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XXXI

CAPÍTULO 31

Flashback

 
6 años atrás

- ¿Qué buscas león?

- Mi cadena...- Buscaba con desesperación entre los cajones y su closet. - Yo... Me bañé y lo dejé en el buró y ya no está. - respondió agitadamente.

- Tranquilízate. Te ayudaré.

- Mn! Gracias.

Ambos comenzaron a buscar, entre las ropas, cajones, en el baño y botiquín. Cada esquina, debajo de la cama silla, mesa...

- Lo encontré! - celebró el rubio - Si lo pierdo me muero. Mira - le extiendo la cadena de ella colgaba la silueta de un conejito de oro.

- Esa es... Mi... - Zhan se la arrancó de las manos a Yibo, que quedó confundido por su acto. - Mamá...

- ¿Mamá?... ¿Sean, qué pasa? 

- Yibo, hay algo que debo de decirte. 

- Es-Está bien.

- Te amo, ¿sí?, ten en mente eso y solo escúchame, si después de eso no quieres ni verme, entenderé y aunque me cueste aceptarlo, lo aceptaré.  Ah, y que quede claro que lo del escape seguirá su camino. Mi prioridad es sacarte de aquí sano y salvo cuanto antes.

- Me estás asustando Sean.

- León... - Tomó las manos del rubio y lo llevó hacia la cama, ambos se sentaron en estilo indio frente a frente. - Esta cadena... - dudó un poco, pasó saliva, tratando de disolver el nudo que se le había formado en la garganta - Esta cadena, una madre se la dio a un niño en su cumpleaños número diez. Con el pasar de los días, este niño encontró a uno más pequeño que él - las manos del rubio fueron hacia su boca para callar los sollozos que querían escapar de ella. - Ese niño jugaba solo... Era serio... No tenía amigos y decidí acercarme, aunque ese niño rubio de 6 años no me dirigió la palabra – para este momento el rostro de Sean estaba bañado en lágrimas al igual que las del doncel - Cada fin de semana pedía y rogaba a todos los dioses encontrarlo y hacer que me hable, aunque su madre lo haya hecho por él y lo haya obligado a un principio lo logré. El me habló y nos hicimos muy buenos amigos.

- Xiao... No eso... Eso no puede...

- La última vez que nos vimos le di este collar y prometió cuidarlo. Desde ese momento has estado en mi cabeza Wang Yibo. Soy Xiao Zhan, soy ese niño de diez años que jugaba contigo en el parque de cerezos. Ese niño que le dijo al de seis años que era lo más bonito que había visto sus ojos.

Yibo era un mar de llanto, se había preguntado miles de veces dónde estaba ese pequeño niño que con tanta insistencia logró hacerle hablar y jugar. Ese pequeño que hizo acelerar su pequeñísimo corazón con cada una de sus acciones.

- Cómo... Tú... Yo...

-  ¿Quieres saber cómo llegue aquí? - Yibo asintió, para el castaño era difícil seguir hablando, su voz no quería salir, sus pensamientos se combinaban en su cabeza. - Ese día tuvimos un accidente, mamá y papá... Ellos murieron, desperté aquí. Cambiaron mi nombre y me convertí en lo que soy. 

- T-Tú sabías quién era... y-yo desde el principio?

- Sí...

Yibo intentó pararse de la cama rápidamente, pero la fuerza lo había abandonado. Todo era difícil de procesar, estaba entrando en shock... Sabiendo quién era él, lo torturó, violó y agredió de todas las formas posibles. Tenía muchas preguntas en la mente, pero una resumía todo.

- Yibo...

Yibo trató de hilar alguna palabra, pero estaba muy abrumado, se tomó unos segundos para tomar fuerzas y preguntó en un sollozo lo que tanto retumbaba en su mente. - ¿Por qué tú, por qué a mí? -  La voz salió como un lamento, terminó de hacer la pregunta y la poca fuerza que había reunido, lo abandonó. Bajó mirada y la fijó en algún punto del piso, no quería que Sean o, mejor dicho, Zhan viera lo destrozado que estaba.

- Porque si no era yo... Sería mi enfermo hermano o el asqueroso de mi padre. Por favor - se arrodilló delante del menor y lo abrazó por la cintura, quedando su cabeza en el vientre de este. - Perdóname. Te quiero contar todo, lo juro. Primero tenemos que salir de aquí y ponerte a salvo. Cuando todo esto acabe prometo llegar a ti. Pero por favor, prométeme tú que me escucharás, tengo mucho que explicar, lo sé. También sé que será difícil, pero de ahora en adelante estaremos siempre juntos.

- Ya... Yo.... Quiero estar solo...

- No me alejes por favor mi pequeño león. Perdóname.

Yibo se colocó a su altura y acomodó los mechones rebeldes de la frente de su conejo.

- No me voy a alejar, todo tiene un porqué y sé que me lo dirás. Pero ahora necesito pensar y poner en orden mis ideas.

Ambos se pusieron de pie, Zhan atrajo las mejillas del menor y se fundieron en un beso lleno de dolor y felicidad, se habían encontrado, no en las condiciones que hubieran querido y eso es algo que Xiao Zhan tenía que remediar, cueste lo que cueste.

- Te amo león.

- Te amo conejito.

Zhan caminó hacia la puerta, no sin antes darle una mirada más a su hermoso rubio para salir de ahí, dejándolo encerrado como siempre lo hacía y desquitarse con el primer idiota que se le cruce en el camino. 

Yibo al escuchar la cerradura de la puerta, se tiró en la cama y un grito desgarrador se escuchó entre las cuatro paredes, ¿Cómo había terminado un hermoso niño en todos los sentidos en alguien como Xiao Zhan? 

Lo único que tenía claro, era que su corazón seguiría siendo de él.

Fin del flashback

- Amor, ¿estás bien?

- Mn... Sí.

Si Xiao hubiera estado atento hubiera escuchado como lo había llamado el castaño por primera vez.

- Llegamos joven Wang. - Anunció el chófer.

- Gracias Riku.

Al bajar, la pareja se tipo con 4 pares de ojos en la entrada principal de la casa de su hermano.
Yibo sonrió y corrió hacia donde se encontraba ellos.

- Mamá!

- Mi hermoso hijo. Más de un mes sin verte, ¿estás gordito?

- Mamá!

- Mujer, tú siempre estás poniendo a prueba a tus hijos.

- Papá! - abrazó a su padre – Hermano, ¡cuánto tiempo sin verte! Sigues igual, solo que más viejo.

- Estúpido mocoso.

- Cuñada! - la abrazó muy fuerte. Ella también había Sido un pilar en su recuperación, sobre todo en la crianza de la pequeña Xia. - Estás hermosa.

- Tu igual pequeño A-Yi.

- ¿Y dónde está mi pequeña princesa? - preguntó la señora Wang manteniendo fija su mirada al pelinegro que cargaba a la dormida Xia.

- Se quedó dormida y... - bajó con cuidado las escaleras llegando hasta su pareja, lo tomó del brazo con cuidado y subió hasta la entrada junto a él - Él es Xiao Zhan... mi... mi pareja - Zhan hizo una reverencia - Ellos son mis padres, ya conoces a mi padre Wang Hong, mi madre Wang Mei, mi hermano Dalai y mi cuñada Lusi.

- Es un gusto conocerlos. Mi nombre es Xiao Zhan.

- Un gusto tenerlo aquí, joven Xiao. Vamos adentro mientras dejan las maletas en los cuartos correspondientes.

- Gracias.

El señor Wang y Xiao Zhan con Xia en brazos pasaron primero, detrás venía la señora Wang, los hermanos y Lusi.

- Así que te gustan los mayores, hermanito.

- Cállate!

- Deja de fastidiar al cuñado, amor. Yo soy mayor que tú también. - sonrió la joven mujer.

- Mamá, ¿Cuántas veces se te cayó de chiquito mi hermano?

- Ambos déjense de juegos. Compórtense frente a mi yerno. - los adelantó sonriente la mayor.

Todos se sentaron en la sala, la conversación fluyó de lo más natural, no se respiraba incomodidad por parte de la pareja. Entre charla y charla el llanto de un pequeño bebé y la voz de una princesa llamó su atención.

Yibo y Lusi fueron por los niños, dejando a los demás en la sala.

- Joven Xiao - Habló el señor Wang - Gracias por devolvernos a nuestro Yibo.

- Así es. Quizás usted aún no sepa todo lo que ha pasado, pero mi hijo ha sufrido mucho y ahora que lo vemos tiene ese brillo que era tan característico en él, además de que su sonrisa ha cambiado.

- No digan eso. No sé qué es lo que haya pasado anteriormente Yibo- mintió. Claro que lo sabía y no podía sentirse una basura ante eso - pero... Yo solo me encargo de hacerlo sentir bien y feliz. Es mi prioridad al igual que la princesa.

- Bueno cuñado. Bienvenido a la familia. 

Wang Dalai le estiró la mano y la correspondió. Esto iba a ser difícil, pero lo tenía que hacer y cuando se sepa la verdad tendría que cargar con el odio y rencor de todos ellos.

- ¿Puedo preguntarte algo A-Zhan? Claro si puedo llamarte así.

- Con toda la confianza señora Wang, dígame.

- Dime mamá, ya eres de la familia. - Zhan asintió ante las palabras de la mayor - mi pregunta es... ¿Anteriormente no nos habíamos visto? Tu apellido me es familiar.

Zhan se tensó, uno de sus miedos estaba ahí, se repetía mentalmente que debería de responder, Pero las palabras no salían...

-A-Zhan?

- No señora Wang. Primera vez que nos vemos.

Yibo y Lusi bajaron con los pequeños, la joven presentó a su pequeño a Xiao el cual faltaba conocer. Con esto se perdió la conversación entre suegra y yerno.

- ¿Todo bien? - le preguntó bajito el castaño.

- Si, cariño. - le respondió en el mismo tono de voz.

- Señores, ya pueden pasar a la mesa - avisó una de las chicas que trabajaba en la casa.


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- No pensé que mamá nos iba a poner en una recamara a nosotros juntos. - comentó el castaño mientras se sacaba el cabello.

- Mamá es muy sabia - respondió desde el baño el pelinegro.

- ¿Tu mamá? - pregunto confundido el castaño - Desde cuándo... Ustedes.

La puerta del baño se abrió, Zhan dejó sus cosas encima del escritorio y fue hasta su amado doncel a abrazarlo.

Ambos se miraron fijamente, sonreían y sus ojos brillaban como estrellas en la oscuridad.

- Soy su yerno favorito.

- El único.

- Sí. El único, por qué de ahí está Lusi.

El castaño soltó una carcajada, se veía tan hermoso cuando estaba feliz.

- Gracias por estar aquí con nosotros Xiao.

- Lo hago porque los amo. Te quiero Yibo, te quiero para volvernos locos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa por las calles; eso sí, tomados de la mano, mejor dicho... del corazón.

Yibo tomó con sus manos ambas mejillas y se acercó para darse un dulce y largo beso, en dónde sus lenguas danzaban en un baile suave con miles de sentimientos desbordados.

- Terminemos de alistarnos para descansar, que le debemos los paseos a Xia.

- Está bien.

Wang dejó la toalla en el baño, llegó a su maleta y buscó algo que quería llevarse a la boca desde que salieron de China.

- ¿Qué buscas cariño?

- Mmmm... Traje mis tiras picantes...

- ¿Desde cuándo el joven Wang está comiendo picante?

- Solo los vi el día de ayer al salir de la empresa y se me antojaron...- Siguió rebuscando - Aquí está! caminó hacia la cama - ¿Quieres?

- Gracias - tomó uno - No sabía que te gustaba lo picante. Yo lo adoro.

- No soy de comer. Solo lo vi y dije: lo quiero. - el castaño comía con gusto.

Zhan contemplaba a su doncel comer, con unas ganas y sus mejillas rellenitas. Que por cierto, era verdad que ahora se veía más rellenito.

- Come despacio y toma agua. No estás acostumbrado a eso.

- Si, señor.

- ¿Me darás mis todos los días son todos los días?

- No.

- Pero...

-No...

- Bueno, hablaré con mi mano a partir de mañana. Hice lo posible para convencerte. - se acomodó de lado.

- Hazlo. Estoy bien con eso. - se levantó de la cama y camino al baño a botar el paquete y lavarse las manos y boca nuevamente.

- Amor, tu trasero se ve más esponjocito.

- Pervertido. - llegó a la cama y se acomodó entre los brazos del mayor - Sigues castigado.

Ambos rieron, Zhan le dejó un beso en la boca y después en la frente y cerraron sus ojos dejándose llevar por el mundo de los sueños.


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-Buenos días familia! - Dalai junto a Lusi y el pequeño Tian durmiendo en brazos de su madre.

- ¿Tan temprano despiertos? - preguntó Lusi acomodándose en su silla.

- Hoy iremos de paseo! - comentó feliz la más pequeña, comiendo su tostada.

- Hoy estás muy enérgica A-Xi.

- Sí tía. Estoy feliz por qué tengo a mis papás conmigo...

El ruido de unos cubiertos cayendo retumbaron el lugar. Zhan miró a la pequeña, Yibo estaba en las mismas condiciones, ambos asombrados y pálidos por lo dicho. La pequeña dejó de comer por el silencio y las miradas puestas en ella.

- ¿Por qué me miran así?

- Princesa... ¿Por qué dijiste eso? 

- Papi Bo está con mi Gege bonito. Así que Gege bonito - miró al pelinegro que ya comenzaba a respirar - Se convierte en mi papá también.

- Amor...

- Eso es cierto. - interrumpió Zhan - Llámame como gustes.

- Entonces papá debe llamar hija a la pequeña Xia - contestó la niña.

- Lo haré... Hija. - Zhan miraba embelesado a su pequeña. Ella le pedía que la llamara hija, y lo hizo, y se sintió el hombre más feliz en ese momento. Era algo que anhelaba desde el momento que supo de su existencia y ahora lo hacía realidad.

- Xia, amor. Solo no quiero que confundas las cosas - Yibo atrajo la atención de la princesa - Tú tienes a tu papá...

- Sip! - continuo Xia - Papá Sean siempre estará aquí - Señaló su pechito en el lugar de su corazón. Zhan al ver el acto quería salir corriendo y gritar a los cuatro vientos que él era Sean. - No olvidaré lo que me has contado de él. Ahora tengo dos padres y a ti papi Bo.

Yibo sonrió ante las palabras de su pequeña. Era una niña muy inteligente y pura.

- Bien, sigamos comiendo. - hablo el señor Wang.

La convivencia regresó a una cierta normalidad, solo que un par de personas no estaban a gusto al escuchar el nombre no deseado. La señora Wang y Dalai miraban reprobatoriamente al castaño.

¿Por qué contarle a la niña de la persona que le hizo mucho daño? Lo habían hablado miles de veces y a causa de ello muchas peleas.






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Holaaa Holaaaaa 👋🏻👋🏻👋🏻

Regresamos de nuevo al pasado 👀

Yibo conocía la verdad detrás de la cadena 👀

Los señores Wang están contentos con su Yerno 👀

Xia ya le dijo papá a Zhan y nombró a Sean 👀

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En la madrugada subí por accidente un capítulo que no correspondía 🫣 ya en estaba afectando el sueño 😅

Espero que les vaya gustando cómo va el capítulo, en el siguiente entran nuevos personajes, sobre todo uno amado por mi manita 🫣

L@s quierooo 🤗

Nos vemos!!! ❤️💚




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