Capitulo 22: nadie dijo que seria fácil.
Reunidos, naruto, sasuke, gaara, kurotsuchi, chojuro y darui, siendo la segunda vez en conjunto a petición del uzmaki y uchiha. Ahora contaban con la presencia de orochimaru y sus subordinados; lo cuales no eran para nada desconocidos para el uchiha.
Los subordinados de aquel hombre eran una pelirroja atractiva de lentes llamada karin, un fornido e intimidante perlinaranja llamado juugo y por ultimo y no menos importante un chico con dientes de cierra y buen atractivo llamado suigetsu, eran los que servían lealmente al hombre serpiente.
La sala de reunión era en un casino perteneciente a la pelinegro, era un espacio de conferencia muy sofisticado y hecho para que personas con poder jugaran en secreto, pero en esta ocasión la apuesta era algo muy diferente al dinero, hinata la esposa de naruto decidió estar ausente, como profesional tenia otros asuntos importantes que atender y todo el día a estado muy ocupada.
No obstante, naruto así como sasuke, planearon funerales y donaron un buen dinero para la exploración de los escombros y la reconstrucción del instituto, la hyuga fue la que decidió tomar cabeza en ese asunto, lo necesitaba, no quería estar preocupada sin poder hacer nada y esto le era de ayuda para no pensar en sus hijos, sobre todo en su niña que no sabía si estaba bien.
Dejando todo ese asunto en manos de su señora, todos los adultos allí reunidos bebían vino, mientras las presentaciones se hacían lugar; aunque orochimaru no era tan desconocido como creían, ese hombre tenia mas poder en sus manos y lo demás era para quedar aterrados con solo escuchar su nombre.
Lo que menos esperaban los allegados, era tenerlo como aliado en todo ese caos, no podían salir de su asombro, siendo este el centro de atención de todas las miradas ajenas presentes.
— siento la conmoción y asombro, debe ser una sorpresa para ustedes el verme aquí —. Comentó orochimaru mientras bebía de su copa.
— no es nada, solo que... Sin nos sorprendió un poco —. Soltó la azabache, la cual lucía un sofisticado traje color vino con negro; acompañado de un pronunciado escote, a vista se notaba que andaba sin sostén, atrayendo una mirada de color violeta hacia su persona.
Suigetsu quien no disimulaba sus miramientos pervertidos, la pelirroja al darse cuenta. Lo piso con fuerza por ser tan grosero e irrespetuoso.
— te sugiero que dejes de pensar obscenidades con esa mujer, tengo entendido que a mas de uno castro con esas uñas de plata —. Comentó la ojirrojo en un susurro cerca de la oreja de su compañero de cabello blanco violáceo, el cual sintió como un sudor frío le bajaba por la espalda al escuchar semejante atrocidad, viendo como aquellas uñas tamborileaban en la gran mesa, a la vez que veía a la pelinegro, quien por un momento lo vio a el; mientras detenía su ritmo rasgando un poco la madera de la mesa, paralizándolo al instante por los nervios.
— bien, entonces, supongo que tienes algo que decirnos —. Dijo el pelirrojo, recibiendo las miradas de todos los presentes.
— si, creo que ya va siendo hora de comenzar —. Hablo el peliazul claro, Haciendo girar un dardo.
— de acuerdo, pero de ante mano el comienzo de esta reunión lo dará orochimaru, así que te cedo la palabra —. Explicó el rubio hacia el ojidorado, quien solo asintió dispuesto a dar su testimonio.
— pues, bien entonces... —. Siguió el azabache de cabello largo — antes de que mi hijo se fuera, lamentándolo mucho ese chico es un travieso y no pudo evitar escuchar su conversación el otro día en casa de naruto cuando mataron a kinshiki outsusuki —. Continuó sonriendo de manera sarcástica, ya que le daba risa la situación.
— no le des el crédito a tu hijo, boruto también estuvo allí, puedo decir que supo arreglárselas para espiarnos, me di cuenta después al observar las cámaras de seguridad hace unas horas —. Comentó el uzumaki un poco avergonzado por aquella revelación.
— vaya, tu hijo a la larga sera igual a ti naruto —. Soltó gaara divertido.
Una mueca se reflejo en la cara de todos por tal información, escuchando la disculpa del ojiazul por dicho incidente.
— como decía, cada acción conlleva a algo ya sea buena o mala y para su suerte ese descuido dio lugar a una gran ventaja, gracias al nombre que soltó su fallecido rehén, mi hijo descubrió algo muy alentador para la búsqueda de quienes están involucrados —.
—murata... —. Musitó naruto mientras los demás se miraban las caras, preguntándose que se pasaron por alto.
— el día de la explosión, mi hijo y el tuyo naruto, se toparon con un extraño que se hizo pasar por el inspector. El cual mino toda las instalación escolar con bombas, dando la llegada de ese infierno que se llevo la vida de muchos estudiantes y profesores —. Tomando vino para dar suspenso, el azabache dejo su copa y pidió a la pelirroja pasarle un sobre con algunas fotos, entregándoselas al rubio, que al tomarlas y observarlas las fue rotando para que sus invitados también vieran lo que había traído su nuevo aliado.
— pero que maravilla, no me digas que tu hijo fue quien dio con esto —. Sorprendido darui se expresó sin caber en su sorpresa.
— prosigue, por favor —. Pidió kurotshuchi, con un peculiar brillo en sus ojos, demostrando excitación.
— casi, por así decirlo fue una tremenda coincidencia que al salir con vida de todo el caos, en plena calle se consiguieron dentro de un auto al inspector, al acelerar. Mitsuki mi hijo, se fijo en la matricula que tenia ese “nombre" formado con números y letras, dando bienvenida a otra coincidencia el día que los escuchó en ese clandestino interrogatorio —. A medida que orochimaru hablaba. Los rostros de los presentes parecían estar conformes con la información.
— se memorizó la matricula... —. Dijo esta vez chojuro, dejando el dardo en paz.
— y te dio la información, la cual aprovechaste para buscar el auto —. Habló sasuke por primera vez, momento en el cual suigetsu y juugo se levantaron para salir de aquel lugar, dejando confundidos a los allí presentes.
— mejor aun, solo esperen —. Canturreo el adulto quien término de beber su copa.
A la expectativa y a la vez a la defensiva, por la misma puerta donde salieron aquellos hombres, volvieron a entrar esta vez con un sujeto que estaba encapuchado.
— quitenle la mascara —. Ordenó orochimaru disfrutando del espectáculo.
Obedeciendo fue suigetsu quien se la quito, dejando ver a un hombre mayor de pelo canoso, con la cara toda golpeada, arrojándolo a la mesa, karin quien sacó una navaja de la funda de su pierna, extendió las manos de aquel hombre y las clavó en la mesa arrancándole un grito histérico por el dolor.
— espero que eso no te importe —. Se dirigió el ojidorado a kurotsuchi, quien solo negó con la cabeza.
— para nada —. Respondió la ojinegro — mas importa el juguete nuevo —. Prosiguió la mujer mordiendo una de sus uñas, mientras sus mejillas se coloraban.
“mierda esta loca”. Pensó el peliblanco sintiendo escalofríos, la pelirroja quien se dio cuenta de aquella reacción se burló sin tapujo alguno, siendo acallados por el grandulon de su compañero.
Naruto y sasuke fueron los que endurecieron la mirada, la sed de sangre les había despertado y estaban dispuestos de liquidar a ese hombre en cuanto escupiera toda la información.
— primero necesito que se calmen —. Pidió orochimaru viendo a los dos mejores amigos.
Relajando el semblante, ambos hombres se habían calmado, esperando las palabras claves del nuevo aliado.
— bien entonces, aquí tenemos al “inspector", culpable del atentado terrorista, es el hijo del desaparecido hombre cuyo nombre es murata, también es colaborador de su padre en la entrega ilícita de armas para la conocida banda reformada “akatsuki", este es el hombre cuyo labor fue un fracaso total, siendo nomas un peón de los terroristas —. Comunicó el pelinegro, cruzándose de piernas, apoyando su rostro en el dorso de su mano.
— me dejas sin palabras serpiente —. Expresó el uchiha, quien estaba impaciente a mas no poder.
— a todos podría decir —. Siguió naruto, ahora sonriendo con satisfacción.
Los demás en la sala, se habían quedado asombrados por tal eficiencia, sin duda alguna orochimaru, era un hombre al cual debían temer o mas bien cuidarse las espaldas.
— muy bien hagan sus preguntas, es todo suyo —. Cedió orochimaru sonriendo con maldad.
Con claridad, todos sabían quien debía encargarse de ello, por muy deseosa por jugar con el rehén, kurotsuchi respetaba cuando era algo personal. Así que dejo a ese hombre en manos del uchiha.
Levantándose de su asiento, paseo un poco entre su mejor amigo y el pelirrojo, quedando justo al lado de la cara de su prisionero, sacando lo que era su katana, la cual estaba manchada de la sangre de todas su víctimas.
— vas a responder a todas nuestras preguntas y mas te vale no andar con rodeos, hoy no estoy exactamente de buenas —. Ordenó el uchiha acercando de manera amenazante la punta de la catana al cuello de aquel crucificado hombre, siendo todos testigos de una expresión llena de total terror, mientras las noche empezaba con un desgarrador grito que daba la bienvenida a la peor de las torturas.
*
Boruto estaba doblado mientras sostenía su estómago, este trataba de buscar aire a causa del dolor, tenían el labio y nariz rota, el albino tenaz y sin una pizca de piedad le enseñaba a bloquear los golpes y como darlos, lo que mitsuki le enseñó hace tiempo como defensa propia no era nada comparado a la paliza que le estaban dando.
— ha.. Mitsuki, ya... Ya no puedo —. Jadeo mientras se apartaba rápidamente para no ser golpeado, el ojiazul se había tropezado y cayendo al piso. El peliceleste intento pisarle la cara varias veces, a lo que este giraba para evitarlo.
— ¿acaso te pregunte si me importaba eso? —. Pisando la mano de su novio mientas agachaba para encararlo — a este paso lo único que podrás salvar, son a puras cucarachas —. Continuó mientras ejercía más presión en la extremidad del menor.
— si no logras que me quite de encima te lo voy a romper, te amo mucho pero no dudaré en hacerlo —. Soltó mientras el rubio gritaba por el dolor, pero para sus adentros esperaba que lo lograra, dejarlo sin brazo no era una buena idea, pero tenia que actuar con rudeza si quería que su rubio evolucionara.
Con las fuerzas que le quedaban, boruro utilizó su mano libre para tomarlo de la pierna y derribarlo, aun por la adrenalina del momento ya que había admitido que su pareja estaba dispuesto a lastimarlo enserio, fue momento en el que reunió fuerzas para defenderse.
Encendido aquellos ojos azules brillaban furiosos por que ya estaba en su limite y le dolía todo el cuerpo, había sido un nuevo día, siendo el anterior cuando llegaron y yubia. La ama de llaves les enseñó el lugar donde iban a entrenarse como inicio del recorrido, quedando en claro por parte del ojidorado que al siguiente comenzarían, no se imaginaba que seria tan horrible, su novio era una máquina de matar y el apenas y podía esquivarle un golpe, eso no era todo, el entrenamiento físico lo dejo tan mal que por un momento pensó que se iba a morir hasta que termino.
Aliviado creyó que todo había acabado hasta que el peliceleste le explicó que iban a practicar defensa y combate en serio, “que buena idea, ¿no?". Pensó para sus adentros mientras experimentaba mucho dolor en sus músculos.
Allí estaba tendido encima del albino tomándolo del cuello respirando profundo y aceleradamente, justo cuando iba a dar el primer golpe directo al rostro de mitsuki. Se detuvo en seco quedando su puño a solo pocos centímetros del pómulo del su novio.
Fue una acción mal hecha, mitsuki le había apartado el brazo que lo tenia del cuello. Provocando que boruto perdiese el equilibrio; momento en que el albino lo tomó del cuello cambiando de posiciones quedando el encima a la vez que le retenía el brazo izquierdo al menor.
— te detuviste, ¿por que? —. Cuestionó el albino cortante y al parecer enojado, mientras miraba a la cara al rubio quien tenia los ojos cerrados con fuerza.
Sin respuesta alguna, mitsuki suspiró resignado dispuesto a dejarlo por hoy, ya había hecho mucho daño y aun el camino estaba lleno de obstáculo, cuando le quito la mano del cuello al uzumaki, este abrió los ojos y la acción que tomó fue muy inesperada para el ojidorado.
Boruto lo había halado de la camisa y le atinó un cabezazo, aturdiendo un poco al mayor quien se aparto rápido ya que una patada venia directo a su costado izquierdo, en un movimiento rápido el rubio ya estaba de pie, y se acercaba de manera amenazante pero cuando llego hacia su pareja solo le puso la mano en el hombro sonriendo.
— maldición tienes la cabeza dura... — soltó el rubio con la vista nublada, de su nariz salia un hilo de sangre y fue justo en ese momento en que se desmayo, Siendo sujetado por el albino quien evito que cayera.
— eso si que me tomó por sorpresa, nada mal —. Soltó el mayor sonriendo ante la expectativa, cargando a su novio al estilo princesa — bueno vamos a lavarte y a sanarte —. Culmino saliendo de aquella habitación de entrenamiento.
*
Despertando de golpe, el dolor le recorrió por todas partes, moverse le resultaba tan horrible y eso no era todo, ese sólo era el primer día, no quería imaginarse los siguientes.
— veo que ya despertó mi señor —. Habló aquella chica de cabello gris sentada al estilo japones al pie de la cama de boruto.
— señora yubia, ¿donde esta mitsuki? —. Preguntó el uzumaki tratando se salir de la cama, no fue imposible pero si muy molesto, la sirvienta al ver tal terquedad suspiro y levantándose le dio su joven amo un analgésico.
— esta en el cuarto de entrenamiento, luego de bañarte y después curarte, se fue allá y no ha salido en lo que resta toda la mañana y tarde mi señor —. Comentó la mujer pasándole el agua al chico quien se tragaba la pastilla para el dolor muscular — mas tarde le daré un masaje para su cuerpo, necesita relajarse si quiere continuar mañana —. Siguió la peligris caminando junto al rubio quien la estaba usando de apoyo.
Al bajar las escaleras, se sintió hambriento y no pudo evitar que le sonara el estómago, cordialmente yubia le pidió esperar un poco mientras le preparaba algo, pero simplemente no podía quedarse allí.
En tanto la señora hacia una pequeña merienda, el uzumaki se fue directo a donde estaba entrenando antes y al entrar se consiguió a su novio sin camisa; dando uno que otro golpe a un saco de boxeo, de los nudillos del albino pequeñas gotas de sangre se deslizaban cayendo al suelo, las pálidas manos de mitsuki estaban vendadas y esa cinta blanca se esta colorando con cada mancha de sangre que aparecía a cada golpe que este soltaba.
La silueta del rubio lo hizo detenerse, este lo diviso al entrar pero no había querido parar hasta hace un momento cuando su novio se le acercó.
— boruto... —. Musitó el mayor apartándose el sudor de la frente peinando su cabello hacia atrás con su mano.
— no te detengas, quiero ver que haces —. Pidió boruto poniéndole atención a las acciones de su chico.
Cumpliendo la petición del rubio, mitsuki seguía con sus golpes hacia el saco, soltaba ganchos y patadas, la fuerza era tal que el saco ya comenzaba a botar la arena por las pequeñas aberturas que se crearon por los golpes.
Al terminar boruto a pesar de estar adolorido, quiso hacer lo mismo e imitando los movimiento del peliceleste, notó lo duro que era aquel saco y lo poco que logro moverlo de su eje móvil, eran tan pesado que los golpes parecían hechos por alguien con cuerpo de gelatina, un poco decepcionante por parte del uzumaki que se sintió desmotivado.
— y otra vez te detienes, mira no lo estas haciendo mal, de hecho tu comprensión es muy buena y haz logrado replicar una técnica limpia con solo verla, eso es tener talento pero, no estas ejerciendo fuerza, solo golpeas por hacerlo y no te concentras en la magnitud de daño que quieres dar —. Señalo el albino tomando nuevamente la posición de hace unos momentos. Dando un golpe como el del uzumaki, esta vez el saco no se movió nada, extrañado al menor por eso.
— mitsuki... —. Llamó boruto tratando de encontrar sentido a lo que acababa de pasar.
— ahora te estarás preguntando, ¿como que el golpe fue tan flojo si hiciste lo mismo que hace un momento? — prosiguió el ojidorado sosteniendo el saco entre sus manos, teniendo toda la atención del rubio — cada quien tiene su propia fuerza, solo hay que saber usarla o mas bien desarrollarla, para eso es el arduo entrenamiento que empecé a darte, podrá resultar muy duro y pesado pero, creeme cuando menos lo esperes; tu cuerpo lo entenderá y cuando eso suceda —. En ese instante mitsuki se volvió a posicionar y soltó un gancho tan fuerte que rasgo profundamente el sacó de boxeo sacándolo así de su propio eje móvil.
Impresionado el rubio se sostuvo la mejilla, acaba de presenciar la verdadera fuerza de su novio y no pudo evitar pensar que el no la usaba cuando entrenaban “en serio", de repente un malestar le había caído encima e inconscientemente se sostuvo con mucha fuerza la mejilla mientras hacía una mueca que denotaba obviedad.
— no me digas que estas imaginando lo que haría ese golpe si te da justo en el rostro —. Comentó el ojididorado un poco preocupado por la impresión que acababa de dar.
— ¿eh?, yo bueno... Si, lo siento es que me has dejado sin habla, también me di cuenta que no peleabas en serio como tu decías, solo te contenías para no hacerme daño... —. Al parecer boruto se había sonrojado por la vergüenza, pudo presenciar como mitsuki se le acercaba rompiendo la distancia para darle un beso.
— sabes que no seria capaz de hacerte un daño tan severo como el de ese saco —. Mencionó el ojidorado besando a su novio, quien se quejo un poco por su labio roto, pero no le tomó importancia ya que no quería interrumpir ese momento.
El no pero yubia aclarándose la garganta si los hizo separarse por pena, ellos al verla esta venia con dos bandejas y la merienda de la tarde.
— por favor coman para reponer fuerzas y continúen con lo suyo, son encantadores —. Pronunció la mujer de pequeño tamaño dándoles las espalda para salir de la habitación.
Boruto quien se había colorado hasta la orejas veía a la sirvienta salir por la puerta, no si antes dejar las charolas en unas bancas.
— boruto —. Llamó mitsuki amigablemente
— ¿huh? —. Preguntó el uzumaki hecho un manojo de nervios
— ven comamos —. Musito el mayor tomándolo de la mano dándole una hermosa sonrisa que hizo que el sonrojo se hiciese mas pronunciado.
Sentados comiendo y bebiendo, en silencio cada tanto boruto miraba las manos lastimadas de mitsuki, para sus adentros se preguntaba si le dolían e inconscientemente le tomó de la mano observándola fijamente, masticando lentamente su sándwich. El ojiazul se había quedado pasmado entre sus pensamientos sin quitarle la vista a las vendas ensangrentadas.
— hey, ¿todo bien? — pregunto el albino quien lo había pillado en ese estado, dando un pequeño apretón a la mano del uzumaki para que se espabilara.
—¿no te duele? —. Respondió con otra pregunta el menor pasando su dedo pulgar por el dorso de la mano del mayor.
— no... Hace mucho que perdí la sensibilidad al dolor en mis manos —. Explicó sintiéndose conmovido por la preocupación de su novio.
— ¿fue muy doloroso? —. Aquella pregunta la había entendido a la perfección, por lo que pudo comprender, boruto dedujo que la perdida de sensibilidad fue por las contusiones internas que afectaron sus nervios debido a los golpes que ejerció durante tantos años por los entrenamientos que tuvo hace tiempo.
— mucho, pero no fue nada —. Comentó relajadamente acordandandose de su niñez, era buena pero su padre era muy estricto y la razón por la que ahora se tratan como iguales es porque el albino se ganó su respeto derrotándole en una pelea.
— quiero saber mas de ti —. Pidió boruto sonriendo cálidamente mientras la luz del sol de la tarde se reflejaba en aquella mirada azulada, provocando que el corazón de mitsuki se acelerará provocándole un leve rubor.
Halándolo por el brazo para atraerlo, el albino tomó de la cintura a su chico con su mano libre y con la que sostenía al rubio del brazo la deslizo hasta llegar a su nuca acercándolo para plantarle un beso, sorprendido por ese acto. El uzumaki se ruborizó y dejándose llevar cerró su ojos sintiéndose en las nubes por aquel repentino beso, estaba consciente que no era uno de lujuria sino uno amoroso, era la primera vez que su novio le daba ese tipo afecto.
— sin duda alguna, estoy enamorado de ti —. Dijo el mayor al separarse a la vez que el rubio por aquellas palabras solo se le abalanzo encima en un abrazo. Feliz por lo que acababa de suceder.
— el sentimiento es mutuo —. Respondió boruto quien un poco avergonzado beso torpemente al albino por los nervios del momento.
— te diré todo lo que quieras saber, pero creo que seria mejor cuando estemos en la cama, ahora vamos a continuar con el entrenamiento, quiero trabajar esa flexibilidad, termina tu merienda —. Aclaró el peliceleste guiñándole al rubio quien solo tragó grueso por aquella información, por alguna razón no podía evitar mal pensar al escuchar esas palabras.
Asintiendo, el uzumaki se había motivado mucho mas, justo ahora se sentía capaz de mucho olvidándose del dolor de su cuerpo, estaba feliz por muchas razones y la principal era el haber compartido un momento tan lindo con su pareja.
*
— mirai, ¿a donde es que vamos exactamente? —. Pregunto la niña transformada, mientras esta vez se colocaba ropa de chico mas bonita
— se que no debería pero, no quiero dejarte sola aquí, iremos a una fiesta, necesito que te conozcan unos amigos, mientras mas aliados mejor —. Respondió la castaña, quien se ajustaba las botas de seguridad con tacón, su atuendo era una bermuda negra hasta la rodilla y un revelador enterizo de mangas largas; que dejaba al descubierto la parte inferior de sus senos de igual color negro, aquella apariencia era un poco extravagante para los ojos de la niña pero, no podía negar que se veía bien.
— entiendo... luzco como una chico malo —. Comentó la menor viéndose al espejo, su vestimenta era de un pantalón suelto con un cinturón negro, unas botas de cuero y una camiseta negra ajustada.
— luces guapo —. Bromeó la sarutobi peinando a hima haciéndola lucir mas atractiva, a simple vista lucia como un muchacho bien parecido y la ventaja de que la niña fuese mas alta a pesar de su edad era mas que perfecto.
— estoy nerviosa —. Se confesó con una mueca la pelirroja mientras se detallaba mejor.
— con esto los nervios nos existen — comentó la ojirrojo pasándole una arma a la uzumaki, la cual tomó la pistola sin dudas. Guardándola en el bolsillo interno de su pantalón — bien, espero y estés lista para la fiesta —. Continuó la castaña sonriendo coquetamente inspirando mucha confianza hacia la niña.
— estoy lista —. Respondió con seguridad la ojiazul dispuesta a entrar en lo desconocido.
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Hola mis tomates bellos, aquí traigo conmigo otro cap, gozenlo uwu💖💖💖💖💖
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