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Entre mis puños estaba la sábana que aún cubría mi cama, me mantenía fuertemente agarrado a ella, mientras la alfa usaba sus dedos para estirar mi entrada, aunque no creía que fuera necesario, estaba lubricando lo suficiente para no causarme molestia. Seguramente ella ya había notado que estaba temblando, ansioso por recibirla, tanto tiempo de espera había valido la pena.
Se inclinó para besar mis labios y yo acerqué con suavidad mi mano hasta su mejilla, cuando se alejó me sonrió y arremetió con sus dedos contra mi próstata, gemí más fuerte y me retorcí de placer, no iba a aguantar mucho y ella no parecía querer detener ese juego. Aunque, finalmente sacó sus dígitos y subió mi pierna a su cintura, aún con una sonrisa traviesa se ubicó sobre mi y al ver que sólo se frotaba contra mí, quise tocar uno de sus bonitos pechos, pero no pude.
Comencé a despertar, estaba en mi cama, mi ropa interior se sentía pegajosa y me di cuenta que ya había tenido una emisión, además de que en la parte trasera estaba mojada. Me levanté apresuradamente a darme una ducha, pues eso no era muy común en mi, por lo general después de mi celo el deseo sexual era casi nulo, pero al parecer la invitación de Tony aún rondaba mi mente, aunque el alfa no estuvo en ninguna parte de mi sueño, ni las ya tres veces anteriores en que me había sucedido lo mismo.
Agité mi cabeza para ignorar los recuerdos de la noche anterior y me puse el último botón de la camisa mientras estaba frente al espejo. Está mañana llegó a mi piso el conjunto completo para que usara en la noche benéfica a la que invitaron a todo el equipo. Y recordé que las mancuernillas que justo ahora me iba a poner, llegaron un día antes. Ambas tarjetas decían Tony y Natasha, pero no estaba seguro de quien había sido la idea.
Terminé de vestirme y le di un último vistazo a mi cabello antes de dirigirme al piso en el que Natasha y yo quedamos para reunirnos. Tendríamos tiempo de sobra para llegar.
Cuando salí del ascensor me quedé unos momentos apreciando el lugar, percibí la concentración de la esencia de Natasha en el lugar, pero por ninguna parte reconocí el aroma de Tony. Di unos pasos y noté un bonito arreglo floral en una mesa de centro, otro más sencillo en la mesa que estaba más cerca de las puertas y otro que aún tenía la tarjeta colgando, con eso identifiqué que era el más nuevo, pero no pude evitar acercarme a uno en específico, el que tenía diferentes tonalidades de rosa, estaba a punto de tocarlo cuando percibí el conocido aroma de la alfa.
— Te quedó perfecto. — Confirmó refiriéndose al traje.
— Gracias. — Dije tocando el borde de la manga del saco, sintiéndome repentinamente nervioso. — Te ves bien. — La halagué de regreso y dirigí mi vista al arreglo floral para que no notara que estaba a punto de sonrojarme.
— ¿Te gusta? — Preguntó y yo asentí. Ella tomó una de las flores y la colocó en el bolsillo frontal de mi saco, estaba tan cerca de mi que tragué grueso, observe sus manos moverse con delicadeza y finalmente acarició mi pecho con una sonrisa. — Es un ranúnculo. — Me informó y luego se giró hacía el ramo. — Estas son peonias, estos tulipanes y las más bellas, las rosas inglesas.
— No creí que Tony tuviera conocimiento sobre flores.
— No lo tiene, pero tiene muchos empleados que hacen estás cosas por él.
— Pero, ¿Te gusta el rosa?
— No. — Dijo en un suspiro. — Prefiero el rojo. — Agregó pasando sus manos por el vestido del mismo color que llevaba.
No dije nada, pero algo me decía que Tony había escogido personalmente las flores, había visto muchos arreglos en diferentes floristerías y estos en especial no parecían elaborados por profesionales. Aunque quizás Natasha tenía razón y Tony había abusado de su poder y había enviado a un simple miembro de su personal por ese ramo.
— Tranquilo, Steve, algún día alguien te enviará flores todos los días... quien sabe, puede ser que sea yo.
— Me conformo viendo todos los que te envía Tony. — Respondí siguiendola hacía el ascensor.
El vestido rojo que llevaba le quedaba magnífico, y aprecie brevemente su silueta mientras iba de espalda a mi, su cabello se movía en un baile perfecto con cada paso que daba al igual que sus caderas se movían con elegancia. Esa mujer casi parecía irreal con lo bella que era.
— ¿Y Tony? — Consulté cuando vi que nos dirigiamos al estacionamiento.
— Llegará después. — Respondío escuetamente y el ascensor se detuvo.
— ¿Nat? — Habló Happy, el hombre que me había presentado Tony como su antiguo guardaespalda. — Capitán — Me saludó con un movimiento de cabeza y yo lo imité — Creí que con el jefe habían quedado a las ocho. — Añadió cuando se unió a nosotros dentro del cubículo.
— Cambio de planes, Tony llegará tarde.
— En ese caso, yo los llevaré.
— No es necesario. — Dijo la alfa mostrándole las llaves que llevaba en la mano.
— Tony se molestará si no cuido su preciada... Novia. — El tono que uso para el último adjetivo me pareció irónico, pero no pregunte nada.
— Prometo que no te dirá nada. — Expresó a modo de despedida y me tomó del brazo para sacarme con ella del lugar, un suspiro cansado fue la respuesta del alfa.
Nos estuvimos frente a un veyron 2005 negro y Natasha me abrió la puerta del copiloto.
Durante unos momentos nos mantuvimos en silencio hasta que la pelirroja comenzó una plática superficial de como había sido su última misión, sin entrar en muchos detalles, pero si creando un ambiente cómodo para los dos.
— Hay una cafetería al lado del local de la gala, quizá podemos esperar un rato ahí hasta que se acerque la hora.
Me sentí culpable por querer pasar tiempo a solas con ella, pero acepté. A penas habían pasado unos minutos de las seis y la hora del evento era a las siete aunque era seguro que comenzaría más tarde.
El tiempo se nos pasó volando entre diversas pláticas; ahora sabía que uno de los pasatiempos favoritos de Natasha era la danza.
— Entonces, ya era la tercera o cuarta vez que visitaba el centro comercial, pero no me había armado de valor para usar las escaleras eléctricas, así que me propuse que ese día era el momento tenía que adaptarme a una nueva generación y me plante frente a ellas, sin embargo, no pude dar el primer paso, estaba a punto de irme derrotado cuando una anciana me tomó de la mano y me hizo subir.
— Que dulce. — Dijo la alfa apoyando su mentón en sus manos.
— Luego me pidió tomarse una foto conmigo y lo más vergonzoso fue cuando dijo que ahora tenía la prueba para contarle a su grupo de tejido, que los musculosos también le tenían miedo a las escaleras eléctricas.
— Sigo pensado que fue dulce. — Expresó y su teléfono comenzó a sonar, pero ella ignoró la llamada. — Y después, ¿cómo bajaste?
— Una niña explotadora.
Natasha explotó en carcajadas y yo la seguí por lo contagiosa de su risa, aunque seguía apenado. Durante varias ocasiones en el transcurso de nuestra estadía percibí que las personas se giraban hacía nosotros al escucharnos reír y está vez no fue la excepción, incluso una pareja de adultos mayores nos acompañaron con unas leves risas.
— Prometo que la próxima vez que vayas al centro comercial, te tomaré la mano. — Manifestó al mismo tiempo que colocaba su mano sobre la mía.
— No es necesario, con el tiempo aprendí. — Respondí intentando no ponerme nervioso por su intensa mirada sobre mi.
— Quizá puedo hacer algo más que solo tomarte la mano. — Añadió risueña antes de dejar una caricia sobre mi mano e hizo una seña hacia el mesero para pedir la cuenta.
El teléfono de Natasha estaba sobre la mesa cuando comenzó a vibrar, hacía unos pocos segundos lo había colocado ahí para sacar la billetera de su pequeño bolso, un momento después la pantalla se apagó y casi inmediatamente la vibración continuó.
—Deberías contestar, puede ser urgente.
— No lo es. — Respondío y entregó su tarjeta al mesero.
— Iba a pagar mi parte. — Declaré cuando fui ignorado por el mesero.
— Siempre pagan los alfas, creo que no notó que tu tenías otras intenciones. — Lo excusó y yo suspiré.
— Entonces te pagaré a ti.
— Yo invito, Steve. — Dijo cruzandose de brazos y yo suspiré nuevamente.
Al parecer habían costumbres que no se perdían ni aunque pasaran las décadas.
Pasados unos minutos nos encaminamos al centro de convenciones y como supuse, aún no habían llegado muchas personas. Nos asignaron a la mesa número tres y la pelirroja me comentó que aunque todos los Vengadores habíamos sido invitados, Clint y Bruce no llegarían, pues el arquero aún estaba en una misión y a el doctor Banner no le gustaban ese tipo de eventos.
La decoración era ostentosa, pero linda. Agradecí mentalmente por el traje que llevaba, ya que así no desentonaba tanto.
— Iré por unas bebidas. — Anunció Nat y me dejó solo en la mesa.
Me fue imposible no seguirla con la mirada, hasta el mini bar que había en un extremo del salón. Mi entrecejo se frunció al notar la mirada del barman sobre la mujer, pero ella lo ignoró mientras usaba su teléfono. Parecía que llamaba a alguien mientras se tomaba un shot y la persona en la otra línea contestó, por sus gestos estaban peleando. Decidí dejar de parecer un acosador y centrarme en la pequeña orquesta que se ubicaba al lado del escenario.
La melodía era baja, sin embargo lograba establecer un ambiente cálido y relajado. Noté como iban llegando parejas a la diversas mesas, hasta que un vaso fue colocado frente a mi y Natasha con una sonrisa coqueta se sentó a mi lado.
— ¿Ya viene Tony? — No pude evitar preguntar cuando ella acercó su silla un poco más a la mía.
— Supongo que sí. — Dijo encogiendose de hombros.
Dirigí mi mirada hacia el otro lado, la incomodidad en la alfa era palpable y no entendía la razón.
— Ahí viene. — Agregó y percibí el escándalo desde afuera, los flashes comenzaron a verse a través de los vidrios esmerilados de las puertas, la gente a nuestro alrededor estaba atenta a la silueta que se aproximaba y enseguida, ambas puertas se abrieron, el alfa hizo acto de presencia, pero no venía sonriente como siempre se presentaba a estos eventos, más bien parecía molesto y apresurado. — ¿Listo para un berrinche marca Stark? — Susurró cuando el castaño estaba a unas mesas de distancia.
— Buenas noches. — Saludó intentando parecer calmado, su aroma era neutro, pero por sus gestos, se notaba que intentaba parecer calmado. — ¿Podemos hablar?
La alfa después de soltar un largo suspiro se puso de pie. Tony inmediatamente se colocó a su lado ofreciéndole su brazo, pero ella lo ignoró. Me sentí culpable por quizás haber provocado problemas en su relación, aunque ya nada podía hacer.
— Se suponía que íbamos a entrar juntos. — Recriminó en voz baja Stark cuando apenas estaban a unos pasos de distancia.
— No quiero estar en las portadas de revistas como tu amante en turno, esta farsa... — Respondío Nat en un susurro, pero al alejarse no pude continuar escuchando lo que decían.
— Amigo, Steve. — Saludó Thor que venía vestido como civil.
No pasó mucho antes de que las cosas entre los dos se realizarán. Perdí todo interés en el evento al ver como Tony y Natasha se hablaban en el oído mientras se reían, así que preferí distraerme viendo a Thor comer casi todos los aperitivos de la bandeja de una mesera.
Un rato después la pareja regresó a la mesa y el alfa rubio volvió con ellos, parecía centrado en Tony y el lo ignoraba intentando conseguir atención de Natasha que parecía centrada en analizar a los invitados, hasta que se aburrió de hacerlo y se centró en la hoja que reposaba en la mesa, era el programa de actividades para la noche.
— Hay una subasta en diez minutos. — Anunció la alfa sin poderlo creer, haciendo que Tony se enderezara de su silla para ver lo que ella señalaba.
— ¿De qué trata? — Pregunté al ver la preocupación en sus rostros.
— Un omega de cada mesa es subastado. — Explicó Stark.
— ¿Aún venden a los omegas? — Cuestioné sintiendo como todos mis vellos se erizaban.
— No. — Respondío instantáneamente ella. — Se trata de quedarte toda la noche con la persona que te compra.
— ¿Por qué hacen eso? Creí que habían avanzado para este año.
— Es para recaudar fondos, no es la gran cosa. — Agregó el castaño y recibió una mala mirada de la alfa.
— Pero yo soy el único omega en esta mesa.
— Solo será unas horas, Steve. — Dijo Tony y Natasha le dio una colleja. — Intento quitarle los nervios.
— Sabes lo que pasa en estas subastas.
— No, no sé, nunca he comprado a nadie en una subasta, las chicas vienen a mi, no necesito pagar por ellas.
— Eres un idiota.
— No tiene que acostarse con nadie si no quiere.
— Entonces ve tú si piensas que las cosas funcionan así.
— No soy un omega.
— Bien, iré a hablar con la organizadora. — Concluyó la pelirroja.
— No, iré yo, tu empeoraras todo. — Determinó el alfa.
La alfa le sonrió en grande a su novio y este se movió entre el gran número de personas que llegaron, Thor aprovechó eso para deambular entre los presentes y al igual que Tony se perdió de mi vista.
— No lo amas, ¿Verdad? — Cuestioné sin rodeos y la alfa no se sorprendió ante mi pregunta.
— Lo quiero, pero no es lo que él quiere... Tony... puede ser muy intenso y...
— ¿Por qué siguen juntos entonces?
— Tal vez tu no lo creas, pero es buena persona.
— ¿Por qué no lo iba a creer? Estuvo a punto de sacrificarse en Nueva York, no dudo que lo vuelva a hacer si surge la oportunidad.
— ¿Alguno de ustedes no tendrá un collar para omega de sobra? — Nos sorprendió Stark cuando apareció repentinamente.
— ¿Collar? — Averigüé.
— Al parecer las reglas dicen que una persona de cada mesa debe estar en la subasta, no especifica casta, pero debe subir con su respectivo collar.
— ¡¿Vas a usar un collar?! — Me exalté.
— ¿Estás seguro? — Agregó Nat.
— ¿Prefieres subir tú?
La alfa hizo una mueca de desagrado, luego tomó la corbata del castaño para atraerlo hacía ella y depositar un beso en su mejilla.
— Gracias.— Dijo coqueta.
— Espero que tu puja sea buena.
Aún estaba algo descolocado por la facilidad con la que Tony tomó mi lugar en la subasta, aunque en realidad lo hizo con el motivo de mantener contenta a Natasha, pero era un gran gesto para mi.
No pasó mucho tiempo cuando subió la directora del evento con micrófono en mano. Había un reflector apuntandole directamente, dándole un aspecto pálido, pero se desenvolvia bien al hablar, contó como su madre comenzó con este tipo de eventos y que ella continuaría con su legado, pero me dejó un mal sabor de boca saber que la práctica de subasta de omegas seguiría vigente mientras ella estuviera aquí.
— Ahora, vamos a hacer algo diferente, no comenzaremos la subasta con el número de mesa, pues primero quiero presentar la mejor oferta de la noche. — Expresó y noté como los alfas se removian inquietos en sus sillas expectantes por la presa que estaba a punto de salir de entre las cortinas, lo que me provocó ganas de vomitar. — Damas y caballeros, el héroe de la ciudad... ¡Iron Man!... estará disponible está noche para la omega o el alfa que gane la subasta.
Al comienzó hubo un silencio sepulcral, debido a la sorpresa de los presentes pero apenas Natasha silbó, los vítores no se hicieron esperar. Stark parecía muy animado con los gritos de la alfa y aprovecho para modelar, como si todo estuviera planeado, algunas omegas comenzaron a lanzarle rosas y el atrapó en el aire algo pequeño que parecía de encaje, con una sonrisa traviesa guardo la prenda en el bolsillo de su pantalón y segundos después caí en cuenta de que se trataba de una pieza de ropa interior.
— Es trampa que su collar ni siquiera se note. — Me comentó Natasha y pude distinguir las delgadas tiras de lo que se hacía llamar un collar de omega, era del mismo color que su corbata.
Las ofertas no se hicieron esperar, Natasha ni siquiera parecía interesada en participar, pues habían dos omegas que parecían a punto de intentar subir al escenario en su pelea por ganar entre ellas. Sin embargo el alfa lanzaba miradas cortas hacía nuestra mesa con la esperanza de que su novia le prestara atención.
— Creo que Tony espera que lo compres. — Mencioné al ver que ya no cambiaba la mirada entre el público, su vista estaba fija en la alfa y la puja ya iba por un millón de dólares.
— Esas niñas tienen padres multimillonarios, de nada servirá que yo intente ofertar. — Respondío cruzandose de brazos.
— Diez millones. — Habló una vez fuerte haciéndose notar entre todo el público, provocando que todos giraramos hacía él, pues habia puesto la vara muy alta para las pobres chicas que se quedaron pálidas al escuchar la cantidad que ofertó.
Volteé hacía Tony y no parecía muy contento con quien sería su dueño por una noche.
— Si nadie ofrece más... — Comenzó la directora.
— Cincuenta millones. — Gritó Natasha.
— Esa es mi chica. — Exclamó Tony emocionado.
No estaba muy seguro de cómo la alfa pagaría esa exorbitante cantidad, pero ella se cruzó de brazos ante el hombre pelinegro.
— Cincuenta y cinco millones. — Repuso él dando unos pasos hacia Nat.
— Sesenta millones. — Agregó sin dejarse intimidar dando pasos largos hacia el hombre.
— Setenta millones. — Añadió quedándose frente a ella.
Y ella levantó la ceja como si se estuviera burlando de la cantidad que dijo. Además de que le susurró algo al oído.
— Trescientos millones. — Dijo y se giró caminado hacía el escenario, un jadeo grupal llenó el salón y provocando que el sonido de sus tacones se perdiera entre el bullicio. El alfa salió del lugar hecho una furia y yo seguí sin reconocerlo.
— Vendido a la señorita del vestido rojo.
— ¿Cómo no va a reconocer a la Viuda negra? — Expuso Stark bajando para encontrarse con su cita.
Apenas la alfa estuvo frente a él la levantó para hacer que ambos giraran en el salón, sacándole una carcajada a ella y cuando la depósito en el suelo, besó en repetidas ocasiones su mejilla.
Antes de que llegarán a la mesa yo me retiré hacía el baño, no tenía ganas de fingir que no me importaba ver lo felices que eran juntos.
Abrí el agua del grifo y cuando está se detuvo escuché sollozos provenientes del último cubículo, no pude ignorarlo, así que caminé hasta el lugar y toqué suavemente la puerta, sin embargo, los sonidos se detuvieron, aunque no hubo respuesta.
— ¿Todo bien? — Insistí, pero el silencio persistió. — ¿Puedo ayudar en algo? — Continué y la puerta se abrió repentinamente.
— Mi alfa quiere que yo me ofrezca en la subasta por ser la única omega en la mesa. — Expresó la chica mientras intentaba limpiar sus lágrimas, aunque era muy difícil, pues parecía que sus ojos eran dos pequeñas cascadas.
— ¿Cuál es el número de su mesa, señorita?
— Dos.
— Yo tomaré su lugar, vaya a la mesa tres.
— ¿De verdad? — Preguntó más animada. — ¿Haría eso por mi sin conocerme?
— Claro, ya no tiene de que preocuparse. — Respondí y la chica casi saltó sobre mi para abrazarme.
— Dios no puedo creerlo, creo que es la primera vez en este año que un omega hace algo por mi.
Le di unas palmadas en la espalda esperando que se separara, pero tardó más de lo esperado.
Me coloqué su collar y nos despedimos cuando estábamos cerca de mi mesa, y justo cuando yo caminaba hacía la de ella, la presentadora hizo el llamado.
Cuando estuve arriba noté la interrogante en el rostro de mis compañeros de equipo y divisé como saltaron con preguntas hacía la omega que ahora estaba en su mesa, la pobre chica parecía agobiada y no presté atención a los halagos que soltaba la alfa que estaba con el micrófono hasta que un hombre canoso y con lentes oscuros comenzó la puja.
— Diez mil. — Dijo Natasha, pues el número anterior apenas fue quinientos dólares.
— Lo siento, pero usted ganó la primera subasta, ya no puede participar.
Natasha se puso del color de su cabello por lo furiosa que estaba así que se giró hacía Tony.
— Mil dólares. — Repuso el mismo hombre que ofertó antes.
— Cincuenta mil.— Gritó Stark.
— Las reglas no permiten que las personas subastadas participen.
— ¿Tienen un libro de reglas? — Formuló con sarcasmo el alfa.
— De hecho si. — Respondío — Ahora continuemos con las ofertas.
Los números continuaron subiendo, mientras yo veía como discutían, primero Natasha con la omega que yo estaba ayudando, y cuando ella se fue, continuó discutiendo con Tony, hasta que Thor los tomó de las manos y los llevó hacía afuera.
— Capitán, es un honor pasar la noche con usted. — Habló el alfa que ganó la subasta, era el primero que intentó comprarme.
Me ofreció una sonrisa y yo intenté hacer lo mismo por pura cortesía.
21 de Agosto 2023
Se suponía que subiría este capítulo para una fecha especial para una de mis seguidoras, pero lo olvide 🤦🏼♀️ Aunque es tarde, espero que te guste ♡
Flores que se mencionan en el capítulo 💞
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