Capítulo 7
A Minghao aún le tiemblan un poco las piernas cuando camia por los cerrados pasillos, cada cierto tiempo regresa su mirada recordado lo lejos que se encuentra de Hansol. Debe relajarse, Jun le aseguró que nada le ocurriría al niño y que estaba bien dejarlo dormir solo en la habitación, es difícil que se lastime en un lugar que está vigilado las veinte cuatro horas, pero a Minghao le sigue preocupando que cuando el niño despierte se encuentre solo y se asuste.
"Eres demasiado sobreprotector" Fue lo que Jun le dijo para convencerlo.
Sobreprotector queda corto cuando se vive como ellos lo hace, en una situación como esa dejar las cosas como si no importasen o como si estuvieran bien es un completo error, pero Minghao no tiene la fuerza para discutir, él sigue con un pensamiento rondando por su cabeza desde hace tiempo.
Nunca le importó quien es el otro padre de Hansol, ni siquiera se lo cuestionó la primera vez que vio la pequeña cara del recién nacido, o cuando se enteró del positivo en la prueba de embarazo. Pero ahora que sabe la verdad no puede dejar de pensar en ello ¿Por qué importa? Ya se ha hecho esa pregunta miles de veces pero ahora toma otro camino, uno que tiene miedo de recorrer. Sin embargo está seguro de que su amor por Hansol no cambia en nada, lo ama, aun si Hansol hubiera sido hijo de Hoshi lo hubiera amado de igual forma.
¿Qué piensa Jun al respecto? Desde que dejaron la habitación no han cruzado palabra alguna así que es difícil de saber, Minghao no se atreve a preguntar.
—Despues de esto...— Habla Jun de un segundo a otro. —te llevaré con tu hermana.
Justo antes de que pueda preguntar o decir algo escucha una puerta abrirse y la mano de Jun sobre su espalda incitándolo a entrar. Su vista tarda en acostumbrarse a la nueva luz de la habitación y queda aturdido por esta un par de segundos, los suficientes para tambalearse un poco. Su desconcierto desaparece cuando por fin cae sobre una silla y escucha un par de murmullos alrededor como si estos estuviesen bajo el agua.
—¿estás de acuerdo con eso?— La voz poco conocida le pregunta y él salta un poco en respuesta, realmente no entendió nada. Hay una sonrisa amable y despues una mano se posa sobre su hombro. —Estaba explicando que...
—Necesitamos tu permiso para darte una droga.— interrumpe Jun. —Lo único que hace es hacerte decir la verdad.
—¿creen que no diré la verdad?
—Puedes negarte.— La voz amable regresa proporcionando calma al pesado ambiente. —Hay algunos efectos secundarios, así que no es obligatoria tomarla. Pero si lo haces te dará más credibilidad.
—¿Cuáles efectos secundarios?
—quizás no podrás dormir, tendrás dolores de cabeza un par de semanas, afectará un poco tu concentración.— Minghao mira a Jun con atención preguntándose si él está haciendo un esfuerzo por explicárselo. Jun piensa que Minghao es un idiota, y aunque no está muy lejos de la verdad sabe que ese pensamiento lleva años con Jun. —O puede ser lo contrario, dormirás más un par de días, puedes desarrollar algo de ansiedad y depresión. Son efectos secundarios, pero cada persona lo recibe distinto.
No tuvo que pensarlo mucho para darse cuenta de que tendría que aceptarlo, si lo hace decir la verdad entonces significa que cada pensamiento o recuerdo quedaran expuestos para ellos, no ocultará nada y tiene un poco de miedo de lo que puedan hacer. Si bien ellos saben lo que quieren Minghao no tiene ni idea del porque buscan a los refugiados con tanta insistencia, son solo personas que intentan vivir.
Cuando está dispuesto a tomar una decisión alza la mirada encontrándose con Jun.
—Será más fácil si lo haces.— Minghao apretó los labios. —Aunque si no aceptas igual yo sabría si mientes o no.
—¿puedo pedir que no hables durante todo esto?— Jun sonríe. —Está bien, la tomaré.
—Intentaremos no hondar en tu privacidad.
Minghao regresa su mirada a jun intentando descifrar la nueva expresión en su rostro. Un pequeño espasmo le sube desde la espalda hasta la cabeza dándole una pequeña señal de alarma. Realmente no quiere quedar al descubierto frente a Jun, hay cosas que desea no decir, que prefiere guardárselas para si mismo y olvidar. ¿Jun podrá saberlo? De repente se siente incomodo e inseguro, comienza a tambalearse en su propia decisión.
—¿hay algo de lo que no quieras hablar?— Pregunta Jun, quizás con la intención de calmarlo. —Si no es nada relacionado con esto voy a respetarlo.
¿algo? Asiente mientras desvía su mirada.
—Nada relacionado a Hoshi.
No puede verlo de frente, pero sabe que Jun acepta su condición.
2
Seungkwan no deja de llorar, desde hace horas que no se ha detenido a pesar de los esfuerzos de Seokmin por calmarlo, ni siquiera poniéndole mandarinas en la boca para que coma y se calle. Jihoon ha intentado todo para aliviarlo, incluso las cosas que desaprueba pero que Jeonghan hacía, sin embargo nada ha dado frutos y lo único que le queda es sentarse con el niño en brazos y escucharlo sollozar.
El refugio apenas se mantiene, las personas comienzan a rehacer las tiendas y organizar la comida, hay algunos que hacen guardia a los alrededores para mantenerse siempre alerta y los niños siempre llevan los zapatos puestos en caso de que tengan que huir y dejar todo atrás. Hay cosas que se perdieron y que desatan la queja de los refugiados; algunas tiendas, sabanas, objetos personales y dinero. Seokmin se encarga de lidiar con el descontento de las personas, y con todo el refugio en sí.
—Disculpe...— Escucha una voz femenina que lo hace girar. Se pone de pie con Seungkwan en brazos y observa a la muchacha que baja la cabeza tan pronto lo mira. —no hemos dormido bien y muchos de los niños están muy cansados... ¿podría hacer que el niño deje de llorar?
—No, no puedo.— Es la verdad, sin embargo su tono y su expresión lo hacen parecer molesto, la chica agacha más la cabeza.
—Por favor... Los niños necesitan dormir.
—Que vayan a dormir lejos si les molesta el llanto.
—Pero...
—Pueden irse del refugio si quieren, solo tendrían que dejar las cosas e irse por su propio camino, que hagan su propio refugio.
No hay respuesta de la chica así que sale de la pequeña tienda con Seungkwan en brazos, no sabe bien a donde se dirige o que hacer, el pequeño ha sido su responsabilidad durante todo esos pocos días y no se ha preocupado por otra cosa, Seokmin está completamente a cargo a pesar de consultarle de vez en cuando. A Woozi ya no le interesa lo que pase con la gente del refugio, él solo quiere hacer que Seungkwan deje de llorar, le preocupa la salud del niño.
Cuando está afuera puede ver el sol asomarse, está a punto de amanecer y los arboles cubren la mayor parte del cielo azul dejando ver el anaranjado. Con una mano limpia el rostro de Seungkwan y lo obliga a mirar el cielo sabiendo que la linda vista podría distraerlo del llanto, pero el niño se niega ocultando su rostro y abrazándolo con fuerza. Woozi realmente no sabe que hacer.
—Tienes que dejar de llorar— Le murmura besando su cabeza. —Ya no eres un bebé. Seungkwan, por favor. Si no dejas de llorar tendré que darte vueltas hasta que te desmayes.
—¡No me quiero desmayar!— grita el niño y es lo primero que ha dicho en mucho tiempo. Woozi se siente un poco aliviado. —¡Quiero ver a Jeonghan! ¡Y a Minghao y Hansol!
—Yo también quiero verlos.— Dice con la voz suave mientras se deja caer, se sienta sobre una roca y suspira. —¿sabes? Cuando lloras me recuerdas a cuando eras bebé, llorabas todo el tiempo.— Sonríe un poco trayendo a su memoria como Jeonghan negociaba con el bebé para que se calmara. —Y tu rostro se ponía como un tomate, justo como ahora.
—No parezco un tomate...— Seungkwan hace puchero dejando de sollozar. —Woozi ¿Jeonghan va a volver?
Sonríe sin responderle al niño. No sabe la respuesta, y aunque la intuye prefiere quedarse en la incertidumbre de si lo hará o no, o prefiere no pensar en ello. Sabe que Minghao y Hansol no regresarán, ahora están en manos de los sucios y aunque confía por completo en Minghao no lo hace con los sucios, sabe que ellos conseguirán una manera de hacerlo hablar, así que Woozi solo está esperando a que vengan por ellos y se termine todo.
Sin Jeonghan lo único que le queda es proteger a Seungkwan, y si él no puede hacerlo quiere que Seokmin se encargue de todo. Y si los sucios lo atrapan no tiene ni idea de lo que harán con ellos, no sabe que harán con Seungkwan quien es solo un niño, y a diferencia de Hansol él no es hijo de un sucio con el que pueda irse.
—¿Sabes? Cuando naciste el cielo se veía igual que ahora.— intenta cambiar el tema y al parecer funciona, Seungkwan alza la mirada para ver el amanecer. —No nos dejaste dormir durante toda la noche, y llegaste cuando el sol comenzaba a salir. Jeonghan no dejaba de hablar, él decía que el sol nació contigo.
—¿Cuándo salí de la sandía?— Woozi suelta una pequeña carcajada.
—No saliste de una sandía.
—¿no? Jeonghan me dijo que nací de una sandía que plantaron tú y él. Que por eso son mis padres.
—No.— Aparta un poco al niño y lo pone de pie sobre sus rodillas para mirarlo de frente. —Jeonghan es un binario, y tú naciste de él.
—¿Cómo?
—Te lo explicaré cuando consigas entenderlo.
—¿entonces porque eres mi papá también? ¿nací de ti también?
—Algo así.
El niño parece no entender, sin embargo deja de preguntar y toma asiento a un lado de Woozi. Todo es tranquilo de repente, con Seungkwan dejando de llorar y la mayoría de los refugiados dormidos no le queda más que respirar por un momento y relajarse. Abe que serán pocos momentos de tranquilidad, pronto los Sucios conseguirán atraparlos y él estará en problemas.
Su mirada se desvía hacía Seokmin cuidando de los refugiados, siempre tan alerta como un buen soldado. Aunque ambos saben que es mentira. Quizás Seokmin siente su mirada o lo intuye, pero sus ojos se conectan en silencio y hay un pequeño intercambio de palabras insonoras.
Woozi aun no se siente vencido, aún hay algo que puede hacer contra los sucios.
3
Despierta a primera hora del día, o quizás la última de la noche, no puede saberlo ya que los relojes no funcionan. Se pone de pie y observa a su pequeña hermana dormir tranquila, ella no es tan ruidosa, de hecho, se mantiene quieta en todo momento. Le sonríe y deja un pequeño beso en su frente para despues salir de la diminuta habitación. Su casa está oscura y lúgubre como siempre, tan sola y helada que tiembla un poco.
"Despertaste." Escucha a su padre hablar y gira hacía él, es raro que el señor esté despierto tan temprano, por lo general el primero en levantarse y en irse es él, sus padres despiertan dos horas despues. "¿sabes lo tarde que es?"
"¿tarde?" busca la ventana y puede ver el sol. "¡¿Por qué es tan tarde?!" Grita comenzando a correr por sus cosas, Dios, en serio es tarde.
Escucha la risa de su padre y no puede evitar sentirse un poco molesto ¿Por qué no lo despertó? No tiene tiempo de volver a mirar el sol, tan solo corre hacía la puerta y le da una ultima mirada a su padre quien está sangrando en el suelo. Se detiene y las cosas que llevaba en la mano se desploman ante la tétrica imagen de un cadáver en descomposición.
"¿papá?" Se acerca con sigilo escuchando sus propios pasos. Todo se vuelve frio de un segundo a otro, más frio que nunca.
"¿ocurre algo?" escucha la voz de Jeonghan y se da la vuelta, el mayor lo mira confundido, como si hubiera estado haciendo algo extraño todo ese tiempo. "Estás pálido"
"No, estoy bien." Responde observando al bebé sobre los brazos de Jeonghan. Tiene envidia, Kwannie es un bebé precioso y él aun tiene que esperar para conocer al suyo. "¿Dónde está Woozi?"
"¿Quién es Woozi?" La voz de Jeonghan se distorsiona a una desconocida.
"¿Qué?"
"¿A dónde se dirigen?"
¿Quiénes? No sabe que responder, todo es confuso y todo da vueltas, se sostiene para no caer pero el mareo persiste. El dolor agudo ataca su cabeza al punto en el que se rinde y se deja ir. Cuando abre los ojos todo está nublado, su vista no funciona bien y apenas puede ver las siluetas de tres personas que no reconoce.
"¡Minghao!" La voz de Jeonghan lo llama. "¿estás bien? ¿puedes abrir los ojos?" Asiente y su mirada cae sobre su mano entrelazada con la del mayor, el agarre es fuerte. "Vas a estar bien..."
¿bien? Se olvida de preguntar cuando su mirada cae sobre Woozi. No es bueno, la mirada de Jihoon parece preocupada y no puede entender lo que ocurre.
"Nació muerto." La voz fría de Jihoon le hiela la sangre, ahora la sensación de frio es dolorosa. "Jeonghan, encárgate de él." Y de repente Woozi se aleja con algo en brazos.
"¿Qué?" Pregunta.
"Tu bebé..." Jeonghan responde como si se estuviese rompiendo. "Está muerto, Minghao"
¿Hansol?
Escucha varios murmullos mientras ve como Jeonghan llora, y sabe porque está llorando, sabe porque Jihoon está preocupado. Minghao lo sabe, sabe que algo estaba mal pocas horas antes cuando no sintió al bebé, y él sabe que esas cosas pasan, que los bebés son delicados y mueren, todos en su antigua ciudad tenían bebés muertos en su historia, todos sufrían de ello. ¿entonces así es como se siente?
Quiere morirse.
"No está muerto" balbuce mientras intenta levantarse pero Jeonghan se lo impide. "No..." no consigue terminar la frase para cuando vuelve a caer.
"Minghao..." empuja a Jeonghan tanto como puede, no quiere escuchar palabras de lastima porque no las necesita, él sabe que su bebé no está muerto.
Pero si lo está. Su Hansol nació sin vida.
—¡Minghao!
Abre los ojos de golpe sintiendo sus mejillas húmedas, uno de sus ojos aun gotea y cuando se sienta sobre la cama la lagrima consigue caer entre sus manos. Gira un poco la cabeza encontrándose con Jun y su mirada confundida y preocupada. Se quedan en silencio.
—Hansol nació muerto.— Pronuncia sin saber porque, su cabeza aun está un poco confundida.
—Lo sé— Jun fue suave, una linda sonrisa tranquila que quería contagiar a Minghao, pero no lo logra. Jun aprieta los labios y extiende su brazo hasta atrapar a Minghao, lo abraza con cariño. —Pero está vivo ahora, Minghao. Él está bien.
—Woozi consiguió salvarlo.— murmura aun sin responder a las acciones de Jun, de hecho, su cerebro ni siquiera responde a sus propias palabras. —¿Dónde está Hansol?
—Aquí.— La vocecita de su niño lo hace reaccionar, lo busca con la mirada y lo encuentra sobre el marco de la puerta, observando atento. —Minghao... El señor me dio permiso de llamarte papá aquí ¿puedo hacerlo?
—¿Señor?— El niño se refiere a Jun. Respira profundo al entrar en razón, ahora recuerda un poco las cosas. Asiente con la mirada perdida. —Ven, Hansol.
Extiende sus brazos queriendo tocar al niño, quiere comprobar que todo es real y no otro sueño extraño. Hansol corre hacía ellos y se trepa a la cama abrazando con fuerza a Minghao. La calidez que siente contrasta con el frio que lo atacó estando inconsciente, esta vez se siente bien, y es real. Su Hansol está vivo.
—Él insistió que le diera permiso para llamarte papá.— Aclara Jun sentándose a un lado. —Es un niño muy inteligente, sabe que si es mi casa son mis reglas. Tengo fe en que aprendió de ti.
Minghao suspira aliviado mientras besa la cabeza de Hansol. Ahora puede ver que la habitación es distinta e incluso hay ventanas. Es el hogar de Jun.
—Hansol...— Aparta un poco al niño para mirarlo al rostro y le sonríe.
—Vernon.
—¿Qué?
—El señor me dijo que me llamaría Vernon.
Ah, detesta a Jun.
...
Adivinen cual parte es la de relleno :D
Nah, mentira, todas son importantes
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