Capitulo 11
Nicholas Pritch.
La clase de derechos humanos es una de las más aburridas que tengo, pues nuestra maestra es algo mayor y aburre cuando lee los libros de historia —así como lo está haciendo en este momento—. Mi mente estaba en la chica castaña que está a unos cuantos salones lejos de mi, debía de hacerla mi novia, pero quiero hacerlo como se debe y es pidiéndole el consentimiento a Max aunque eso cueste mi vida y mi rostro. No quiero estar escondiéndome con Kate solo porque su hermano no acepta nuestra relación, es mejor que sepa y no lo a acepte a que no esté enterado.
Sé que va a hacer muy difícil hacer que Max hable conmigo, pues jamás lo he visto hablando con alguien, solo he observado que está con chicas en su regazo mientras las besa o entra a clases particulares. Kate vale suficientemente la pena para que me arriesgue, además de que deseo que ella se venga a vivir conmigo, no para tener relaciones sexuales o porque me estoy adelantando a esta relación, el motivo es que me preocupa su bienestar, es mejor que que este conmigo segura que allá sola. ¿Y si se llega a enfermar o caer?
Desde que mis padres me dejaron a mi suerte siempre me pregunte cómo se sentiría que alguien se preocupara por uno, al llegar a la escuela vi que muchos chicos que tenían todo —dinero, autos, un techo en donde dormir y cada día una comida diferente en su mesa— se quejaban de sus progenitores por sobre protegerlos o solo por qué les negaban un permiso para ir a una fiesta huían de sus hogares para ir a un convivio que no tenía sentido. Daría todo para que alguien mayor tuviera interés en mi, en mi salud o vida. Ni una de las personas que se encuentran en esta Universidad no ha apreciado lo suficiente a su mamá o papá.
El timbre sonó indicando que era hora de ir a nuestra siguiente clase, así que tomé mi mochila para irme a mi casillero en donde se encontraba Cody con una rubia besándose a un lado de mi locker. Al llegar a mi destino abrí la pequeña puerta colocando la contraseña de mi candado, segundos después mi amigo dejó que su conquista se fuera perdiéndose por el pasillo.
Sé que hay una razón por la cual mi amigo siempre está con una rubia y no quiere enamorarse de nadie, pero sé que no me la va a contar hasta que se sienta en confianza, no lo voy a presionar, pero sí quiero saber los motivos de sus actitudes.
—¿Cuándo vas a sentar cabeza? —reí cerrando mi casillero.
—Nunca, es mejor andar con muchas y no engañarlas a andar con alguien y engañarla —sonrío.
—Que generoso —me burlé.
—¿Y Kate? —cuestionó.
—¿Qué tiene ella? —pregunté.
—¿Ella es una aventura o es algo serio?
Estoy un poco harto de que mis amigos piensen que Kate es una aventura, jamás he tenido aventuras con chicas a excepción de Elisa quien solo era mi pareja para tener sexo, pero jamás le he coqueteado o acostado con otra mujer que no sea la pelirroja.
—Me gusta y quiero que sea mi novia —susurré con una pequeña sonrisa.
—¿En serio? No te juzgo, al contrario te apoyo, pero es demasiado pequeña para ti —murmuró con pena.
—¿Pequeña? Tiene 19, solo son dos años —espeté con molestia.
—Calma —alzó sus manos en forma de guardia—. Solo digo que su mentalidad es de una niña pequeña, quiero decir, nosotros tenemos necesidades ¿Vas a engañar a Kate cuando quieras sexo?
—No te interesa Cody —mascullé.
Mis puños se cerraron instantáneamente, no quería pensar en ello, nadie se puede meter en mis decisiones que tomé en mi vida personal más que yo y solo yo. No sé que las intenciones de mi amigo son buenas, pero el como me lo está explicando me hace querer golpearlo varias veces.
Acostarme con Kate no es un delito si ella está consiente de lo que vamos a hacer y quiere hacerlo conmigo, agregando que tiene una edad en la que no me meterían a la carcel por tener sexo con ella, además, jamás la tocaría sin su permiso.
—Solo los protejo a ambos, ella es una niña de 13 años que debe de seguir creyendo en Santa Claus y tú eres un hombre con una mentalidad de 25 años Nicholas —metió sus manos a sus bolsillos de la mano—. Tal vez ella no es para ti, pero no niego que ambos forman una linda pareja.
—Mira quién lo dice, la persona que no tiene una novia, eres el menos indicado para hablar Cody —gruñí.
—Si Kate te trata de intimidar ¿También vas a actuar como un completo idiota como te estás comportando en este momento?
Antes de que siguiera hablando le di un gran golpe con mi mano derecha en la mandíbula haciendo que mi amigo se cayera en el suelo sin poder meter las manos ya que las tenía en sus bolsillos. Miré un poco enfrente mío y noté que había varios estudiantes mirándome como si hubiera cometido algo grave, pero al ver a Cody con sangre en su boca me hizo temblar de mí mismo., así que lo único que hice fue caminar rápidamente hacia las canchas de basquetbol para que nadie me viera.
¿Cómo pude hacerle eso a uno de mis mejores amigos? ¿Y si Alex tiene razón y no soy un buen hombre para Kate?
Mi respiración se comenzó a agitar de manera desenfrenada, pues hace días que no peleo en un ring en donde puedo desquitar mi furia. Como lo he dicho antes, gracias a mi padre soy más propenso a tener reacciones agresivas hacia las personas, pero sabía controlarme, debía hacerlo. No sé que sucedió en aquel pasillo, de pronto vi todo nublado y estaba el rubio desafiándome y la única manera de tener paz era sacando esta emoción que tenía adentro.
¡Por Dios! Cody solo quería advertirme de las consecuencias y adversidades que puedo tener con Kate, no hizo nada malo, jamas me impidió conseguir una relación con la castaña. Debo de disculparme con él inmediatamente, no se merecía ese golpe ni mucho menos hablarle de esa manera, pero ahora me niego a hacerlo, pues todos me miraban como si hubiera asesinado a alguien enfrente de sus ojos.
Las miradas de los chicos que se ubicaban a mi alrededor solo me hicieron dar cuenta de lo que había hecho, pero el ser juzgado por ellos es algo que no voy a aceptar. Todos tienen días malos y buenos ¿Cierto? Pues yo con esto siempre estoy en la balanza.
Cuando cumplí 18 años con 4 meses, fui al psicólogo y al doctor , ahí me confirmaron que tenía el gen del guerrero, es cuando tus genes son propensos a ser violentos, agresivos, incluso pueden llegar a hacer delincuentes o asesinos. Me hice tal estudio ya que siempre me preguntaba el porque me desesperaba con cualquier cosa, en el momento en el que sentía intimidación o confrontación recurría a la violencia. Ahí fue en donde me recomendaron hacer cualquier deporte para que no peligrara mi vida o incluso la de las demás, en ese entonces ya estaba dentro del gimnasio y las peleas ilegales.
No quería golpear a Cody en serio que no. ¿Y si un día golpeo a Kate? Jamás me lo perdonaría en mi vida, no quiero ser violento con las mujeres como mi padre lo hacía, no podrían soportar el daño que le puedo causar a una persona indefensa e inocente. Al estar en las peleas nos pagan por golpearnos, no me siento mal de mis actos, pero esto es otra cosa.
Me senté en una de las gradas tomando mi rostro con mis manos y colocando mis codos en mis piernas. Me voy a saltar las próximas clases hasta que termine el horario de la escuela, no deseo ver a nadie, pero tengo una gran necesidad de tener a Kate aquí a lado mío, puedo sentir calma y tranquilidad con tan solo hablar con la castaña.
Segundos más tarde de estar frotando mis manos contra mi rostro, pensé que lo mejor es ir a la cafetería y tomar una malteada mientras conversaba con la chica del cual estoy enamorado en tan solo unos días. Tal vez al estar relajado pueda ir con Cody y pedirle unas disculpas sinceras, pero primero debo de mantener la calma.
Salí de las canchas de basquetbol en donde también es el gimnasio de las chicas porristas.
Alex me había aconsejado ir a terapias, no sabía mucho de mi pasado, pero decía que sea lo que sea me sentiría mejor si fuera a unas sesiones con psicólogo, no sirvió de mucho pues lo único que hizo fue recetarme anestésicos —es algo que solo un psiquiatra puede hacer—. Al principio los empecé a tomar, me hicieron sentir bien los primeros dos días, pero después comencé a sentirme mareado y un poco cansado, como si estuviera drogado y por eso dejé de tomarlas.
En el pasillo ya no había muchas personas, ya que solo estaban los de el grado de Kate y uno que otro chico del equipo de futbol americano, aunque ya nadie me miraba como lo hacían hace unos minutos. No tengo miedo de lo que diga la gente, solo la tendré cuando sea alguien importante para mí.
A lo lejos pude ver a Kate quien estaba leyendo un libro sentada en una de las bancas del pasillo. Al verla una sonrisa apareció en mi rostro, pero al acercarme esa facción desapareció al notar que estaba con Alex, además de que su cara lucía triste, si alguien le hizo algo juro por mi vida que lo iré a golpear inmediatamente sin remordimiento.
Cuando llegué con la castaña ni si quiera me miró, pues su vista estaba en ese libro con letras en toda la hoja. Al estar enfrente de ella me pude dar cuenta que la mano de mi amigo estaba encima de la de Kate sosteniéndola dándole un ¿Apoyo? Me da muchos celos al ver esta escena y que ni uno de los dos note mi presencia y sobretodo que el pelinegro se aproveche de ello.
—Hola linda —me hinqué a su tamaño—. ¿Qué sucede?
Ahora podía asegurar que la chica lloró minutos antes de que llegara por sus ojos aguados y rojos. Una de mis manos se ubicó en las rodillas de la castaña para que tuviera confianza en mí.
—Dile Kate, dile lo que pasó por la culpa de el gran Nicholas —espetó con molestia Alex mientras se recargaba en la pared.
—¿De qué hablas? —gruñí.
—Kate reprobó un examen muy importante, el DF2 —hizo una mueca—. Dile bonita, ¿Por qué reprobaste?
Si Alex quería echarme la culpa de algo o demostrarme no sé qué cosa, estas no son las maneras, pues lo único que está haciendo es humillando a Kate para que me diga algo que no quiere hablar.
El D2, es el examen de derecho fiscal para los de segundo grado, si reprobamos esta prueba no podemos cursar de año, ya que significa que no aprendiste nada durante el año escolar y necesitas repetir curso. Antes de realizar el test te dan una guía en la cual son las mismas preguntas que este, solo debes de estudiar y con facilidad aprobaras.
—Tenía que estudiar ayer, pero no lo hice —susurró en voz baja.
Ayer fue nuestra cita ¿Por mi culpa no estudió? Yo no sabía que tenía esta prueba, de lo contrario yo la hubiera ayudado a estudiar para pasar el examen, ya que todavía conservo todas mis pruebas y siempre son las mismas.
—Yo no lo sabía linda —murmuré bajando la cabeza apenado.
—¿Cómo lo vas a saber si solo te dedicas a andar por ahí golpeado chicos? Solo te importas tú y nada más que tú Nicholas —masculló Alex mirándome con rabia.
Así que ya sabe acerca de lo que sucedió con Cody, pero no tiene derecho a sacarme todas las cosas que hago o no delante de una persona que no tiene nada que ver entre nosotros dos.
—No es de tu incumbencia Alex —espeté—. Kate linda —tomé sus manos—, yo lo voy a resolver, solo dame unos minutos ¿Si?
La castaña sonrío mientras asentía, me levanté del suelo para besar sus mejillas y dirigirme hacia mi objetivo.
(...)
Tuve que hablar con uno de los maestros de Kate para que la dejara hacer el examen. Para que dejaran aplicar su test, debí de darle un pequeño soborno de mil dólares para que también tuviera una nota favorable, no podía permitirme que ella volviera a reprobar o sacara una mala calificación solo por mi culpa.
De ahora en adelante le preguntaré a la castaña cuando tiene examen o clases importantes, pues si la voy a hacer mi pareja debo de preocuparme también por sus estudios.
Debo de ir con la castaña para contarle acerca de lo que le pude conseguir, esta noche estudiaremos lo que se debe de estudiar para que apruebe ese examen correctamente, sin dinero de por medio, pero ¿En dónde estará? La última vez que la vi fue aquí, sentada en la banca junto con Alex.
Miré el reloj en mi muñeca y me di cuenta que eran las 3:48, a esta hora Kate siempre se sienta en las jardineras del jardín de la escuela, así que ahí debe de estar.
No entiendo, si le dije a la castaña que la vería en su salón cuando terminara sus clases para irnos a mi departamento ¿Por qué no hacerme caso? No la tendría que buscar como un dueño a su perro —terrible comparación—, pero mi sonrisa no va a desaparecer hasta que le diga a mi futura novia de la gran noticia.
Al salir de la escuela para ir a las jardineras pude diversas la cabellera de Kate, pero no estaba sola, de hecho la gran felicidad que tenía en estos momentos se esparció en el aire dejando un hueco en mi pecho. Tenía mi mochila en mi mano derecha, la cual solté haciendo que esta cayera al suelo, pues ahí estaban ellos dos.
Alex besando a Kate.
Le estaba dando su primer beso.
Ese beso debió ser mío, me pertenecía.
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