INNOCENCE.
( LIBRO UNO. )

Harry corrió adentrándose al pasillo principal, miró a todos lados y volvió a correr.

— ¡Jade! — gritó.

Mientras corría oyó un sollozo lo que lo hizo parar. — ¡Harry! — escuchó su voz. Sin dudarlo corrió hasta el armario del conserje, que era donde provenía el sonido. Abrió la puerta, la rabia consumió su cuerpo casi de inmediato.

Jade se encontraba pegada a le pared en el suelo con Liam prácticamente sobre ella, la camisa de ella estaba en otro lugar de la habitación, rota.

Sin dudarlo, tomo a Liam (con él de espaldas) y lo jalo del cuello de la camisa ahorcándolo, lo soltó para luego comenzar a golpearlo a más no poder, sin siquiera escuchar sus quejas o súplicas por que parara. Nunca había sentido tanta rabia en su vida, pero nadie toca a Jade.

— ¡Harry para! — grito de nuevo el castaño, enfureciéndolo más, por lo que golpeó a Liam tan fuerte en su quijada, que lo dejo inconsciente al momento. Paró de golpearlo, miró sus nudillos los cuales tenían sangre sobre ellos, ya un poco más calmado tomó la camisa de Liam y se limpió las manos para luego correr hasta Jade quien permanecía en el suelo aún dentro del armario, se encontraba en posición fetal abrazándose a si misma, llorando. Se arrodilló junto a ella y con los ojos cristalizados la abrazo como si su vida dependiera de ello, comenzó a llorar con ella, recordó que no traía camisa, por lo que se quitó la suya y se la puso, el rizado se sentó en el suelo y la tomó con delicadeza para luego tomarla y sentarla en sus piernas, la abrazó con ella recostando su cabeza en su pecho.

— Poopey, estoy aquí — dice él entre sollozos. — Te amo, bebé. Todo esta bien ahora, iremos a un hotel y dormiremos juntos allá, pero por el amor de Dios no llores — los dos sollozaron. Comenzó a mecerla. — Te amo, Jade — besó su cabeza. — Te amo, no sabes cuanto te amo, no dejaré que algo malo más te pase,  te amo, te amo, te amo — repetía.