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Inflación en la Alianza - Parte 1

Inflación en la Alianza - Parte 1 (por Houko)

Desperté tarde, pasada la madrugada. Cualquier persona podría pensar que era un mal momento, pero la verdad es que el tiempo era el correcto. Suou, una amiga burgués, hacía bastante me había enseñado que por la noche era el mejor horario para visitar los mercados de cualquiera de las ciudades y encontrar las mejores oportunidades para hacer negocios, ya sea para comprar o vender.

Sonreí al recordar aquella fugaz lección de parte de ella, debido a que en esta ocasión mi recorrida por la zona comercial de la ciudad se debía más a una fortuita casualidad que a una elección deliberada. Por la mañana habría arribado a la ciudad de Truan tras varios días de viaje por mar. Como era de esperarse luego de tener un almuerzo liviano procuré encontrar una posada en la cual descansar.

Por supuesto el motivo para venir hasta aquí no era otro que el de hacer un poco de sutin, la moneda oficial de la Alianza. Si bien en las demás urbes no era algo imposible de lograr, lo cierto era que las oportunidades que tendría a mi disposición estando aquí serían totalmente inconmensurables, en comparación con el resto de otros posibles destinos.

Dicho de otra manera, la capital de Rung, Truan, era prácticamente el núcleo económico de esta nación que se autodenominaba como la Alianza. Cientos de puestos comerciales se encontraban distribuidos a lo largo y ancho de dicho urbano, dejando en ridículo a las demás ciudades. En Nhagot la actividad era casi nula, el atractivo de antaño se había perdido hacía mucho tiempo. Padai y Cadao eran el hogar de algunas tiendas de rubros bien específicos, aunque por supuesto no era algo que en la gran ciudad verde no se pudiese encontrar.

En mi pequeña bolsa que cargaba en la espalda transportaba el botín que pretendía vender. Una considerable cantidad de esencias de diferentes tipos era lo principal de mi catálogo, seguido por un par de hierbas y algunas que otras piedras. A pesar de la cantidad de puestos comerciales que ya estaban emplazados, aún había lugares disponibles para que en caso de desearlo yo pudiese asentarme temporalmente y poner a la venta de mis productos.

Tal cual se estarán imaginando la mayoría de los negocios aquí eran puestos personales, que constaban de una simple mesa que exhibía la mercancía. ¿El famoso corazón económico de la Alianza no era más que una gran feria al aire libre? Si de esa forma lo quieren ver, no estarían tan errados al respecto, aún así no se debe subestimar los beneficios de tal metodología. Después de todo cualquier persona tenía la posibilidad de vender o comprar productos en su propio puesto comercial, siempre y cuando hubiese disponibilidad de lugar.

Inconscientemente cada tanto prestaba más atención a lo que se vendía que a quienes buscaban comprar el contenido de mi bolsa. Un ligero detalle llamó mi atención, que tardé en descubrir de qué se trataba pues era una característica generalizada, todo estaba caro, más de lo normal. En un principio sospeché que mi memoria me estaba jugando una mala pasada desde la última vez que había recorrido los puestos comerciales en busca de precios.

No obstante poco tiempo transcurrió hasta que la sospecha se esfumó convirtiéndose en una realidad innegable. Según mis cálculos por cada paquete pequeño de hierbas que vendiese podría obtener unos cinco sutin, mientras que por una botella de la esencia de menor calidad me darían como mucho diez sutin. Podrán comprender la sorpresa que me llevé cuando me ofrecieron el doble por cada uno de esos productos.

En mi mente barajaba las posibilidades tras aquella oferta. ¿Aquella mujer desconocía el verdadero valor de lo que intentaba vender yo? ¿Tal vez se había descubierto algún nuevo uso para tales productos, y por eso ahora se pagaba más por ellos? Siendo precavida decidí continuar recorriendo los puestos comerciales y conservar de momento mi mercancía. Hasta que una oferta me tentó lo suficiente.

-"Veinte sutin por cada paquete de hierbas, aunque si tienes más de cinco paquetes puedo pagar treinta por cada uno. Y por cada esencia, cuarenta sutin es mi oferta. Es el mejor precio que conseguirás por eso."-

¿Qué estaba pasando aquí? O mejor dicho en la Alianza. No tenía dudas, durante mis días en alta mar mientras me encontraba en camino hacia aquí, algo aconteció. Preguntarle directamente a aquel muchacho que había mostrado especial interés en las hierbas tal vez me pondría en desventaja a la hora de negociar, ya que quedaría en evidencia mi desconocimiento por la situación actual. Por suerte una voz en las cercanías captó la atención de quienes estaban a su alrededor y me dio la posibilidad de conseguir algo de información.

-"¡Compro esencias, a partir de setenta sutin por cada una! ¡El mejor precio de Truan sólo aquí!"-

-"¿No sé supone que tu precio era el mejor?"- le consulté con una mueca al muchacho que tenía en frente. Su respuesta fue apenas un gesto, fingiendo inocencia. -"Puedo venderte cinco paquetes de hierba, ¿pero me puedes decir por qué los precios han variado tanto?"-

-"No lo sé con exactitud. Pero a pesar de que los precios de venta han aumentado, la gente no tiene problemas en comprar. Por el contrario, el conseguir que alguien nos venda mercancía se ha tornado algo complicado."- lo miré con extrañeza por lo que explicó. -"No es que falten interesados, pero debemos pagar más también."-

Aquella venta de hierbas de mi parte me alegró el comienzo de la jornada, a pesar de que la luna todavía se podía ver en los cielos de Rung. Al final de mi recorrido conseguí hacerme con un buen par de monedas, después de todo las esencias de menor calidad pude venderlas por doscientos sutin cada una, diez veces más de lo que había previsto en un principio. Algo que sin lugar a dudas beneficiaría mi tan apretado presupuesto. Más errada sobre aquello no pude haber estado.

Todavía recuerdo ese día en que lo descubrí. Parecía un suave movimiento de marea pero cuando menos nos lo esperábamos una ola gigantesca llegó a la Alianza y sacudió su economía, arrasando con todos los sutin que encontraba a su paso, una ola llamada inflación...

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