Capitulo 9
Nicholas Pritch
Cuando era pequeño siempre admiré al Agente 007, no porque era el mejor espía del mundo, sino por la manera tan elegante de vestir y conquistar a las chicas de manera sutil. Siempre me gustó verlo vestir de traje, así que cuando me levantó de mi cama siempre trató de elegir mi mejor atuendo para ser el primero en la lista para un buen empleo, aunque en este caso quiero lucir genial para gustarle lo suficiente a Kate.
Me miraba en el espejo listo para ir a recoger a la castaña, tenía miedo que mi pantalón de mezclilla ajustado y mi camisa blanca perfectamente planchada no fuera lo suficiente para impresionar a la chica, normalmente con las chicas que frecuento les gusta los hombres más grandes, así que si me veo un poco mayor que 21 años le pueda atraer más a Kate.
Debía recoger a Kate a las 7:30 p.m., así que es hora de salir de mi departamento para ir con la castaña.
Tenía pensado en después de ir al cine y de pasear por la plaza, venir a mi departamento y quedarnos aquí para dormir, sé que es algo rápido, pero si todo sale bien esta noche quiero pedirle que pase más días conmigo en mi hogar, ya que tengo mucho miedo y pendiente de ella que se quede sola en una gran casa con riesgo a que alguien le pueda hacer daño. Mi ubicación no es de las más seguras de Los Ángeles, aunque pago para tener vigilancia privada en el edificio en donde estoy, así que puedo decir que estoy muy confiado de estar aquí.
Cuando subí a mi auto conduje a la velocidad que me decía la autopista correctamente, tal vez no lo pareciera pero en serio tengo nervios porque voy a tener una cita verdadera con una chica que en serio me llama la atención, siempre he salido con mujeres pero no por mi decisión propia.
Al llegar a la casa de Kate me coloqué por última ocasión colonia para hombre y bajar del auto con intención de tocar el timbre, miré a ambos lados por si alguien venía, más que nada su hermano, ya que no quería tener problemas con él por lo mientras. Así que toqué la puerta esperando la llegada de la castaña.
Segundos después la puerta fue abierta dejándome ver a la castaña con una tierna falda de cuadros de tonos cafés con un suéter del mismo color con unas botas de la misma tonalidad. Algo que me cantaba de esta chica es su gran sencillez, ya que ella no tiene que vestirse para un hombre como Lisa lo había mencionado, Kate es única.
—¿Estás lista para tener la mejor noche de tu vida? —pregunté con unas sonrisa.
—Claro —besó mi mejilla en forma de saludo.
—Es hora de irnos.
Tomé la mano de Kate para conducirla a mi auto y sentarla en el asiento del copiloto.
En la autopista rumbo a la plaza puse música en la estación desde mi celular, ya que Kate solo estaba entretenida mirando el atardecer mientras su cabello volaba con el aire sin prestarme atención. En estos momentos solo quisiera poner mi mano en su pierna mientras la acariciaba, pero mis dedos se quedaron quietas para no ir rápido.
Recuerdo que cuando era pequeño siempre quería entrar a las plazas porque veía siempre a los niños salir de ellas con grandes risas y helados en sus manos, pero mis padres jamás me llevaron ahí porque todo el dinero se lo gastaban en licor y drogas, puedo decir que mi infancia está arruinada de por vida aunque no significa que soy una mala persona, de hecho gracias a eso me motivaron a trabajar para que pudiera entrar a un centro comercial a mis 17 años por primera vez. Además me causa un poco de nostalgia ver a infantes con juguetes nuevos en épocas especiales, porque mis progenitores no tuvieron gasto para darme aunque sea un carro de un dólar o un chocolate de barra.
Sé lo que se siente vivir en una burbuja y que no sepas nada del mundo exterior, tal vez es por eso que quiero que Kate salga más y se quede conmigo, pues cuando salí al mundo fue cuando mis padres me abandonaron y comencé a trabajar desde muy joven, de hecho todavía me emociono cuando entro a una plaza o veo una comida nueva que a la vista de muchos todos conocen.
La diferencia que puedo encontrar entre Kate y yo, es que la castaña tiene a su hermano, mal o bien creo que la apoya y es el responsable de que su hermana tenga la mentalidad de un niña pequeña, en mi caso viví todo lo malo que le pueda pasar a un pequeño de 6 años para después comenzar disfrutar de la vida.
Cuando llegamos al estacionamiento lo primero que hice fue bajarme rápidamente de mi asiento para poder abrir la puerta de Kate y ayudarla a bajar del auto. Me sentía tan bien al tener una chica tan hermosa a mi lado, sé que ni la castaña sabe lo loco que me trae, de hecho puedo decir que me gustaría presumirla estando a mi lado.
Mientras entrábamos a la plaza podía ver que había varias parejas saliendo del cine que se ubicaba en el segundo piso, lo sé porque ellos llevaban una caja de palomitas medio vacía, pero yo aún no quería ir a ver la película, de hecho no sabía que filme podíamos ver pues tenemos muchos gustos diferentes. Aunque se me ocurría tomar un café primero, comer una dona de chocolate —mis favoritas— o un helado, creo que la última opción me gusta más.
Subimos al siguiente piso en donde estaba una cafetería, me había decidido por una café caliente de la tienda de Starbucks, quiero pensar que a la castaña le gusta ya que si no tendremos un gran problema.
—¿Quieres algo de beber? —cuestioné cuando entramos al establecimiento.
—Me gustaría un café caliente —susurró muy bajo.
—Por supuesto —sonreí.
Dejé a Kate en la barra que se ubicaba cerca del ventanal para poder pedir las bebidas y así irnos al cine.
En la fila hacia la caja para pedir mi pedido saqué mi celular para ver si tenía mensajes ya que la fila estaba un poco larga, había unos textos de Cody quien me deseaba suerte con mi cita de hoy —ya que se enteró gracias a que estaba debajo de las gradas en donde le pedí a Kate la salida—, uno de Lisa quien decía que le devolviera sus llamadas —quien la bloquee— y por último estaba Alex, quien me envió a decir o amenizarla de donde estaba Kate, así que mi amigo fue a la casa de la castaña para verla.
Mi mirada se ubicó en la chica que había dejado unos minutos antes, pero mis ojos se exaltaron cuando vi que estaba hablando con un chico moreno y un poco atrevido para mi gusto, ya que puso su mano en la rodilla de Kate. Dejé la fila sin importar la gran espera que ahora tendré para que fuera con la castaña.
—¿Pasa algo aquí? —cuestioné al llegar con el par.
—Si, nos estás molestando —dijo el chico con una sonrisa.
—Lo siento pero estás con mi chica —cerré los puños.
—¿Tú chica? Pues esta muy sola para ser tu novia —río mientras apretaba la rodilla de Kate haciendo que está se exaltara.
Tomé a Kate de la mano y la levanté de su asiento para tomarla de la cadera pegándola a mi cuerpo. Algo que iba a evitar por cualquier costo era que alguien se propasara con la castaña. Iba a conducirnos hacia la salida, pero el chico moreno se colocó enfrente de nosotros impidiendo salir por la puerta.
—Si no quieres que te golpee quítate de mi camino —mascullé.
—Nick —susurró Kate.
Cierto, no más violencia frente a ella.
—Vamos amigo, se puede compartir —murmuró el chico.
En ese momento se acercó un policía de seguridad del local hacia nosotros. Yo solo quería sacar a Kate de aquí sin que sufra ningún daño por parte de este chico, ya que si no puedo utilizar mi fuerza para defenderla no sé que puedo hacer en estas circunstancias.
—¿Sucede algo? —preguntó el policía.
—Nada, solo este chico no quiere dejarnos pasar —sonreí.
—Caballero —le llamó la atención.
El moreno se hizo un lado para dejarnos pasar y salir de una vez por todas, creo que ahora iremos al cine sin ninguna escala.
—Siento lo que sucedió —susurré.
—Ese chico me daba un poco de miedo —murmuró Kate acercándose a más a mi.
—Nada te va a pasar mientras estés conmigo linda —besé su cabellera.
(...)
La película que elegimos fue una de comedia por petición de Kate, ya que estaba entre esta o una animada y yo odio los dio es de caricatura, así que lo mejor fue ver una hora y medio de risa.
En la estación de dulces le compré a Kate una gran caja de palomitas, un ice y miles de gomitas con chile. Cuando venía con mis amigos al cine solo lamente veíamos películas de miedo o de acción, pero nunca comprábamos cosas de comer como lo que le compré a la castaña, es por eso que es tan raro para mí tener que gastar en la dulcería aunque no es incómodo.
En toda la película Kate reía de los chistes tan malos de la película, excepto cuando había de doble sentido ya que no los podía comprender, pero esos eran los que me daban risa. Con forme iba avanzando el firme solo quería pasar mi brazo alrededor de los hombros de la chica y hacer que se recargara en mi, pero no quería apresurar las cosas, deseaba que ella fuera la que se acercara a mi.
Salimos de la sala de cine y tomé su mano para caminar fuera, creo que en realidad pase un buen momento con Kate, aunque no hablamos durante la función pude sentir que los dos estábamos muy cómodos. No quería que terminara esta noche, quiero pedirle formalmente que sea mi novia, no sabía si era el momento correcto, pero sí sabía que ya quería hacerlo.
Recuerdo que cuando tenía 18 años y mi físico estaba creciendo y haciéndose algo maduro, fue cuando las chicas se empezaron a acercar a mi, pero no tuve la valentía de acercarme a ninguna de ellas por mi gran insolente pasado, de hecho Lisa fue la única mujer que se quedó a lado mío para sacarme lo temeroso que era, ella fue mi primera vez, tal vez por eso quiso conectar conmigo. El motivo del que sea así, puede ser que de en serio temo ser igual un día a mi padre, tengo miedo de que llegué a golpear a mi pareja o tener un problema de drogas incluso de alcohol pues he investigado y los genes se heredan, es decir puede que yo tenga un porcentaje de que llegue a ser violento.
Caminábamos por los pasillos de la plaza, la mayoría de las tiendas ya estaban cerradas por la hora que eran, creo que es tiempo de volver a casa, pero a la mía.
—Kate —la llamé.
—¿Si? —me miró.
Salimos de la plaza para ir al estacionamiento e ir por el auto que se ubicaba ahí, pero al salir pudimos sentir el frío viento que chocaba con nuestros cuerpo, así que solo abracé a Kate porque no tenía una chaqueta que le pudiera prestar, ya que estaba en mi auto.
Cuando subimos a mi auto prendí rápidamente la calefacción para que la castaña entrara en calor, pues sus piernas temblaban y al tomar una de sus manos podía percibir que estaba muy fría, pero al parecer se calmó después de unos segundos.
—¿Te gustaría quedarte conmigo? Es decir dormir juntos —miré a la castaña.
—¡Claro! —exclamó Kate—. No me gusta estar sola en la casa, siento que alguien puede entrar —murmuró Kate.
—Puedes dormir conmigo cuando quieras linda —sonreí.
—Gracias Nick, contigo estoy muy a gusto —admitió.
Con una gran sonrisa prendí en auto para llevarnos a mi departamento.
Tal vez no era el día de pedirle a Kate que fuera mi novia, de hecho siento que ni uno de los dos estamos preparados para tener esta relación, aunque no quiero que nadie le pida formalmente ser pareja a la castaña, es por eso que lo debo de hacer, me rehusó a pensar que Alex pueda llegárselo a preguntar.
Coloqué un poco de música desde mi celular y esta vez sí tomé la mano de Kate para adentrarme a la carretera la cual nos llevaría más rápido a mi departamento.
Aunque para ser sinceros, a mí tampoco me gusta estar solo en mi departamento y tan solo pensar en que voy a compartir la cama de forma amistosa con alguien más, puedo decir que me agrada. Es así como conduje silenciosamente a mi hogar, sin prisa, sin preocupaciones.
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