Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4: Inaceptable

A Damian siempre le había estresado recibir rodeos y respuestas inconcretas. Normalmente, cuando eso pasaba, presionaba con dureza a la otra persona. Después de poco, se fastidiaba y dejaba la conversación a medias, alegando que no perdería su valioso tiempo. Dick era testigo de que lo hacía a menudo, y por eso estaba intentando fastidiarlo.

Pero justamente ese día no parecía que aquello fuese a funcionar. Damian no estaba dispuesto a ceder.

Lo miró con templanza y caminó frente a él, paseándose de un lado a otro con un deje de diversión espeluznante. Después usó ese tono de voz propio de un catedrático respetado y, soberbio, completó la frase que Dick no había podido terminar.

—Déjame lo adivino. Ibas a decir que no puedes atarme a ti sólo por amarme más que como a un hermano.

—No iba a decir eso...

—¡Reconócelo por una maldita vez!

Dick ya no sabía cómo iba a librarse de esa situación, pues Damian se veía muy empeñado en que él reconociera lo que sentía. Irónico, porque el menor ya lo tenía más claro que nada, pero quería escucharlo saliendo de su boca por alguna razón.

—Damian, por favor —suplicó, encogiéndose un poco—. Todos están dormidos. No podemos gritar así, hay que...

—¿Qué pasa? ¿Acaso no quieres que se enteren de tu pequeño secreto? —Su tono de voz había bajado un poco, pero para Dick seguía siendo demasiado, más si estaba hablando de esa forma tan explícita—. ¿No quieres que conozcan al verdadero e imperfecto Richard? ¿O es que sólo temes que sepan que el gran amor que siempre alardeas sentir por tu adorado hermanito es algo más?

—Por favor, para de hablar así.

—Cuando lo aceptes será más fácil.

Esa fue la gota que derramó el vaso.

¿Aceptarlo? ¿Fácil? ¿Qué parte de su caótico sentir podía tener la más mínima pizca de sencillez? ¿Y reconocerlo? Llevaba tantos meses lidiando con esa vocecita interna que le gritaba desesperadamente la verdad, que sólo tenía que decirse al espejo «sí, me enamoré de él» para poder dormir tranquilo, pero una parte dentro suyo aún se atrevía a creer que su extraño mal amor tenía vuelta atrás.

A pesar de todo lo que experimentaba cuando estaban juntos. A pesar de que los latidos de su corazón nunca fueron tan rápidos como lo eran con Damian.

Pero precisamente era la intensidad de su amor la que lo volvía peligroso para ambos. Peligroso, nocivo y venenoso. Dick no podía sólo desbordar con libertad todo lo que sentía por él. No podía llegar a abrazarlo y besarlo como si no fueran hijos del mismo hombre, como si tuvieran la misma edad. ¡Carajo, que le llevaba seis años! Era enfermo.

Por eso decidió que lo mejor era parar de una vez, cortando la plática tanto de tajo como de raíz.

Sintió de inmediato su garganta obstruyéndose, atorando adrede el tono firme que, sabía, debía usar en ese momento. Verdaderamente detestaba la idea, pero tendría que lastimarlo un poco ahora para evitar heridas más grandes en el futuro.

Aun si Damian no podía verlo y él deseaba que las cosas no hubiesen acabado así, era lo mejor para los dos.

—No voy a aceptarte nunca. No de esa forma.

Damian contuvo su shock y sus lágrimas. Aquella situación lo estaba rebasando, pero no podía permitirse mostrarte tan patético como un crío cuando justamente estaba defendiendo la idea contraria.

Quería demostrar que era maduro y diferente a los demás. Así sería digno de recibir una buena respuesta. Así Grayson dejaría de verlo como un niño pequeño que carecía de la capacidad de sentir algo tan fuerte y complejo como el amor, porque él estaba seguro de que eso era, y tarde o temprano lo convencería de lo mismo. Costase lo que costase.

Alzó su mentón y dejó que sus ojos lo retaran.

—¿Sabes qué es lo que pasa? —inquirió. Dick regresó su mirada, segundos antes perdida en el piso, a él.

—Estoy enfermo, eso pasa.

—No, pasa que eres un maldito cobarde.

La palabra tocó fibras sensibles de Dick. Sabía que estaba siendo esquivo con los sentimientos de una de las personas que más le importaban en el mundo y, encima, ignorando sus propios deseos debido al miedo. Resultaba irónico pensar que el mismo hombre que siempre aconsejaba seguir al corazón estaba encerrando al suyo en una jaula bajo llave.

Intentó consolarse diciéndose que era lo que le tocaba hacer. Podía parecer inhumano, pero sólo estaba siendo prudente. Alguien ahí debía mantener la cordura, y definitivamente no sería Damian.

—No pienso corresponderte —concluyó, dándose la vuelta y dirigiéndose a su cama con su rostro deshecho en tristeza—. Es mi última palabra.

El veredicto había sido duro; para Damian, inesperado. Y es que las palabras de Dick salieron de su boca con una sequedad que, a ojos suyos, no iba con él. Grayson jamás le había hablado así. Jamás había actuado tan indiferente y tan cerrado como en esa ocasión. ¿Pretendía ponerle fin a la discusión como si se tratara de cualquier cosa? ¿Y luego qué? Era increíble que intentara deshacerse del asunto con tan sólo un par de frases crudas.

Sin embargo, fue inevitable que le doliera. Le afectó como pocas cosas tenían el poder de afectarle.

Bajó su mirada furiosa e impotente al suelo, sin poder retener más las lágrimas. Afortunadamente, Dick ya se había dado la vuelta y no podía ver sus ojos llorosos.

—Esto no se quedará así, Grayson —advirtió mientras abría la puerta—. Si esto que sientes es una enfermedad, en algún momento tendrás que tratarla.

Y salió de ahí con un ruidoso y brusco azote.

Tras el acto de enojo —podía entender que Damian estuviera frustrado; no era el único— la habitación se sumió en un ambiente pesado y solitario, pues pasaron los minutos y Dick ya extrañaba su presencia, ese olor a canela, la mirada siempre intensa y vívida que pintaba emociones fuertes. Toda esa aura de egolatría que emanaba y que, a la vez, escondía a ese chico humano que él tanto quería proteger.

Se odió por seguir pensando en eso después de lo que había pasado. Aunque al final lo protegió, la manera era drástica para ambos. Los hería a ambos. Estaba seguro de que Damian también había escondido sus ganas de llorar.

Se pasó las manos por el cabello, abatido. ¿Por qué las cosas no podían ser menos complicadas?

Sabía que su hermano no podía sentir un amor auténtico por él. Estaba canalizando mal sus sentimientos, pero era de esperarse: se trataba de un niño que careció de afecto desde que nació. Alguien que se acostumbró a las traiciones, a los actos por conveniencia y a las palabras vacías. Alguien a quien educaron con la creencia de que el mundo estaba en su contra.

Creció en un mundo lleno de malos espejismos. Podría decirse que Dick fue la primer cosa buena que tuvo en su vida, y de las pocas.

Por eso Damian lo idolatraba de esa forma. Desde las carencias que tuvo resultó evidente que acabaría apegándose a quien le diera el cariño y la ternura que siempre le faltaron, y no hacía falta observar mucho para tener la certeza de que esa persona era Dick. No Bruce, no Jason, mucho menos Tim. Ni siquiera el buen Alfred.

Era él, sólo él. El dulce y desinteresado Grayson.

Y ahora Damian creía que estaba enamorado de su hermano mayor, pero es que no conocía el amor, maldita sea. ¡Por supuesto que tampoco sabía diferenciar la clase de amor que sentía! Aunque en eso no difería tanto con Dick. Los dos estaban completamente confundidos.

Aun así, la víctima allí sería Damian. ¿Cómo podía Dick siquiera considerar el aprovecharse de lo que acababa de confesarle para tenerlo cerca?

Era repulsivo. El sentimiento más inaceptable que pudiera existir.

¡Nota! Quiero aclarar una cosa aquí.

Cuando hay frases desde la perspectiva de Dick que dicen cosas como “sus más oscuras fantasías” o “tenerlo cerca”, no se refiere a algo pervertido. Recordemos que Dick quiere proteger a Damian de todo, así que la simple idea de tener relaciones con él no le va. Lo haría sentir que le está provocando algún daño. Si bien sí siente atracción física por Damian, esta no implica nada sexual.

Y pues nada, también agradecerles por el apoyo y los comentarios. Me hace muy feliz leerlos. 💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro