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04↬ Enfrentar a Park

Después de que Jungkook se despidiera, no volvió a aparecer en todo lo que restaba de día, mucho menos al día siguiente, así que acabé con la idea del maratón de películas y me coloqué cómodamente en el sofá con mi portátil para revisar las últimas tareas por entregar. También mirar algún apartamento, esa idea llevaba rondando por mi cabeza muchas horas.

Ni dos minutos pasó cuando el timbre sonó. Dejé el ordenador a un lado y me levanté para abrir la puerta. Jeon apareció tras el umbral, mirándome con timidez.

- Lo siento. -murmura, me abro paso y él entra pasando por mi lado- Sé que te prometí volver y ver películas, pero aparecieron Jaebum y Mark y la pequeña reunión se convirtió en fiesta en pocos minutos.

- No me importa, Jungkook. Deberías saber ya que el más maduro entre ambos soy yo, así que ya lo vi venir, era algo que se esperaba fácilmente de tí.

- ¿Tienes tiempo ahora...? -pregunta casi con miedo, me siento en el sofá y le insto a sentarse a mi lado.

- Estaba revisando tareas y viendo apartamentos pequeños por internet.

- ¿Apartamentos? -me mira.

- Quiero mudarme. Esta casa es demasiado grande para mí. -hablo mirando a mi alrededor- Está llena de recuerdos y momentos tanto felices como tristes, y tampoco es que la herencia de mis padres me fuera a durar toda la vida para mantener la casa.

- Tú... ¿quieres dejar todo esto atrás e irte de aquí? -pregunta desviando la mirada- ¿Quieres olvidar todos los recuerdos?

- Tú mismo dijiste que estaba estancado en el pasado. -él me mira con sorpresa, que estuviera ebrio no significa sordo- Creo que es hora de olvidar y empezar a vivir.

Jungkook relame sus labios asintiendo con una mueca. Sus ojos van a la cocina y de nuevo vuelven al salón. Sé exactamente qué ha pensado en ese momento porque yo también he tenido el mismo pensamiento.

Suspiro dejando el portátil a un lado.

- No va a ser ahora mismo, quizás en un par de semanas más. -informo- Cuanto antes mejor. Ahora podríamos ver esas películas que le debes.

Jeon asiente y me pasa el control de la televisión para buscar una buena película mientras nos sumergimos en un incómodo silencio.

• ----- ☯︎ ----- •

Llevamos alrededor de dos películas vistas, Jungkook descansa su cabeza sobre mis muslos y yo acaricio su cabello mientras me distraigo con la televisión.

Era fácil para nosotros mantenernos en posiciones tan íntimas y no sentirnos incómodos con el otro. Jungkook tenía entre sus dientes su dedo índice, como un niño pequeño, y yo enredaba mis dedos entre su oscuro pelo, trazando coletas imaginarias.

La escena que se proyectaba ahora en pantalla eran de una pareja adolescente. El chico llevaba a la chica a un lago y empezaban a besarse con pasión mientras la ropa sobraba entre ellos.

Aparto mi mirada sonrojado, es más, Jungkook ni siquiera se inmuta ante la escena, es tan común para él este tipo de situaciones.

- ¿Cuál es el lugar más raro donde lo has hecho, Jungkook? -pregunto.

- ¿Uhm?

Esa pregunta le ha tomado por sorpresa. Gira su cabeza confundido hacia mí y me mira entrecerrando sus ojos.

- ¿Puedes repetirlo?

- ¿Cuál es el lugar más raro o exótico, fuera de lo común, donde lo hayas hecho? -vuelvo a preguntar.

- No sé. -piensa- Quizás en una casa abandonada.

- ¿Es enserio? ¿Sabes todas las clases de enfermedades que podrías haber pillado, Jungkook?

- Hace mucho tiempo de eso, no pensaba con fluidez y mis hormonas controlaban mi organismo, no me juzgues.

- No es excusa. -me encojo de hombros, él me da una mirada divertida.

- ¿Y tú? -pregunta- ¿Cuál ha sido el sitio más raro dónde lo hayas hecho?

- ¿En mis sueños?

- Venga, no tengas vergüenza conmigo, nene. -me insta.

- Enserio, Jungkook. -murmuro avergonzado y escondiendo mi rostro tras mis manos- Yo... yo nunca he hecho eso.

- ¿Nunca lo has hecho? -murmura confundido, casi expectante- ¿Y Taehyung?

- Bien, es buen besador.

- ¿Nunca llegásteis a más? -pregunta de nuevo sin dejar de mirarme.

- ¿Qué necesidad había?

- Somos seres humanos, Jimin, somos hombres, es obvia la necesidad. -se levanta de mi regazo y se sienta a mi lado- Pero si te habrás... tocado, ¿no?

- No, no, no. -hablo rápido- Es decir, si he sentido la necesidad, pero siempre he tratado de sobrellevarlo con agua fría y ya, ¿entiendes?

- ¿Quién en su sano juicio no se ha masturbado al menos una vez en su vida, Park Jimin? -pregunta ofendido- ¿Cómo es que puedes vivir así?

- Pues ya ves, sigo respirando.

- ¿Sabes cómo hacerlo no? -asiento- No llego a entender porqué no eres capaz de masturbarte.

- ¡Me da vergüenza! -bufo- No me gusta, lo intenté una vez y salió mal.

- ¿Y cuántos añitos tenías? ¿9, 11 tal vez? -me mira- Park, la técnica hace al maestro.

- Ah, pues tu debes ser emperador ya.

- ¿Piensas que estoy todo el día encerrado en el baño o algo así? -ríe- Santo cielo, ¿y qué haces cuando despiertas con un problema ahí abajo?

- Ducha de agua fría, ya lo dije.

- ¡Pero tiene que llegar un punto en el que no puedas aguantar más y duela!

- ¡Pues no lo hay! -gruño- Se me pasa y ya, hasta luego. Es una erección, no una granada en campo de guerra para bombearla a diario.

Jungkook frunce el ceño, aún sin entender mi postura y se encoge de hombros.

- ¿Y qué haces cuando tienes una erección que la ha causado algunos besos?

- La tapo disimuladamente, no hay más.

- ¿Y tú... has probado otro tipo de masturbación? Imagino que no. -niego- Joder, tienes mucho por aprender, Jimin.

- ¿Quién te ha dicho que quiera hacerlo?

- Está bien, dejemos aquí esta conversación. -ríe- Respecto a lo del apartamento, no dudes en avisarme y te ayudaré con cualquier cosa.

- Lo tendré en cuenta.

Me levanto del sofá ante su atenta mirada y recojo los trastos que hemos dejado de haber comido palomitas y gominolas mientras veíamos las dos primeras películas. Jungkook trae las latas de refrescos vacías y se queda a un lado mío. Antes de que pudiera salir por la puerta, me agarra de la mano y me hace volver frente a él.

- Nunca... -traga saliva- Nunca voy a olvidarlo.

Le miro a los ojos, buscando algo que me de a entender de la broma, pero no hay mirada burlona ni mucho menos, ésta se refleja nostálgica.

- Yo tampoco, Jungkook.

Sus ojos descienden al suelo y vuelven a subir a mis ojos, pasando por mis labios y dejándolos ahí por milésimas de segundos.

Mi respiración se corta en cuanto su mano libre sube y se acopla en mi mejilla, acariciándola con cuidado y llevando el dedo pulgar hasta mi labio inferior. Lo reposa ahí, acariciándolo despacio y luego tira de él hacia abajo.

Me quedo inmóvil, sin ser capaz de reaccionar ante el tacto, él lo nota y carraspea para apartar la mano, soltando mi muñeca también.

- Lo siento. -murmura.

- No importa.

- ¿Podría recogerte de clases mañana? -pregunta, le miro y asiento llegando a la sala de nuevo con Jeon detrás- Quiero enseñarte algo. Pensaba esperar más para la sorpresa, pero quiero enseñártelo ya.

- Está bien, Jungkook. -respondo mirando a algunas fotos mías años atrás, colgadas por las paredes- ¿Recuerdas cuando llevaba el piercing? -río, su tacto anterior me ha devuelto al pasado de alguna manera- Mi hermano insistía en que me podría hacer daño alguna vez y tú simplemente tratabas de quitármelo con los dientes.

Jungkook ríe y sonrío succionando mi labio inferior. Hay una pequeña abertura, casi invisible, justo en el medio de mi labio, allí donde años atrás hubo un piercing por un tiempo.

Una idea fugaz vuela mi cabeza. Dejando a Jungkook solo en el salón con una mueca extraña, busco en mi habitación aquel aro plateado que había guardado tan bien. Salgo con él entre mis dedos y se lo muestro a Jungkook.

- ¿Me ayudas a ponérmelo?

- Yo soy más de quitártelo. -murmura riendo, pero aún así se acerca y lo coge entre sus dedos- Va a doler porque el agujero casi ni se ve, está cerrado.

- No me importa, hazlo rápido.

Abre las pequeñas tuercas del aro y relajo mis labios para que pueda atrapar el inferior bien. Segundos más tarde, Jungkook parece que va a meterlo, pero no lo hace.

- Deberías limpiarlo antes con alcohol para desinfectar y prevenir infecciones. -habla. Tiene razón. Él mismo se encarga de buscar el alcohol y echarlo sobre su superficie- Ahora sí, dame ese labio.

Sonrío de lado y mantiene mi labio entre sus dedos para no perder vista de lo que hará a continuación. Coloca la parte abierta en el agujero y la mete de una vez causándome un jadeo y mueca de dolor. La cierra y deja mi labio, ahora rojizo, en paz.

- Pensaba que costaría más.

- Eres un bruto. -hablo, relamiendo mi labio- Podrías hacerlo despacio, no que ahora tendré el labio hinchado por algunas horas.

Jeon rueda los ojos y me da un suave empujón.

- Tú lo pediste. -se encoge de hombros- ¿Quieres que lo deje más hinchado?

Mis mejillas se decoran de un tono rosado y gruño hacia él, Jungkook solo ríe.

- ¿Me dejas dormir aquí hoy o me echarás como días atrás?

- Está bien, pero ya sabes donde dormir. -le señalo con el dedo, acusándolo.

Son más de las diez de la noche, y aunque Jungkook no esté yendo a la universidad, yo sí y necesito descansar. Simplemente nos despedimos con un corto abrazo y me voy a mi habitación. Jungkook cuando despierte hará lo que quiera, yo iré temprano a estudiar.

Luego de cambiarme de ropa a solo la ropa interior y una camiseta larga, me recuesto en la cama y miro al techo suspirando y pensando en todo lo que ha pasado hoy. No imaginaba acabar así el día y el piercing de mi labio termina por confirmármelo.

Suspiro, incapaz de pegar ojo, así que me levanto sin hacer ruido y ando por el pasillo buscando la habitación en la que se hospeda Jeon. Abro sigilosamente la puerta y entro para verle a un lado de la cama dormido.

Entro despacio y cuidadosamente de no hacer ruido y me recuesto a su lado, espalda con espalda. Cierro los ojos y suspiro, aunque no esté ni siquiera tocándome, se siente como en casa.

Jungkook voltea y me pega a su pecho mientras pasa un brazo por mi cintura y me abraza.

- Buenas noches, Park.

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