Un año atrás

Ambos nos encontrábamos en el reciente bar abierto por Namjoon, nuestro amigo en común. Tanto Park como yo llevábamos más alcohol por las arterias que sangre.

Park se reía de cualquier tontería y hablaba de vinos y recetas con él, mientras yo miraba a mi alrededor y a todas las personas que se encontraban esparcidas por el lugar bebiendo y bailando. Celebrando el cumpleaños de Hoseok, su chico, decidimos terminarlo estrenando el bar de Namjoon, ofreciéndose a pagar las bebidas en honor al que cumplía años.

Minho y Hoseok bailaban alegremente, no tan ebrios como nosotros, Namjoon tras la barra y Taehyung recostado a un lado del reluciente sofá que nos permitía la sala.

Le odiaba tanto.

Odiaba tanto que él tuviera lo que yo nunca podría.

Porque él era capaz de no dejarse llevar e importarle una mierda la opinión y sentimientos de la gente, pero yo no era así.

Yo escondería mi orgullo y sacaría mi respeto, por ahora.

Dejé a Park hablando solo, o quizás con la botella frente a él y me acerqué, al entonces, peligris, tirando de su camiseta y levantántolo hasta llevarlo a los baños. Se me complicó el camino debido al estado de mi ebriedad, pero eso no influyó en conseguir mi objetivo.

- Te odio tanto, Taehyung. -exclamo furioso.

- Eres un cobarde, Jeon, un maldito cobarde. -las palabras salían de su boca con burla y odio permanente hacia mí. Su estado de ebriedad era casi igual al mío, pero al menos él no balbuceaba.

- Tú... nunca serás yo. -balbuceo- Nunca te va a querer como me quiere a mí. -le miro- Sobre tí o sobre quien sea, no dejaré que este sentimiento muera.

- Ahora eso mismo díselo a su hermano. -señala hacía el chico echado sobre la barra y luego sale del baño.

Ha sido inútil someter a Taehyung en los baños de aquel bar, pero quería que le quedara claro en su mente que no se entrometiera en mi camino.

Aunque Taehyung ya estuviera metido hasta el fondo y yo no supiera.

Vuelvo hacia la barra, Park me abraza como si no me hubiera visto en meses y me hace sentarme a su lado.

- Quiero que me prometas algo, Jungkook. -sus barbuceos me sacaron del trance en el que había entrado y le miro directamente- Por favor, prométeme que si me llegase a pasar algo, protegerás con tu vida a Jimin.

Protegerlo con mi vida.

- No te preocupes por eso, Park, deberías saber que siempre lo hago.

- A veces me gustaría saber que se siente que me quieras tanto como le quieres a él. -me mira y suspiro.

Una vez más volvió a repetir esa misma frase que la decía cada vez que se embriagaba. Y yo de nuevo fingía no haber escuchado, olvidar y no amar a Park Jimin.

Pero todos sabemos que no podría fingir amarte, infinity.

Ya no.