Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO TRECE -todo el mundo comenta

CAPÍTULO 13】

↺°. 🇺🇸 ▒ 🦸🏻‍♂️*☆
┏━━━━━━━━━┓
EVERYBODY TALKS
◆ ▬▬▬▬▬ ❴✪❵ ▬▬▬▬▬ ◆

AQUELLO QUE HABÍA COMENZADO SIENDO UNA VORÁGINE PASIONAL, TERMINÓ CON EL PEOR MAL RATO DE TODA SU VIDA, TANTO DE LA SUYA COMO LA DE CLARK. Apenas un pequeño engranaje en lo recóndito de su cabeza hizo “click”, de repente, se vio a sí misma apartándolo de un solo golpe y huyendo a toda velocidad para encerrarse en su habitación. Tal y como lo había predicho.

De nada sirvió que él la siguiera, pues se encontró cara a cara con la puerta cerrada con seguro.

Ambos estaban asustados, avergonzados y miedosos de lo que sea que fuera a suceder a la mañana siguiente; él porque se encontraba demasiado confundido, y ella, porque no creía nada de eso correcto. Sí, pudo sentirse demasiado bien cuando estaba a su lado, pero el cargo de conciencia de que estaba haciendo algo malo le sobrepasaba.

La situación verdaderamente incómoda llegó a la mañana siguiente, cuando ninguno de los dos se atrevía a dirigirse la palabra. Era como si la mayor parte del tiempo huyeran de sí mismos, cosa que no pasó desapercibida a ojos de Martha. La edad además de arrugas le había dado experiencia de sobra para saber que entre esos dos existía algo, y se lo hizo saber a su hijo el día que ambos retornaron a Metrópolis, que además, fue la primera vez que se atrevieron a entablar una conversación formal luego de lo que sucedió en la cocina de la casa.

Ambos de disculparon, más heridos por tener que pretender que no había significado nada, y prometieron no contarle a nadie para que su amistad continuara intacta. Las palabras que se habían dicho todavía hacían eco en la cabeza de la joven Rogers, y cada vez que lo recordaba, se maldecía internamente por ser tan cobarde. Ella había sido quien lo frenó de explicarse, alegando que todo resultó por una atracción momentánea y por la cual no iba a lastimar a nadie. Por eso quedaron en seguir fingiendo como que nada había pasado, y así estaban las cosas.

Aunque para Clark no resultaba nada cómodo besar a Lois y a la vez estar pensando en los labios de Haley.

Se sentía un completo imbécil, pero por eso mismo se y juró a sí mismo no jugar con los sentimientos de su novia, y poner las cartas en su lugar de una vez por todas. Su padre había criado un hombre honesto, y eso lo sería ante todo, por lo que los efectos de esa decisión no tardaron en llegar.

Dos días después, los comentarios comenzaron a ir de un lado a otro, y sucedió precisamente en el horario de almuerzo, cuando ella se encontraba en medio de una conversación telefónica con su hermana Peyton.

— ¿Mamá y papá te avisaron? —preguntó la mayor de las hermanas Rogers, con su directa y melódica voz. Elias corría por todos lados en el salón, por lo que no podía extender mucho la llamada.

— ¿Avisarme de qué? —Haley dejó de revisar un archivo en la computadora para prestar atención a lo que le decía.

— ¡Nos vamos a Metrópolis! ¡Mañana mismo te haremos una visita!

Sus labios se despegaron automáticamente, haciendo una O circular a la vez que sus hombros se dejaban caer para darle una postura completamente encorvada ¿Acaso había escuchado mal?

Tuvo que tomarse varios segundos para asimilarlo, repitiéndolo una y otra vez en su cabeza.

— ¿Vais a venir? —tartamudeó— Peyton ¿Cómo es que no me lo habían dicho antes? Yo tengo un montón de trabajo, responsabilidades que si dejo de lado me quedo en la calle. Ni siquiera sé si pueda tener tiempo para estar con vosotros y lo apartamento no es tan grande...

— Tranquila, hermanita. Nos hospedaremos en un hotel y no estaremos más de un día —dijo con una risita— Es que te echamos tanto de menos que no pudimos ignorar la idea de ir a verte.

“O de ver si realmente te va bien, y no pésimo como suponemos”.

Haley se permitió liberar un suspiro, sintiendo que le dejaban un peso enorme sobre la espalda luego de saber la inesperada noticia.

— Pey, tengo que colgar. Mi jefe me está llamando.

— Espera, quiero anotar las cosas que vamos a hacer...

— Les enviaré mi dirección y nos pondremos de acuerdo luego. Dale un beso a Elias.

— ¡Haley, no cuelgues!

Tud... tud... tud...

— Adiós, Razón de mi desequilibrio psicológico —murmuró para sí misma, recostándose en el espaldar de su silla mientras miraba al techo sin sentido alguno— ¿Dejarán de atormentarme algún día?

Muy dentro de sí sabía la respuesta a aquella pregunta, pero prefería no pensar en eso.

De repente, el lugar pareció quedarse en completo silencio, solo para abrirle paso a una tormenta pelirroja que salía de la oficina del jefe, tan enojada que el sonido de sus tacones hacía eco por todo el lugar y en el suelo que pisaba. La expresión que llevaba era prueba suficiente para saber que no estaba contenta, mucho menos de humor; y es que no sabría decir qué rayos le ocurría porque desde aquel día en el que se marchó a New York nadie la había visto.

Apenas la vio subir al elevador, fue consciente de todos los cuchicheos y frases bajas que comenzaron a intercambiar los demás periodistas, que la miraban de reojo mientras continuaban intercambiando susurros entre ellos a la vez que se paseaban por su lado o tomaban algo de café en compañía.

Por un momento, la castaña sintió que un escalofriante recorría toda su espina dorsal y la empujaba a continuar con su trabajo, hasta que la presencia de Perry se hizo presente, y todos volvieron a poner su atención en lo que estaban haciendo.

— Lane no está muy contenta con los resultados de su reportaje ¿Y para qué voy a mentir? Yo mucho menos —murmuró solo para que ella lo escuchara, a la vez que le daba un mordisco a su dona glaseada— Pero decidí no lanzarle más leña al fuego, no quiero verme en la necesidad de iniciar una pelea a gritos con ella ¿Alguna idea de qué le ocurre?

Negó:

— Si le dijera algo estaría mintiéndole.

— Pues... un pajarito me dijo que ella y Kent no están en sus mejores tiempos. Según sé, hay otra persona que está robando toda la atención del chico de Smallville ¿Todavía no sabes, Haley?

— Le juro que no.

— Lástima —canturreó por lo bajo— entonces supongo que no fuiste tú.

— Señor ¿Cree que pueda salir al supermercado un momento? —preguntó con tal rapidez que a Perry se le hizo difícil deducir qué era lo que le estaba diciendo— Mi familia me avisó de que llegan mañana de sorpresa y estoy con el tiempo contado. Pero igual entenderé si cree que todavía no es hora de abandonar mi puesto de...

— Más despacio, Rogers. A nadie se le va a ir el tren aún si hablas a la misma velocidad que la locomotora —la detuvo, sonriendo interiormente porque esos nervios eran la afirmación de lo que estaba buscando— Puedes ir, pero no tardes más de una hora.

— Se lo agradezco mucho, señor White. En serio.

Apenas vio la oportunidad de salir disparada de ese piso del demonio donde comenzaba a sentirse asfixiada, bajó a toda prisa por las escaleras para llegar a la primera planta.

Debía hacer una lista de todas las cosas que debía comprar antes de que se le olvidara algo, de paso, también llamar a Anne para que le prestara algo de ayuda con la cena. Ya bastante era tener que aguantar la idea de que tendría que soportar la falsa perfección de sus familiares por toda una noche.

— ¡Haley! —pegó un brinco en el lugar cuando se percató de la voz que llevaba hace rato llamándola, pero al estar tan sumida en sus pensamientos no logró intuir a quién pertenecía.

Clark se detuvo delante de ella después de media carrera. Vaya que para ser baja tenía pies muy rápidos. Se mantuvo varios segundos intentando recuperar el aire, muy disimuladamente para ser un rasgo humano. Luego puso sus brazos en jarras, mirándola mientras ella los cruzaba delante de su pecho.

Estaba incómoda.

— ¿A dónde vas con tanta prisa?

— Compras. Mi disfuncional familia viene mañana y tengo iniciar los preparativos para mi seguro sacrilegio ¿Cómo te va a tí?

El hombre frunció el entrecejo considerablemente, y luego se obligó a sonreír para aligerar el ambiente tenso que se había formado entre los dos, y el cual, hacía acto de presencia cada vez que se volvían a ver.

— Bien, supongo. Anoche llamó mamá, no deja de preguntarme por tí. Te ha tomado cariño —confesó.

La castaña sonrió:

— Creo que yo también le tomé mucho cariño a Martha. En menos de dos días aprendí a quererla tanto como si fuera otra madre. Tienes mucha suerte, ojalá la mía fuera más como ella.

— ¿Necesitas ayuda? —se atrevió a preguntar, queriendo cambiar el asunto de esa conversación— Puedo llevarte las bolsas si quieres.

— Creo que estoy bien —hizo una mueca— Además, no quiero que Perry te dé la reprimienda por alejarte mucho del Daily Planet. Ya bastante tengo con...

Iba a decir «Causarte problemas con tu novia», pero aceptarlo era como admitir que sentía algo por él, y ya no deseaba más líos.

— ¿Con? —quiso saber, curioso por su respuesta, pero ella negó.

— Nada. Vamos.

— ¿Segura?

— ¿Me has visto cara de querer cargar bolsas? No voy a desperdiciar tu ofrecimiento. Así que andando, Smallville.

Clark dejó escapar una corta risa, que por supuesto, a Haley le resultó tremendamente atractiva. A tal punto de que sintió que sus mejillas enrojecían rápidamente, por lo que optó por mirar hacia otra dirección:

— Por cierto, Clark —lo detuvo en un momento y abruptamente, provocando que este chocara con ella debido a la sorpresa.

— ¿El qué?

— ¿Te importaría venir como invitado especial? —le pidió, sin saber realmente lo que hacía— No quiero estar sola delante de todos ellos, y mientras más apoyo mejor.

— Por supuesto. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, Hals. —sonrió automáticamente, felíz de saber que la chica no deseaba apartarlo aún después de todo, y teniendo allí la prueba de que todavía tenía chance de conquistarla luego de que las aguas se calmaran.

Porque si bien ninguno había vuelto a tocar el tema del beso, las cosas no volvieron a ser las mismas entre los dos, lo cual, hacía más difícil el hecho de aceptar que se necesitaban el uno al otro.





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro