Cuando desperté unos ojos verdes me observaban detenidamente.

—Buenos días, ¿cómo te sientes?

—Mucho mejor, me alegra que te quedarás.

—Claro que sí, esa era una regla que no iba a romper, tengo que bajar, cuando estés​ lista te esperamos en la cocina.— Me dió un beso y salió, dejándome con muchas cosas en la cabeza.

Me levanté y yo aún seguía desnuda, no sé en qué momento se abra vestido Ian, talvez en verdad duermo demasiado. Me observe en el espejo, tenía una pequeña marca en el cuello, era lo único que delataba lo que había pasado ayer, espero que los chicos no se hayan enojado con Ian, ese pensamiento me llevó a otro más preocupante ¿qué estoy haciendo? Todo este tiempo me aleje de los problemas, jamás cedí ante los hombres, pero en este momento no me importa hacer lo correcto, será la primera locura que haga en mi vida pero haré que valga la pena, igual en mi antigua vida todos pensaban que era una cualquiera por el simple hecho de venir de la calle, ahora no voy a dejar que nadie haga que me avergüence de mis actos ni me digan qué hacer, cuando necesité ayuda nadie me la brindó, ahora los tengo a ellos y es lo más real que he tenido en mucho tiempo.

Me metí a bañar, y me tomo un momento decidirme qué me pondré, terminé eligiendo una falda de mezclilla y una blusa blanca ligera. Respire hondo y baje para enfrentar a los chicos. Al llegar a la cocina, los chicos bromeaban y se lanzaban fruta Alec traía una espátula en la mano.

—Van a hacer un desastre con la fruta y la necesito para las crepas, quieren comportarse.— Los regaño Alec y yo desde la entrada me reí, en ese momento voltearon y avergonzados dejaron la fruta en su lugar.

—Queda descartada mi teoría acerca de que estén molestos, me alegra ver que estén de buen humor, hay algunas cosas que debemos hablar.— Los chicos se observaron como sí no supieran qué hacer y finalmente Thomas comenzó.

—Nosotros no peleamos ni podemos sentir celos uno del otro, además tú nos importas desde ahora serás nuestra prioridad, sé que debes quererte ir pero debes entender que no podemos dejar que lo hagas, te prometemos que te vamos a respetar, jamás te vamos a obligar a nada y que el lugar más seguro sobre la faz de la tierra es en esta casa justamente.

—No quiero irme, no quiero regresar a ese lugar donde los hombres engañan a sus esposas, las mujeres son falsas y se venden, otras son sumisas, fieles sirvientes de los hombres o simplemente los hombres son tan tontos que no saben elegir una mujer, todos juegan, usan los sentimientos como algo pasajero y el dinero gobierna las mentes, hay excepciones claro pero muy pocas. Eso es lo que la sociedad aprueba, relaciones violentas y falsas, estoy conciente que si alguien sabe lo que pasa en esta casa seré tachada de puta pero no estoy interesada en cumplir las expectativas de los demás, sólo me interesan las mías.

—Si alguien te llama de esa forma lo mataré, nadie te va a hablar de un modo que no merezcas.— Lo dijo Hunter bastante seguro, sin titubear, lo que me hizo pensar que no bromeaba con lo de matar a quien me lastime o moleste.

—Prometan que jamás me tratarán como su sirvienta, no me harán llorar, no vamos a pelear, y siempre serán honestos conmigo, sé que hay cosas que es mejor que no sepa pero no quiero que me engañen ni me oculten nada, la confianza y el respeto será primordial en nuestra relación.

—Lo prometemos, y nosotros nunca hemos roto una promesa. Ya no eres una prisionera, pero estamos muy lejos de la ciudad, sí en algún momento quieres ir a una playa, ir al cine o cosas así sólo tendrás que pedirlo y te llevaremos a donde quieras, y cuando quieras ir de compras Ian te llevará.— Añadió Thomas con lo que se ganó que Ian le lanzará un limón. Yo me reí.

—Suena bien, para empezar creo que necesitaré pastillas.— Ellos se miraron algo preocupados, Ian llegó hasta mí y tocó mi frente mientras preguntaba.

—¿De nuevo te sientes mal? Puedo hacerte un té, te llevaré a acostar y en un momento te subo el desayuno.

—No, no tiene que ver con eso, ya estoy mejor, me refiero a pastillas anticonceptivas, no queremos que vaya a quedar embarazada.

—Ah es eso, no tienes que preocuparte nosotros no podemos tener hijos.— Esa información si me agarró desprevenida, Ian no lucía preocupado ni nostálgico cuando lo dijo.

—¿Se operaron?

—Algo así, pero sí te hace sentir más segura te compraremos pastillas.— Intervino Thomas.

—No será necesario confío en ustedes, es una preocupación menos, honestamente no me veo siendo buena mamá.

—Estamos de acuerdo entonces acerca de no tener hijos, ahora como sabes nuestro trabajo es demandante y no podemos quedarnos todos, así que cada día uno de nosotros se quedará a cuidarte, hoy se va a quedar Hunter contigo, te va a llevar al bosque hay algunas cosas que creemos necesitas aprender.— Me informó Thomas.

—Suena interesante, me agrada.

En eso Alec puso un plato lleno de crepas en la mesa y todos nos sentamos a desayunar. Sabían deliciosas y yo comí bastante para tener energía para lo que sea que fuera a hacer con Hunter, además me emocionaba conocer el bosque.

Isa