D I E Z
30 de junio de 2019.
La gente iba de aquí para allá.
Las mamás entraban y salían para ver a sus hijas e hijos detrás del escenario, revisando si estaban todos sus vestuarios, dándoles agua o ventilando sus rostros para que no arruinen sus maquillajes con el sudor de los nervios.
Soeun se estiraba sobre su tapete, siguiendo una pequeña rutina de calentamiento, respiraba profundamente, pensando en que debía concentrarse para bailar y presentar unas buenas piezas.
Pero no podía.
Toda su atención se iba en Minhyuk. Quien ahora mismo se encontraba acechando desde la cortina que llevaba hacia el escenario, posiblemente viendo cuánta gente había asistido.
—Minhyuk, ¿Por qué no te estiras? Hay que estar listos para bailar.
El niño volteó hacia ella, mirándole un poco desanimado.
—Ya voy.
Soeun lo miraba fijamente, ella sabía que Minhyuk no se encontraba bien, se le notaba más nervioso de lo normal, ella quería creer que era porque iba a bailar su primer solista, lo normal.
Por su parte, Minhyuk estaba a nada de ponerse a llorar e irse del teatro donde sería su presentación.
Tenía todo listo, las coreografías bien aprendidas y perfeccionadas, sus vestuarios bien planchados y hechos, su ligero maquillaje resaltando sus facciones. Pero los nervios le ganaban por mucho, no sólo por la cantidad de bailes que haría, sino que llevaba casi una hora que llegó al teatro para alistarse y en todo ese tiempo, Sanha no había aparecido.
Su mamá había ido a verle, revisando la lista de cosas que Minhyuk utilizaría durante los bailes, y sí, él había preguntado si Sanha llegó, más su mamá simplemente ignoró todas sus preguntas y le dijo que lo único importante en ese momento, eran sus coreografías.
Estaba pensando demasiado, su miedo de arruinar todo estaba muy presente, al igual que su duda sobre la asistencia de su Sanha. Faltaban treinta minutos para que el show diera inicio y... Él decidió que no estaba listo.
Salió corriendo de los bastidores y se guardó en un rincón del pasillo, donde nadie iba. Las maestras y sus compañeros de la academia gritando su nombre para que volviera.
Los ignoró completamente.
Se inclinó apoyándose en la pared y lo único que pudo hacer, fue ponerse a llorar.
Su maquillaje posiblemente estaba arruinado ya, pero no importaba. Toda la presión que estaba sintiendo era agotadora, su cuerpo temblaba un poco con cada sollozo que salía de su boca.
Ahora sólo quería que todo acabara y volviera a ser como antes.
—Minhyuk...
Levantó la vista, viendo a su instructora y a Soeun ahí paradas, a unos metros de él.
—No, quiero estar solo.
—Minhyuk, por favor, habla con nosotras... Sea lo que sea, te entenderemos.
Escuchar eso le hizo romper en llanto, todo ese que había estado reteniendo desde que Sanha fue internado en el hospital. Ellas decían que lo entenderían, o al menos lo intentarían, ¿Cuántas veces había querido ser escuchado? ¿Cuántas veces había querido contar sobre sus sentimientos, pero jamás lo hizo por no querer preocupar a nadie?
La instructora le miró con algo de pena, ella no conocía casi nada sobre la familia de Minhyuk o sobre la situación que estaba pasando, pero sí sabía un poco acerca de las preocupaciones de su alumno, y si de algo estaba segura, es que un niño de diez años cargando con esas preocupaciones y sentimientos, no traía nada bueno.
Se quedó quieta, mirando cómo Soeun caminaba lentamente hacia Minhyuk, se agachó y envolvió al chico en un cálido abrazo.
Minhyuk devolvió el gesto unos segundos después, abrazando a su compañera fuertemente, sacudiendo su cuerpo y el de ella con cada sollozo, las lágrimas manchando y humedeciendo sus ropas.
—Minhyuk, yo... No sé que te está pasando, p-pero, ehm, soy tu amiga, hablé con mi mamá hace un rato y ella dijo que los amigos se ayudan cuando uno se siente mal, y no sé muy bien cómo hacer que dejes de sentirte así, pero recordé que cuando yo me siento así, mis amigas me abrazan y me dicen cosas lindas, ¿No te sientes mejor si te abrazo?
No hubo respuesta. Soeun comenzó a acariciar levemente el cabello de Minhyuk, justo como sus amigas hacían para calmarle, tratando de transmitir cariño y tranquilidad a él.
—Y-yo, quería-quería que Sanha viniera, Soeun, e-él está en el hospital y no sé qué hacer para que venga, quiero que me vea bailar y se sienta mejor al verme, el me prometió que sería m-mi mejor público pero no sé si ya está aquí o lo dejaron salir de ese feo cuarto.— Soltó un sollozo más fuerte.— Trabajé tan duro en mi solista para que él lo viera...
Cuando escucharon las palabras de Minhyuk, Soeun sintió cómo sus ojos se nublaban mientras la instructora se acercaba a ambos para animarlos.
No dijeron nada más, pasaron unos minutos en los que Soeun permaneció abrazando a Minhyuk mientras él normalizaba su respiración, acurrucado en el cuerpo de la chica.
—Soeun, por favor, faltan diez minutos para que el show dé inicio, ve a prepararte mientras yo hablo con Minhyuk.
Soeun obedeció, dándole un pequeño beso en la cabeza a Minhyuk y diciendo un casi inaudible "te quiero" antes de retirarse.
—Minhyuk, por favor escucha.
Él asintió, dando señal a la mujer de que continuara hablando.
—¿Sanha es aquel niño que viene a darte flores cada que hacemos un festival?
Movió la cabeza, indicando que su respuesta era afirmativa.
—¿Por qué es muy importante que vea tu baile?
El silencio fue su respuesta, no sabía que decir, si comenzaba a hablar era probable que su llanto incrementara y su rostro ya estaba lo suficientemente húmedo, su maquillaje arruinado.
Kim Hyoyeon estaba cien por ciento segura de que el estado emocional de Minhyuk estaba casi arruinado, sin embargo, su trabajo de ella en ese momento no era simplemente darle unas palmaditas en la espalda y decirle "todo estará bien", ella no podía soltar esa frase que parece arreglar todo.
En realidad, decir a alguien que todo estaría bien era algo muy vacío, era algo en vano cuando no conoces a la persona, ni sus sentimientos, ni sus preocupaciones.
Es fácil decirle a alguien "tranquilo, todo estará bien" pero, ¿En realidad lo estará?
Hyoyeon no quería que Minhyuk se hiciera las ilusiones de que la situación de su amigo estaría bien, pero si algo podía hacer ella, era tratar de mentalizar lo suficiente a Minhyuk para que se mantenga fuerte y así sepa enfrentar las situaciones.
No sería fácil, pero sabía que Minhyuk era muy inteligente y ella confiaba en él, confiaba lo suficiente como para dar por hecho de que Minhyuk se levantaría y daría un espectáculo sorprendente.
—Minhyuk, mírame.
Él fijó su vista en la mujer, quien le miraba con preocupación palpada en el rostro.
—Ni yo, ni Soeun, ni nadie más, sabemos lo que has estado pasando, creo que tengo una idea, pero no soy y jamás seré nadie para decirte cómo sentirte. — se tomó una pausa. — Pero si algo sé, Minhyuk, es que todos nosotros, todos tus compañeros que están a punto de salir al escenario, están ahí por una razón, la mayoría posiblemente porque sus padres los obligan, tal vez otros están ahí porque quieren hacer que alguien se sienta orgulloso de verles bailando, ¿Por qué estás aquí, Minhyuk?
Se tomó unos segundos.
—Porque me gusta mucho, mi mamá me dijo que comenzara a tomar clases de baile y por ella comencé, mi papá pensó que no me gustaría pero ahora él y Sanha son quienes me apoyan más cuando hablo de bailar y... Ahora no creo poder hacer otra cosa que no sea bailar.
—Sanha te ha apoyado mucho, ¿No?
—Me apoya, Sanha me apoya mucho.
—Debes quererlo demasiado.
Hubo un largo silencio, para eso, el show estaba a nada de iniciar y aún debían arreglar el maquillaje de Minhyuk, más Hyoyeon no iba a dejar las cosas sólo así.
—Min, ¿por qué quieres tanto a Sanha?
•••
Las luces se cambiaron de color, los señores Park estaban ahí, veían como el grupo de infantes hacían una coreografía de ballet, sus vestuarios blancos eran bellísimos, las niñas de lucían con esos vestidos y los niños se veían tan elegantes. Era una coreografía tan linda.
Por momentos algún niño se confundía en algún paso, pero era tan tierno ver qué no les importaba, seguían bailando en sus propios mundos como si el escenario fuera solamente de ellos.
Recordaban bien el tiempo en que Minhyuk apenas comenzaba a bailar, justo como esos pequeños, dando saltos donde sea, practicando acrobacias en su cuarto y en cualquier parte de la casa.
Hyunjae se sentía tan orgulloso de ver el avance que su hijo tenía.
Pasaron tres números más, hasta que el telón cubrió por completo el escenario, las luces cambiaron a unas rojas y azules, y en el momento en que la música comenzó a sonar y el telón a abrirse de nuevo, ellos sonrieron.
Minhyuk y Soeun comenzaron con su dueto, se miraban a los ojos en todo momento, la música y sus pasos coordinados hacían ver esa coreografía como una de las mejores de toda la noche, la canción era lírica, se notaba que ese estilo de baile y música favorecía a ambos al momento de ejecutar la coreografía, los movimientos eran suaves y fuertes al mismo tiempo, los saltos y giros perfectos, todo era perfecto.
Así continuaron hasta que la música acabó y solamente hubo un segundo de silencio, todos en el público aplaudían, algunos incluso gritaban sus nombres, una gran bulla se hizo en el teatro al ver a Park Minhyuk y Kang Soeun bailar, todos admirando a los jóvenes, que, esperaban, algún día fueran, el gran futuro de la academia de danza.
Luego de esa bella presentación, Minhyuk sentía que ya no daba para más. Los nervios y el miedo de su solista eran cada vez más fuertes, sudaba mucho, su corazón palpitaba muy desesperado y su cabeza comenzaba a doler.
Faltaban cinco números para su solista, cinco números para que él pise el escenario y haga ese baile en el que tanto se esforzó, no exageraba cuando decía que estaba a nada de morirse de miedo.
Soeun lo miraba, dedicándole una pequeña sonrisa que para él, fue en extremo tranquilizante.
—Minmin, no debes estar nervioso, sé que lo vas a hacer bien.
Pensó en las palabras que Hyoyeon le dijo antes de que el show comenzara, su corazón dolía al pensar en todo eso, pero eso ya no era algo que quedaba en sus manos.
Por más que el quisiera a Sanha ahí, comprendió que no todas las cosas se pueden, por más que se quiera.
Eso le hizo sentir triste, su solista había sido trabajado y corregido pensando en que a Sanha le gustaría mucho, pero si Sanha no estaba, Minhyuk sentía que no valía la pena todo su esfuerzo.
—Número 11, Park Minhyuk, solista, favor de prepararse, en cinco minutos sale al escenario.— se escuchó del pequeño altavoz que estaba en el bastidor.
Comenzó a hiperventilar, el oxígeno le faltaba, el estrés le carcomía por dentro.
Soeun notó el problema de Minhyuk, ella entendía eso, Soeun igual había presentado un solista, pero aún así, ella había tenido más solistas antes, la experiencia era mayor.
No pudo hacer nada más que abrazarlo fuertemente y decirle que lo haría estupendo, y que de los errores, aprendería, más cuando Minhyuk estaba a punto de salir del bastidor, ella lo detuvo.
—Minhyuk, espera.
—¿Huh? ¿Qué sucede?
Suspiró.
—Sé que... Ehm... No conozco a Sanha ni nada, pero, quiero decirte que aún si él está aquí o no lo está, él estaría orgulloso de verte, baila pensando que él es el único presente ahí, contigo.
Oh no, el llanto quería volver a él.
Abrazó de nuevo a Soeun y simplemente le dijo un "gracias" para salir y prepararse.
Hyoyeon estaba ahí, con una lista en la mano, subrayando los bailes que ya habían pasado y los que les seguían.
El número del grupo senior acabó, indicando que Minhyuk era el siguiente.
—Suerte, cariño, sé que lo harás sensacional.— Hyoyeon le dijo dándole un abrazó y un leve empujón para que saliera.
Con los nervios a flor de piel, Minhyuk pisó el escenario, avanzando hasta el centro para iniciar con el baile.
Se puso en la posición inicial, temblando, pensando en todo y en nada a la vez.
El telón se abrió, revelando a aquel chico, el público enloqueció al verlo. Sabían que si se trataba de él, sería una pieza magnífica.
Y él, por su lado, sólo pudo dejar su mente en blanco por un segundo y tomar una fuerte respiración.
Y la música comenzó.
El alboroto formado por el público quedó atrás tan sólo con un movimiento por parte de Minhyuk. Todos lo miraban asombrados.
Uno, dos, tres giros y un salto. Todo perfectamente hecho.
Era similar a ver a un ángel.
Minhyuk realizó un salto, uno en el que casi pierde el equilibrio, y ahí, justo en ese momento, su mente fue invadida.
—¿Por qué quieres tanto a Sanha?
Sus ojos se humedecieron, pero aún así, continúo.
—Porque es mi mejor amigo, Sanha es el mejor amigo que puedo tener y no quiero tener a nadie más que no sea él.
Un arabesque bien hecho, con el equilibrio necesario, la fuerza controlada.
—Porque cuando me siento triste, Sanhie está conmigo aunque él tampoco se sienta bien.
Dio otra secuencia de pasos. El público continuaba en silencio, viendo las expresiones que Minhyuk hacía, una mezcla de dolor, tristeza e ira acumulada en su rostro.
Todo acoplado a la música y al baile.
—Quiero a Sanha porque me ha apoyado más que nadie, él cree en mí y yo creo en él, sé que si mañana tengo un accidente y tengo que dejar de bailar o caminar, Sanha va a estar ahí conmigo, ahí o en cualquier otro problema que yo tenga.
Park Hyunjae lloraba, lloraba al ver a su hijo entregar todo de sí mismo en el escenario, sabiendo perfectamente lo que ha pensado al momento de subir ahí y bailar.
Las palabras no le caben en el cuerpo para expresar lo orgulloso que está.
—Quiero mucho a mi Sanhie porque él sufre, sufre mucho con su enfermedad y a pesar de eso siempre sonríe. Aún si yo estoy enojado él sonríe para animarme incluso si él está mal.
La primera lágrima se deslizó por su mejilla.
—Porque me hace muy feliz, soy la persona más feliz cuando estoy con Sanha.
Ahora no podía controlarse, sus acrobacias fueron perfectas, pero las lágrimas eran más fuertes, tenía la vista borrosa por las mismas, pero eso no fue un impedimento, continúo bailando, dejando todo su esfuerzo, su energía y su pasión ahí.
—Yo no lo quiero, yo amo a Sanha, y estoy casi seguro de que él igual lo hace. Y, yo quiero bailar mi solista para él.
Lo hizo.
Bailó, lloró, rió.
Hizo de todo en ese escenario, por Sanha.
El final de su baile había llegado, en el momento en que debía hacer su pose, su cuerpo colapsó.
Lo que debió ser una pose elegante e inspiradora, terminó siendo una hincada, con las manos en el suelo y la cabeza gacha, mostrando rendición, cansancio y desesperación.
Se quedó quieto, dejando las lágrimas fluir, ignorando el ensordecedor silencio por parte del público.
Pero hasta ahí quedó.
Levantó la cabeza cuando escuchó la gran ola de aplausos que le dieron, era mucho más fuerte que la que hubo cuando bailó con Soeun, su nombre era gritado por todos que por un segundo le causó un mareo.
Todos aplaudían y gritaban su nombre, el público igual tenía lágrimas en los ojos.
Por un momento, el mundo de Minhyuk se detuvo en los flashes, aplausos y gritos, todo eso, para él. Todos estaban celebrando su baile, apreciando su esfuerzo.
Se puso de pie e hizo una reverencia para despedirse del público.
Y ahí sucedió.
Cuando se repuso de la reverencia, le vio.
Al centro, entre todo el público presente, estaba él.
Su Sanhie estaba ahí, aplaudiendo, sonriendo para él.
Sus miradas se encontraron, y ahí, de verdad, Minhyuk sintió su corazón ir desbocado. Alcanzó a ver cómo Sanha se levantaba de su asiento, aplaudiendo, mientras sonreía a más no poder, mostrando en su rostro la felicidad al ver a Minhyuk.
Minhyuk, lo único que pudo hacer fue darle una sonrisa y aún con los ojos llenos de lágrimas, salió del escenario.
Con el único pensamiento de que su solista, había sido visto por la única persona que le importaba en ese momento.
Cuando llegó al bastidor, Hyoyeon lo abrazó, Soeun igual, recibió muchas felicitaciones por parte de todos lo que estaban ahí, dándole cumplidos y buenos comentarios acerca de su baile, y él, no pudo estar más feliz.
Pero, la felicidad no es eterna, ni lo suficientemente duradera, y esa noche, fue la mayor prueba de ello.
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