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Capítulo 25

Nicholas Pritch.

En todo el trayecto hacia la escuela, Kate no me habló ni si quiera me dirigió la mirada. Me duele el hecho de que estemos de esta manera, sé que yo hice mal al tratarla de esa manera, pero ni siquiera me da la oportunidad de acercarme sin tener miedo cuando llevamos más de un mes y sabe que no le haría daño.

Me encuentro en el salón de derecho mercantil pesando en mi novia, quien ella tenía una clase libre y después tiene que ir al aula de audiovisuales. Sé que la maestra que está hablando ahora mismo anotando puntos importantes en el pizarrón que van a venir en mi último examen, pero sinceramente mi mente estaba en todo lo que estaba pasando con la castaña, si no compongo las cosas ahora de seguro tendré problemas con Max.

Necesito un trabajo urgentemente, Kate ni nadie puede seguir creyendo que trabajó en un gimnasio limpiándolo por las tardes, no quiero ser un farsante con nadie porque no lo soy, todo lo que tengo es gracias a mi y a mi esfuerzo, pero el hecho de que haga cosas ilegales afectan una gran reputación.

—Señor Pritch ¿Me está escuchando? —llamó la maestra mi atención.

—No —susurré.

—¿Cómo dijo? —cuestionó.

—Que no —repetí.

Me levanté de mi asiento para salir del salón escuchando los reproches que tenía que decir la maestra. Tengo que ir con Kate para arreglar las cosas, no puedo dejar que ella se haya ideas malas de mí solo por mi mala actitud.

Caminé rápidamente por los pasillos de la Universidad, sé que pronto saldré de este lugar para crear o trabajar en una prestigiosa firma, tengo cartas de recomendación de mis profesores y sobre todo certificados o diplomas. Además, tengo un rostro envidiable, una apariencia propia y un gran autoestima, la vida resuelta.

Tenía la idea de que Kate podría estar en las canchas, pues le gusta estar al aire libre cuando tiene mucha presión o se siente mal, es por eso que me dirigía ahí.

Encontré a Max en las gradas fumando un cigarrillo con la chaqueta de cuero negro que lo distingue, no es su hermana pero también debo de hablar con él para pedirle una explicación del por qué se encontraba en ese lugar peleando conmigo pues he luchado varias veces ahí y jamás lo había visto, eso sin mencionar el motivo de su visita en mi departamento, así que sin pensarlo caminé hasta él.

No hice mucho ruido cuando me senté a lado de él.

El cielo comenzaba a oscurecerse, las nubes grises no tardaban en aparecer indicando que podía llover y el viento soplaba con gran fuerza haciendo que las hojas de los árboles cayeran. Es extraño ver el clima de esta manera, pues no ha llovido en mucho tempo y no quiero que lo haga si la castaña y yo seguimos peleados, pues describiría nuestra situación ahora mismo.

Max no opina nada pero sabe que estoy a un metro de él esperando a que uno de los dos se atreva a hablar, sé que no nos agradamos como yo quisiera, pero el hecho de saber el por qué es así y que tiene un gran corazón me hace ser demasiado blando si entablo una conversación. A decir verdad no tenía ganas de confesar que trabajó en cosas ilegales para tener un buen estilo de vida porque solo haría que el pelinegro tomará a su hermana y se la llevara lejos de mi, así que no quiero discutir por mi parte algo personal y si el chico tampoco lo desea es mejor así.

—Lo siento Nick, en serio lo siento —susurró.

No comprendí porque me dijo que lo sentía si él quien lo demolió a golpes fui yo, por otro lado no me molesto que él hubiera dicho un diminutivo de mi nombre, por primera vez me agrado que alguien ajeno me dijera de esa manera.

—Perdóname tú a mí, debía ganar ese dinero para pagar unas últimas cosas —suspiré frotando mis manos contra mi frente.

—No hablo de eso —susurró muy bajo.

—¿Qué otra cosa te tendría que perdonar? —lo miré preocupado.

—Kate y tú no pueden estar más juntos.

¿Qué? Eso no puede ser cierto, se que estaba mal involucrar mal a Kate en mi mundo, pero ya lo he dejado para que ella esté bien y no se encuentre mal. ¿Por qué alejarla de mi si he hecho todo bien hasta ahora? ¿La castaña habrá hablado con él? No, no quiero dejarla ni mucho menos por una pelea simple.

No estaba comprendiendo completamente lo que estaba pasando, pero al mirar a Max noté que su rostro que estaba entre sus manos estaba rojizo, sin mencionar que podía escuchar algún tipo de sollozo callada llegando a la conclusión de que mi novia no había hablado con él y algo más grande estaba pasando.

—¿De qué rayos hablas? —espeté molesto.

—Me descubrieron Nick —susurró nuevamente.

—No entiendo nada de lo que dices —me acerqué a él.

—El día pasado que fueron a mi casa tenía un pedido que recibir, ese día era mi descanso y por eso tuve el tiempo de ver a Kate, pero al parecer alguien movió los horarios sin decirme y debía de estar en la bodega —comenzó a explicar—. No entregaron el pedido como era correcto y mucha mercancía se perdió.

No entendía muy bien el mundo de Max, pues él se dedica al tráfico de droga, es decir venta y compra de esta misma, pero por lo que está diciendo siento que no es nada bueno lo que ocurrió con su cambio de horario.

—¿Y eso que tiene que ver con mi relación con tu hermana? —pregunté llena de miedo.

—¿No lo entiendes? —explotó mientras se levanta de su asiento—. Perdí dinero Nicholas, miles de dólares que jamás podré recuperar y saben de Kate ¡Me investigaron!

—Yo te puedo prestar —dije rápidamente.

—Por eso necesitaba el dinero de la pelea —suspiró—. Es una enorme cantidad Nicholas y mi pase a mí libertad era ganando esa pelea —comenzó a sollozar.

—Y-yo no sabia tanto, lo siento —logré decir.

—Fue mi culpa, yo hice las cosas mal desde un principio y ahora amenazan de muerte a Kate, por eso nos tenemos que ir —me miró.

No sabía qué decir, porque de alguna manera me siento culpable de que no vaya a tener una novia a cuál amo más que a mi vida y que un chico este amenazado con morir. También tenía mis fines con ese dinero, pero si hubiera sabido antes de la pelea que Max necesitaba ganar para salvarse, con gusto lo hubiese dado la victoria sin ningún problema. No quiero que los hermanos salgan afectados por algo que yo hice, simplemente me siento mal al conocer estos datos.

—Kate puede quedarse en mi casa y tú también —traté de razonar.

—Ellos te van a matar Nicholas si saben que tienes una relación con mi hermana —bufó—. Eres un gran chico con un brillante futuro, no debemos interponer eso.

—No entiendo ¿Qué quieres que haga? —temí su respuesta.

—Nos iremos del estado, pero ambos sabemos que Kate no se va a querer despegar de ti —susurró.

—No, no puedo terminar con ella —se me quebró la voz.

—No puedes ir con nosotros Nicholas, es por el bien de ambos.

—Ella me ama —mascullé—. No quiero ser el primer hombre que le rompe su corazón.

—Es por su bien Nicholas, si todo sale bien en un año podría estar juntos nuevamente.

¡No! No quiero separarme de ella, tenía un plan de vida y ella está en cada paso que daré, yo puedo protegerla de quién sea, si alguien se atreve a hacerle daño lo mataré, no entiendo porque tendría que irse de esa manera. Un año es demasiado tiempo sin sus sonrisas tiernas o su manera tan dulce de escucharme siempre que tengo un problema, Kate es la única persona que me ha tenido paciencia por lo que hago y quién soy.

—No puedo —negué frenéticamente.

—Y yo no puedo permitir que algo les pase por mi culpa, por favor Nicholas, sé que todo esto es mi culpa pero quiero el bienestar de ambos —me miró con sus ojos cristalizados.

Quiero intentar comprender la situación pero en serio no puedo, aunque sería muy egoísta de mi parte si no los ayudo en lo que puedo y esa parte es el salvaguardar el bienestar de Kate. Sé que la castaña no es mía ni mucho menos es de mi propiedad porque no es un objeto, ni siquiera puedo ser su tutor legal, así que lo mejor —aunque me duela en el alma— será apoyar a la decisión de Max.

—La dejaré en tu casa en la salida —susurré sin mirarlo.

—¡En serio lo siento! Sé muy bien que Kate estaba feliz a tu lado, nunca la vi tan viva como contigo —explotó mientras se acerca a mi.

—¿Te puedo pedir solo un favor?

—Claro —murmuró apenado.

—Que no deje sus terapias, ella las necesita —supliqué como un niño.

—Esta bien.

Kate debe de seguir en sus terapias con psicólogo, tal vez no sea Asher quien siga atendiendo a mi novia, pero su siguiente doctor debe de ayudarla mucho. La castaña es una chica muy inteligente, sé que puede lograr cualquier cosa que se lo proponga pues muchos han dudado de su capacidad y por eso no ha tenido grandes oportunidades, pero si logra demostrarle a esta sociedad que su discapacidad mental es lo que la vuelve más fuerte, estaría muy orgulloso de la persona que se podría volver.

—Tengo que irme, tengo que pensar cómo decirle a novia que terminamos —espeté.

—Lo siento tanto —volvió a decir.

—Con un lo siento no se va a arreglar nada de esto.

No quise seguir discutiendo y lo mejor fue irme de las gradas con una gran opresión en mi pecho por lo que debo de hacer.

Al parecer el hecho de que hayamos tenido una pequeña discusión ayer fue lo mejor al parece, pues si las cosas hubieran estado bien como todos los días serían más difícil decirle a Kate que vamos a terminar. ¿Qué excusa me puedo inventar? ¿Qué le fui infiel? La castaña no sabe que es la infidelidad, no le dolería lo suficiente para alejarse de mí o ¿Maté a alguien? Mi novia se podría asustar pero tampoco se apartaría de mi lado. Simplemente estoy perdido.

El hecho de saber que el amor de mi vida se iría no tenía sentido, porque hice muchas cosas por ella como pelear y correr, el dinero que gané fue para sus terapias y cualquier cosas que ella deseara, hasta pensé en pagarle otra Universidad para que pudiera estudiar lo que quisiera, ¿Ahora qué voy a hacer con todo lo que he conseguido con ella?

Puede que culpe a Max por llevarse a Kate lejos de mi, pero sé que tampoco tuve el valor como él para decirle la verdadera historia de cómo conocí a su pequeña hermana de seguro me alejara de ella antes de que quiera terminar las cosas, pues aunque yo no fui quien la drogué si fui cómplice como toda la escuela. Sé que debo comentarle lo que pasó, pero con todo lo que está pasando no es buena idea.

Soy un hombre frío con algunos aspectos de mi vida, no lloré cuando mis padres me dejaron una nota de despedida diciéndome que era lo mejor para mí que me abandonaran en mi propia casa que estaba embargada por el banco, no hice un drama en el momento que tuve hambre, sed o frío ni mucho menos en la línea del tiempo que luche por un trabajo a corta edad, pero el hecho de saber que tengo que dar un pie fuera de mi primera relación estable, hace que mis ojos se cristalicen rápidamente derramando lágrimas.

El timbre hizo que mis pensamientos se fueran de mi cabeza indicando que tenía que ir por mi novia al salón 17 B, no quiero que ella siga pensando que la ofendí de algún modo u otro, porque no es así, que ella haya mal entendido mi expresión no estuvo en mis manos, aunque sé que yo soy el quien debe de dar el primer paso.

De lejos pude ver esa cabellera café que tanto me gusta saliendo confundida de su clase con unos libros pegados a su pecho. ¿Y si la secuestro? O ¿Si yo la llevo a un lugar muy remoto en donde solo seamos ella y yo? No, no puedo separar a los hermanos por más amor que yo le tenga a la chica.

No podía.

No quería.

No lo deseaba.

Mis pasos fueron lentos para caminar hacia dónde mi pareja estaba, al parecer estaba buscando algo en su mochila que no prestaba atención a mis pasos.

De lejos podía ver Lisa hablando con un chico del quiero de americano muy animadamente, me alegro mucho que haya tomado la decisión de dejarme en paz y dedicarse a su felicidad consiguiéndose a un verdadero amor que la ame realmente, pues como lo dije anteriormente, la pelirroja es una mujer muy hermosa solo que yo no le podía dar lo que ella quería, solo espero que la próxima relación que tenga sé de a respetar y no perder la dignidad, ella vale mucho para que se rebaje a lo que es.

—¿Todo está bien? —cuestioné llegando hasta Kate.

—No encuentro mis audífonos —susurró frustrada.

—Los dejaste en mi auto amor —traté de sonreír.

No dijimos nada más, así que me dediqué a tomar la mano de mi novia para llevarla al estacionamiento, pues no quiero que estemos en la escuela cuando termine con ella. Max me envió un mensaje de que iba a ir a su casa para esperar la llegada de su hermana —al menos tendrá un soporte. Sé que Kate tiene más clases, pero faltar solo un día no le hará daño a nadie, pues además, en una semana se ira de la escuela despidiéndose de sus maestros para siempre.

Mi auto estaba a unos metros de nosotros, pero al dar un paso más Kate se detuvo haciendo que sin querer jalara su mano porque seguí caminando. Me di vuelta para ver qué sucedía pues la castaña no he tenido estas actitudes conmigo desde que la conozco.

En sus ojos podía ver que estaba triste y un poco cansada, pero no sabia como podía llegar hasta ella sin volver a arruinad todo, confesarle la verdad no es una opción ni mucho menos mentirle, es por eso que es mejor quedarme callado sin dólar más nuestra relación.

—¿Qué pasa amor? —cuestioné temeroso.

—¿Soy estúpida? —me miró sus enormes ojos—. Unos chicos me lo dijeron por no saber leer y ayer tú también lo mencionaste.

¿Qué? Voy a matar a esos chicos que le dijeron eso a mí novia, nadie merece que lo ofendan por su capacidad de pensar o razonar, no todos tenemos el mismo IQ, unos son más inteligentes que otros o algunos tenemos otras habilidades que nadie tiene. No voy a permitir que a Kate la traten como si fuera tonta porque no lo es, así que mañana cuando venga a la escuela descubriré el culpable aparte de mi.

—No linda, yo dije eso porque había tenido un mal día y lo sabes —tomé sus manos—. Eres una chica muy inteligente y lo sabes.

—Me dijeron estúpida al creer que me amas —chilló—. Nick ¿Tú me amas?

Claro que la amo, quisiera darle un beso para sellar nuestro amor como siempre lo hago, pero esta vez es difícil ser de esa manera porque hay mucho en juego, no quiero confundir sus sentimientos porque en cuestión de segundos todo se va a esfumar como una vela.

—¿Tú qué crees? —evadí su pregunta.

—Siempre me dices que me amas, así que si —chilló—, pero ¿Por qué me dijiste estúpida?

—No te lo dije a tu persona, fue a tu pregunta, pero de todos modos lo siento no debí hablarte de esa manera —traté de disculparme—. Ahora es hora de irnos.

—¿Podemos ir por un helado como los otros días? —me miró con sus enormes ojos.

—Haremos otra parada.

Kate asintió con mucho entusiasmo porque al parecer creía que le tenía una sorpresa como siempre, y si la va a tener, pero no va ser algo que le agrade. La mayoría de los días que salimos de la Universidad juntos, la invito a tomar un helado del tamaño que ella desee para que este feliz para después de ir por algo que comer, es una actividad rutinaria pero jamás aburrida.

Tomé la mano de Kate nuevamente para dirigirla a mi auto, cuando estuve en mi asiento de piloto me dediqué a colocarme mis gafas de sol aunque el día estuviera nublado porque sabría que al llegar a ese lugar mis ojos se romperían en miles de pedazos y no deseo que mi novia me vea de esa manera.

Antes de arrancar me dediqué a darle un último beso en la mejilla a la castaña regalándole una sonrisa.

(...)

Hemos llegado.

Estacioné mi auto enfrente de la casa de los hermanos, estaba tan nervioso y lleno de miedo que ni siquiera quería ver el rostro de la castaña que estaba sentada a lado mío mirando su hogar con una mirada confusa —ella espera otra cosa—. Sé que he sido un patán con Alex por acercarse a Kate, con Cody por haberme advertido de lo que podría ser mi relación amorosa o incluso con Asher por estar tan cerca de mi novia, pero jamás imaginé ser un idiota con la chica que amo.

Tuve una idea en el camino de lo que podía decir o hacer para terminar con ella, pero el hecho de ser cruel con la persona más tierna del mundo no es mi estilo, porque sé que si le rompo el corazón ahora mismo tal vez ella no vuelva a hacer lo que es ahora porque una vez que alguien te lastima, cambias para bien o para mal, aunque la mayoría de los veces es una transformación negativa.

Mis manos estaban temblando y juraría que mi frente tenía unas pequeñas gotas de sudor, la castaña volteó su vista hacia mí directamente.

—¿Vamos a ver a mi hermano? —preguntó tiernamente.

—No Kate —negué con voz cortada.

—¿Entonces?

No me lo hagas difícil Kate, por favor no.

—Terminaré contigo, es decir ya no seremos novios o amigos —suspiré con frustración.

—¿Q-qué? —me miró asustada.

Al ver sus ojos solo me hicieron lamentarme lo que estaba haciendo, quería decirle que era todo una broma y que jamás me iba a separa de ella, pero por la ventana de la castaña pude ver cómo la puerta de la gran mansión que los hermanos poseían se abría dejándome ver a Max asomándose por esta con el mismo rostro destrozado que yo. Al verlo de esa manera comprendí que esto debía de pasar de alguna manera u otra y no había nada que lo detuviera.

—Ya no más besos, no más salidas a lugares, no más noches juntos y sobre todo no más nosotros, ya no hay más una relación —la miré sin dar crédito a lo que estaba pasando.

—¿Hice algo mal? —rompió en llanto—. Y-yo no quise besar a Jeremy en esa fiesta —sollozó.

—No es eso, solamente yo ya no te amo —espeté.

—Yo sí te amo, en serio que sí —chillaba.

No, no puedo seguir viendo más esta escena desgarradora, ella es tan importante para mí que solo quiero tomar sus mejillas para susúrrale cuanto lo siento, no quiero hacerle daño pero tampoco quiero que deje a su hermano por mi.

—Kate cuando el amor se termina no hay nada que hacer y yo ya no te amo —traté de sonar grotesco.

—¿Por qué?

Mi novia o ex-novia comenzó a quitarse las lágrimas con sus finas manos pero otras las remplazaba. Sus sollozos eran realmente dolorosos para mí, ya que por mi parte quería igual chillar, pero uno de los dos debe de ser el fuerte en esta situación.

—Porque no quiero tener de novia a una niña chillona pequeña —espeté—, no deseo tener a una chica mimada a quien tenga que cuidar todo el tiempo ni mucho menos estar atrás de ti —solté sin remordimiento—, además el hecho de que te gusten las películas animadas me desespera demasiado, cumplir cada caprichosa me saca de quicio y no puedo estar cuidándote todo el tiempo Kate, no tienes 5 años.

—Lo siento —susurraba mientras sollozaba.

—No me gusta Cenicienta, odio a Blanca Nieves y detesto a Bella —finalicé.

La verdad es que todas esas cosas son las que amo de ella, me gusta escuchar las risas de Kate cuando ve a la televisión y coloca sus caricaturas o películas animadas, el hecho de tener que cuidar de esa chica me hace sentir útil en algo y sobre todo me agrada la manera de protegerla de todo el mundo. Cumplir cada mimo de mi novia solo me hace querer dar lo mejor en un trabajo para darle lo que merece, así que cada palabra es mentira.

—Eres cruel —dijo entre llanto.

No sabes cuánto.

—Vete antes de que me convierta en un monstruo —mascullé—Ahora sal y no te atrevas a a hablarme ni mucho menos buscarme.

Kate salió de mi auto con su rostro lleno de lágrimas para ir abrazar a su hermano a quien la esperaba de pie junto a la puerta con los brazos abiertos. Max besaba su cabellera castaña tratándola de consolarla pero ambos sabíamos que no había nada que podíamos hacer para este hecho.

Es todo por su bien.

Arranqué con ira mi auto para no tener que seguir viendo la escena desgarradora, el hecho de haber terminado con esa chica me hace querer perder el control. Puse el Bluetooth de mi carro conectado a mi celular para llamar a la única persona con quien pude ir, en serio estaba muy mal en estos momentos.

Perdón Kate.

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