Capítulo 7 Con un rumbo no fijo
Habían regresado y eso era bueno. Bueno de manera subjetiva para cada quien. Gwen ocultaba su felicidad detrás de su seriedad pues secretamente deseó volver cada día desde que se fueron y finalmente lo logró, volvió al lugar que la hizo feliz y sentir importante. Para Alec fue más fácil disimular su felicidad, estaba feliz de regresar por motivos diferentes a los de su hermana, simplemente regresaba a la gran aventura de su vida. Caroline no estaba del todo feliz, en realidad no quería que hubiera modo de volver, estaba asustada de su nuevo poder y del como se manifestaba estando en su tierra y no quería imaginar que tanto podía llegar a resaltar estando en su lugar de origen, por otro lado, su regreso significaba que también podía encontrar una cura o un modo de deshacerse de él. A diferencia de los tres, Logan estaba lejos de sentir la mínima felicidad, al contrario, estaba completamente asustado y confundido, ¿Una piedra los llevó a otra tierra? ¿Cómo funcionaba esta otra tierra, era otro planeta, en otra galaxia? ¿Qué era todo esto? Nada tenía sentido. Permaneció en total silencio y alejado de ellos, incluso de Gwen, tan solo días atrás estaba completamente enamorado de ella, ahora dudaba de que fuera una chica normal y estaba cuestionándose de cómo se sentía respecto a ella.
Pasaron la tarde y la noche del día de su llegada en la alacena. Mientras dormían, Gwen escuchó la voz que la solía llamar en días del año anterior, la voz de la mujer, esta vez mas presente, la llamaba con un tono suave al principio y luego se volvió a un grito de ayuda. Gwen se estremeció y de pronto sintió un frio recorrerle el cuerpo, como si durmiera en un cubo de hielo. En el otro rincón de la habitación Caroline también soñaba, veía a los demonios, una horda de ellos frente a ella sin intensiones de atacarla, si no, parecía que la esperaban, esperaban a que ella fuera hacia ellos; después la imagen cambió al rostro de Reaven, la cara de Elizana sin máscara. Aquello le produjo verdadera felicidad.
A la mañana siguiente fue momento de ponerse en peligro al emprender un viaje en busca de alguien de su lado que los apoyara. Se encontraban tal como la primera vez, viajando sin rumbo fijo. Subieron con precaución y armados; encontraron un par de cuchillos en la cocina que llevarían consigo, al menos en esta ocasión llevaban una ventaja al ir solos. Buscaron entre las ruinas algo que pudiera darles un indicio sobre a donde ir encontrándose con la biblioteca real destruida, había papeles esparcidos por todos lados, sucios, rotos y quemados. Esculcaron todo el lugar, buscando en los libros que estuvieran en buen estado y entre los restos por igual, hasta que hallaron un mapa. El mapa de todo Insondable. Gwen lo levantó.
-Que bien, un mapa- dijo Caroline - ¿Qué demonios haremos tan solo con un mapa? –
-Usarlo por supuesto – respondió Gwen – veamos, hay tres reinos aquí aparte de Limbus y Mormo. Está Roheline, Silony y Mélynas. Si es que los estoy pronunciando bien. A juzgar por la estrella cardinal, Limbus está al sur y al oeste, Mormo se encuentra igual al sur y al este y el reino que se encuentra al norte, pero de algún modo central es... este- lo señaló.
-Roheline parece estar más cerca- dijo Alec- todos están al norte prácticamente, así que realmente no importa hacia cual vayamos-
-No podemos ir confiados del todo en que habrá alguien vivo ahí. No sabemos si Reaven no atacó a los otros reinos. Y si, aunque no fuera el caso que los haya atacado, ¿Cómo sabremos si son aliados? - señaló Caroline.
- Debemos intentarlo. Debe haber sobrevivientes en alguna parte- dijo Gwen.
- ¿Y el plan será formar una guerrilla de resistencia? - dijo Logan como comentario sarcástico.
-Solo necesitamos saber con precisión la situación en la que el mundo se encuentra y saber que hacer a continuación. Y respondiendo a tu pregunta Caroline, vi la mesa que estaba en el consejo de guerra, era la historia del mundo y estos reinos siempre han sido aliados- respondió Gwen.
-Tienes razón – dijo Caroline sobando su frente- tenemos que permanecer positivos. Estaremos bien- sentía el calor en sus orejas. El fearless se manifestaba otra vez y luchaba por mantenerlo al margen. Todavía no era momento de contar su secreto.
-Si estaremos bien- dijo Gwen- hay que partir, da lo mismo hacerlo ahora que después, así que vayamos ahora-
Voltearon a ver a Logan, como si esperaban ver si aceptaba el plan o sugiriera una idea mejor.
- ¿Por qué me miran? –
- ¿Qué piensas de nuestro plan? – le dijeron.
-No hay mucho que pueda opinar. No tengo, literalmente, ninguna opción que seguirlos. Ustedes ya estuvieron aquí antes, saben que hacer, así que los seguiré-
-De acuerdo- dijo Alec- Muy bien. Tomemos provisiones-
- ¿Cómo? - dijo Caroline.
-Hay que usar nuestra imaginación-
Alec poseía un gran ingenio cuando se trataba de improvisar, lo hizo para crear fuego, y ahora usaba su creatividad para hacer bolsas de costales, amarrados con cuerdas en los que empacó toda la comida posible, excepto agua. No había modo de llevarse agua, a decir verdad, no había ni de donde sacar. Eso podría presentar un problema, pero no era del todo un impedimento. Tenían la piedra y con ella sobrevivirían. Motivado y esbozando positividad ante un viaje doblemente arriesgado, subió repartiendo un costal a cada quien.
-De acuerdo- dijo Gwen. Sacó la piedra de su pantalón, se la acercó a la boca y dijo- Muéstranos el norte- giró hasta que la piedra se iluminó, indicándoles la dirección a tomar. Se encaminaron hacia el bosque del lado este del muro, camino al norte, el principio del bosque estaba muerto. A medida que avanzaban el pasto y los arboles comenzaban a cobrar vida, desde pequeñas raíces verdes hasta arbustos, luego finalmente árboles. Andaban tranquilamente sin escuchar ningún ruido, ni siquiera de animales. Logan comenzaba a estar fascinado en vez de asustado y dejando la confusión y las preguntas a un lado, el bosque por el que andaba no era como los que conocía, estaban más llenos de vida que los de su mundo. Era real, estaba en otra tierra, y esta estaba tan viva como la suya, incluso más. Que extraordinario. Pensó.
Ahora con la mente tranquila, se replanteó su resentimiento. Admitía estar enojado con sus nuevos conocidos por arrastrarlo a tal problema, porque para el todo representaba un problema recopilando la corta información que recibió, guerra y demonios. Sin embargo, estando en semejante paisaje, el enojo y rencor no tenían cabida. Miró a Gwen caminando unos cuentos pasos delante de el y se acercó tomando su mano.
-Hola- eso fue lo mas adecuado a decir que se le ocurrió.
Gwen le sonrió y le respondió el saludo- Hola-
Logan bajó la mirada apenado- Quiero disculparme si respondí un tanto cortante desde que llegamos aquí- dijo.
-No te culpo. Nada de todo esto es fácil de asimilar- lo detuvo un instante- hablaba en serio cuando dije que te lo explicaré todo cuando haya un momento adecuado-
-Está bien. No necesito entender más allá del hecho que aquí existen demonios y que están en una guerra que a mi intuición esta lejos de terminar, y que tienes una piedra mágica que nos transporta entre mundos-
-Mencionando que esta piedra es lo único que los puede liberar de los demonios- agregó Gwen.
-Ahí está. Es todo lo que necesito saber- sonrieron.
En ese momento de su paz fue perturbada por un sonido que estremeció el cielo. Un rugido agudo que les lastimó los oídos y los puso alerta.
- ¿Qué es eso? - preguntó Logan.
-Escóndanse- les dijo Alec en voz baja. Corrieron cada uno detrás de un árbol, era el único escondite a su alcance, aunque quizá no el apropiado, para el ojo entrenado eran totalmente visibles. Afortunadamente las criaturas no llevaban la vista agachada. Miraron hacia arriba viendo dos figuras aladas volar sobre ellos; continuaban rondando por el lugar en círculos, como si buscaran algo. No sabían con exactitud lo que eran, pero sin duda eran heraldos de Reaven. Gwen miró la piedra. No era del todo incorrecto imaginar que sabían que había vuelto y nuevamente fueron enviados a buscarla. Aguardaron en silencio a que se alejaran, los rugidos continuaban y en cada eco los hacía temblar. Esperaron y esperaron por minutos, hasta que observaron como se alejaron. Se incorporaron aun pegados a los troncos de los árboles.
- ¿Qué eran esas cosas? – preguntó Logan.
-No lo sabemos. Es la primera vez que los veo- respondió Gwen – No son demonios. Algo es seguro, Reaven sabe que volvimos-
-No es del todo seguro. Si ganaron la guerra es normal que ese tipo de criaturas anden rondando como si nada- dijo Caroline.
-De cualquier manera, hay que apresurarnos a encontrar a alguien, o un refugio en donde permanecer mejor ocultos- dijo Alec- hay que apresurar el paso.
A caminata apresurada continuaron rondando por el extenso bosque. Entre mas partes vivas encontraban, se convencían de que Reaven no devastó todo. Pronto se encontraron en territorio que ignoraba por completo el concepto de guerra. Un bosque hermoso y vivaz. El paso se fue reduciendo cuando parecía que todo peligro fue dejado atrás, a media tarde llegaron a un rio. Entusiasmada, Gwen sacó el mapa del bolsillo trasero de su pantalón doblado en cuatro. Lo abrió. Sonrió al ver que iban en la dirección correcta.
-Ja. No nos hemos perdido. De acuerdo con el mapa este debe ser el rio Anil – Alec se acercó.
- Nos dirigimos al norte- dijo con entusiasmo- creo que en vista de las buenas noticias nos merecemos un justo descanso y una buena comida- se sentó en el pasto a orilla del agua y del saco que llevaba sacó un par de manzanas y unos cuantos pedazos de pan. Sus compañeros lo siguieron y bajo un cálido sol y el dulce sonido del agua corriendo disfrutaron de un parecido "día de campo".
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