XV
CAPÍTULO 15
Después del baño y arreglar a la pequeña ambos bajaron, Wang Yibo dejó a su hija junto con Xiao en la sala, mientras él se adentraba a la cocina junto con la señora Choi.
Ambos pelinegros conversaban alegremente, Xiao Zhan escuchaba atentamente; la niña no dejaba de hablar de todo lo que había hecho junto con su papi Yibo, sus gustos y disgustos, y que sobretodo amaba pintar y dibujar.
- ¿Sabes qué a mí también me encanta?
- En serio. ¡Eso es genial! - Xiao Zhan miraba esa sonrisa tan bien dibujada, tan bella, como... La de su madre. - ¿Podríamos hacer un dibujo juntos? - sus ojitos de cachorro y un leve puchero acompañaron la pregunta.
-Me encantaría.
- ¡PAPI! ¡PAPI! ¡PAPI YIBO! - llamaba la niña a todo pulmón. Cuando el castaño se dejó ver, la niña inmediatamente le pidió sus materiales necesarios, haciendo que Yibo junto con la ayuda de Shen trajeran todo lo pedido.
- No se preocupen, desde aquí me encargo yo - habló el pelinegro sonriendo hacia la pequeña Xia.
-Bien. Los dejamos, les avisaremos cuando la comida esté lista. - Yibo se agachó para dejarle un beso en la frente a su hija.
-En unos momentos les traigo un refresco.
- ¡Gracias! - contestaron ambos pelinegros.
Shen se quedó perdido ante la imagen de ambos, adulto y niña, parecieran como si fueran el espejo de cada uno.
El mayor sacudió su cabeza ante sus pensamientos. ¡Eso no podía ser, a no ser que fuera su padre... Claro que no! Era la primera vez que veía al invitado en casa. Además, Wang Yibo no había llevado a ningún extraño a casa.
-Ya regreso - se inclinó ante ambos y giro sobre sus talones para ir hacia la cocina.
- ¿Por qué me mira así, señora Choi?
-Desde que estoy trabajando aquí joven Yibo, usted no... - señaló las verduras picadas - ¿A cocinado?
Y es cierto. Antes del secuestro él mismo se preparaba sus platillos favoritos, haciendo renegar a su madre cuando ella no preparaba lo que le gustaba y dejando la comida. Después del secuestro todo cambió. Solo se dedicó a cuidar a su hija mientras estudiaba y trabajaba.
-Mi joven amo es muy bueno en la cocina. - Shen, quién llegaba a la cocina, se unió a la conversación - Siempre hacia renegar a la señora por qué sobraba comida. - Yibo rió ante el comentario mientras marinaba la carne - Me alegra ver qué está muy contento.
El castaño paró lo que estaba haciendo. - Tengo que consentir a mi pequeña princesa.
Ambos mayores se miraron cómplices. Sabían que detrás de todo esto tenía nombre y apellido el cual estaba sentado en la sala con la niña pintando.
- ¡La cena está lista!
Con la ayuda de Xiao Zhan, Wang Xia llegó al comedor. Por pedido de la pequeña, el pelinegro estaba sentado a su derecha y su papi Yibo a su izquierda, ella quedando en el medio alegando que la tenían que cuidar.
La señora Choi y Shen fueron los encargados de servir los platos, la pequeña más que encantada comiendo todo lo que había preparado su papi para ella.
A pesar de que había sido la primera vez que probaba el sabor, sabía por medio de su abuela que su papi Yibo era un buen cocinero.
- Bien, es hora de irse a lavar la boquita y dormir.
- ¡Noooo! - con un puchero en sus labios y las manitas juntas pidiendo por favor - Todavía no.
-Cariño, tienes que descansar. El doctor dijo que...
-Por favor papito.
- Hazle caso a papá, Xia. El doctor dijo que tenías que estar en cama y mira - Zhan señaló la sala - Hemos estado dibujando y pintando desde que llegamos.
- Mmm Bueno, me iré, pero con una condición! - la pequeña alzó su dedito y sonrió - Que Gege bonito me acueste.
-Wang Xia!
-PAPI - volvió a usar su arma poderosa. Su puchero y sus ojitos brillosos bien abiertos. Un gatito con botas de Sherk - ¡Por favor!
Yibo y Zhan se miraron a los ojos.
-No hay problema. Yo la acuesto. - Contestó Zhan.
- Está bien - Yibo se limpió la boca y se paró - Yo la cambio y te aviso para que subas.
- Si!
- Te ayudo a llevarla y espero afuera para ingresar.
Xia inmediatamente alzó su manita hacia Xiao Zhan, siendo correspondida. El pelinegro seguía a Yibo por las escaleras, claro que ya conocía el lugar, solo que ahora quería deleitarse de la vista.
Wang Yibo quería morir si es posible en ese momento, sentía la mirada del mayor en su espalda. Soltaba el aire cada 5 segundos para que los nervios no lo delataran, además del calor corporal que emitía en esos momentos.
Al llegar al cuarto de la niña, Zhan la dejo en la cama y salió, dándole espacio para que la puedan preparar para dormir.
Cuando ya Xia estaba lista, el castaño abrió la puerta dejando pasar al pelinegro.
-Ahí - señaló el estante en la esquina de la habitación - Están sus libros. Le encanta escuchar un cuento antes de dormir. - Recibió un asentamiento ante lo dicho por parte de su socio - Yo iré a darme una ducha y alistarme para quedarme con ella.
- Bien.
-Xia - Yibo se acercó a su hija y le dio un beso en la frente - Papá irá a alistarse para dormir contigo. ¿Está bien?
-Sí papi!
- Bueno. Los dejo.
Xiao Zhan se acercó a observar el estante. En ella se encontraban fotografías, jueguetes, legos y adornos, además de los libros.
Tomó la primera fotografía donde se veía un Yibo adolescente cargando a una pequeña bebé recién nacida, mirándola como si fuera su más preciada posesión. Pasó sus dedos por esa foto, acariciando el vidrio protector de esta.
"Perdón" era la palabra que se repetía y repetía en su cabeza.
- ¿Gege bonito? - lo llamó la pequeña al verlo tan perdido en la foto.
- oh sí! ¿Qué cuento querrás que te lea?
- uhmmm... La Cenicienta.
Zhan sonrió. Dejó la foto en su lugar, pasándole las yemas de sus dedos una vez más y tomó el libro correspondiente.
Llegó a la cama y acostó a la pequeña. La cubrió hasta sus hombros y él jalo la silla de su escritorio y se sentó.
-Gege ven a mi lado o no dormiré.
- Xia...
-Porfi.
No sé dijo una palabra más. Zhan se colocó al lado izquierdo de la pequeña y comenzó con el cuento.
-Había una vez...
Mientras Zhan hablaba, Xia lo miraba expectante, le encantaba la forma en la que su gege bonito lo contaba. Ella lo miraba desde abajo sonriendo, sus ojitos brillaban.
Después de un tiempo y de pelear con sus párpados la pequeña se quedó dormida. Zhan se acomodó a su lado y acaricio cada una de las hebras negras de sus cabellos, bajando por el rostro y delineando cada facción del rostro de la pequeña.
-Eres tan hermosa princesa. Definitivamente tienes de los dos.
La contempló un rato más hasta que el sueño lo venció.
Wang Yibo salió de su habitación para ir al encuentro de ambos pelinegros, al abrir su puerta se dio con la imagen más bella que jamás pudo imaginar. Xiao Zhan abrazaba protectoramente a su bebé. Los dos con los labios ligeramente separados.
El castaño sonrió ante ello, se acercó y retiró el libro que se encontraba encima de las piernas del mayor, llegó al estante y lo dejó en su lugar.
Decidió retirarse y bajar a la cocina para tomar un poco de té y poder relajarse. Cerró la puerta con sumo cuidado y los dejó dormir.
Xiao Zhan sintió unos bracitos envolverse en su pecho, parpadeó un par de veces antes de abrir sus ojos por completo. Miró la carita pacífica de su pequeña, la contempló unos minutos más y salió de cama. Revisó su celular y se dio cuenta que ya eran altas horas de la noche. ¿Por qué Wang Yibo no había ido a levantarlo? Salió de la habitación tratando de adivinar cuál era el cuarto del castaño. Se rascó la nunca pensando en que debería de hacer, primero decidió bajar a la cocina para tomar un poco de agua, al bajar las escaleras se dio cuenta del pequeño reflejo de luz. Así que la siguió dándose cuenta que salía del mismo lugar al que él quería llegar.
El ruido del agua corres y de lozas al chocar lo hizo detenerse y esconderse para mirar, dándose con la sorpresa que era el castaño que estaba lavando una taza y su plato.
Xiao Zhan no dejaba de recorrer el cuerpo de Wang Yibo a pesar que este le daba la espalda. El pantalón chandal color verde oscuro que hacía marcar sus glúteos hacían ver qué este no usaba ropa interior, agito un poco su cabeza ante esos pensamientos y siguió subiendo mirando su cintura, su espalda marcada, sus hombros que el polo blanco, a pesar de ser suelto, dejaba ver la piel. Terminando en su cabello castaño aún se notaba un poco húmedo que caía naturalmente.
El pelinegro no lo soportó más y se acercó sin hacer ruido, colocándose detrás del castaño para abrazarlo por la cintura.
Wang Yibo dio un salto de susto terminando de tensarse soltando lo cubiertos que estaba por terminar de lavar.
Zhan aprovechó esto y se acercó a su oído, el aliento caliente chocó con el cuello para subir y quedarse en el oído del menor.
-Sé mío.
(3/3)
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Holaaa Holaaaaa 👋🏻👋🏻
Lo que había prometido, lo tienen 🫣...
Disculpen la demora 🥲
Tres capítulos de un solo tiro y extensos 🤭
Qué creen que pasará ahora???
Teorías????
Las leoooo
Nos vemos!!! ❤️💚
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