INNOCENCE.
( LIBRO UNO. )

Harry le sonrió a Jade tratando de ocultar su tristeza, ella mantenía la mirada baja y jugaba con sus dedos porque sabían a donde se dirigían, sabían lo que iban a hacer a allá, y la mantenía nerviosa. Él notó su nerviosismo, por lo que tomó su mano para llamar su atención, conectaron sus miradas.

— Poopey, si no quieres no voy a obligarte lo sabes y... — la pequeña castaña unió sus labios con los de él interrumpiéndolo. Al se pararse lo miró mientras acariciaba su mejilla.

— Si quiero, Hazz. De verdad estoy lista - lo abraza y esconde su rostro en su cuello. — Sé que serás cuidadoso conmigo — lo suelta para verlo. — ¿Cierto? — él asiente con media sonrisa, el rizado besa su cabeza con ternura.

(...)

Harry estacionó el auto frente a la casa de Jade, Norma y Phil habían ido a cenar, por suerte, Norma le había dado permiso a Harry para quedarse a dormir con ella en casa, ya que ellos al finalizar la cena irían a la casa de Niall. Miró a Jade quien ya había bajado del auto y abría la puerta con las manos temblorosas, él sonrió ya luego de cerrar la puerta, con cuidado y sin hacer ruido, fue hasta ella quien aún estaba de espaldas y acarició su cintura provocando un escalofrío en ella, la castaña al abrir la puerta se volteó dejando su rostro a centímetros del de él. Harry sonrió apegando sus cuerpos, rozó sus labios.

— Trata de seguirme la corriente, yo tendré el control aquí — Jade asintió tímida, unieron sus labios en un beso dulce y tierno.

Él tomó la llave la cual estaba en la cerradura, la lanzó al sofá y cerró la puerta con su pie. Jade sentía esas típicas mariposas en el estómago, le había contado a Perrie y a Leigh-Anne (la cual se había hecho muy buen amiga de ellas) sobre esto la noche anterior, Leigh ya había tenido su primera vez con su novio, al igual que Perrie con Zayn. Jade tímida les preguntó como sería, ellas trataban de explicarle como más o menos sería o que es lo que sentiría, y tenían razón.

El rizado tenía las manos sobre la cadera de Jade, ya que caminaban en dirección a la escalera, cuando ella tocó con sus pies el primer escalón, se subió en el con torpeza. Harry sonrió entre el beso y bajó poco a poco sus manos por las piernas de ella para luego con delicadeza agacharse un poco y enrollar estas en su cintura para poder llevarla con más facilidad. Las mejillas de Jade se sonrojaron tanto más que otra ocasión en su vida. Nunca creyó estar en una situación así, Harry comenzó a subir las escaleras tontamente concentrado en el beso que le daba a Jade, era lento y dulce, simplemente la adoraba con todo su ser, y por fin podría amar casa parte de su cuerpo sin que una tonta apuesta estuviera presionándolo.

Cuando por fin llegó a la habitación, abrió la puerta con dificultad mientras Jade acariciaba su cabello y cuello volviendo loco a Harry, su amigo estaba muy despierto con tan solo esas caricias. Él aceleró un poco el ritmo del beso para que Jade se fuera acostumbrando, a lo que se adaptó rápidamente. Cerró la puerta con una mano y camino a tropezones a la cama para luego dejar a Jade con delicadeza en la cama. Esta comenzó a jalar el borde de la camisa del rizado lo que causó impresión en él, mucha. Soltó una ligera risa y rompió el beso para quitarse la camiseta, al lograrlo, volvió a besarla pero esta vez más rápido. Metió sus manos lentamente debajo de la camisa de Jade provocando más mariposas en el estómago de Jade, estaba avergonzada, ya que Harry la vería como Dios la trajo al mundo.

El primer gemido se escuchó en la habitación, alocando más a Harry, sus manos subieron desde sus piernas hasta el botón del short que traía Jade, ella avergonzada trató de alejar su mano de ahí, pero ya era tarde, ya la prenda estaba en algún lado de la habitación. Jade iba a volverlo loco en ese mismo momento, iba a matarlo de placer.

— Joder — gruñó Harry sacando la camisa de Jade, ella sonrió con timidez tratando de cubrirse, pero él solo sonrió retirando sus manos. — Eres tan tierna pero malditamente sexy, Jade — volvió a besarla.

Harry no podía creer la hermosura que tenia Jade, no entendía como una persona tan inocente como ella tenia tan buen cuerpo como ella. Estaba seguro que la amaba, sentía lujuria, ternura... Amor, con ella, hace meses el nunca hubiera sentido esto, pero Jade llegó y lo cambió por completo.

Segundos después, ninguno de los dos tenia ropa. Jade no era la única que gemía, Harry al escucharla lo alocaba mas. El rizado la miró a los ojos a pesar de la oscuridad que había en la habitación, Jade entendió esa mirada, sabia a lo que se refería.

— Jade — dijo con la respiración acelerada. — Voy a entrar, Poopey — besó su frente para luego acercarse a su oído. — Quiero que me digas si quieres que pare, ¿esta bien? — ella asintió cerrando sus ojos, posicionó sus manos temblorosas en los hombros de él, Harry lo notó y para calmarla dejó unos dulces besos en su cuello dándole entender que no le hará daño.

La pequeña castaña no quiso ver el tamaño del amigo de Harry, eso la haría asustarse mal. Harry miró nervioso a Jade, ya usando protección, comenzó a entrar en Jade poco a poco, subió la mirada, la pequeña castaña sintió un pinchazo en su parte baja por lo que dio un pequeño saltó mientras soltaba un pequeño quejido aferrándose al cuerpo del rizado. El hizo lo que debia hacer con lentitud, sintiendo como las lagrimas de Jade caían por su espalda lentamente.

— Todo esta bien, Poopey — le susurraba Harry en su oído tranquilizándola mientras entraba lentamente. Jade apretó sus labios y cerró sus ojos con fuerza.

— Duele, Hazz — dice ella con la voz temblorosa.

— Vas a acostumbrarte — susurró el rizado, comenzó a moverse lentamente mientras Jade trataba de acostumbrarse y disfrutar, fue soltándose lentamente y puso sus manos en las mejillas de él, lo besó.

❝ Esa noche ambos se volvieron uno solo, se amaron como nunca antes lo habían hecho, se conocieron uno a otro, esa noche ninguno de los dos la olvidaría nunca. ❞