Capítulo 2
Nicholas Pritch.
Me encontraba preparando el desayuno para Kate y yo. Normalmente no cocino en mi departamento pues entreno en el gimnasio y ahí mismo pido algo de comer, por suerte tenía un par de huevos y tocino, no soy buen cocinero pero se mantenerme. Cuando llegó a alimentarme en mi piso, ingiero alimentos enlatados que solo los pongo en el horno o sartén.
Kate todavía no despertaba, dudará que lo hiciera pronto, pues cuando te han drogado es muy difícil que recapacites rápidamente y más si ella no está acostumbrada a meterse sustancias tóxicas. Sólo espero que no esté asustada al darse cuenta que no está en su casa.
Nunca he traído chicas a mi departamento, ya que no tengo una relación seria con nadie y no soy de los hombres que se acuestan con varias. Es extraño saber que alguien esta aquí, pues mi piso no está del todo escombrado, hay algunos papeles tirados por todo el suelo, mis cosas de la escuela están regadas por el escritorio de madera que está en una de las esquinas de la habitación.
Cuando tengo relaciones con Lisa, siempre la llevo a un motel, porque no es apropiado que mezcle sentimientos. Además ella no es alguien especial para mi para arreglar mi habitación solo por tener un desliz.
Terminé de cocinar los huevos revueltos con jamón, a lado de ellos coloqué tocino. En dos vasos serví jugo de naranja que tenía en el refrigerador y saqué de la alacena un paquete de galletas de chocolate. No se que desayuno le podría gustar a una chica de 19 años. Puse toda la comida en la mesa del comedor para dirigirme a mi habitación.
Si se preguntan si dormí con Kate en la misma cama, la respuesta es no. La castaña durmió en mi habitación mientras yo me quedé en el sillón de la sala toda la noche, se que si me quedaba con ella se podían malinterpretar las cosas y es algo que no quiero.
Al llegar a mi habitación, abrí la puerta y pude ver que la castaña estaba despertando, ya que se estaba enderezando poco a poco mientras se hallaba su ojo izquierdo. Me adentré al cuarto con pasos discretos para que no tuviera miedo de mi.
—¿Max? —susurró Kate mientras recobraba la conciencia.
¿Max?
No conozco a ningún chico llamado así, solo a Max Hill quien es el chico malo de toda la escuela, es reconocido por ser uno de los más grandes mujeriegos de la Universidad y de sus comportamientos extraños a media noche. Cada día lo puedes observar con una chica diferente, pero siempre lo miras con la misma chaqueta negra de cuero. No esta en el equipo de americano y en ningún otro, pero es popular por su cara bonita, ya que es considerado el más guapo de todo el Instituto. Se puede decir que no somos amigos porque hemos tenido problemas desde que entramos al colegio.
—No, soy Nicholas Pritch —me acerqué a ella cuidadosamente.
Kate me miró confundida, como si no supera quien era. No era posible que todas la chicas de la Universidad me conocieran y quisieran tener una aventura conmigo, mientras la castaña no sabe de mi existencia.
—¿En dónde estoy? —preguntó confundida con voz tranquila y tierna.
—En mi casa —respondí sentándome a un lado de ella.
—¿Quién eres tú? —me miró.
Ok, eso dolió algo a mi ego, pero no me molestó porque en serio se veía a Kate muy confundida de que era lo que estaba pasando, es algo normal ¿Cierto? No todos los días te drogan y te llevan al departamento de uno de los chicos más guapos de los suburbios.
—Estoy en una clase tuya —sonreí.
—¿Vamos en la misma universidad? —volvió a cuestionar.
—Si, de hecho ya tenias que estar en tu clase de derecho civil con el maestro Karl —comenté.
Como había dicho anteriormente, la he estado observando desde que llegó a la escuela, pues es la una chica que me interesa de verdad. Así que puedo decir cuáles son algunas de sus clases.
—Te he preparado el desayuno, si quieres puedo llevarte a tu casa para que te cambies y vayamos a la universidad juntos —le di la opción.
—¿Por qué estoy aquí? —cuestionó algo nerviosa.
—¿Nadie te dijo que no deberías beber nada de bebidas desconocidas? —ella negó—. Alguien te dio una droga, asi que te traje a mi departamento antes de que te hicieran daño.
—Oh, en ese caso gracias —sonrió apenada.
Alex me había comentado que está chica vive en la misma calle que él, además de que Kate era según mi amigo era la castaña más tierna e inocente que puede ver en el mundo a los 19 años. Contaba que sabía muy poco del mundo exterior, todo lo que conoce es gracias a lo que aprende a sus libros. No se muy bien como sea ella, pero quiero conocerla, quise ver quien es.
—Vamos —susurré.
Tomé la mano de Kate para guiarla al comedor en donde nos estaba esperando el desayuno que había preparado. Pude notar que seguía algo confundida de que era lo que estaba pasando, pero no dice nada respecto con lo sucedido ayer. ¿Acaso no le importa el hecho de que fue drogada?
Le ayudé a tomar asiento en la silla de madera, pude notar que no tardo mucho en tomar confianza en comer lo que había en plato.
Tenía curiosidad de en donde esta su familia, alguien debe de haberse preocupado por ella al no llegar a su casa, aunque no pude ver si había una bolsa o mochila en la habitación en donde la había dejado Cody, asi que no sabría si tenía un celular.
La castaña comía con bocados pequeños mientras yo la miraba durante bebía mi jugo. Nunca pensé desayunar de esta manera con la chica que siempre he perseguido, a pesar de ser popular tenía miedo de que Kate me rechazara, así que nunca la invite a salir.
No sabía tema tratar con ella, con mis amigos siempre hablo de las fiestas que van haber, de las clases que tenemos o de cosas que nos pasan en nuestro día, cuando estoy con Lisa ella es quien habla sin para de su persona y de la posible relación que podemos tener, pero con Kate no me sale ni una palabra, pero el silencio me esta incomodando bastante.
En su rostro pude ver que no llevaba ni una gota de maquillaje, ni mucho menos de rímel por lo cual pude ver que sus pestañas largas y curvas son naturales. Muchas chicas con las que he estado, al despertar o al momento de tener sexo terminan sucias gracias a la pintura que utilizan en la cara, es algo desagradable para un hombre.
— ¿Tus padres? —traté de iniciar una conversación.
No creo a nadie le guste que le pregunten acerca de sus padres, ¿En qué estaba pensando? Noté que Kate se removió incómoda en su asiento, no debí preguntar eso.
—Ellos murieron hace años, vivo con mi hermano —comió un panqué.
No debí de preguntar eso, pero en serio estaba nervioso, pero al parecer no le afectó tanto la pregunta pues siguió consumiendo los alimentos de la mesa, pero eso me dio curiosidad de su vida.
Si su hermano vive con ella debe de saber que Kate esta desaparecida, puede ser que la este buscando. Lo que me lleva nuevamente a ¿Por que la castaña fue a esa fiesta? No puedo creer que no esté preocupada para nada la chica que está enfrente mío.
—¿Tú hermano está preocupado por ti? Debería de estar ¿Cierto? ¿Cómo llegaste a la fiesta Kate? —cuestioné dejando los cubiertos a un lado mientras me cruzaba de brazos.
—Un amigo me invitó, dijo que llegará a la casa y él iba a salir por mi, pero al llegar nunca lo vi —bebió un poco de jugo—. Poco después vi a un chico rubio que me dio una bebida junto otro chico, no recuerdo que sucedió después.
Cuando lleguemos a la Universidad juró por mi vida que voy a matar a Jeremy y a Cody, se que su idea de diversión es drogar a cualquier chica que se le cuece en el camino, pero el hecho que lo hicieran con Kate no me agrada para nada. Mi amigo rubio sabía que quería tener algo con la castaña y no era necesario abusar de su confianza.
Lo que me da alivio fue que Cody me guío a la habitación antes de que alguien le hiciera daño, ya que conozco a Jeremy y no pierde oportunidad con nadie. Aunque esto me hace preguntarme, ¿Quién invitó a Kate a la fiesta? Pero creo que ya son muchas preguntas por hoy.
Continuamos desayunando en silencio, era inevitable ver a Kate comer, se veía muy tierna comiendo ese panque de vainilla. Cuanto quisiera tomar sus mejillas y darle besos en ellas.
Debíamos de darnos prisa para poder llegar a tiempo a la Universidad y que le diera tiempo a la castaña de bañarse al igual que arreglarse, ya que yo, antes de que se despertara la chica tomé una relajada ducha para dar una buena impresión, pero creo que Kate no lo notó mucho.
(...)
Habíamos decidido no ir a la Universidad, ya que no íbamos a alcanzar a llegar a esta. Le había comentado a Kate que era lo mejor que pasará la noche aquí nuevamente si no iba a haber nadie en su casa, era mejor quedarse conmigo, lo cual aceptó sin dudar.
Para que la castaña se sintiera más cómoda le ofrecí darse un baño y darle una de mis playeras holgadas que le podían quedar como un vestido. Ella como las anteriores veces asintió sin ningún reproche.
En este momento estaba acostado en mi cama mirando la televisión en un programa de eventos paranormales, esperando a que la castaña saliera de bañarse para ir a cenar algo o preparar una comida. Minutos más tarde Kate salió del baño algo tímida.
Kate llevaba mi playera negra lisa de mangas largas, debajo de el se puede apreciar un bóxer negro que le había prestado igual, se veía hermosa como siempre, sin querer me mordí el labio inferior por la chica sexy que estaba viendo, jamás había sentido una leve excitación una mujer, ni si quiera con Lisa, pero con la persona que estaba enfrente mío si. Ella era muy bonita sin ninguna gota de maquillaje y sin tener un esbelto cuerpo.
Sin saber que estaba haciendo caminé hacia Kate quien solo se dedicaba a cepillar su cabello mientras miraba la televisión. Tenía algo de nervios pero la tomé de la cintura atrayéndola a mi mientras ponía una de mis manos en su mejilla mientras colocaba unos mechones de cabello detrás de su oreja. Sus ojos cafés claros me miraban algo sorprendidos por la cercanía que estamos teniendo en este momento, no sabía que era lo que estaba sucediendo.
—Eres muy bonita —comenté mientras sonreía.
—Muchos en la universidad me dicen lo mismo —comentó confundida.
—¿Tienes novio? —pregunté pegándola más a mi.
Sabía que no tenía novio, estaba un 95% seguro, pues en la escuela está siempre sola y no hay nadie que la venga a recoger todos los días, si yo fuera su pareja jamás la dejaría sola en ningún lado, pues seria desaprovechar a una gran mujer.
—No, no tengo —contestó—. ¿Eso es malo? —cuestionó.
—No, claro que no, yo tampoco tengo novia —le aclaré—. ¿Sucede algo? —acaricié su cintura.
Podía notar a Kate algo distraída, como si algo estuviera buscando, aunque no sabía que era, se que estar en una casa ajena con alguien que no conoce muy bien es una cosa extraña, pero quiero darle confianza de que puede estar segura conmigo.
—No —me miró a los ojos.
No quise seguir insistiendo en ese tema, así que mejor tomé la mano de Kate para poder acostarnos en la cama, no se que hicimos que se nos paso rápido el tiempo, pues ya eran las 7:00 p.m. Aunque tengo un poco de resaca por el día de ayer de la fiesta, así que sólo quiero dormir un poco.
Acomodé los cojines en una posición cómoda para los dos y así pudiera pasar mi brazo atrás de la nuca de Kate atrayéndola a mi, pues me gustaba su cercanía en cierto modo. Una cosa que me gustaba de la castaña, es que no se oponía a nada de lo que lo le hiciera, pues estaba entretenida jugando con sus manos.
Iba a poner un partido de football en la televisión, pues había estado esperando este partido, pero sabía que no podía colocar el canal ya que Kate se va a aburrir.
—¿Quieres ver la televisión o prefieres oír música? —pregunté mientras acariciaba su cabello.
—Televisión —sonrió.
—¿Qué quieres ver? —pasaba los canales.
—Disney Channel o Fox Live —pidió con ternura.
—Creo que será Fox Live —besé su cabellera.
Al poner el canal, Kate tomó confianza en mi y se acostó sobre mi pecho dejando una de sus manos sobre el causándome escalofríos. Desde aquí podía percibir el aroma de la castaña, el hecho de oler mi shampoo en ella me hizo sonreír de manera involuntaria. Normalmente duermo solo en calzoncillos, pero esta noche dormiré en pantalones y con una playera blanca delgada.
Nunca me ha gustado el canal de Disney, ya que sólo salen cuentos de princesas que a nadie en esta vida les va a pasar, ¿Para qué ilusionar a niñas de que pueden encontrar un príncipe azul? O ¿Por qué la necesidad de que alguien rescate a la princesa? Cuando ella puede salir si quiere. No creo que sea educativo que los niños se ilusionen y salgan al mundo cruel.
Mis padres antes de huir me enseñaron que el mundo se divide en dos, los que hacen buenas acciones para tener nada a cambio, o el quien hace malas acciones para perjudicarse a uno mismo, no es un buen consejo pero trato de seguirlo siempre.
Acariciaba el cabello de la castaña, cuando en mi mente se me vino la idea de que posiblemente mañana ya no estemos juntos, me refiero a que Kate vuelva a su casa y no me preste más atención como lo está haciendo ahora, no quiero que suceda eso.
—¿Me tienes confianza Kate? —pregunté sutilmente.
—Te acabo de conocer —susurró algo confundida.
Si el conocerme apenas sería un problema no estaría usando mi ropa como si no pasará nada y sobre todo hubiera querido pasar la noche sola en mi habitación o en su casa, así que no creo que sea algo malo que nos hayamos conocido hoy ¿O si?
Traté de calmarme para que no dijera comentarios hirientes hacia ella, ya que cuando era un adolescente siempre decía lo que pensaba, eso me llevó a muchos problemas con mis padres, en la escuela y hoy en día en el gimnasio en donde entreno.
—Me gustaría que nos conociéramos más —comenté sinceramente.
—¿Para ser amigos? —me miró con sus ojos ámbar.
¿Amigos? No creo que la palabra amistad sea lo que quiero con ella, se diferenciar cuando quiero una aventura, una relación formal o una amiga. No se porque con Lisa nunca a funcionado, pero se que si con Kate intento formar una pareja lo lograré.
—Podríamos ser algo más —susurré apenado.
—¿Mejores amigos?
Ok, me doy por vencido, necesito trabajar más en esto.
—Si, puede ser —hablé incómodo.
—Jamás había tenido un amigo —se acomodó mejor en mi causando una leve cosquilla.
—Jamás había tendió una amiga.
A decir verdad, jamás he tenido una amiga, amigo si, pero en femenino jamás. No me vendrá nada mal que Kate sea un apoyo emocional en mi vida como Alex o Cody, si la castaña quiere que seamos amigos entonces lo seremos, no voy a contradecirla en nada, pues apenas nos estamos conociendo apenas.
Claro esta, que nuestra amistad no durará para siempre.
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