también miró directo a los ojos aguas de su pareja, ambos estaban impactados al igual que el resto, pero su duda era mucho mayor que antes al no tener los detalles de lo acontecido, solo les avisaron que tenían que ir al hospital porque el padre de su amigo estaba grave y la razón de ello jamas les fue dada, ahora la realidad era que estaba muerto y la descripción de su muerte no les aclaraba nada, “¿que demonios suscede aquí?”. Pensaron ambos preocupados, ocupando mas que todo que el bienestar de su amigo que; estuviera donde estuviera, esperaban que no sufriera mucho por la noticia.

*

Boruto al despertarse notó que solo había dormido tres horas y que mitsuki aún seguía dormido, este no lo quería despertar así que salió de la cama con cuidado retirandose de la habitación en silencio. Aun estaba oscuro, las luces de la casa seguían apagadas y el sueño se había esfumado de su persona.

Eran las cinco y veinte minutos de la mañana, no sabía que conseguía despierto, pero el dormir le parecía inútil debido a todas esas emociones acumuladas, con la necesidad de ir a la cocina. Bajo las escaleras descalzó y la madera crujió levemente por las pisadas, este se dispuso a preparar café, mientras admiraba lo gutural del salón por la falta de luz y antiguedad, siendo la luces de la cocina las únicas en estar encendidas.

Encontró la caliente bebida muy reconfortante, avispandolo mas de su falta de sueño, este había apagado la cafetera y se centro en volver a la habitación, consciente de que allí no haría nada productivo salvo mas que atormentarse en preocupaciones.

Subir nuevamente las escaleras le pareció muy pesado, aún con la taza en mano derecha y la barandilla en la izquierda. Miro el pasillo de las habitaciones del ala izquierda que; es donde siempre se la pasaban, pero por otra parte. Sintió la necesidad de explorar el ala derecha, teniendo por primera vez la curiosidad de saber que había allí.

Corroboró que muchas puertas estaban sin seguro y solo eran habitaciones con el amueblado cubierto y recogido, nada del otro mundo, lo mas extraño del caso; era la puerta del fondo, esta estaba cerrada a cal y canto, hallando que su cerradura era muy distinta a las demás.

“mierda”. Pensó el uzumaki dándole otro sorbo a su café, para consiguiente dejarlo en el suelo, la idea mas sensata fue tantear el marco de madera con cuidado de abajo hacia arriba. Desilusionándose por no sentir nada con la llema de sus dedos, eso hasta que algo tropezó e hizo un ruido de algo arrastrandose. Siendo ese algo un objeto muy pesado que tomó en sus manos, satisfecho de saber que era la llave de aquella extraña puerta.

Detalló el objeto con extrañeza, la llave era de hierro y su forma coincidía con la ranura, pero lo que mas llamó su atención, fue que esta tenía grabada la letra “M" y estaba oxidada, cubierta de polvo y tela de araña, siempre creyó que con lo estricta que era yubia, la casa estaba impecable en toda las formas, pero ese no era el caso ahora.

Rezando para que la llave no se trabara, esta hizo un estridente ruido y al halar la puerta. Los años de estar cerrada habían expandido la madera, provocando que esta rechinara contra el suelo, haciendo que Boruto maldijera por lo bajo.

El intento por abrir a sin hacer mucho ruido, fue desalentador, pero había hecho lo que podía, Tomando su taza de café. Se encerró en la habitación que solo era alumbrada por el tragaluz del techo que, siendo obvio. El sol ya comenzaba a salir aclarando el día.

Boruto buscando un interruptor en la media oscuridad, al hallarlo. Se vislumbró con una oficina opacada con una luz amarilla que papadeaba y muchas cosas apiladas y llenas de polvo, lo años se notaban en esa habitación, siempre había mirado el ala derecha con desinterés y justo hoy inexplicablemente sintió necesidad por saber que escondía la casa de sus abuelos.

Habían archiveros y estanterías descoloradas, la alfombra en el piso estaba cubierta con una capa de polvo y pelusa que le daba un aspecto desagradable, pero lo mas curioso era las pinturas de óleo desgastadas y corroidas, en especial la de su abuela y abuelo donde estaban sosteniendo a su hijo; es decir a su padre, con sentimientos encontrados, el rubio dejó la taza en el polvoriento escritorio de madera y se acercó al cuadro para tomarlo.

Al sostenerlo y acercarlo mas a su rostro. Detalló las telarañas estirarse y la suciedad manchar su dedos, cosa que no le tomó importancia, este analizó el gravado con parsimonia y removió lo mas que pudo la suciedad. Notando que unos nombres aparecían abajo, estos eran los de sus abuelos. Sabia como se llamaba su abuela, pero el de su abuelo era desconocido.

— Minato Namikaze... —. Pensó en voz alta el ojiazul, dándose de cuenta que la “M" de la llave pertenecía a su abuelo, estaba en lo que fue hace mucho tiempo la oficina de su abuelo.

Después de distraerse mucho con el cuadro, paso a las estanterías, allí no encontró nada de interés, salvo álbumes que al parecer eran de ocaciones de “negocio/familiares", estos le dieron un buen humor extrañamente, en ellas notó a su padre muy pequeño junto a la pelirroja y a su abuelo ocupado con personas que eran desconocidas para el rubio.

Feliz por aquellas imágenes, al terminar. Revisó los cajones del escritorio y se encontró con material de oficina y uno que otro tabaco empaquetado y sin abrir, desde luego igual de detriorado que la mayoría de las cosas allí.

Sin nada que le llamara la atención en esa parte de la habitación, fue directo a los archiveros que rechinaron por el riel oxidado al abrirse, para mayor decepción no habia nada en las tres filas que conformaban los cajones, inconforme. A pesar de que no quería tocar nada ya que no sabia si estaba una cosa desagradable viviendo allí, tomó valor y palpó todo el cajón por orden sintiendo una que otra cosa moverse causándoles escalofríos.

Ya en el tercer cajón, sintió al fondo algo parecido a una caja y al deslizar sus dedo por la superficie, además de polvo y telarañas, ese tacto era el mismo cuando tocabas lo rustico del cuero, Boruto había tomado esa cosa por debajo y escuchó como se despagaba del metal oxidado, cuando logró sacarlo. Un folder mas o menos pesado estaba en su poder.

Este tenía el cuero mohoso y quebrado, Solo una parte de el se había conservado bien y eso realmente ya no tenía  relevancia, el uzumaki curioso. Sabia que debía tratarse de algo importante o algo por el estilo, así que abriéndose espacio en el escritorio, recordó que su café seguía allí solo que ya se había enfriado, de igual manera se lo acabó, abriendo después el folder que, gracias al cielo no tenia candado.

Dentro de el, se hallaban dos carpetas con una notoria cantidad de hojas conformándolo, lo más llamativo de aquellas carpetas color beige, era el “confidencial" escrito pulcramente en color rojo en todo el medio de la hoja.

Dudoso de si empezar a leer, miro el tragaluz y sabia que bastante tiempo había transcurrido en su exploración, calculando media mañana en toda esa travesía, culpandose de no poder contener su curiosidad cuando algo llamaba su atencion, este decidido; deslizó la tapa de la carpeta, al principio solo creyó que eran documentos sin importancia, todo el escrito comenzaba con la descripcion de su abuelo y eso lo aburrió un poco, hasta que a medida que leía el documento. Descubrió que se trataba de un testimonio forense, en ello describía nítidamente la muerte de su abuelo sin censurar detalles.

Sin creerse lo que leía, lo releyó dos veces y todo indicaba que cada palabra plasmada era real, sin detenerse. Siguió pasando páginas hasta que el testimonio se término y ahora pasaba a lo visual, siendo fotos de las autopsia que mostraban heridas brutales y las causa de muerte.

El corazón de Boruto se había encongido, cuando tomó la otra carpeta, sabía que era de su abuela y con las manos temblando, comenzó a leer, encontrando el testimonio peor de lo que pensó, sus abuelos habían sido brutalmente asesinados dejando huérfano a su padre, la causa de muerte de su abuela lo estremeció y tanto su estómago como mente se revolvieron en un caos.

Sentía que lo que leyó y tocó con sus manos al pasar las imágenes, lo habían dañado considerablemente, no los recordaba muy bien, pero en sus 16 años de vida. Si sabía que en algún momento vivió con ellos, lo que le abría sospechas.

— no puede ser... No formaron parte de mi vida porque los asesinaron... — afirmó el adolescente para si mismo, quien soltaba un suspiro de dolor frustrado, de forma repentina. Este había tenido una idea, sus muertes parecían ser después de que tenía alrededor de 4 años de edad, sabia que los vio y que justo en esa casa convivió con sus abuelos, lo que lo llevó a deducir que tal y como creía anteriormente; sus muertes fueron la causa de que no los involucraran en la familia. Ni siquiera en recuerdos.

— asesinados... — soltó, decidido a leer con mas calma los documentos sin volver a ver las fotos, necesitaba saber si algo se estaba pasando por alto, con la vista nublada y los labios fuertemente apretados. Sentía cada una de las descripciones como propias, cada tanto necesitaba secar las lágrimas que se resbalaban y tenia que contener sus náuseas, ya que de todas formas tuvo que volver ver las imágenes, “dios mio...¿que hicimos para merecer este castigo?”. Cuestionó internamente por todos lo males que vivía su familia propiamente en ese futuro y por lo que ahora descubrió de su pasado.

Sin conseguir nada en la carpeta de su abuelo, rompió a llorar sin reparo cuando releyó la de su abuela, al final de todo esa información; notó que en la tapa final del expediente de su abuela, había una pequeña ranura que decía “evidencia".

Al deslizar la pequeña nota que había allí dentro; ya que sobresalía el papel. Este lo desdobló y leyó después de tragar grueso y sorber con un poco de fuerza debido al llanto, ahora era la rabia que lo acompañaba y podía sentir su cara arder por el sentimiento de cólera.

“esto es un ojo por ojo Uzumaki, lastima que no pudiste proteger a tus padres. Esto pasa cuando te metes en lo que no debes”
         
                                                                   -outsuzuki.

Eso era lo que la pequeña nota expresaba y por el sentimiento tan horrible que estaba experimentando, aruño la mesa y cerró la carpeta con fuerza mientras maldecía y fue allí cuando se sintió con el corazón casi inexistente, pero con un dolor que parecía que lo volvería loco.

Agobiado por toda esa informacion, no tuvo arrepentimiento por haberlo descubierto, sabia que de una mala manera hacía de una extraña ayuda, así que como si nada hubiese pasado a pesar de sentirse perturbado, acomodó todo con una calma que no encontraba suya; dejando todo en sumo “orden”. Haciendo el mismo procedimiento que uso al entrar para salir.

Dejando la llave donde la encontró, bajó en silencio a la cocina para dejar la taza, pensativo. El murmullo de unas voces lo alarmó sacándolo de su mente ajetreada, justo no sabía porque decidió no entrar en la cocina directamente, solo opto por quedarse en el marco escuchando cuidadosamente.

Sabía que eran Yubia y Mitsuki quien conversaban y no parecía ser una charla animada, se notaba seria y complicada, algo que sin duda sabia que no debía escuchar o no de esa forma.

— tal y como se confirmó hace horas, a las nueve y trece minutos se dio a conocer el fallecimiento del señor Naruto y a las nueve con veinte minutos el fallecimiento de la hija de Sasuke Uchiha —. Soltó Yubia con voz apagada y ajena, por muy seria que intentaba sonar. Se le escuchaba afectada.

La conversación se vio interrumpida al escuchar un estruendo, al fijarse en la entrada de la cocina, Boruto se hizo notar, accidentalmente. Este había dejado caer su taza por el shock de lo que acababa de escuchar, dejando el suelo cubierto de pedazos de porcelana, momento en el cual había entrando en un estado de crisis.

— ¿que?... —. Fue lo único que pudo decir el Uzumaki antes de perder sus fuerzas, Mitsuki quien reaccionó rápido. Lo sujeto y se dio cuenta que su pareja se había desvanecido, encontrándose semi consciente, el albino sentía como el cuerpo del ojiazul temblaba levemente y su respiración se volvía pesada cosa que le preocupó.

— Boruto hey, tranquilizante —. Pidió el ojidorado, Boruto quien sintió esas palabras lejanas, no supo que paso después de ello. Puesto que perdió el conocimiento por el shock y el conjunto de emociones saturadas.

★★★★★★★★★★★★★★★★★★

Han pasado 84 años :'v, neta mis amores. Aquí les traigo un capítulo uwu, disfrútenlo💗💗💗💗💗💗

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