INNOCENCE.
( LIBRO UNO. )

Jade miró todo el lugar con curiosidad pasando por la puerta mientras que Perrie sostenía la puerta dejándola pasar.

— ¿Qué hacemos aquí? — preguntó Jade mirando a su amiga curiosa.

Perrie sonrió. — Esto es una peluquería, Jade. Aquí te peinarán para mañana y luego iremos a comprar vestidos para el baile, ¿si? — la castaña asintió. — ¡Karen! — exclamó la rubia, segundos después apareció una mujer pelirroja de ojos oscuros, al ver a Perrie la abrazó de inmediato.

— ¡Perrie, hermosa! Hace años que no te veía (lo que era cierto), ¿qué te trae por aquí? — dijo ella.

— Pues, mañana en la noche es el baile de navidad en la escuela y traje a mi amiga Jade para que nos alistes el cabello, tú eres la experta — le guiñó el ojo cómplice.

Karen miró a Jade sonriendo, luego tocó el rizado cabello de ella, algo que Perrie adoraba de Jade era su cabello lleno de rulos que eran castaños pero también algo rubios. La castaña miró a Karen tímida.

— Bien, Perrie. Yo me encargaré de Jade, mi hija se encargará de ti y te aseguro que lo que les haremos en el cabello, tal vez les dure 3 días más o menos — Perrie asintió. — Ya vuelvo.

Jade miró nerviosa a la rubia, ella lo notó. — ¿Le harán algo malo a mi cabello? — preguntó asustada. Perrie negó riendo.— ¿Por qué me ayudas?

— Eso hacen las mejores amigas — dijo la rubia encogiéndose de hombros. Jade la miró sonriente. Cuando ella iba a agradecerle, las llamaron para atenderlas, así que prefirió decírselo después.

(...)

— ¿No te gusta este? — preguntó Jade con cansancio, ya que Perrie no lo había gustado ninguno de los vestidos que se había probado.

Pero lo único que Perrie esperaba era que Jade quisiera probarse uno.

La rubia negó. Jade al voltear, su vista se iluminó mientras veía un vestido que estaba colgado a unos metros de ella, la castaña se acercó al vestido, pero cuando iba a tomarlo, una chica lo arrebató de sus manos antes de que ella pudiera tomarlo. Jade miró a esa chica.

— Ouh... — susurró Jade viendo a la chica triste, la morena alzó una ceja al ver a Jade.

La pequeña castaña tenía un vestido largo hasta abajo de las rodillas, en la parte de arriba tenía mucha pedrería y era con escote de corazón y no traía zapatos. Por eso a Jade no le gustó el vestido.

— Oh, ¿ibas a tomarlo? — Jade asintió tímida. La chica sonrió mientras le entregaba el vestido.

— Pero... Tú ibas a probarte lo — susurro la castaña.

La morena negó comprensiva. — Tranquila, de todos modos iba a probarmelo, no iba a comprarlo — Perrie se puso al lado de Jade.

La rubia acepto el vestido y luego se lo dio a Jade, quien saltó con emoción.

— Soy Perrie, esa que va a probarse el vestido es Jade — señaló a su amiga quien corría feliz hasta los probadores.

— Leigh-Anne — se presentó.