Stanford. California

Sentada en la cama de su dormitorio Gwen terminaba su dibujo mas reciente, tenía su cuaderno especial recargado en sus piernas, con una caja de lápices de diferente punta y estilos sobre las sábanas enredadas. Estaba con los audífonos puestos, de ese modo su compañera de cuarto no la distraería con chismes banales sobre otros estudiantes y podía continuar su dibujo en paz; de los auriculares sonaba la canción Nothing but a good time de Poison y movía su pie al ritmo de la música tarareando en voz baja las letras de la canción.

En ese momento la música se detuvo y la alarma de su celular comenzó a sonar, ya eran las diez de la mañana y era momento de que se dirigiera a su clase. Tomó su mochila y guardó en ella su cuaderno de escuela y su libreta especial, empacó sus lápices y colores y prosiguió a salir de la habitación. Caminando por el campus su teléfono volvió a interrumpir la música, esta vez con una llamada entrante. Sonrió al ver el nombre en la pantalla y respondió.

-Hola C, ¿Cómo te va? –

- ¿Cuándo volverás a casa? – dijo Caroline con tono desesperado.

- Yo también te extrañé-

- Habló en serio, estoy perdiendo la cabeza aquí-

- Bueno hoy es mi último día de clases, y mi vuelo sale mañana a las nueve, estaré ahí para el medio día-

- Aurora está volviéndome loca, se le metió la idea de formar lazos entre nosotras y me quiere seguir a todos lados, si quiero ir al centro comercial va conmigo, incluso si estoy en mi habitación entra y se sienta en mi cama a conversar- suspiró – creo que podría tener sentido considerando lo que pasó el año pasado, tiene miedo de que vuelva a desaparecer-

- Bueno al menos ella y tu padre se preocuparon por lo que pasó-

- Si lo sé, pero a este punto hubiera preferido que les diera igual. En fin ¿Sabes algo de Alec? –

-Si, su vuelo sale en un par de horas de Nueva York así que por la tarde ya no estarás sola-

- Excelente, ¿Y que hay de ti? ¿Vendrás con "el" a Minnesota? –

-Si lo hare, y él tiene nombre Caroline-

-Lo sé, pero solo has salido con el como por tres semanas, no puedo llamarlo precisamente tu novio y ahora ¿Pasará el verano contigo y tu familia? -

- Bueno sus padres pasaran el verano en Europa con unos amigos, así que o pasaba todo el verano solo en california o puede ir a conocer Minnesota con una amiga/ posible novia–

- Bueno es tu relación rara-

- Me tengo que ir, te hablo mañana cuando este en el aeropuerto-

- De acuerdo, adiós-

Colgó el teléfono y abrió la puerta del edificio. Era el ultimo día de clases en la universidad y estaba a punto de presentar sus trabajos finales a su profesor. Fue un buen año para ella en cuanto a sus notas, tomar la decisión de estudiar en Stanford fue la mejor que pudo hacer, lo único que lamentaba era estar tan lejos de sus amigos, sin embargo cada decisión fue tomada para bien , Alec era feliz en la NYU (universidad de Nueva York) y aunque Caroline se quedó en la universidad estatal de Minnesota también gozaba de la libertad que tanto habían anhelado.

Su profesor era tan solo unos cuantos años mayor que ella, pero era brillante en cuanto a las artes, a decir verdad, Gwen tuvo un pequeño crush con él al principio, luego se transformó en solo admiración hasta que finalmente dejó de ponerse nerviosa al estar cerca de él y lo veía como alguien dingo de ser un ídolo, a esas alturas del año podría decirse que compartían una amistad totalmente profesional y ella recibía muy buenos consejos por parte de él. Cabe mencionar que logró relacionarse con el por medio de sus nombres, el de el era Arthur D'Aragon y si conocen la leyenda del rey Arturo entenderán la relación con el nombre de ella.

-Gwenevere Collins – dijo el profesor. Gwen se levantó de su asiento y se dirigió al escritorio. – De acuerdo Gweny ¿Me entregaras algo que no haya visto en el año? –

- Me temó que no –

Tomó el cuaderno y comenzó a hojearlo- Muy bien, hiciste un gran trabajo durante el año, no será difícil adivinar tu nota- pasó todas las hojas hasta el final, donde descubrió un dibujo nuevo - ¿Qué es esto? – Gwen se asomó y se sonrojó al ver lo que su profesor estaba viendo, había olvidado que ese dibujo estaba ahí- ¿Quién es este joven? –

-No es nadie- respondió nerviosa- es alguien que se apareció en mis sueños. Leí un libro de fantasía y así me imaginé al personaje y se manifestó en mis sueños y bueno ahí está el-

-Parece una persona muy real. Te quedó excelente. Deberías dibujar tus sueños mas seguido-

-Si tal vez debería –

- Bien, puedes retirarte, que te diviertas en Minnesota-

-Gracias-

Gwen regresó por sus cosas a su asiento totalmente avergonzada, nadie debió haber visto ese retrato, nadie. Era su recuerdo más preciado y prácticamente su obsesión durante todo el año, le pertenecía únicamente a ella, toda su libreta especial y esa hoja estaban dedicados a él, a Willem. En la puerta, recargado en el umbral la esperaba el chico aspirante a ser su nueva pareja, Logan Michaels; el sueño de todo Stanford, no había chica que no soñara con él, lo denominaban "el chico perfecto", tenía un aire de misterio que morían por descubrir, vestía siempre de negro, que combinaba perfectamente con su look de cabello desordenado, era muy guapo y estaba loco por Gwen.

-Hola hermosa- le dijo sonriendo, no resistió besarla a pesar de no tener una relación formal, ya se habían besado con anterioridad en las cuantas citas que habían tenido, solo esperaban conocerse un poco mas antes de concretar una relación oficial. - ¿Cómo te fue?

- Como era de esperarse- respondió.

- Tengo dos horas libres, te invito a almorzar- la tomó de la mano.

-De acuerdo-

- Te ves muy linda-

-Gracias-

- Me encanta que esa piedra que usas combina con todo. ¿Dónde la conseguiste? –

Gwen bajó la mirada hacia ella y sonrió antes de responder - Fue solo suerte –

Si. Solo suerte.