Uday, Marjorie River, 14 de marzo de 1997

QUERIDA IAN,

Oh, mi querida amiga.

Incluso en silencio, siempre estuviste ahí para mí. ¿Y ahora qué? No puedo decir lo mismo ahora.

Cuando era tiempo de escuchar, eras amable conmigo, y hacías de las cosas divertidas cuando era correcto, así como sabías cuándo ser seria. Sin importar cuán difícil pudiera haber sido, me dijiste la verdad cuando necesitaba escucharla así no quisiera. Todas las cosas que temía enfrentar, me ayudaste a través de ellas. Me ayudaste a través de tantas cosas que me asustaban. Eras leal a tu más alta posibilidad, y podía confiar en ti. Mantenías tu palabra y reconocías cuando no lo hacías. Eras honesta incluso si diferíamos y me ayudaste a ser más abierta. Me animaste cuando me acongojaba, me hiciste especial otorgándome tu amistad; y a través de ella, hiciste de mi vida mejor.

También me mostraste tu propia vulnerabilidad, y por más mal que pueda sonar, me ayudaste al hacerlo. Me enseñaste quién eras verdaderamente, y me proveíste la opción y la seguridad para hacer lo mismo. Compartiste felicidad conmigo cuando alcanzábamos aquello que deseáramos, así como compartimos tantas otras cosas. Me aceptaste sin condiciones, sin esperar que fuera quien tu querías que fuera, sino que fuera una mejor versión de la persona que ya era, y así, me ayudaste a crecer.

Celebraste mis victorias y me apoyaste en mis derrotas. Me sentía cómoda a tu alrededor, no tenía que contener nada.

Viviste a lado mío todos esos años. Me amaste y me respetaste. Conocías mis características menos admirables y aun así me amaste y me apoyaste. De alguna manera, te di mi corazón, y no me arrepiento de ello.

También cometiste errores, pero sé que yo también los cometí, y las dos encontramos perdón para la otra.

Probablemente algunas de las cosas que menciono, hiciste menos que otras, porque todas las relaciones humanas tienen sus aspectos "malos"; pero incluyendo los errores, me enseñaste cómo debería de ser la amistad, y me otorgaste la tuya. Juntas, aprendimos cómo ser una buena amiga. Eso es algo por lo que siempre estaré agradecida.

Te extraña mucho,

Jazz