Capítulo 3 Vuelta atrás
Gwen observaba la ciudad desde la ventana del avión. Desde que abordaron el vuelo había evitado asomarse, quería evitar el momento especifico en que observara Minnesota y saber que se encontraba en "casa", pero sus ojos la traicionaron y justo en el momento en el que entró en territorio conocido volteó. Bienvenida a casa Gwen, se dijo a si misma en voz baja. Por la bocina se escuchó a la azafata decir que pronto aterrizarían y que los pasajeros debían regresar a sus asientos y abrochar sus cinturones. Ella tomó ambas partes del cinturón intentando abrocharlo, intentando, pues sus manos temblorosas se lo impedían, la incómoda sensación le había regresado de solo pensar que pronto se encontraría ante ellos. Pasó un año sin preocuparse por nada, feliz y tranquila, pero la simple idea de volver a ver a sus padres le iniciaba una ansiedad casi incontrolable, era de suponer que después de vivir la mayor aventura de su vida y de enfrentar peores cosas que a sus progenitores le sería fácil ser indiferente, sin embargo, resultó todo lo contrario. Cerró sus ojos tomando profundos respiros y apretó los puños, en ese momento su mente la asaltó con recuerdos, específicamente los ocurridos el año anterior, aquellos que le produjeron el primer cuadro ansioso.
***
El vecindario entero salió de sus casas intrigados con la ultima noticia, los tres chicos desaparecidos habían vuelto en extrañas condiciones, portaban armas y parecían llevar sangre seca y heridas en su piel. Nadie pudo explicar donde estuvieron o lo que vivieron; no se permitieron hacer entrevistas ni declaraciones, en cuanto la policía arribó a la escena inmediatamente metieron a los jóvenes a la patrulla y los llevaron a sus casas.
El padre de Caroline salió empapado en llanto y la abrazó fuertemente en una conmovedora escena, se podía notar en su rostro la sensación de tranquilidad de haber recuperado a su hija ilesa; volteó hacia Gwen y Alec quienes aguardaron en el auto y les dio un amigable saludo, agradecido de ver que también se encontraban a salvo. Luego de unos minutos hablando con los oficiales y de calmar el llanto, se metieron a su casa; entonces fue momento de llevar a los hermanos a la suya. Sus padres sentirán el mismo alivio que el señor. No quisiera saber detalles sobre donde estuvieron, pero como padre honestamente no me interesaría saber, lo que importa es que los hayan encontrado. Les dijo el oficial en modo optimista.
Al llegar a su casa los oficiales esperaban que al escuchar las sirenas los padres salieran de inmediato, fue su sorpresa al ver que ni tocando la bocina se dignaban a asomarse, tuvieron que dirigirse hasta la puerta y tocar el timbre. La madre abrió sorprendida y preguntando si ocurría algo malo, los oficiales se miraron entre ellos atónitos por la reacción de la señora, al decirle que habían encontrado a sus hijos ella no dijo mas que un simple gracias. Gwen y Alec bajaron de la patrulla y entraron a la casa sin decir palabra y sin escenas conmovedoras. Se sentaron en el sillón esperando algún sermón o una inesperada reacción afectuosa, llevándose una gran decepción.
- ¿Dónde han estado? Pudieron tener la decencia de dejar una nota avisando a donde iban- les dijo su madre.
-No sabíamos a donde iríamos – respondió Alec en tono serio.
-Bueno para la próxima vez digan al menos una idea de donde podemos buscarlos. La policía hizo un gran escandalo del asunto-
-Entonces ¿Por qué pusieron carteles de "se busca"? –
-No fuimos nosotros, el padre de Caroline insistió en hacerlo, puso carteles de ella y pensó en poner los suyos, asumiendo claro que estaban los tres juntos-
No había nada mejor que un cálido recibimiento familiar después de haber burlado a la muerte en más de una ocasión.
-Bueno ya no importa. Súbanse a limpiarse y a arreglarse que su padre y yo tendremos invitados que llegaran en menos de una hora y espero que estén presentables-
Ninguna puñalada, ninguna herida que experimentaron se comparaba al dolor que sintieron en ese instante.
***
La llave del lavadero dejaba correr el agua en el baño mientras Caroline vomitaba en la taza del inodoro, desde su regreso los vómitos y los dolores de cabeza eran constantes e intensos, trataba de ocultarlo lo mejor que podía y no levantar sospechas; tomaba unas patillas "especiales" que consiguió en un barrio bajo cerca de la universidad, esas la mantenían estable y disipaban el dolor. Se enjuagó la boca y tomó una de las pastillas, permaneció con la cabeza agachada hasta sentir el efecto, al volverla a alzar y ver el reflejo en el espejo nuevamente pasó, el cambio en sus ojos, el color purpura en sus pupilas. Lo que fuera que se le introdujo en Insondable lo había traído con ella y continuaba manifestándose. Su celular vibró con un mensaje de texto que decía. Estoy en casa.
Bajando las escaleras le gritó a Aurora que se encontraba en la cocina- Aurora voy a casa de Gwen –
Aurora se asomó- ¿Gwen ya regresó? – dijo con un tono un tanto anormal.
-Si, acaba de llegar, me quedare en su casa esta noche, volveré mañana temprano –
-Caroline – la detuvo - ¿Estás bien? –
-Si ¿Por qué? –
- Te escuche vomitar otra vez, se que piensas que el agua corriendo va a disimular lo que en verdad esta pasando. Tu padre y yo estamos preocupados-
- ¿Le dijiste a mi padre? –
-Claro que lo hice, eres nuestra hija-
- Tu no eres mi madre – Caroline comenzaba a enojarse sin motivo.
- Pero estoy tratando. Amo a tu padre y por lo tanto te amo a ti y quisiera que me dieras la oportunidad de acerarme. Necesitas una madre y yo puedo serlo-
- No me digas lo que crees que necesito o no. Yo no necesito a nadie- las últimas palabras no eran la verdadera Caroline hablando – Me tengo que ir – abrió la puerta.
- No. No te irás hasta que hayamos resuelto esto- la tomó del brazo.
-Suéltame -
- No, no dejaré que te vayas-
Caroline sintió un calor subir hasta su cabeza, sus ojos se volvieron morados y la ira se apoderaba de ella- Dije que me ¡sueltes! –
Aurora salió volando en el aire, se golpeó en el techo y cayó inconsciente al suelo, al ver lo que había hecho Caroline se tranquilizó, sus ojos regresaron a la normalidad y quedó estupefacta, no sabía que hacer, si auxiliarla o salir de ahí pretendiendo que nada pasó. Quizá tomar la segunda opción no fue del todo la ideal.
Llegando a casa de Gwen, Caroline actuó con toda tranquilidad, sonrió y saludó a sus amigos pretendiendo que todo estaba bien.
-Caroline te presento a Logan – dijo Gwen.
-Encantada Logan – estrechó su mano.
-Muy bien, hay que celebrar esta maravillosa reunión- dijo Alec- tenemos toda la noche para nosotros. Mis padres no estarán todo el fin de semana, así que podemos disfrutar-
-Hagámoslo- dijo Caroline sonriendo.
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