Prólogo.

Inocencia.

La inocencia nunca fue algo en mi vocabulario o en mi vida hasta que llegó la pequeña y dulce Kate. La adolescente-mujer más inocente en este mundo, o al menos la que yo conocía.

Recuerdo el día en que la conocí, no fue el mejor momento pero no lo cambiaría por nada, pues al verla en esa cama aquella noche no dude en recogerla y cuidarla como si fuera su protector. De algún modo u otro sabía que debía de protegerla de todo el mundo, aunque también ella sin saberlo me protegía.

Mi consejo para todos en esta vida, es que si amas a alguien con alguna discapacidad, enfermedad o problema mental, la mejor cura para ellos siempre es la compañía, apoyarlos en lo que más necesiten y salir juntos adelante. Enamórense de la persona tal cual con o sin defectos, pues gente con buenas intenciones e inocentes hay pocas, es mejor tenerlas cerca que lejos.

Portada por @KarlaLightwood