Excalibur ha nacido, la historia secreta de la Espada Sagrada

El asesino amenaza al Patriarca con su brazo derecho y dice:

"Si quieren conservar sus vidas, será mejor que me dejen ir con el Patriarca"

Se escucha una risa proveniente de detrás de la máscara mientras Aioros expande su cosmo revelando su poder y atacando al asesino, que de poco sirve ya que éste fácilmente lo evita y apunta al Patriarca con su mano derecha

"Ah!" Shura no logra tomar ni un suspiro. Arles caído en el suelo se levanta y grita:
"Aioros, todo depende de ti", a lo que el Santo responde
"Has visto a Saga?"
"¿Que?"

En un segundo, la mano que estaba apuntando al Patriarca baja, y logran ver el movimiento del cabello del asesino a la par que el Patriarca le ordena a Shura:

"Lanza tu mano cortante".

En ese instante, Shura cambia su mano como una espada, apunta la mano derecha del asesino y aparece un resplandor, pero no se puede controlar por completo su mano cortante, el sólo movió su mano como pidió el Patriarca. Mientras el poder se liberaba, el Patriarca se alejó de la mano cortante, que logra herir la mano del asesino

Aioros rápidamente dispara dos golpes a la velocidad de la luz como flechas hacia el asesino, quien no logra evadir el ataque. La parte del hombro derecho de las Escamas logró ser golpeada por Aioros, pero no logró destruir las Escamas creadas con Oburo, la parte del hombro sólo se ha desgarrado y antes de que el asesino llegue a su postura de combate, Shura se dispone a atraparlo así que salta, mientras Aioros protege al Patriarca sigue peleando, desde el aire el asesino lanza un ataque a Shura, pero pierde el equilibrio y Shura logra caer de pie, a la par que Arles también se levanta y los tres confrontan al asesino

Aioros se encuentra frente al Patriarca para protegerlo, mientras expande su cosmo, al asesino no le queda alternativa más que rendirse ya que se encuentra ante dos Santos Dorados y uno Santo de Plata, además de uno que alguna vez fue Santo de Oro, no puede enfrentar a los cuatro, sería demasiado tonto, por lo que gira y salta hacia una ventana y con el sonido de los cristales rotos desaparece en la oscuridad de la noche y Shura se dispone a perseguirlo

"Shura, olvídalo" dice el Patriarca
"¿Que?"
"Esta demasiado oscuro afuera... Si vas tras el podría atacarte y derrotarte".
"Tiene razón", dice Arles viendo los ojos de Aioros quien también quiere ir pero debe obedecer
"Entiendo. Entonces ¿quién será ese asesino?"
"Seguramente debe ser uno de los sirvientes de Poseidón, pero...", Aioros pasa su mano por su cabeza mientras dice esto
"Aioros, Shura", el Patriarca inclina su cabeza en señal de agradecimiento
"No fue nada, Patriarca"
"Cierto, no fue gran cosa"