Innecesariamente:
Si algo sabía con certeza era que no merecía la bofetada que Rumi Ferreira me dio al cabo de verme. De hecho, era la primera vez que interactuaba con ella. Nuestros mundos jamás se habían cruzado. Ella estaba haciendo un máster en dibujo y gráfica contemporánea, y yo cursaba el segundo año de traducción. Ella era un as en su campo, y yo me había matriculado en una carrera porque sí.
—Esto, no entiendo... —balbuceé con la mejilla adolorida—. ¿Por qué?
Miré hacia ambos lados esperando que la respuesta apareciese de milagro. Sin embargo, me llevé la no grata sorpresa de que éramos el centro de atención.
—Al menos, espero que haya valido la pena follarte al novio de alguien más.
—Joder, ¿¡es una broma o algo así!? —chillé indignada—. Porque esto es lo más surrealista que me ha pasado.
—¿No vas a disculparte?
Resoplé con escepticismo. Rumi era una especie de celebridad dentro del campus, por ende, estaba un poco aturdida.
—Vale. Creo que ha habido un malentendido.
—¡No soy tonta! —gritó—. Hallé tu nombre entre sus contactos, y te han visto entrando en la residencia —Movió sus manos a fin de ser más explícita—. ¡Dios! Alucino con la poca vergüenza que tienes.
Fui incapaz de mantenerme estoica. Lo cierto era que admiraba a Rumi. O sea, ¿cómo no hacerlo? Ella era guapa, talentosa e inteligente. No conforme, tenía más de un millón de seguidores en las redes sociales.
—¡Nunca he estado con tu novio!
—No me mientas —advirtió blandiendo un dedo frente a mi cara—. Él ya lo reconoció.
—¡Pero, qué cojones!
Tragué saliva. La situación era tan absurda que me vi a mí misma tratando de recordar algo que no había pasado.
Su novio era Elías Blasco, y lo único que sabía de él es que era otro genio del dibujo. O eso supuse cuando presentó un autorretrato titulado "la mejor obra de Dios". Muchos se rieron de sus agallas, pero bastaba mirarlo un segundo para darle la razón. Elías era alto y su cara evidenciaba el favoritismo divino.
Mierda, babear por él no va a ayudarme en mi defensa.
—Yo no... En mi vida —tartamudeé—. Nunca he hecho algo como eso.
—¿No te has colado en su residencia?
Mi silencio me delató. No obstante, no era a él a quien visitaba por las noches.
—Eso no te concierne —contesté de mala gana.
Maldita sea. Actuaba como si fuese culpable de lo que me acusaba.
—Tienes razón —dijo seria—. Me da igual lo que hagas. Pero no voy a tolerar que tú y Elías os burléis de mí.
Solté un grito de pura impotencia. Detestaba la atención innecesaria, y gracias a Rumi, la mitad del campus nos observaba.
—¡Tía, estás loca! —exclamé con desdén—. Háztelo mirar, o compra un mono para entretenerte. Lo que sea, mantente alejada de mí.
—Venga ya. Al menos ten los ovarios para...
—¿Sabes qué? —La interrumpí. Ella empequeñeció los ojos, expectante—. No pienso seguir con esto, eres una puta psicópata al igual que tu novio.
Di la vuelta oyendo cómo Rumi daba un discurso sobre la sororidad, y los hombres infieles. En aquel momento pensé; "hala, qué bien se expresa", aunque estuviese liderando una caza de brujas en mi contra.
✪ ツ❥☼❥ツ✪
¡Bienvenidos! ¿Qué os ha parecido este comienzo?
Prometo que todo tiene una explicación. Pero como no quería quedarme con las ganas...
Rumi a Maca:
🎶Tiene nombre de persona buena
Maca-mente no es como suena... 🎶
¡AHHH ME EMOCIONÉ!
Ahora acompañaréis a Maca y Elías.
Jajaja nos leemos ~
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