#6: Salvación y dudas.
Buenas pibes. Henos aquí con un nuevo capitulo entre manos.
Y antes de comenzar, me gustaría hacerles una pregunta, ¿Les gustaría la inclusión de romance en esta historia? Y si es así ¿Qué parejas les gustaría ver? Si veo que hay una respuesta positiva a esto, pensaré en incluir algo de eso en los siguientes caps.
Sin más qué agregar, que comience el cap.
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La mayor parte del mundo ahora se encontraba en una situación sumamente compleja, Aquaman, uno de los mayores héroes y el monarca de Atlantis, había sido entregado ante el ejército estadounidense junto con todos sus seguidores y derrocado, tras una repentina guerra contra la humanidad que afortunadamente para el mundo, los héroes lograron detener en sus primeras horas.
Pero el mundo aún no encontraba descanso, sin saberlo, el destino de la tierra se encontraba en peligro y todo se llevaba a cabo en el lugar menos pensado.
—Muy bien, todos se encuentran a salvó. — Habló el Green Lantern, sacando a los civiles del edificio dónde se había realizado un ataque de un enemigo desconocido para la Liga de la Justicia.
Todos los héroes que se encontraban cerca de la ciudad de Megaville fueron convocados a ayudar en la evacuación, encontrándose dentro del edificio los héroes de mayor experiencia ayudando a repeler a aquellos raros seres artrópodos.
Los alienígenas de menor nivel no significaron un gran problema para el hombre más rápido del mundo, quien logro abatir a la mayoría de ellos en cuestión de segundos. Mientras sus demás compañeros se limitaron a deshacerse de los peces gordos.
—Aborten la misión, aborten la misión. — Replicó aterrado uno de los muchos insectos aliens que huían despavoridos de los hechiceros y héroes por igual.
—Francamente, esperaba una amenaza mayor. — Comentó Constantine con un tono monótono y aburrido.
—No te confíes Constantine, algo me dice que esto aún no ha acabado. — Dijo el Dr.Fate percibiendo una amenaza oculta en algún lado.
En esos momentos en los que todos estaban ocupados en detener a aquellos seres, sintieron un gran temblor que sacudió todo el edificio y ocasionó que los alienígenas soltaran unas risas al unísono, como si hubieran ganado la batalla apesar de que estaban siendo apaleados.
—¿Qué diablos fue eso? — Comentó Zatanna acomodándose su sombrero.
—¡Ja! Llegaron demasiado tarde héroes, ahora nuestro señor gobernará la tierra y ustedes serán... —Antes de que uno de los aliens logrará terminar su palabrería, su cabeza explotó en miles de pedazos gracias a la magia de Constantine.
—Como odio a estos sujetos, siempre tienen que soltar sus monólogos. — Dijo Constantine con aburrimiento. —Flash, haznos un favor y revisa qué carajos sucedió en la planta baja.
El velocista escarlata asintió y desapareció de la vista de todos. Pensaban que lo peor ya había ocurrido pero para su infortunio, vieron como un destello blanco se expandía lentamente hacía ellos y devoraba todo a su alrededor.
—Que....¿Qué es eso? — Comentó completamente asustada Burbuja aferrándose a Coraje.
—No tengo ni la más mínima idea. ¡Todos vengan aquí ahora! — Ordenó Zatanna agarrando los brazos de sus dos compañeros, mientras inmediatamente recitaba un encantamiento de defensa.
Aquel encantamiento resultó ser una gran esfera rosada que contenía y protegía a los héroes que llegaron a tiempo con los hechiceros, evadiendo ser aniquilados por aquel destello blanco que no paraba de expandirse.
—Doctor ¿Tiene alguna idea de qué está pasando?
—No estoy seguro Zatanna, pero creo que se trata de una alteración espacio-temporal.
—¿Eh? — Todos quedaron impactados y extrañados de la bizarra conclusión del Dr.Fate.
—He lidiado con estas cosas antes, si no detenemos el orígen de este destello probablemente toda la realidad colapsará y por ende, la tierra también.
—¿Y qué estamos esperando? ¡Vámos! —Dijo la jóven rubia, su hogar estaba en peligro y debían ser rápido, un sentimiento compartido por todos.
—Zatanna. ¿Por cuánto tiempo puedes mantener la esfera?
—No por mucho, creo que unos quince minutos.
—Bien, todos prepárense. — Ordenó el doctor, nunca antes había hecho su teletransportación en una situación como está, esperaba que no terminará en algo peor.
••••••••••••
Todo como de costumbre para él pasó muy rápido, no fue para nada complejo mantener el ritmo y salvar a todos los chicos que se encontraban en la sala.
Ni bien llegó, pudo notar como un jóven pelirrojo estaba a punto de reducir a cenizas a una jóven albina, en cuestión de milisegundos pudo alejar al pelirrojo de ella y dejarlo inconsciente golpeando en el lugar indicado, noto también a otras dos chicas que aparentemente habían sido atacadas por aquel pelirrojo y lo que parecía ser un robot pequeño.
El primer error cometido fue detenerse a verificar el estado de las chicas mientras dejaba al chico en el suelo, en el momento en que se detuvo fue cegado por una luz blanca que apareció de la nada.
Por instinto, volvió a correr y no tardó mucho en recuperar su visión, para notar una luz blanca que empezaba a eliminar todo a su paso. Inmediatamente noto que aquella explosión no era normal, ya que su expansión eliminaba todo, incluso el tiempo mismo.
Lo bueno de ser el hombre más rápido del mundo, es que también sus pensamientos eran acelerados y lograba procesar la información mejor que nadie, por lo qué agarro a todos los chicos del lugar y se retiró del lugar. Su principal preocupación no eran ellos, si no más bien la propia explosión que se expandía.
Flash siempre había estado relacionado al tiempo y todos los problemas que implicaba lidiar con eso, por eso aquella explosión lo aterraba cómo ningún enemigo lo había hecho.
Por todos los medios debía detener su expansión antes de que desembocara en una tragedia nivel cósmica.
Dejo a los jóvenes lo más lejos posible del edificio y notó sus caras de pura confusión, ya tendría el tiempo para explicarles lo sucedido, rápidamente se alejó de Megaville y empezó a acelerar.
Pensó en todas las opciones posibles, pero solo una que sería efectiva.
Debía viajar en el tiempo y detener lo que sea que hubiera iniciado la explosión, sabía de todos los riesgos que conllevaba viajar en el tiempo, nunca pensó que usaría la speedforce para aquella acción porque lo consideraba demasiado peligroso para toda su realidad.
Pero esto lo sobrepasaba, la explosión devoraba todo el espacio-tiempo y cuando las mentes más brillantes lograrán encontrar el método para detenerla ya sería demasiado tarde, la única forma detenerla era evitando que existiera.
No quedaba otra opción, cada paso que daba lo acercaba más a superar los límites de la speedforce y viajar en el tiempo.
—Barry, para ahora. — Reconoció la voz al instante, el Dr.Fate se comunicaba telepáticamente con él de vez en cuando y a diferencia de su amigo marciano, lo hacía cuando se le daba la gana.
—Lo siento doctor. Está es la única manera de salvar el mundo.
—Barry, lo que planeas hacer puede ser más peligroso que esto, necesito que confíes en mí y te detengas. Encontré una forma de detenerla y necesito de tu velocidad.
—Doc, sin ofender, pero dudo que la magia pueda resolver esto.
—Barry...Tu me enseñaste que no debemos precipitarnos cuando todo parece estar perdido, ten fé en mi y no hagas algo de lo que te arrepentirás. — Hubo un millón de pensamientos contradictorios rodando en la mente de Flash, su inseguridad crecía con cada uno y debía tomar una decisión.
—...Espero que estés en lo correcto Doc. — Flash se detuvo, en estos momentos debía de estar en algún bosque de Francia, se dió media vuelta y tomo el camino de regreso a Megaville.
Esperaba que su amigo estuviera en lo correcto.
••••••••••
Actualidad.
Todo estaba perdido ante sus ojos, apesar de ser una de las mentes más brillantes de la tierra sabía que la humanidad estaba condenada.
Habían sido derrotados, sus hijas estaban ahí luchando contra aquellas horribles criaturas, sus amigos estaban perplejos por la situación y los héroes no se presentaban. Para empeorar todo, una bomba que amenazaba con destruir el espacio-tiempo estaba a punto de ser detonada y todos eran impotentes ante ello.
Ni siquiera el hombre vivo más rápido del mundo sería capaz de frenar lo que estaba a punto de ocurrir, ya que nadie sabía que estaba pasando, incluso el mismo no paraba de procesar todo lo que había pasado. Lo que se sintió como una eternidad para él fueron como meros segundos para el resto de personas fuera de la feria de ciencias, similar a la tragedia de Metrópolis, todo se fue al diablo cuando nadie lo espero.
Y eso lo aterraba, la sensación de que un día normal se había tornado en una pesadilla e iba a destruir todo a su alrededor.
–Mis niñas...¿Cómo permití que esto pasara?– Hablo el profesor Utonio sin importarle que nadie le escuchará, lo más horrible era ver cómo aquella onda expansiva se acercaba hacía el y ni siquiera podía estar cerca de ellas, abrazarlas y decirles que todo iba a estar bien.
–Las leyes de la probabilidad mi amigo.– Sintió en su hombre una mano en signo de compañía por parte del doctor Membrana.
–Las leyes de la probabilidad y la física nos han guiado a este momento.
Todo estaba a punto de desaparecer y nada iba a detenerlo...O quizás si?
Sucedio lo que nadie esperaba, aquella explosión detuvo su expansión. Los científicos observaron perplejos como aquella onda se detuvo sin más, aumentando su asombro, lentamente comenzaba a retroceder y devolver todo a su lugar.
-Vaya, esto sin duda es un giro inesperado.- Dijo el doctor Membrana quitándose los anteojos para observar mejor a aquel evento sin precedentes. Ya tenía un nuevo experimento en mente.
—No...No entiendo...¿Qué ha pasado? — Comentó un jóven entre la multitud, llamado Otto que no encontraba ninguna explicación lógica a lo sucedido.
—Las leyes de la probabilidad una vez más han actuado. — Comentó con una alegría reconfortante el doctor Membrana.
•••••••••
Afuera del edificio, los demás héroes habían llegado y con ellos, muchos periodistas, policías y agentes gubernamentales que buscaban respuestas ante la presencia de los héroes en aquel lugar que no había sido atacado por Atlantis.
—¿Tienes alguna idea de qué ha pasado? — Comento David que se encontraba extrañado ante la sospechosa familiaridad de la ciudad.
—No lo sé viejo, no recuerdo a esta ciudad. Creo que ni siquiera se mencionaba en el cómic. — Dijo Max nuevamente sin palabras por todas las irregularidades que se presentaban en aquel universo.
Habían llegado a pocos minutos con Superman y compañía para ver qué diablos estaba pasando ahí. Notando a mucha gente y héroes que vigilaban al edificio, esperando atacar a cualquier amenaza que saliera de él.
Pero lo único que salió del lugar fueron los científicos restantes y el grupo de héroes que habían salvado el día.
—Señores, la amenaza ha sido repelida. — Dijo Flash a todo el mundo recibiendo los aplausos y suspiros de alivios de todos los presentes.
—¿Se puede saber que ha pasado? — Preguntó el hombre de acero acercándose a su amigo.
—No mucho, solo una invasión alienígena y una explosión que amenazaba con destruir toda la realidad. Día normal.
—Vaya...¿Cómo lograron detener lo segundo?
—Preguntale al doc. — Y con lo dicho por Flash, el Doctor Fate se presentó ante Superman.
—Fue más bien una ayuda en conjunto, logramos revertir el efecto de la onda expansiva y mandarla a una dimensión inhabitada.
—Tengo muchas preguntas...Pero hablaremos más tarde. — Concluyó Superman, muchas cosas sucedieron y su mente necesitaba descansar un rato.
—Por cierto. ¿Dónde está Batman?- Preguntó el doctor mientras el velocista escarlata se retiraba de la escena.
—Se supone que está luchando contra un supervillano en Gotham. Lo usual.
—Y creo que debemos hacer algo con estos dos. — Dijo Flash regresando con ellos, con dos chicos en sus brazos, un pelirrojo y una albina.
...
—¿Ni siquiera un vaso de agua?
—No.
Lex Luthor bufo molesto, definitivamente eran los peores anfitriones que había tenido en años, después de ser rescatado junto con su guardaespaldas de las ruinas de Metrópolis, Batwoman y su grupo lo habían retenido en una especie de habitación oscura que solo era iluminada por una pequeña luz.
—...¿Por cuánto tiempo estaré así? Te quiero recordar que tengo derecho a un abogado.
—Hasta que llegué Batman y su informante, por ahora te sugiero que te calles.
—Que agradable muchacha.— Mencionó el calvo, Batman nunca había sido un tipo amable pero al menos mantenía cierta cortesía, cosa de la cual su amiga carecía completamente.
Lex no tenía ni la más mínima idea de porque estaba siendo retenido, teorizaba que ellos pensaban que él tenía algo que ver con la destrucción de Metrópolis, cosa que le parecía insultante y absurda porque nunca haría tal barbarie. Ellos realmente no tenían ningún motivo para mantenerlo ahí y eso lo estaba poniendo de muy mal humor.
—¿Bats? Me alegra oír tu voz....Si, está justo donde me pediste que lo dejara...Ajá...Perfecto, lo mantendré aquí...— Kate trato de ocultar su tono preocupado por su primo, si bien era normal verlo metido en luchas contra tipos más fuertes que él, eran raras las veces en las que salía tan dañado.
—¿Tú jefe ya viene en camino?
—Junto con algunos amigos, así que mejor prepárate.
••••••••••••
Después de tantas cosas sucedidas, desde la guerra contra Atlantis hasta la fallida invasión del llamado "Consejo del Darkstar", Max estaba con demasiadas dudas sobre todo lo ocurrido y por sobretodo por la inclusión de personajes que desconocía por completo.
Ahora se encontraban en la Watchtower de la liga tras una hora de lo sucedido en Megaville, la gran mayoría de los miembros de la liga estaban ayudando y buscando civiles desaparecidos tras los ataques de Atlantis. Además de que Wonder Woman y Superman fueron a ayudar a Batman en su lucha contra aquel monstruo que había atacado a Gotham y también a los compañeros de Max y David.
Ellos dos estaban en una habitación cercana a la zona central de la torre, dejando sus trajes a Cyborg. El cual se encontraba con ellos, agregándole un par de actualizaciones a las servo-armaduras.
—Voy a admitirlo, me sorprendió que un inexperto cómo tú le pudo dar pelea a Aquaman.— Le hablo Cyborg al moreno, en una mezcla de asombro y extrañeza.
—En realidad Superman hizo la mayor parte del trabajo, yo solo me dedicaba a darle el golpe de gracia al rubio.— Admitió sin ningún tipo de vergüenza el moreno.
—Aún me sigo preguntando quienes eran esos dos.— Comentó pensativo el castaño sobre los chicos que Flash les presento a Superman y Dr.Fate.
Nunca antes había esos personajes en su vida, ni en ningún comic oficial de la editorial, mucho menos en una serie animada. Había muchas preguntas que no parecían tener respuestas.
—No lo sé chico, en todos mis años como héroe nunca ví a esos chicos, talvez sean parte de otro grupo nuevo de jóvenes superhéroes.— Concluyó Cyborg y con ello dejo de tocar las servo-armaduras.
—Bueno... Están arregladas. Estaré en la zona central si me necesitan.— Se despidió Cyborg, dejando solos a los chicos.
Fue ahí cuando el moreno le tocó el hombro al castaño, Max se extraño ante la repentina acción de su amigo, pero cambió cuando noto la expresión seria en su rostro.
—¿Qué pasa viejo?
—Amigo... Creo que sé de dónde vienen esos personajes.
—Espera...¿Me estás diciendo que no son de este universo?
—Exacto. En realidad, pertenecen a un doujinshi llamado PPGD.— Lo dicho por su amigo desconcertó a Max de una manera que no pensaba que podía ser posible. Ya por ese día había visto muchas cosas extrañas, pero eso realmente lo tomo desprevenido.
—¿Me estás jodiendo?
—Creeme, me gustaría, pero no hay otra explicación, tienen exactamente el mismo diseño, no puede ser mucha coincidencia.
—¿Y por qué no me lo dijiste antes?
—No estaba muy seguro en su momento, pero tras pensarlo mucho, me dije a mismo que no había otra explicación lógica.— Explico David. —Algo me dice que ese viejo de mierda tiene que ver con eso.
—¿Y qué es eso de PPGD?
—Bueno... Toma asiento que esto tomara un rato.
Continuara.
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