Día 22
Palabra: Cocinero.
Tipo: Oneshot.
Título: Delicious.
Autora: bom0903
¿Qué sería de una cena sin ese delicioso sabor de acidez? De esa sequedad que raspa su garganta con si de una lija se tratara. De ese intenso color rubí que le eriza la piel en anticipación porqué cuando Yoongi se sienta en su cómodo sillón a las 10:39 de la noche no puede no acompañar su cena con una copa a medio llenar de vino tinto. Por qué debe admitir que no le importa realmente qué es lo que se lleva a la boca durante la cena, mientras pueda acompañarlo de su preciado vino color rubí podría comer tierra y a Yoongi realmente no le importaría.
Rubí.
Ah que maravillosa palabra ¡que maravilloso color! Para Yoongi que mantiene una fascinación por este tinte se le hace difícil el no bendecir a su paladar con semejante pigmento en forma líquida que se abre paso por su garganta como si de agua se tratara, porque desde el primer momento en el que huele y saborea la primera gota del vino tinto no puede evitar que su mente reviva el recuerdo de ese líquido espeso y caliente que corre por los conectores de su cuerpo como si fuera un maratón y que los doctores deciden llamar venas. Por qué si hay algo en lo que Min Yoongi encuentre más fascinación que el vino, eso es la sangre pero no cualquier sangre.
La de él específicamente.
No hay nada en el mundo que se le pueda comparar a esa delicia dulce y con un toque picante que logra sacar hasta los instintos más primitivos de Yoongi. Oh dios, se supone que debe abrir el restaurante en unas cuantas horas y no puede hacerlo si se excita pensando en el líquido rubí que corre por las venas de cierto pelinegro. Yoongi puede asegurar que si Jin se atreviera a pasar por la puerta en los próximos dos minutos no se haría responsable de lo que pudiera hacerle al pelinegro con rasgos porcelánicos.
Oh.
Pero, verdad que no puede hacerlo.
En ocasiones olvida que lo tiene encerrado y por consiguiente no puede salir en ningún momento, pero ¿pueden juzgarlo? Jin siempre intentaba escapar cuando le quitaba las cadenas durante diez minutos al día cada dos meses, el muy mal agradecido siempre buscaba una forma de escaparse. Pretendía abandonarlo y eso es algo que no se lo podía permitir, Jin es su fuente de energía, de inspiración, como quiere que Yoongi cree sus deliciosos platillos sino tiene a la razón de su ser, porqué sí, Jin es la razón de que Yoongi se sienta vivo sin él las flores se marchitan, los ríos se secan, la tierra se agrieta y el cielo se oscurece. Pero aún más importante, sin Jin, no hay forma en la que las personas puedan deleitarse con la comida de Yoongi.
Por qué Yoongi no está dispuesto a renunciar a su puesto como el mejor cocinero del mundo y mucho menos a ser el dueño de Jin.
Su Jin.
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La vida de un cocinero no es nada fácil. Yoongi lo sabía, siempre lo tuvo presente, quizá por eso nunca se quejaba como sus fastidioso compañeros de la academia, él sabía lo duro que sería convertirse en un cocinero y a pesar de eso alguna vez tuvo ganas de rendirse. Pero él llegó para salvarlo, para recordarle porque estaba ahí.
❝ "Yoonie, escúchame ¿okey?"- Jin le pide tranquilamente pero en su mirada hay preocupación y una pizca de desesperación. "Se que estas frustrado y cansado pero debes recordar que este siempre fue tu sueño, esto siempre fue lo que quisiste o ¿acaso no recuerdas lo que me dijiste el día que nos conocimos en el restaurante en el que trabajabas de mesero?"- le pregunta al pelinegro delante de él.
Yoongi lo mira, cuestionándose que pretende Jin con esa pregunta. "Por supuesto que lo recuerdo"-le responde más el castaño lo mira esperando una respuesta más elaborada que esa.
Suspira.
"Disculpe que la comida sea un asco señor, pero la cocinera es una practicante, con suerte no se le quema el agua"-baja la mirada, de pronto no pudiendo mantenérsela al otro. "Eso te dije, pero Jin ¿a qué viene todo esto?"- le pregunta intentando parecer enojado. El castaño le acaricia la mejilla mirándolo con cariño lo que lo confunde aún más.
Ese día estabas tan enojado de que una practicante fuera la cocinera principal solo porque su padre tenía dinero y tú siendo un cocinero graduado con honores y con experiencia fueras un mesero"- quita su mano de la mejilla ajena para pasar a dar suaves caricias a su cabello. "Entonces me contaste que ser cocinero siempre fue tu pasión y que tenías una receta mágica que solo tu mamá y tu conocían, me dijiste que esa mujer siempre fue tu inspiración. Entonces porque renunciar a todo por lo que algunas vez trabajaste solo porque estás un poco frustrado"-le dijo con aterciopeladas palabras que entraron a sus oídos como si se tratara de la mejor balada.❞
Desde ese día Yoongi nunca más quiso renunciar a cumplir su sueño, pero no todo es color de rosa porque mientras todo el mundo ve al famoso cocinero con un restaurante de renombre con platillos exquisitos, solo Jin puede ver el lado oscuro que oculta Yoongi porque, claro, nadie se podía enterar que la deliciosa pasta con salsa de vino por la cual el restaurante era famoso está hecha con la sangre de los dos. Sí, asqueroso, y no solo basta con que Yoongi saque aquel líquido viscoso de su sistema, no, tiene que golpearlo y torturarlo primero porque, según él, esa es la receta original de su madre. Así lo hacía ella con su padre y a todo el mundo le gustaba su creación por ende Yoongi tenía la obligación de seguir los pasos de su amada madre.
"Vamos Jinnie, sabes que aunque me mires con esos ojitos desbordantes de odio y asco no conseguirás que deje de hacer lo que hago"-le dice mientras le aprieta con más fuerza el cuello. Él sabe que el elemento secreto para que sus comidas sean un éxito es la tortura; primero debe causarle contusiones y de ahí sacar la sangre esto hace que la acumulación de sangre adopte el mismo sabor de un vino totalmente fermentado, incluso con un toque más picante, por esa razón golpea a su querido Jin y como plus, si lo ahorca para después soltarlo justo cuando ya siente que este no va aguantar un segundo más sin oxígeno, logra que el oxigeno que se encuentra en la sangre del susodicho adopte un sabor inexplicable y es ese delicioso sabor el que atrae a todas las personas.
Por eso cuando ve que Jin voltea los ojos en señal de rendición, lo suelta. Observando cómo cae al piso mientras intenta recuperar el aire casi siendo contraproducente cuando la oleada de oxígeno que entra en su sistema lo ahoga, y es en ese instante en el que Yoongi aprovecha para insertar la aguja y extraer de ese manjar color rubí que porta el castaño. Jin ni siquiera puede gesticular palabra para quejarse por el rechazo que pone su piel al intentar ser lastimada nuevamente.
Yoongi le da un cálido beso, que sus labios agrietados y fríos agradecen.
"Es todo por hoy cariño"-le dice para finalmente salir y dejarlo con su tortura un día más.
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