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Capitulo 17

Nicholas Pritch.

Sentía una gran iré dentro de mí que crecía cada vez más y más, es por eso que al llegar a mi departamento lo primero que hice fue cerrar la puerta rápidamente para tomar la cadera de Kate y besarla desesperadamente borrando cada rastro que pudo dejar Jeremy en mi chica. La castaña no estaba del todo bien, pues se seguía sintiendo culpable de lo que había pasado en la fiesta con lo del beso, quería demostrarle de algún mudo u otro que ella no tenía nada que temer, pues en dado caso todo esto era mi culpa por haberla llevado a esa reunión sabiendo lo que podía pasar.

No puedo ser como Max, no debo ocultar a mi novia en un armario para que nadie ni nada le haga daño, ella merece saber de lo que se está perdiendo y conocer nuevas experiencias, no le voy a quitar su sentido de curiosidad ni mucho menos de aprender lo que está bien o mal para ella.

No tengo idea de cómo llegamos a mi habitación ni mucho menos como terminamos encima de mi cama —Kate recostada en el colchón y yo encima de ella—, esta chica en serio me volvía completamente loco, una de las cosas que me hacía explotar la cabeza es que no pone alguna objeción conmigo, es decir accede a lo que yo haga. Quisiera tener más de ella está noche, pero deseo que su primera vez sea conmigo y sobre todo sea especial al igual que inolvidable, no quiero que suceda porque estoy demasiado enojado y por el aliento de la castaña sé que alguien le dio alcohol, eso significa que no está totalmente consciente de lo que está haciendo.

Jeremy debió de ser la persona que le puso alcohol en su bebida, pues les dije a mis amigos que Kate no bebía y estaban de acuerdo con ello, así que para el rubio teñido debió de ser fácil colocarle algún licor para poder besarla sin ninguna objeción. Esta es la segunda vez que lo hace, no tengo pruebas de esto pero sé que fue él y lo voy a hacer pagar tarde o temprano.

—Lo mejor es que paremos o sino no te voy a dejar dormir en toda la noche —me aparté de sus labios.

—Me gusta cuando me besas —comentó mi novia enderezándose.

—¿En serio? —asintió—. ¿Por qué bonita?

Me levanté de la cama para ir por las prendas de pijama de Kate y mi pantalón de chandal, pues entre más rápido nos vayamos a dormir, podré olvidarme de lo que quería hacerle a la castaña esta noche, pues en todos mis pensamientos ella terminaría desnudan y no con una prenda para descansar.

—Cada vez que me besas siento algo aquí —señaló su vientre.

—Eso significa que me amas y estás feliz por mis caricias —hice una leve risa.

—¿Y eso es bueno? —cuestionó algo asustada.

—Es lo mismo que yo siento cuando estoy contigo con o sin tocarte —admití.

Kate seguía acostada en la cama, así que con puros pensamientos inocentes y sin ninguna mirada morbosa le coloqué su pantalón de chandal debajo de su vestido lila para después sacarle completamente su prenda dejándola en sujetador y ponerle una blusa de tirantes blanca encima de este. Al parecer el efecto del alcohol hacia que la castaña solo se dejara llevar más por mis movimientos sin tener que explicarle alguno de ellos.

Nunca he sentido algo tan fuerte como estoy ahora, eso me demuestra que estoy enamorado realmente de la chica inocente.

—Tengo sueño Nicholas —susurró Kate cerrando sus ojos.

—Primero debes de lavarte los dientes —ordené con risa.

—No, por favor no —chilló dándose la vuelta.

Era oficial, estaba ebria.

No me gusta cuando la castaña me dice Nicholas, es por eso que claramente le dije que me podía llamar Nick, pues siento que si me llama por mi nombre completo hace de nuestra relación parezca sin confianza.

—A la cama entonces —reí.

—¡Si! —chilló Kate metiéndose debajo de las sábanas de mi cama.

Con una risa por parte mía, me quité mi camisa adelante de Kate, pues tenía los ojos cerrados disfrutando de la textura de las almohadas. Me desvestí por completo para solo colocarme el pantalón dejando mi pecho descubierto. Sin pensarlo me acosté a un lado de la castaña a solo unos 20 cm de ella haciendo que abriera sus párpados por la cercanía que teníamos.

Algo que me gusta de la chica, es que no le importa verme desnudo, es decir, cuando tenía o no intimidad con Lisa ella siempre miraba mi cuerpo con lujuria como un objeto sexual y Kate solo me ve por quién soy, es su mirada no hay deseo, me puede ver con ropa o sin esta y en sus ojos siempre veré lo mismo —pureza y sencillez— es una de las cosas por las cuales cualquier hombre se enamoraría de una mujer así.

—Te amo amor, buenas noches —le di un beso en su frente.

—Buenas noches Nick —sonrío.

Sé que con el tiempo me dirá "te amo" o "te quiero", no la voy a presionar a nada pues no dudo de su cariño hacia mí y la confianza que ha tenido para abrirme su corazón. Solo debo de ser paciente.

Kate se acomodó encima de mi pecho abrazándome como si fuera un oso de peluche. Esta chica me hace perder la locura con cada toque que me da, solo con ella me pasa de esta manera. Sé que quiero ser su primer amor y el único, es por eso que no quiero hacer las cosas rápido.

(...)

Habíamos llegado a la escuela aproximadamente hace 2 horas, Kate tenía clases de derecho mercantil así que estaba en su aula mientras que por mi parte no había asistido mi maestro de historia universal, es por eso que me encontraba en las gradas mirando al equipo de americano entrenar mientras bebía una cerveza fría. No me gustaría tomar alcohol delante de mi novia, así que lo haré a sus espaldas o trataré de dejar el licor, aunque no soy un adicto a esta, pues es como si bebiera enfrente de un bebé ¿Qué ejemplo le daría?

Cody —quien se ubicaba a un lado mío— ha estado muy ocupado mirando a los chicos del equipo, pues no me prestaba atención cuando le conté que quiera estar íntimamente con la castaña pero sin que ella sufriera ni un dolor. No sé cómo ayudar al rubio para que confiese que es gay, tampoco lo voy a obligar, pero sé que si sale del clóset podrá tener una mejor vida y sobre todo se sintiera mejor consigo mismo, no tendría que ocultar su amor por nadie.

Por parte de Alex no hemos hablado ni mucho menos cruzado miradas, ahora convive mucho con Jeremy cuando ambos sabemos perfectamente que clase de persona es. El pelinegro y yo nunca nos habíamos distanciado tanto, sé que muchas chicas se acercan a él solo para llegar hasta mi, pero nunca le di importancia y no dejábamos que eso nos afectara por nada en el mundo hasta ahora. Sé que llegará una mujer que lo ame a él completamente y no lo cambie por alguien más, esa será la persona indicada.

—Alerta roja —reía Cody.

Mi amigo rubio miraba hacia el lado derecho, así que volteé mi mirada para ver lo que él estaba viendo. Esto no me gustaba para nada. Max caminaba con aires de chico malo mientras sus manos estaban cerradas en forma de puño, sabía lo que significaba, problemas.

—¿Te crees muy listo o me crees un idiota? —llegó a nuestro lado el pelinegro.

Cody se levantó rápidamente de su lugar al igual que yo, pues enfrentar a Max es algo imposible por su gran tamaño y musculatura, sin mencionar que si le hago el mínimo rasguño Kate de seguro me odiara.

—¿De qué hablas? —cuestioné.

—Te llevaste a Kate a un fiesta —masculló Max—. Te dije que ella no era de tu mundo.

Sé que fue un error, en serio me equivoqué en creer que era una buena idea, pero las equivocaciones que hagamos aprenderemos de estos sin embargo solo son de nosotros dos, no de Max, ni de mis amigos.

—Kate está bien, ella esta en su clase feliz porque está contenta —espeté molesta.

—Ella no está acostumbrada a tu mundo y no quiero que la corrompas —gruñó.

—¿Corromper? Es lo que jamás haría, ella me gusta tal como es —me sentí ofendido.

—¡¿Entonces por qué la llevaste a una fiesta?!

—Porque es mi novia y debemos buscar actividades juntos —exclamé—. ¡Es mi pareja y jamás será la tuya! No trates de comprender que hacemos porque no tienes ni idea.

Max trató de darme un golpe pero Cody detuve su brazo antes de que golpeara mi rostro.

Sé que el pelinegro esta furioso conmigo, pero no estoy seguro de que sea por la fiesta o acerca de corromperla, creo que tiene un problema de que le haya quitado a su hermana menor y ahora yo sea el quien esté con ella. No quiero robarle el amor de la castaña ni mucho menos tratar de que ellos dos se dejen de hablar.

—Quiero que recuerdes que es mi hermana de quien hablamos y no quiero que por nada del mundo le suceda algo —me enfrentó.

—No quiero molestar —intervino Cody—, pero creo que subestimas mucho a Kate, ella ya tiene amigos o compañeros que la aceptarán tal y como es, no necesita cambiar para encajar —susurró.

—Ahora todos aman a mi hermana —se burló Max.

—Si no encerrarás a Kate en una burbuja sabrías de lo que ambos se pierden, no la he dejado ni un solo segundo sola porque se lo que puede significar —mascullé entre dientes—. La amo y no sé cómo tengo que demostrarte que no la voy a dejar.

—¿Por qué pelean?

No me había acordado que le dije a Kate que viniera a las canchas después de terminar su clase para que viéramos el partido de entrenamiento juntos, ahora está en las gradas de abajo mirando la escena con ojos de angustia.

Algo que no soportaba por nada en el mundo era ver pelear a mis padres cuando era un niño, no me gustaba oír los gritos de odio o escuchar los objetos cayendo al suelo rompiéndose en pedazos, es por eso que prefiero que Kate no vea estas escenas, se lo que es vivir en un ambiente lleno de ira y conflictos, es realmente traumático y atormentador, la castaña no debe de sufrir eso por parte de su hermano mayor y novio.

—No estamos peleando linda, estamos discutiendo por quién va a ganar —sonreí.

—¿Y por qué gritaban? —cuestioné pegando sus cuadernos a su pecho.

—Porque yo digo que van a ganar los del equipo derecho y Nicholas dice que los del izquierdo —me apoyó Max.

—Oh —susurró la castaña.

Le tendí mi mano a la castaña ocultando la botella de cerveza detrás mío para que se pudiera sentar en la fila en donde estábamos, pues ella se encontraba dos gradas abajo.

—Mi reina, te veo en la casa, le dices a Nicholas que te lleve —avisó Max.

—¿Ya te vas? —chilló Kate con sus ojos aguados.

—Si mi reina, pero en unas horas te veré para darte miles de obsequios.

La castaña asintió algo decaída por la partida de su hermano mientras que este mismo le daba un beso en su cabellera para irse del lugar.

Cody y yo nos miramos entre sí, decidimos que lo mejor era sentarnos a lado de Kate por el bien de todos y disfrutar el pequeño entrenamiento con papas fritas que había comprado en la máquina expendedora. Creo que algo que tenemos en común Max y yo es en que queremos lo mejor para mí novia, pero creo que las tácticas y medidas a veces no son las correctas.

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