Había sucedido, y era increíble.

No podía creer todavía a pesar de tener tantos años, que literalmente más de cien, habían pasado desde ese día nefasto.

Recordaba que estaba ya en alta mar con la que creía sería su alma gemela, no por nada hasta una hija habían tenido juntos.

Pero no, todo fue un engaño para destronarlo.

Nunca estuvo enamorado de Ariel, sino bajo un embrujo a causa de su voz, y cuando al fin se dió cuenta de todo, el que era su suegro el Rey Tritón, le arrojó un hechizo con su tridente.

Si pensaba que Úrsula era mala...su hermano era aún peor que ella...incluso Morgana había querido únicamente reinar el mar y dejar la tierra en paz, pero no, él buscaba dominar ambos mundos.

Descubrir que la mujer que amabas realmente te uso para tener descendencia y que luego de ello su padre, te hiciera una maldición que no se rompería hasta que el corazón puro de una persona pudiera romperlo, era una catástrofe.

Y por eso ahora se encontraba ahí, transformado como un animal de pantano. Tenía tantos años en eso que ya habia perdido toda esperanza.

Hasta que conoció a Charlotte Lavoe, la hija millonaria del alcalde de New Orleans.

El hechizo no solo lo había hecho permanecer joven siempre, a pesar de su apariencia repugnante de sapo, sino que además lo había transportado a otro lugar de el mundo.

Cuando esa dulce niña lo vio en el lago de su casa, y encantada con los cuentos lo tomó sin más y lo beso, no creyó jamás que su hechizo se rompería.

Y es que recordó entonces que la forma de romperlo, era si una persona de corazón puro lo besaba, su maldición sería borrada.

La niña lo había salvado.

Pero ya era tarde. Ya él no era un príncipe. Y ahora no tenía nada, ni un lugar donde vivir.

Sin embargo, esa niña le dijo muy campante a su padre.

-Es mi amigo, yo lo salve y ahora vivirá con nosotros como mi caballero-

No creí jamás que su padre lo aceptaría.

Y así paso el tiempo, ella creció y se hizo amiga de Tiana, una joven maravillosa que además de trabajadora era humilde.

Me encantaba verlas juntas, realmente se veían felices juntas.

Curioso era que yo tenía ya casi 100 años y parecía solo tener, 21.

Con el tiempo no solo seguí siendo el caballero de Charlotte, sino que también pase a ser la mano derecha del Sr. Lavoe. Ayudándole en la alcaldía.

Ver cómo la relación de las chicas avanzaba, me parecía adorable.

Hasta que un día, un príncipe vino a New Orleans, Naveen, y provenía de Maldonia.

...

-Te lo digo Eric...puede que al fin con Tiana formalicemos nuestra relación- me decía Charlotte mientras la ayudaba a peinar su cabello para esa noche.

Con su padre habían organizado un baile en honor a ese príncipe que había llegado, y no conforme con eso también lo hospedarian en su casa.

-Ten por seguro que ella dirá que si a tu ofrecimiento matrimonial, srita Charlotte- respondí una vez termine de acomodar ese moño en su cabello.

-Somos amigos desde que soy pequeña Eric, deja la formalidad, llámame Charlotte o Lottie si te sientes más cómodo- regañó.

-Jamas podría decirle así, seguro Tiana se enojaría, ese apodo es solo de ella y usted-

Sonriendo mucho la dama rubia, solo suspiró enamorada.

-Realmente tener a Tia en mi vida le da más color y sentido- me observó feliz -Espero que tú algún día tengas un amor tan grande y hermoso como el que yo tengo ahora- me deseo.

Realmente no podía estar más feliz de haber visto crecer a esa mujer, era encantadora y con un corazón más grande que esa falda de tul rosa que usaba en su disfraz de princesa.

Porque si, el baile que ofrecían, era de disfraces.

Supe por ella que su novia se disfrazaria de Pastelera y que además aprovecharía de ofrecer en muestra sus postres más deliciosos a los invitados.

Conocí también por boca de la morena que esperaba realizar su sueño de tener su propio restaurante y que a pesar de tener y contar con el apoyo de Charlotte incluso en lo monetario, ella se había negado a recibir eso de parte de su pareja.

Si lo lograba, era con su esfuerzo y trabajo duro. Simplemente admirable.

Mientras estábamos esperando a que el príncipe llegará, pude ver cómo mi amiga rubia subía llorando las escaleras.

-¿Qué ocurrió Charlotte?- la seguí.

-A Tiana le negaron el poder dar un pago inicial para su restaurante, y le dije que podía yo costearlo y... simplemente rechazo mi propuesta, la quiero ayudar a cumplir su sueño, incluso le dije que le pagaría por todos los postres que diera hoy, y se negó...- me miró realmente triste -Quiero que sea feliz y no me deja ayudarle a serlo...-

*Trompetas de fondo*

"Dar todos la bienvenida al Principe Naveen"

Ambos volteamos, y en efecto ese hombre de piel morena, sonrisa blanca y hermosa con cabello sedoso hacia acto de presencia con su traje de príncipe.

Charlotte por ser la anfitriona, debía compartir un baile con él, rápidamente se limpio el maquillaje, bajo las escaleras y tras una reverencia de ambos, comenzaron a bailar.

Yo me acerqué a Tiana, estaba claramente molesta por la discusión que habían tenido antes con Charlotte, así que me quede con ella para dar postres a los invitados.

Pero ambos corrimos con la mala suerte de que los dueños del local que Tiana quería comprar, volvieron a pedir postre y ella el volver a insistir para que le dieran más tiempo del pago inicial.

Incluso yo me metí al diálogo, y ella obtuvo no solo una negativa, sino que también en un descuido los caballeros tumbaron la mesa de postres y que los mismos nos cayeran a ambos encima.

El estruendo llamo la atención de todos, ayude a Tiana a levantarse, y vimos luego como Charlotte venía corriendo a auxiliarnos.

-Ya regreso Príncipe Naveen- nos tomó a ambos de las manos y subimos las escaleras -Tengo el atuendo perfecto para ambos-

Ambas chicas me dejaron en mi habitación y las ví irse, cuando me percató entonces que en la cama, hay un traje de príncipe.

Recordaba que Charlotte no estaba muy de acuerdo en que mi disfraz de médico no concordaba con el de ella como princesa. Y lo mismo pensaba del de Tiana.

Así que aprovecho ese momento del accidente para hacer que ambos nos colocaramos esos trajes que hacían juego con el de ella.

Y así el "Trío de la Realeza" como ella nos había llamado, se formó.

Tiana portaba un hermoso vestido azul junto a una corona del mismo tono, con el peinado ahora recogido.

Y yo usaba ahora un traje blanco con pantalones negros y una corona dorada en mi cabeza.

Ya no me sentía con ganas reales de volver al baile, así que despedí a las chicas que volvieron abajo y yo simplemente me quedé ahí entre los peluches y libros de Charlotte, observando entonces ese cielo hermoso.

Me sentía mal por no poder ayudar a mis amigas, pero ¿Qué podía hacer? Yo, ya no era nadie.

Y ahí a lo lejos la ví, era la estrella del Atardecer, recuerde entonces que de niñas Charlotte y Tiana le pedían un deseo con todas sus fuerzas, y que esperaban que ella se lo concediera.

Mi único deseo era poder ser alguien y dejar mi inmortal forma de vivir, tener está apariencia por tanto tiempo, me hacía sentir cada vez peor.

No poder hacer una familia, no poder amar, o ayudar a los demás era frustrante para mí.

Porque si bien trabajaba con el padre de Charlotte, no podía hacerme con una empresa yo mismo, podrían luego cuestionar porque lucía igual, porque no tenía familia y más cosas que podrían perjudicar mi secreto.

Así que junte mis manos y cerrando mis ojos clame a la estrella.

-Puedes...puedes...puedes...-

Abrí mis ojos y todo lo que obtuve fue a un sapo a mi lado.

Me reí con ganas.

-¿Y ahora qué? ¿Nos besamos?-

-Pues...no me molestaría eso, la verdad...-

Perfecto, gritar como una niña era ahora otro talento que no sabía que tenía.

Y así fue como conocí al verdadero Príncipe Naveen.

Luego de calmarme me contó todo lo que le había pasado, y lo regañe por confiar en un hombre como Facilier. Y desde un principio me negué a besarlo. Yo no era nadie para poder romper su hechizo.

Así que sabiendo de la leyenda de Bayou sobre Mamá Odie, juntos nos fuimos para allá, raro fue tener que verlo bailar mientras coqueteaba con mariposas. Y que además tocará bajo con una ramita con telarañas.

Lo bueno fue, que conocimos a Louie el cocodrilo, quien además de ser muy amable por no comerme, nos llevó río abajo a buscar la casa de Mamá Odie.

Pero, ya cuando tuvimos hambre y sin nada que poder comer, nos pusimos a explorar una parte de el pantano, horrible fue ver qué nos topamos con cazadores que comían sapos, los tres me golpearon y buscaron secuestrarme a mi y a Naveen. De no ser por una libélula llamada Raymond y de Louie, no la hubiéramos contado.

Adolorido y hambriento, pude hacer fuego y con la improvisación de una calabaza como olla y con varios ingredientes silvestres hice una buena comida para los cuatro.

Gracias a Ray y a una hierba medicinal que el conocía pude curarme un poco mis moretones. Sin embargo una visita al médico era mejor.

-¿Te duelen mucho?- me preguntó Naveen.

-Sobrevivire, descuida-

Y curiosamente luego de eso, pudimos escuchar a Ray charlando con el cielo, y supimos todos ahí, que esa chica de la que tanto nos hablo con amor, no era otra que la Estrella del Atardecer, o mejor dicho, Evangeline.

Ray le canto una hermosa canción a su novia, y Naveen quiso bailar conmigo, me negué por la clara diferencia de altura además de que yo no sabía bailar.

Sin embargo, el simplemente saltó a mis brazos y me insto a moverme siguiendo sus pasos en mis manos, y así, por loco que se viera, yo estaba bailando con un sapito.

Al día siguiente luego de esa velada tan bonita y mágica...nos encontramos con algo terrible, el Hombre Sombra había mandando a sus lacayos en búsqueda de Naveen, y casi lo atrapan de no ser porque unos rayos de luz los eliminaron.

Y fue ahí que dimos con Mamá Odie.

La cual regaño a Naveen por su mala decisión de confiar en ese hombre.

Ella nos explico entonces que para obtener entonces lo que queríamos en nuestra vida, debíamos buscar el amor y dejar tanto lo material a un lado.

Quizás esa sería la forma en que yo podría al fin librarme de mi maldición.

Supimos entonces que como el Mardi Gra estaba en celebración, Naveen debía ser besado por Charlotte para así romper su hechizo, pero solo hasta la media noche había tiempo de lograrlo.

Por alguna extraña razón Charlotte estaba por casarse con el falso Naveen. Y teníamos que impedirlo.

Volvimos como pudimos al pueblo, y con ayuda de Tiana y nuestros nuevos amigos logramos vencer a Facilier, quien fue arrastrado por las sombras del más allá.

Tal parecía que el mayordomo de Naveen junto con el Hombre Sombra habían hechizado a Charlotte para que se enamorara de él y una vez casados ellos tendrían el poder absoluto de todos en el pueblo.

Por fortuna, gracias a que Tiana irrumpió la boda y besó a Charlotte, el hechizo que tenía se rompió.

Por parte nuestra, le explicaron a mi amiga rubia que para poder ayudar a Naveen debía besarlo, ella a cambio pedía que el financiará los gastos del restaurante de Tiana, y ella acepto esa opción como ayuda de su novia.

Sin embargo pude escuchar además como Naveen hacia una solicitud.

-Solo les pido que...a Eric...lo hagan muy feliz...ya que él es mi Evangeline...-

No pude con mis sentimientos y salí a impedir que eso pasara, prefiero ser feliz con él así a no tenerlo nunca conmigo.

Porque había una parte del trato mágico que él tenía con Facilier que yo no sabía.

Una vez roto su hechizo, él perdería la memoria de lo que había pasado y con ello sus sentimientos por mí.

-Naveen, no lo hagas- llegué y frene a mi amiga -Si para yo ser feliz debo perderte, prefiero no serlo nunca-

-Pero solo así serás feliz después de tantos años- rebatió el sapo en mis manos.

-Mi vida no estaría completa sin ti Naveen, te amo-

Ambas chicas lloraban por ver cómo nos confesamos nuestro amor. Y dejando que las campanadas de la media noche se escucharán, Naveen y yo nos dimos un abrazo, con él en mis manos abrazando mi cuello.

No sabría cómo, pero yo sabía que sería feliz con ese sapo sin importar nada más.

...

Tristemente nuestro amigo Ray no pudo vivir...se despidió de nosotros y nos deseo el mejor bien y sin más, partió de este mundo.

Lloramos su muerte con gran dolor, y con una ceremonia de despedida en el pantano, lo vimos partir en sus aguas.

Sin embargo, un luz en el cielo se iluminó y pudimos ver cómo Evangeline tenía ahora a su lado otra estrella, y supimos así, que nuestro amigo Ray estaba con su amada.

Con el paso del tiempo, me acostumbre a vivir con Naveen sie do un sapo, debía tener más cuidado eso si, pero la rutina era buena para los dos.

Ya no vivíamos en casa de Charlotte sino en una cerca del pantano, debido a que él aún tenía la banda con Louie y tocaban en el restaurante de Tiana quien al final si pudo abrirlo.

Llevar a Louie el día de la negociación, había sido un acierto rotundo.

Por loco que pareciera yo era muy feliz, y con Naveen habíamos decidido casarnos, y fue Mamá Odie quien oficio la boda, lo increíble fue, que justo ahí delante de todos nos besamos y algo paso cuando abrimos nuestros ojos.

Naveen era un hombre de nuevo y yo, ahora no solo me veía igual, sino que ya podía sentir que ese peso en mi corazón se había ido.

Mi maldición y la suya se habían roto.

-Yo se los dije, besar a un príncipe o princesa rompía el encantamiento- reía la anciana.

-Pero él...¿No perderá la memoria?- pregunté preocupado mirando a mi ahora esposo.

-No, no lo hará. Al irse de este mundo el Hombre Sombra, esa parte del trato quedó rota cuando Tiana quebró la reliquia mágica- explicó feliz.

Y sin más sentí como era atraído a ese hombre, para un beso delicioso, que antes era un sapo y que sin importar como lucía, él era mi felicidad absoluta.

Porque si, a pesar de todo, siendo un hombre yo estaba dispuesto a ser feliz con él, siendo un sapo.

Fin.

Ay Dios mío, el anterior se quedó corto.

LO AMÉ. Y más de una pareja que ni sabía que podía existir y que no sabía que necesitaba en mi vida.

Espero realmente les haya gustado. Simplemente creo que me quedo hermoso, quiero llorar y todo. Que lindo.

Día 08/10 Sapo.

Dibujo: Sapo Elegante.

Pareja: Príncipe Naveen x Príncipe Eric.

Nos vemos en el siguiente.

AL17 💕

Palabras: 2575.