Hanamaru sabía que no podía huir siempre... que tarde o temprano su escondite sería descubierto.... pero no quería, no deseaba volver a Japón y ver a sus amigas... felices con las personas que aman... ver a la persona de la que se había enamorado con alguien más... por eso vino ah Alemania... se encerró en su laboratorio para hacer investigación tras investigación sin parar, con pocas salidas... mantenerse ocupada, estar alejada, solo necesitaba su centro de laboratorios a Sarah para seguir adelante... a nadie más.... no necesitaba nada más.

Pero eso era mentirse y ella lo sabía, era una simple falacia que nunca se cumpliría... pero para preparar a su frágil corazón que fácilmente se iluciona mandó a su asistente a Japón, sabiendo que Sarah tampoco quería volver la obligó a ir.... porque la Kunikida tenía miedo.

Suspirando se miró al espejo, ya llevaba seis años con el pelo blanco, al comienzo fue extraño y fascinante ver cómo a poco su cabellera obtenía esa tonalidad desde su raíz hasta casi las puntas pues solo ese lugar aún era castaño como un recuerdo de cuál era antes su tono natural mientras sus cejas y pestañas eran netamente blanco, el resto de los vellos naturales de las mujeres desaparecieron cuando logró su primer objetivo ser inmortal.

Cuando terminó de revisar su apariencia revisó la hora en un reloj que tenía en la pared, Sarah ya debería estar llegando al aeropuerto nipón un día antes de la despedida, suspiró de nuevo para después terminar de arreglarse lo más formal posible, tenía varias reuniones ese día y si bien seguía siendo tan baja como en el pasado además de tener la misma apariencia cuando tenía 17 años... porque ese intento que hizo a mitad de la noche con más sueño que nunca tenía que resultar de forma exitosa a pesar del 0.1% de fallo que ella temía.

-Bien Hanamaru, tienes varias reuniones y Sarah no estará ahí para escoltarte- dijo tomando un bolso- solo ve, resiste el día completo con estos tacos y consigue más años de paz para ti-

Había sido una mañana agotadora para ella, una reunión con los altos mandos alemanes, luego la visita de los árabes para ver el tema del craking de petróleo, revisar las tesis de las trillizas de un empresarios todas un asco a juicio de la Kunikida, para después finalizar con una charla con una de las cientos de asistentes que tenía la reina de Inglaterra.

Cuando entró a su centro de laboratorio suspiró y tiró su ropa lo más rápido que pudo ya no necesitaba de ese vestido ajustado ni de esos tacones, ahora podía estar todos los días hasta el regreso de su asistente trabajando solo en ropa interior, tranquila se colocó su bata de laboratorio para empezar a examinar los fragmentos de su propia sangre que había congelado hace un par de días atrás pero una llamada a su teléfono la detuvo... ni revisó quién podía ser... porque solo Sarah tenía su número.

-Hola Sarah-

-Tenemos problemas....- fue lo único que dijo mientras se escuchaba como cerraba una puerta con llave- acabo de volver de esa "despedida" y no resultó muy bien....-

-¿Qué sucedió?- dijo alejándose del microscopio-

-Pues....-

[FLASH BACK]
Luego de varias horas durmiendo en un avión Sarah al fin había llegado a Japón.... ¿Extrañaba el país? No.... ¿sabía a lo que venía? Sí pero no era de su agrado, la pelimorada trató de ser lo más rápido posible en todo lo que podía, el ingreso al aeropuerto, su posterior retirada, el viaje a Numazu, su chequeo al hotel, comprar los presentes de disculpas y felicitaciones, viajar a Uchiura... porque por algún motivo, quieran estar en ese lugar para la despedida y no en Tokio, tuvo que aguantarse su orgullo de ir a un baño público solo para cambiarse de ropa, hasta que finalmente.... llegó al hotel Ohara.

-Buenas noches- dijo Sarah al recepcionista- vengo en nombre de Kunikida Hanamaru para una reunión-

-Ah sí, deme un momento- tras recibir la carta se contactó por interno con un colega-

La pelimorada solo asintió para alejarse un poco de aquel mesón, tenía las flores, dos presentes y ya había repasado 100 veces en su cabeza lo que tenía que decir, además de recordar que siempre debía sonreír.

-Piso 15, primera sala, ahí la esperan señorita- dijo el joven-

-Muchas gracias-

La espera fuer corta en el ascensor... tras tocar la puerta.... fue una eternidad... podía escuchar pasos acelerados de varias personas peleando y gritando al otro lado de la puerta.... para después oír como varios se alejaban... Sarah de verdad deseaba en este momento haber rechazado hace 6 años atrás la oferta de ser la pupila de la gran prodigio Kunikida Hanamaru.

-¡Hanamaru!- gritó una peligris abriendo la puerta-

-Buenas noches-

-¿Tú no eres Hanamaru?-

-No, soy Kazuno Sarah... su asistente- dijo tranquilamente- ¿me permite ingresar?-

-A sí, por supuesto-

Tal como Sarah esperaba ya estaban todas las antiguas amigas de su jefa en aquel lugar, esperó el mismo grito que gritó You para después escuchar la misma pregunta... así que suspiró y mostró su mejor sonrisa a pesar del gran aroma a alcohol que había en aquel lugar.

-Muy nombre es Kazuno Sarah- se acerca a Kanan y Mari- la doctora Kunikida lamenta de todo corazón no poder asistir a la despedida pero cuando recibió la carta ya no podía cancelar los compromisos previos que había confirmado, así que manda estas flores como disculpa-

-He... no... no es un problema- dijo Kanan reaccionando y recibiendo el presente- muchas gracias-

-Por otro lado quiere felicitarlas por su compromiso así que manda estos presentes- dijo mostrando dos cajas- uno es para Matsuura-san y el otro para Ohara-san-

-¡Thanks!- dijo Mari tomando ambos- Me alegra saber que Maru sigue bien, ¿podrá asistir a la boda?-

-Promete ser de las primeras en llegar- dijo más tranquila- lamento interrumpir su actividad de esta forma, pero ya debo retirarme-

-No te disculpes- dijeron ambas- lo importante es saber que Hanamaru está bien y que vendrá-

Sarah solo sonrió, miró al resto de las presentes de las cuales Yoshiko sólo hizo un gesto que ella entendió para después retirarse, ya estaba por llegar a la puerta cuando alguien la detuvo.

-¡Sarah-san es usted!- gritó Ruby- hace mucho tiempo que no la veía, tiene el pelo bastabte largo ahora.... ¿cómo está?-

-Bien.... gracias... veo que superaste tu timidez Ruby- dijo un tanto incómoda-

-Le prometí a Maru que lo haría antes de que... bueno ya sabes...- dijo subiendo sus hombros- Leah pregunta mucho por usted ¿cómo ha estado? ¿va a volver a Hakodate?-

-Yo bueno... ya dije que estaba bien y no puedo regresar, debo asistir a la doctora así que....-

-¡Oye tú!- gritó alguien tomándola de los hombros-

-Dígame-

A pesar del fuerte aroma a alcohol que Kurosawa Dia emanaba ahora que la reconocía, Sarah mantenía su tono sereno y su sonrisa perfecto... los años de trabajo dando respuesta a personas que querían hablar con la doctora en persona en vez de recibir un simple papel impreso la entrenaro para cosas como estas.

-¿Asistente de quién eres?-

-De Hanamaru... Kunikida Hanamaru-

-¿Y dónde está?- dijo tratando de mantener el equilibrio-

-Lo siento Kurosawa-san pero no puedo...-

-¡Dónde!- gritó tomándola del cuello- ¡dónde está! ¡necesito saberlo! ¡necesito saber por qué se fue!-

-Por favor suelteme- dijo tomando las manos-

-¿Se fue por ti?- dijo mirándola- ¡Se de mi lado para estar contigo! ¡Te eligió a ti y no a mi! ¡Quiero a mi linda Hanamaru!-

[Fin FLASH BACK]

-Tonterías- dijo terminando de escuchar el relato de Sarah- de seguro era un show-

-Quiero un aumento y vacaciones.... ebria y todo me amenazó con matarme si no respondía-

-Es un show Sarah, no creo que se haya embriagado tanto por eso, y aunque fuera así, está claro que sus gritos a causa del alcohol hicieron difusos sus pensamientos-

-Me da igual... ya compré tu pasaje, te lo mandé a tu teléfono.. voy a comprar tu ropa mañana y te esperaré en el aeropuerto después-

-¿De qué hablas?- dijo anotando sus avances del experimento-

-¿No es obvio? Mañana te vienes a Japón, prometí que serías la primera entre los invitados y lo serás, así que vendrás a este país que ninguna de las dos quería volver a ver... y enfrentarás a Dia porque ella casi me mata-

Umaruuu fuera!!