Capítulo 23
Kate Hill.
Estábamos en el departamento de Nicholas. Desde que mi novio se desmayó en el hospital Asher me ayudó a llevar al castaño a su casa para que pudiera descansar y curarlo de todas las heridas que tenía en su cuerpo, ya que cuando lo vi en la clínica con su cuerpo lleno de moretones, hicieron que me preguntara que fue lo que pasó con él, parece que alguien lo golpeó brutalmente. Además, el doctor mencionó que si lo hospitalizaban solo iban a cuestionar el motivo de sus heridas y no era buena opción aquello, por eso lo trajimos aquí.
Ahora Asher limpiaba con alcohol las heridas de Nick para cerrarlas, mi novio se encontraba sin playera y con unos pantalones deportivos, según el doctor esto lo facilitaría para hacer su trabajo. Mientras él lo curaba yo limpiaba su piel ya que tenía un poco de tierra en el pecho junto con su rostro y sudor en todo su cuerpo.
—¿En qué trabaja tu novio Kate? —preguntó Asher.
—No lo sé —respondí.
No sé si mi novio trabaje, pues solo lo he visto ir a la escuela conmigo y al gimnasio en donde hace ejercicio, si tuviera una actividad laboral me lo diría, él no es un mentiroso ni mucho menos me oculta cosas.
—Me quedaré hasta que Nicholas despierte ¿Puedo? No quiero dejarte sola —tomó mi mano.
—A Nicholas no le gusta que me junte con chicos u hombres —susurré.
—Tienes razón, pero no quiero dejarte sola si algo le llegara a pasar a Nicholas.
—No quiero que nada le pase —miré a mi novio.
—¿Qué te parece si pido comida china mientras terminar de limpiar las heridas?
Asentí con mucha emoción a su pregunta, me gusta mucho esa comida y sobre todo el arroz que venden.
Asher salió de la habitación dejándome sola con Nicholas, quien quería que solo despertara y no verlo en ese estado, pues parece un cuerpo sin vida. Esto me recuerda al cuento de Blanca Nieves, el príncipe despierta a la mujer pelinegra de un sueño por medio de un beso al igual que en la Bella Durmiente, tal vez si yo hago lo mismo pueda despertar mi novio.
Me acerqué con cuidado al cuerpo del castaño para darle un beso en sus finos labios como él siempre me los da a mí, pero al parecer las películas y los cuentos me engañaron, porque besé tres veces a mi novio y no se despertó a pesar de que lo quiero y se necesita un verdadero amor para que funcione esto. Entonces ¿Por qué no abre sus ojos?
Terminé de limpiar las heridas de Nicholas y un poco decepcionada de que no haya despertado con un beso, salí de la habitación en busca de Asher quien estaba hablando por teléfono. No quería apartarme de mi novio, pues el hecho de que se encuentre de esa manera me hace sentir miedo, no deseo que me deje como lo hicieron mis papás. Por otro lado, tenía hambre y ese hecho no lo podía negar, desde el plato de avena de la mañana no había comida nada más. Según el castaño me iba a recoger en el consultorio del doctor y después irnos al cine, pero no entiendo qué pasó.
Caminé hasta el sillón para poder sentarme en este y prender la televisión colocando la plataforma de Disney +, pues ahí es donde encuentro mis caricaturas favoritas. Segundos después Asher se sentó a lado mío incomodando un poco, pues sé que al castaño no le gusta que esté cerca de un hombre, no quiero que golpee a mi doctor como lo hizo con Cody, el chico que está cerca de mí me agrada mucho.
—Traerán la comida en 30 minutos, mientras podemos hacer algo —oí decir a Asher.
—Quiero esperar a Nick —susurré alejándome un poco.
—A Nick le gustaría que comas para que tengas vitaminas y estás saludable —me gruñó un ojo.
—¿No es de mala educación comer antes? —cuestioné.
—No, en este caso no.
Max siempre me decía que lo debía de esperar para comer, pues eso habla bien de los modales de la gente, no creo que el doctor tenga razón, pero tal vez en su casa le enseñaron de esa manera. No quise alegar y empecé a observar una serie animada de un ratón junto sus amigos, es divertido para mí ver este programa, sin embargo, cada vez que la disfruto Nicholas hace muecas o gestos expresando que no le agrada la programación y por eso termino cambiando el canal.
El silencio abundaba el departamento de mí novio, esto es demasiado aburrido sin que él esté aquí. Aunque otra pregunta hizo que perdiera la concentración en mi programa para mirar al chico que estaba a lado mío, no entiendo porque a Asher le agrada cuestionarme todo el tiempo que estoy con él, logra colocarme de forma nerviosa.
—¿Te gusta vivir aquí con Nicholas? —preguntó Asher.
—Si, es mi novio —respondí mientras le subía el volumen a la televisión.
—¿Tienes amigos? —cuestionó.
—Alex.
—¿Quién es Alex? —inquirió.
—El amigo de Nicholas.
Cuando contesté la pregunta, el rostro de Asher parecía deformarse por completo, parecía estar ¿Enojado? ¿Enfadado? Por después las manos del doctor comenzaron a masajear su cabeza para poder relajarse —lo sé, porque es lo que hace Nick cuando está estresado—. No entiendo que hice mal esta vez, si no he hecho nada erróneo ni mucho menos desobedecido a cualquier indicación.
En ese momento el timbre de la puerta sonó, el pelinegro se levantó del sofá para poder dirigirse a la entrada sacando su cartera del bolsillo izquierdo trasero de su pantalón de mezclilla. Asher recibió la comida, yo por mi parte me levanté para tomar la jarra de agua que estaba en el refrigerador para volver a mi asiento junto con dos vasos.
Asher se acercó a mí con los dos botes de comida china sentándose a lado mío para colocar el alimento en la mesa de noche. Ambos comenzamos a comer en silencio mientras disfrutábamos de la película.
—Creo que tengo tu diagnóstico Kate —comentó algo estresado.
—¿Diagnóstico? —pregunté.
—Nicholas te tiene en sus manos, dime algo Kate ¿Haces una actividad en donde no aparezca Nick en la escena? —cuestionó.
—Tomo mis clases —susurré.
—¿Quién te lleva y te trae a la escuela? —inquirió.
—¿Por qué tantas preguntas? —chillé.
—Lo siento, no lo haré más.
No entiendo el lado erróneo de estar tanto tiempo con Nick, él me agrada demasiado y no quiero que me aparten de su lado solo por eso. Algo que me puse a pensar es que el castaño me dijo que íbamos a ir al doctor para checar nuestra salud y ver si todo estaba bien, pero no vi que mi novio también tuviera una cita como yo lo hice con Asher.
—¿Estoy enferma? —me atreví a preguntar.
Últimamente he visto a Nicholas buscando doctores en internet y enfermedades en internet, no quiero estar enferma y que ese sea el motivo del porque este en sesiones con Asher.
—¿Por qué lo dices? —cuestionó Asher.
—Porque voy al hospital —susurré.
—No estás enferma pequeña, solo tienes que desarrollar más tu mentalidad —dejó su comida.
—¿Eso es malo? —pregunté bajando la cabeza—. Muchas chicas de la Universidad se burlan de mí ¿Es por eso?
En la escuela desde que era adolescente recuerdo que me hacían burla por no comprender ciertas palabras o expresiones que me dicen, quiero pensar que no es a mí de quién se ríen porque no he hecho nada malo para que me traten de ese modo, siempre trato de hacer amigas o amigos, sin embargo nunca lo logro porque no soy lo que buscan. Es por eso que el hecho de que Alex sea mi nuevo compañero y me invite a estar a su lado me guste y agrade.
—¿Se burlan por ti? —me miró sorprendido.
—Si.
—Sabes Kate, no todos los psicólogos ni doctores dicen esto, pero yo te lo diré —tomó mis manos dejando mi comida de lado—. Todos los humanos sin excepción tenemos un grado de autismo, un grado de esquizofrenia, locura y demencia, un porcentaje de probabilidad de cancér y sobre todo pocos tenemos un IQ por encima de la media.
—No entiendo —susurré.
—Lo que quiero decir Kate, es que nadie es perfecto, todos estamos enfermos y los humanos solo se burlan de lo que envidian y desconocen —se acercó a mí—. Yo puedo decir que a veces sufro de ataques de depresión y por eso soy psicólogo, todos estamos mal de la cabeza y para que nadie se de cuenta de ello atacamos a los demás.
—¿Y me podré curar?
—Si, con terapia y ayuda nadie se burlara de ti —sonrío.
¿Entonces si estoy enferma? No quiero que alguien se aparte de mi lado porque no puedo desarrollar las mismas actividades que alguien más realiza, sé que me cuesta mucho trabajo leer en voz alta y poner atención en clases que no me llaman la atención, además de que no puedo seguir el ritmo de algunas conversaciones. No sé el motivo del porque soy así, yo no lo pedí, pero si puedo mejorar lo haré.
El timbre de la puerta volvió a retumbar en nuestros oídos separándonos un poco. No quiero ver quién es porque no tengo permiso de abrir la puerta ¿O sí? Nick es quien se encarga de ver la entrada y observar la persona que esté tocando, nunca he tenido la oportunidad de hacer esa acción.
—Yo iré a ver —dijo Asher.
El doctor se levantó del sillón para ir a la puerta para ver quién era la persona que tocaba con insistencia el timbre.
—Es un chico pelinegro ¿Lo conoces?
Imité la acción de Asher para ir a ver quién era mirando por la mirilla en donde noté que era Max quien estaba al otro lado de la puerta. Sin dudar tomé la manija para abrir la entrada y ver a mi hermano con un montón de hematomas en su rostro —como Nicholas—, pero nada de eso importó para abrazarlo enrollando mis rodillas en su cintura.
—Espera Kate —oí la voz en cortada de mi hermano.
Como Nicholas, a Max le molestó mi toque al abrazarlo por los golpes que tenía o no querían tener mi cercanía. Me alejé rápidamente de su cuerpo colocándome detrás de Asher, pues lo menos que quiero es que se enoje conmigo por haberlo lastimado.
—¿Por qué tienes moretones? Nick igual está lleno de golpes —susurré.
—¿Quién es el reina? —me preguntó Max refiriéndose a Asher.
—Es mi psicólogo —sonreí.
—¿Tú psicólogo? ¿En dónde está Nick reina? —me miró.
—Soy Asher Brown y Nicholas fue a comprar algo de comer —mintió Asher.
—¿Dejó sola a mi hermana contigo? —espetó Max.
No entiendo por qué Asher mintió acerca de donde estaba mi novio, porque realmente estaba en la habitación acostada en la cama lleno de heridas e inconsciente. No corregí al doctor porque tal vez solo estaba protegiendo a Nicholas para que le agrade a mi hermano.
Max llevaba una sudadera negra con un poco de sangre en ella, su pantalón de mezclilla roto de algunas partes y en su rostro podía ver que su nariz de la parte superior tenía un gran golpe y había un pequeño rasguño en esta.
—Soy psicólogo de su hermana, Nicholas pagó una gran suma para la mejora de Kate y si estuviera con nosotros en algunas sesiones sería de gran ayuda —oí decir a Asher.
—Lo haré, vendré más tarde para ver a Nicholas —dijo mi hermano.
—¿No te vas a quedar? —cuestioné con voz rota.
—No mi reina, vendré después.
Max se acercó a mí para darme un beso en mi frente y así alejarse de la entrada dejándome con Asher.
No puedo creer que mi hermano no quiera pasar otra vez tiempo conmigo, hubo un tiempo en donde Max no deseaba quedarse a lado y siempre me evitaba. Recuerdo que al acercarme a él en la escuela me hacía a lado empujándome o tratándome mal en los pasillos, días después se disculpó conmigo y no volvió a cometer esas acciones.
Asher cerró la puerta después de que Max se fue, estaba demasiado triste porque mi hermano se fue, pero no debía de sentirme de esta manera cuando tengo a Nicholas, sin embargo así me siento. El doctor se acercó a mí tomando mis manos y juntándome un poco más a él.
—Kate ¿Estás bien? —cuestionó mirándome con sus ojos azules penetrantes.
—¿No me quiere cerca porque estoy enferma? —lo miré.
—No pequeña, a de tener muchas cosas que hacer —sonrío.
—¿Y por qué si quería ver a Nicholas y a mí no? —se me rompió la voz.
Asher sin más me pegó a mi cuerpo abrazándome colocando sus brazos en mi cadera. Sin querer mis lágrimas comenzaron a salir porque Max si hubiera tenido tiempo para ver o hablar con Nicholas y no con su hermana, sé que lo acabo de ver pero es mi única familia ¿Por qué debo de pasar muy poco tiempo con él?
—No lo sé Kate, debe de haber una explicación, pero no debes de llorar —puso sus manos en mis mejillas.
—Solo me siento mal porque solo tengo a Max y a Nicholas —bajé la cabeza.
—Y ahora a mi —me miró.
—¿Quieres ser mi amigo? —cuestioné mirándolo sin creer.
—Si, no creo que este mal.
Sin decir nada salté sobre él abrazándolo fuertemente, solo Alex y Nicholas han querido hacer mis amigos después de 19 años y el hecho de que Asher quiera formar una amistad conmigo me hace muy feliz. Al ver el gran afecto de amor que estaba presentando con el doctor, me aparté rápidamente porque le había hecho una promesa a mi novio de que no iba a besar o abrazar a alguien más que no sea él.
—Lo siento —susurré alejándome a él.
—No importa —me sonrió.
Sin querer mis mejillas se incendiaron un poco.
¿Qué me está pasando?
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