Epílogo
Nicholas Pritch.
No puedo creer que tan rápido pasa el tiempo, es como si ayer apenas estuviera entrando a esa habitación encontrándome a la chica castaña inconsciente en donde mis instintos solo decían <<sácala de ahí>>, parece ser que fuera hace dos días la graduación de mi esposa de la facultad de historia natural, pero en realidad ya han pasado 4 años desde que Kate y yo nos encontramos en esa fiesta.
Seguimos viviendo en Boston sin ningún problema, ahora tengo un rango más importante en la firma en donde trabajo, gracias a eso, me dan casos de suma importancia y tengo oportunidades laborales para trabajar en una empresa japonesa con grandes prestaciones. Me he desenvuelto en mi ámbito muy bien, no me ha costado trabajo levantarme temprano para pasar horas detrás de un escritorio leyendo los amparos, oficios o redacciones de contratos, denuncias y peticiones del papeleo que manejo. Mi sueldo a aumentó un 30% ayudándome a comprar cosas innecesarias sin necesidad de preocuparme por otros gastos, darle lujos a mi esposa o llevarla a lugares costosos, darnos una vida digna.
Quisiera que Kate contara como va su vida, pero lo haré yo. La castaña se graduó de la universidad hace un año con un promedio promedio pero con una oferta laboral en uno de los museos de la ciudad como guía de turistas y en el sector de historiadora en donde le permite viajar a otros países para conseguir piezas para el lugar en donde trabaja. Puedo decir que mi esposa es demasiado feliz a comparación de hace un par de años, pues le gusta su trabajo, llega feliz cada día diciéndome una nueva aventura vivida. Debo mencionar que ha crecido mucho mentalmente, sin embargo sigue conservando esa inocencia que me enamoró desde el primer día.
Nuestra relación fluye demasiado bien. En nuestro segundo año de casados hubo un pequeño conflicto entre nosotros que nos tardó un mes en resolverlo y era mis llegadas tarde del trabajo. Cuando ascendí de puesto tenía reuniones más largas haciendo que olvidara por completo nuestras cenas programadas o las citas prometidas, esto causó que Kate pensara que la estaba dejando de querer o simplemente ya no la quería más en vida. Una noche en especial llegué a las 12:00 a.m. al departamento porque estaba cerrando un trato, entré a nuestra habitación encontrándome a mi esposa con su cabeza escondida en sus piernas mientras sollozaba lentamente. Me dolió ver esa escena que tuve que posponer mi ascenso para explicarle a la castaña en lo que consistía trabajar tarde y lo que implicaba un mayor puesto en la firma.
Por mi parte tuve un ataque de celos con un chico que se juntaba demasiado con Kate en la salidas de la Universidad. Le había prohibido a la castaña a tener alguna relación cercana con él, ella solo sollozaba diciendo que no podía prohibirle su "Inocente amistad" con él porque agradaba mucho porque le regalaba dulces y a veces le llevaba alguno que otro peluche ridículo. Eso me hizo recordar que por un par de meses había dejado de tener las atenciones que le gustaban a mi esposa cuando éramos novios, es por eso que le expliqué el porque me sentía así, no impedí que dejara de hablarle pero conseguí que se alejara un poco de él.
Ahora voy en camino al restaurante que había reservado para tener una cena con mi esposa quien está un poco cansada y solo quería consentirla un poco. Durante el trayecto vimos un cartel de ropa interior en donde posaba nadie más que Lisa, ella era la encabezada de esa foto tan provocativa para muchos hombres, excepto para mí. Hace un año me enteré por parte de Cody, que la pelirroja había cumplido su sueño de ser modelo, meses más tarde recibí un mensaje de texto de ella diciéndome que estaba en Boston para una campaña publicitaria, su sorpresa fue cuando le anuncié que me había casado con Kate y nada en el mundo iba a hacer que la dejara por alguien más.
Cody por su parte se había mudado a Nueva York con su nueva pareja, pues lo conoció en el despecho y le propuso cambiarse de sucursal a la gran manzana. Esa noticia solo me hizo sentir una gran felicidad por mi amigo, pues había aceptado su orientación sexual encontrando un nuevo amor pelinegro con el quien ha estado por dos años y siguen juntos, es sorprendente, ya que en la facultad solo salía con rubias por cuestión de días o hasta horas. Solo lo vemos para las fiestas y cuando Kate quiere verlo viajamos a Central Park.
Al entrar al restaurante le di un beso a mi esposa en su cabellera para alentarla a que entrara al lugar. No había nada mejor que música en vivo y es por eso que elegí este sitio, en donde podemos presenciar a un pianista. La comida era buena y ligera, pues el embarazo de Kate le produce muchas náuseas con cualquier alimento.
Lo había olvidado, hace un mes nos enteramos que íbamos a hacer padres por primera vez.
Hubo una mañana en particular en donde mi esposa se levantó corriendo para vomitar al baño, ya habían pasado varios días de esa manera generándome preocupación, esto hizo que la llevara rápidamente al hospital en donde nos anunciaron que estábamos esperando un hijo. No pude evitar sentir temor porque tendría a dos personas que cuidar con el alma, pero la emoción que sentí después, me hizo convertirme en el hombre más afortunado, pues Kate ya era un poco más adulta para comprender la situación de lo que iba a pasar durante los próximos 9 meses y yo tenía una posición económica que ayudaría con los gastos de la casa junto con los de mi familia.
Como es nuestro primer bebé no puedo evitar sentirme temeroso por el cuerpo de Kate todo el tiempo. No hemos tenido relaciones sexuales porque pienso que puedo generarle cualquier malestar a ella y al bebé, aunque la ginecóloga haya dicho que es una actividad sin riesgo, quiero mejor prevenir ciertas cosas. Trató de cargar cualquier cosa por un ligera que parezca, trato de que tenga una buena alimentación prohibiendo algunas comidas en nuestra dieta y estoy llamando cada hora al departamento para saber cómo está todo. Sin embargo, cuando la castaña sale a trabajar en el museo estoy muerto de miedo porque puede sufrir algún accidente.
Kate no ha dejado de estar feliz por saber que vamos a tener el bebé que tanto deseaba hace 5 años, sé que será la mejor mamá del mundo y yo el padre del año, pues serse más las figuras paternas que nos hubieran gustado tener desde que éramos niños, sé que mis hijos no van a sufrir por hambre, frío, lluvia, heridas sin sanar, huesos rotos no atendidos a tiempo o caries sin tratar, tendrán al vida que no pude obtener por medio de mis progenitores y trataré a mi esposa como mi madre debió de ser tratada.
—¿Qué deseas ordenar? —cuestioné con una leve sonrisa.
—Todo suena delicioso —chilló emocionada pues era la primera vez que veníamos.
—Podemos pedir varios platillos para que los pruebes —di la mejor opción.
—No quiero que gastes demasiado dinero, o al menos déjame apoyarte —me miró con una mirada tierna.
—Eso jamás amor, pide lo que desees, solo cuidado con las náuseas.
El mesero que estaba a lado nuestro tomó nuestro pedido con un poco de asombro por los alimentos que estaba pidiendo mi esposa. Había juntado un poco más de mes entero para que pudiéramos tener esta cena con todo lo que deseáramos, no le quiero poner un límite a Kate de lo que puede pedir. No me gusta que ella pague cosas de nosotros dos porque es su dinero, quiero que gaste en ella y si algún día necesitará un préstamo con gusto le diría, deseo ser un buen hombre para ella, además vamos a necesitar un buen fondo económico para la vida de nuestro pequeño que viene en camino.
—Mañana es tu cumpleaños amor ¿Qué deseas hacer? —cuestioné mientras tomaba su mano.
—¿Podríamos ir al cine o visitar a Cody? Me gusta mucho los teatros y el parque —dijo un poco tímida.
—Iremos con Cody la próxima semana, los boletos ya están comprados —anuncié—, el cine es una buena opción, podríamos ir a la feria si gustas.
—Eso me encantaría —exclamó de emoción.
Como dije antes, Kate seguía siendo la dulce niña, pero ya tiene conocimientos adultos y su mente está un poco más abierta a nuevos temas más complejos, sin embargo se sigue emocionando por algunas cosas, ya no por las princesas pero si por la compra de un helado de chocolate, el ver un columpio vacío para ir corriendo a jugar con el o los globos de figuras. Por mi parte me emocioné en el final de la serie cuando Adrien y Marinette conocen sus identidades secretas y terminan juntos como pareja, ¿Quién diría que me gustaría esa caricatura y la castaña dejaría de ver? Gracias a ella conocí ese programa, pero lo veo en las noches a escondidas porque a mi esposa ya no le agrada.
—¿Tú crees que seamos buenos padre? —preguntó Kate colocando su mano en su pequeño vientre.
—Por supuesto princesa —besé su otra mano.
—¿Le podré contar de Max? —me miró fijamente.
—Claro, es su tío —sonreí.
El tema de Max es algo muy complicado de hablar, pues Kate sigue un poco dolida por su partida, sé que no es algo que se supera en cuestión de días, meses o años, es por eso que solo tratamos ese asunto cuando ella quiere comunicarme algo. Desde su fallecimiento hemos ido a Los Ángeles una vez al año para recordar su memoria yendo a su antigua casa en donde pasamos una semana, sé que le hace bien a mi esposa porque mantiene su recuerdo vivo al igual que la herida.
—Asher se va a casar en un mes ¿Lo puedes creer? —mencionó la castaña comiendo un pedazo de sushi.
—Si, después de 3 años creo que era necesario —reí.
—Les debemos de comprar algún regalo, ¿Qué le podemos regalar?
—Una vida lejos de nosotros —murmuré muy bajo.
—¿Una cartera?
—No creo que le guste una cartera amor, pero es una buena idea —besé su mejilla.
Hace un año y medio Asher dio de alta a Kate diciéndome que ya no hay algún trauma en su cabeza que pueda ocasionar un peligro para ella misma, había progresado mucho terminado las sesiones. Había estado feliz porque ya no tendríamos a ese psicólogo en nuestras vidas, pero mi sorpresa fue cuando una noche llegué a casa con una pizza por ser nuestro aniversario y me encontré al pelinegro hablando con mi esposa, pues la castaña fue tan buena amiga que viajó hasta Boston teniendo novia para ver a mi pareja. Así que a pesar que haber terminado las terapias, ese hombre está detrás de nosotros constantemente.
—Debemos de brindar amor —sonreí tomando mi copa de vino.
—¿Qué vamos a brindar? —me miró emocionada.
—El haberte encontrado —dije con una leve sonrisa.
—Te amo.
Kate dejó su copa para encimarse sobre mi para darme un gran abrazo y un beso en mi mejilla, segundos después yo besé sus labios con un poco de presión.
Ningún matrimonio es perfecto, pero el nuestro está a nada de ser perfecto.
—Te amo más —sonreí a unos milímetros de su boca.
Y es en serio, amo esa bendita inocencia que abunda en mi esposa. No sé si todo el mundo será de color rosa como lo es ahora, pero el hecho de saber que estoy con la persona correcta y amigos que a pesar de que están lejos me apoyan me hacen sentir un hombre muy afortunado.
Simplemente quiero disfrutar el presente con el nuevo regalo que me dio la vida.
Fin.
Ahora sí, hemos llegado al final de esta historia con lágrimas en mi rostro por haber terminado la gran historia de amor entre una dulce pareja de universitarios que lograron confrontar todos los problemas que el destino les ponía. Gracias a todos mis lectores que han estado ahí desde la primera versión en el primer capítulo, no saben lo agradecida que estoy por todo el apoyo que estoy recibiendo día a día en esta obra, gracias por acompañarme en esta etapa de faceta como escritora. Sé que habrá más oportunidades de encontrarnos, pero por hoy estamos por terminar un capítulo más.
Dejen sus comentarios de que les pareció esta historia de amor.
Síganme en en mi Instagram Violett_098
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro