XXXIX
El castaño despertó después de toda una tarde de descanso en la camilla, la luz de luna estaba en lo alto y un poco de su brillante luz daba hacia el cuarto de enfermería.
Poco a poco recobró la visión, miró a sus lados, lo último que podía recordar es que era de día y había estado esa persona frente a él, tratando de amedrentar y amenazarlo, cerró sus ojos de nuevo soltando un resoplido, poco a poco sus recuerdos están llegando de nuevo.
Estos habían dejado de llegar como flashes después del viaje a Japón junto a su novio e hija.
Su novio, su pareja, su amor... ¿Dónde está?
Antes de dormir también recuerda que él estaba a su lado, dándole suaves caricias y repartiendo besitos por todo su rostro hasta caer en sus sueños.
Con la ayuda de sus brazos trató de incorporar su cuerpo, fallando al primer intento soltando un quejido.
-Diablos! - se quejó al sentir dar vueltas a su alrededor. Aunque trato de sonar lo más bajo posible no pudo.
-Mn~ ¿Yibo? ~ - la voz adormilada de Zhan se escuchó.
El castaño dirigió su vista hacia el escritorio de la doctora Meng, un bulto se removía, Xiao Zhan se había quedado dormido en el asiento de la doctora.
Después de que el doncel se quedó dormido él también lo hizo y el toque en su hombro lo hizo despertar de nuevo siendo la doctora avisándole que ya se habían ido los trabajadores y que ella también marcaba su salida, le sugirió ir hacia su asiento reclinable y aprovechar para descansar y sin negativa alguna aceptó, el dolor de su espalda lo estaba empezando a matar.
- Aquí estoy, bebé. Disculpa me quedé dormido, yo...
-Shhh... Quiero ir a casa.
-Ven, te ayudo.
El mayor ayudó a sentarlo en la camilla, fue hasta la silla trayendo el saco y corbata del doncel, lo vistió y después guardó su corbata en los bolsillos y finalmente se arrodilló para acomodarles los zapatos de vestir.
Yibo solo lo veía con mucho detenimiento las acciones de su novio, lo hacía sonreír, lo tocaba como si fuera el cristal más delicado.
-Ya está! Ahora sí.
Zhan colocó una de sus manos bajo las rodillas del menor y la otra en su espalda.
- No! - detuvo su acción. El podía caminar, no quería que lo cargaste como una princesa. - Yo... Yo caminaré.
-Yibo...
-Puedo caminar. Tranquilo A-Zhan.
Con cuidado bajó de la camilla y se dirigieron a la salida para abordar el carro del pelinegro, rumbo a la casa de Wang.
En el camino ninguno dijo palabra alguna. Para Zhan era extraño, claro que debía entender lo que había sucedido, había puesto pensativo y nervioso a su pareja, pero había algo más.
Yibo solo miraba por la venta, por ratos su vista se colocaba en la carretera y otras hacia la ventanilla de lado.
Habían salido contentos de su casa está mañana y ahora regresaban con un miedo, tanto que sentían que el corazón les latía en la garganta, con un vacío en su pecho y en su corazón.
¿Por qué tenía que ser así?
¿Por qué recordar a ese hombre y todo lo que hizo?
Lo único que sabía era que tenía que cuidar de los suyos. Usaría todo el poder que tiene su familia para protegerlos. Además Xiao Zhan siempre le prometío que no les pasaría nada.
-Ya llegamos... - habló Zhan luego de esperar unos minutos en la entrada de la casa, ya que Yibo seguía con la mirada perdida.
-Gracias... Zhan... por favor, quiero estar solo...
-Yibo...
-Nos vemos - salió lo más rápido que sus piernas le permitieron, dejando con la palabra en la boca al mayor.
Al entrar a su casa se encontró con Shen, quien al verlo se preocupó y el castaño solo negó con la cabeza. Este le indicó que la pequeña Xia ya estaba dormida y que no se preocupara que sus deberes ya los habían hecho.
Agradeció al mayor y fue directo a su cuarto, se sacó la ropa a jalones, solo de recordar lo de la mañana; se sentía sucio, se supone que él ya no era el de antes, había crecido... Pero ahí seguía llorando como un chico débil.
Al quedarse desnudo se metió a su ducha y dejó el agua fluir, cerró sus ojos y dejó que el agua se llevara todo su mal.
Flashback
6 años antes...
-Hasta cuándo estarás sin hablarme?
-...
-Zhan, por favor...
-...
-¡CARAJO, HÁBLAME!
-¿QUÉ QUIERES QUE TE DIGA?- el pelinegro gritó con frustración - ¿CÓMO QUIERES QUE TE HABLE? ¿CÓMO QUIERES QUE SI QUIERA TE MIRE? MI DEBER ERA CUIDARTE Y MÍRATE COMO ESTÁS.
-Estoy bien - habló con voz serena - No te das cuenta que tu indiferencia es la que me hace más daño y sobre todo en estos momentos.
Y era verdad, Yibo se sentía fatal, se sentía sucio, su cuerpo había sido tomado y profanado por otro hombre, uno asqueroso que solo lo había hecho con la intención de generar daño a su amado; pero él no lo diría, sabía que Xiao estaba con la culpa encima, el remordimiento de haber caído en una trampa y dejarse guiar por Geng y su padre lo hacían sentir de lo peor. Lo único que anhelaba era un abrazo cálido y unas palabras del hombre que amaba con locura.
Zhan volvió a ver cómo los ojitos de su pequeño rubio volvían a humedecerse por las lágrimas.
-Lo siento, lo siento! - lo abrazó fuerte - Perdóname... Perdóname amor. Soy un imbécil, me siento terrible por haberte dejado solo. Por favor, no me odies.
-No me sueltes - le pidió como un ruego, necesitaba ese abrazo desde que el hecho ocurrió. - Solo no me dejes. Por favor, no lo hagas.
-Tranquilo. Esto acabará poco y serás feliz.
- No Zhan. Seremos felices. - se separaron de una distancia pequeña y se miraron a los ojos - Ambos. Promételo!
-Yibo..
-Zhan~
- Lo prometo mi amor.
Esa noche volvieron hacer el amor. Yibo entregó todo de sí y Zhan se dedicó a amar cada parte de él, tocar, besar, lamer y chupar cada rincón...
Para Xiao Zhan era una última vez.
.
.
.
- ¿Estás seguro de esto, hijo? - Bao se encontraba a sus espaldas alistando el armamento, colocándole balas a su metralleta y dos pistolas. - Mejor ve con él. No me importa si mi vida acaba aquí. Mi promesa hacia tu madre será cumplida. Ve con Yibo y sean felices.
-No papá. Para mí ya no hay un final feliz. Ese par muere en mis manos.
Bao ya no dijo nada, su ZhanZhan era igual de terco que su esposa, no cambiaría nada su decisión.
-Hwang y Lee ¿están listos?. A mí señal saldrán del sótano.
-Bien. Una vez que estén fuera que cubran la parte delantera, nuestros hombres los ayudarán.
Bao miró su reloj - Solo faltan 5 minutos.
Zhan asintió y salieron de lo que había sido el despacho de este. Ya habían guardado y llevado varios documentos importantes junto con el dinero, fuera de la casa principal en cada una de sus movidas.
Los dos jóvenes coreanos habían sido dejados a custodia de Xiao, él personalmente bajó con ellos y les preguntó cómo es que habían acabado secuestrados, dando resultado de lo mismo un accidente y sus padres muertos.
Estos escucharon el plan que había propuesto el pelinegro y aceptaron sin parpadear, incluso dando algunas ideas para perfeccionarlo. Sería por fin su tan anhelada liberación, como también la de varias personas.
Tal cual había dicho Xiao Bao, cinco minutos después la primera detonación se escucha en el ala lateral de la casa principal, alertando a Geng y a su padre, los cuales comenzaron a llamar a sus hombres, Zhan también se juntó con ellos fingiendo ayudarlos.
Llegó hasta el cuarto del castaño y sacó las cerraduras que habían sido cambiadas después del ataque hacia su amado Yibo. Al entrar pudo ver al pequeño escondido entre el armario y la pared temblando por los ruidos ocasionados fuera del lugar.
-¡Tú, párate!
-Xi-Xiao Zhan... ¿Qué está pasando?
-Pasa que te largas de aquí.- contestó en un tono frío, tanto que heló la sangre de ambos.
-¿Q-Qué?!
Yibo trató de llegar hasta él, pero fue detenido por Bao que llegaba en esos momentos.
-Joven Wang, tenemos que irnos de este lugar.
-¿Xiao Zhan?
-Lo que escuchaste, te vas. ¡AHORA, LARGO! Bao llévatelo.
-No, espera...tú dijiste que nos iríamos juntos, ¡me lo prometiste!
-¿Y me creíste? Mocoso estúpido. Siempre fue un juego Wang Yibo. Fuiste, eres y serás mi mascota. ¿Necesitas algo más?, agradece que me cansé de ti y te estoy dejando ir con vida. Tal vez en un futuro hasta me agradezcas, claro, cuando tu cerebro funcione bien y dejes de ser ese ingenuo de mierda del que ya estoy harto. ¡BAO DIJE QUE SE LARGARAN!- gritó con toda la rabia que le carcomía el corazón. Dio una última mirada de asco hacia Yibo y les dio la espalda.
-No es cierto Xiao Zhan ¡No mientas! ¡TÚ NO ERES ASÍ, CARAJO! ¿QUÉ DEMONIOS TE PASA? - gritaba Yibo mientras era jalado por el mayor Xiao.
Bao bajó apresurado junto al rubio, tuvo que hacerlo casi arrastrándolo. Cuando llegaron a la puerta principal y el mayor se dirigió a ambos coreanos que resguardaban la puerta principal; ellos tenían puestos pasamontañas, los que diferenciaban a los hombres que tenía bajo custodia Xiao de los de Geng, les hizo un asentimiento de cabeza y fue correspondido.
-Suba joven Wang.
-Bao, dime qué no es cierto. - pedía entre llantos.
- Ya lo escuchó. Ya le fue de utilidad al joven Sean. Ahora suba por la buenas. No me haga perder los papeles a mí también. No querrá verme molesto, créame, puedo llegar a ser peor.
- No lo haré, estoy en todo mi derecho de querer quedarme, ¡SON UN ADULTO, JODER!
- Usted lo pidió, yo se lo advertí.
Cargó al joven, como si de un costal de papa se tratase y lo lanzó a la parte trasera del auto, los coreanos ayudaron poniéndose a cada lado de las puertas, Bao subió al instante al asiento del conductor, activó el seguro para niños, de modo que la puerta no pueda ser abierta desde el interior y aceleró rápidamente antes que se dieran cuenta que es lo que realmente pasaba.
Yibo solo lloraba y suplicaba a Bao que regresaran, no le importaba ser su mascota, ser un hueco que profanar, él solo quería regresar con su Zhan.
Bao estaba impactado y dolido de escuchar los llantos y gritos desgarradores, además de cada palabra dicha por el rubio, sim embargo, tuvo que reprimir sus sentimientos. Ansiaba decirle la verdad de lo que pasaba, pero era por su propio bienestar, ¿verdad?
Después de tres horas de camino llegaban a la calle indicada.
-Joven Wang, bájese por favor
-...
- ¡He dicho que te bajes Wang Yibo!- Dolía gritarle, pero debía hacerlo, siempre pensando en su bien.
-No quiero... - respondía bajito e ido por sus pensamientos.
Al mayor no le quedó otra opción que bajarse y llegar hasta él. Volvería a usar la fuerza, pero era lo que Yibo provocaba con su actitud.
Abrió la puerta y lo jaló fuera del auto. Por la fuerza ejercida, el rubio calló en el pavimento lastimándose. Ni eso fue motivo para que Yibo salga del trance en el que se encontraba, sin duda su cuerpo estaba presente, pero su cerebro no se activaba.
-Quizas lo que te diré no tenga cura para tu dolor. Ya cumpliste con tu trabajo de satisfacer a mi jefe, ahora es libre. Deberías alegrarte, ¿qué clase de esclavo eres? ... Espero que vivas bien en el futuro. Adiós Wang Yibo.
Subió al auto, dejando abandonado en el suelo al rubio, justo a una pocas cuadras de la clínica en dónde lo atendieron.
Cuándo estuvo en la lejanía rompió a llorar, por Yibo, por su hijo, por su esposa y por él .Qué no hubiera dado por qué todos sean felices. De todas maneras, él también creía que así era mejor, no sabían si saldrían vivos de esto. Trató de detener a su hijo antes que inicie esta locura, pero ahora era tarde y lo correcto era salvar a Yibo.
El viejo Xiao realizó el viaje de regreso, otras tres horas manejando a la casa principal, dejó el auto y se adentró encontrándose con sus hombres.
- ¿Dónde se encuentra Sean? - preguntó a su segundo.
-Lo espera en donde habían quedado. - el mayor asintió - Quedan diez minutos.
-¿Todo listo?
-Afirmativo.
Al llegar al despacho, se encontró con Zhan en el suelo, llorando desconsolado, con el cuerpo temblando.
- ¿Lo hiciste? - preguntó este sin levantar la mirada.
-Ya está hecho. Lo encontrarán y regresará con su familia. Así que cálmate, falta poco.
-Mn! Nuestros hombres ya están listos.
-Sí. - se acercó al menor - Hijo, tal vez no sea tan tarde... Aún puedes...
-¡NO! Hasta el último papá. Esos me pagarán una por una- Increíblemente, la decisión que tenía Zhan era tan firme, que dejó el sentimentalismo y se puso de pie para secarse las lágrimas y tomar el hombro de su padre - Es hora.
Otra detonación se escuchó, seguido de una lluvia de balazos. Toda la casa era un caos, hombres de cada bando hacían regados en cada rincón del lugar. Entre el tumulto, Geng fue sacado por órdenes de su padre para ser escondido. Llevándose también papeles importantes y dinero.
- ¡Lo tenemos! - se escuchó de uno de los hombres de Xiao Bao.
- ¿Dónde está? - pregunto el viejo, su respiración estaba agitada, el sudor bajaba por su rostro y sus ropas manchadas de sangre, al igual que sus manos y brazos.
Xiao Zhan estaba igual que su padre además de roto por dentro. Sin su corazón, ese se fue junto a su hermoso rubio y sus hijos.
- En la sala principal, cómo lo pidió el joven Sean.
Bao miró a su hijo e hicieron un gesto de confirmación y se dirigieron hacia el lugar.
Continuará...
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Holaaa Holaaaaa 👋🏻 👋🏻
Un capítulo larguito 🤭
A qué las dejé con ganas de más? 👀 🤭
Volvemos a viaje al pasado, aquí ya pueden ver cómo fue la salida de Yibo de su cautiverio.
Adivinen quién será el primero en saber lo que esconde Xiao Zhan? 👀
En el siguiente capítulo con cluomos el flashback 😉 prometo no demorar ✋🏻
Gracias por todo el apoyo sus comentarios, l@s quieroooooo 🤗
Nos vemos!!! ❤️💚
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