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토성 - Saturno

"He cometido el peor de los pecados

que un hombre puede cometer.No he sido feliz.Que los glaciares del olvidome arrastren y me pierdan,despiadados." —Jorge Luis Borges.

[I love your eyes]— Amo tus ojos

Y los días transcurrieron casi sin ser percibidos, como lágrimas bajo una lluvia torrencial. No supo en qué momento, pero los mensajes se hicieron más constantes, más alegres, y no había día en el que no se sintiera bien al recibir uno de ellos. Se había hecho una costumbre hablar con Jimin a través de un chat con risas, pensamientos y cosas compartidas. Tenían mucho en común; gustos musicales, películas, libros, arte. Se contaron un poco de la vida de cada uno, hablaron sobre su pasado, sobre su futuro, sobre su presente. Tal vez algunas cosas se evadieron e intentaron no tocar temas delicados, pero poco a poco, la confianza crecía empujada por el tiempo.

Las visitas a la florería se hicieron una cotidianidad. Primero fue un ramo de Romeros, luego rosas Malva, después Polyanthus. Cuando Jimin venia a comprar, Yoongi siempre era lo suficientemente considerado para crear una conversación entre ellos, aunque a veces fuera corta, como otras veces podía ser una charla larga. En cualquiera de los casos, ambos se sentían cómodos, escuchándose, mirándose.

Varias veces en el grupo de chat Bangtan Boys habían querido juntarse nuevamente, salir, beber, reírse con amigos. Yoongi tenía que negarse a las salidas porque quería evitar nuevas peleas con Seung, a pesar de que las ganas de ver otra vez a los seis muchachos y poder disfrutar de una noche con compañeros se volvían insoportables. No obstante, ni siquiera las ganas de reírse con sus amigos se acercaban a las ganas de querer pasar un rato con Jimin. Pero ni él se daba cuenta de ello, y le era imposible sosegar la ansiedad inefable que sentía en su interior.

—¿De verdad no quieres ir? —preguntó Seokjin, vistiéndose una chaqueta para cubrirse del frío. Yoongi asintió una sola vez, manteniendo la vista frente a su laptop—. Suga —llamó.

El rubio levantó la cabeza, alzando las cejas.

—¿Qué pasa?

—Eso pregunto yo. ¿Qué pasa?

Yoongi arrugó el entrecejo y sacudió la cabeza, volviendo los ojos hacia la computadora.

—No, nada.

Seokjin soltó un suspiró ruidoso y se sentó en el borde de la cama de su amigo.

—Mira, me he estado callando estos días porque estaba esperando a que tú mismo me lo contaras, pero parece que no va a suceder en mucho tiempo —dijo Jin con voz seria. Yoongi hizo una mueca, fingiendo teclear algo en la pantalla—. Así que, Suga, dime qué está pasando. ¿No confías en mí?

Yoongi se mordió el labio y giró en su silla, enfrentando la mirada del mayor. Se relamió la boca y llevó las pupilas al suelo.

—No puedo decirte —suspiró—. Confío en ti, pero de verdad... No puedo decirte nada. ¡Pero!, estoy bien, no tienes de qué preocuparte.

El otro formó una línea con su boca, descontento con las palabras vacías del menor. A pesar de la preocupación, Seokjin confiaba en que Yoongi estaría bien por sus propios medios y resolvería cualquier situación en la que se encontraba. Si no necesitaba su ayuda, no iba a imponerla.

Cuando Jin salió por la puerta y se alejó en la camioneta que pronto estaría llena con los cinco amigos, Yoongi se desplomó en su cama, cubriendo su rostro con su antebrazo.

Yoongi no era una persona que disfrutaba de las salidas. Su noche ideal era quedarse en casa, escuchar o hacer música y encariñarse con la soledad. A veces podía ser una noche de películas con Seokjin o Seung, pero preferiblemente era estar solo. Sin embargo, había días en los que necesitaba salir. Tenía el deseo de tomar una cerveza, ver caras nuevas, charlar de todo y nada con sus mejores amigos, reírse a grandes carcajadas.

Una hora pasó entre el aburrimiento y buscó su celular para escribirle a Seung. Realmente no tenía nada para decir, sólo quería hablar con alguien. Pero antes de que pudiera escribir algo, llegó un mensaje en otro chat. Era Jimin.

23.46:
¿Estás despierto?

Yoongi fue inconsciente de su pequeña sonrisa.

23.46:
Soy una persona que duerme de día y vive de noche.

23.47:
Jin hyung dijo que tenías dolor de estómago. ¿Cómo te encuentras ahora?

Yoongi se quedó mirando la pantalla. De verdad, Seokjin era un amigo increíble.

23.48:
Ah, , estoy bien. Me he acostado para descansar.

23.48:
Oh, ¡me alegro! Ojalá los dolores se vayan.

23.49:
No es lo mismo si no estás aquí.

El aire se le escapó de los pulmones. Sintió un calor subírsele a la cara y tragó en seco, viendo cómo le temblaban las manos al intentar teclear algo coherente.

23.50:
Bueno... Estoy con dolores. No pude ir.

23.51:
¿Quieres decir que mis amigos no son lo suficiente divertidos para ti?

23.52:
¡Oh, no, no! No quise decir eso 😱😨

23.53:
Lo que quise decir es que... Errr, ¿cómo decirlo? Estando aquí me hubiese sentido más cómodo. Digo, quería verte.

23.52:
O sea, no malpienses. Quiero decirhemos estado hablando y nos llevamos bien y todo eso.

23.52:
¿Nos llevamos bien, cierto?

Yoongi soltó una carcajada corta, echando la cabeza para atrás. Sonrió abiertamente leyendo otra vez los mensajes recibidos, negando la cabeza con gracia.

23.53:
Era broma, entendí lo que quisiste decir.

23.53:
Y nos llevamos bien, me caes bien y supongo que yo te caigo bien, ¿no es así?

Veía los tres puntitos que marcaban que la otra persona tecleaba, y el estómago no dejaba de hacerle movimientos y molestias. Yoongi se removió en la cama y fingió que no prestaba demasiada atención al chat, aún si nadie estaba ahí para verlo.

23.54:
Claro que me caes bien.

23.54:
¿Tomar un café algún día sería posible?

El mayor tragó saliva y se relamió los labios. Antes de que pudiese responder, Jimin mandó otro mensaje.

23.54:
Ah, ya me tengo que ir. Los chicos me dicen que ya no use el celular 😂 Luego hablamos, buenas noches, hyung. 😌

Yoongi esbozó una sonrisa y dejó el celular a un lado, quedándose embobado mirando el techo. Sus ojos sin querer se cerraron y el sueño le cayó de repente.

Soñó con ojos que desaparecían tras una sonrisa y el olor a Nomeolvides mientras un piano pintado en un cuadro cantaba una melodía meliflua.

...

Había llegado al departamento, se había echado a la cama de un salto después de decirle un "buenas noches" a Jungkook, a pesar de ser las 5 a.m.  Pasaron una noche de risas y bebidas, y la cabeza se le revolvía después de haber vomitado dos veces de camino a Haneulgwa Ttang. Era raro en él ponerse hasta la cabeza de alcohol, pero esa noche Jimin restó importancia y bebió hasta que la conciencia se le distorsionó.

Cuando despertó, escuchando el canto de Jungkook en la ducha, se fijó la hora y se adentró a la casilla de mensajes.

3 mensajes sin leer

Mina: estaré en mi casa, así que pue...
Yoongi hyung: Sería posible. Podem...
Mamá: haha 😂 entonces me qued...

El primer mensaje que abrió fue el de Yoongi.

10.18:
Sería posible. Podemos juntarnos cuando tengas tiempo. Escríbeme y dime cuándo tienes ganas de vernos.

Jimin soltó un suspiro y se estiró en la cama. La cabeza le dolía y apenas podía ver con las lagañas en sus ojos. Se preguntaba cómo Jungkook podía cantar con tanta emoción mientras se tomaba un baño después de haber pasado una noche agotadora. Se rió para sus adentros, pues el mensaje fue tan simple pero tan precioso. Jimin pestañeó varias veces para lograr ver las letras en su pantalla.

15.03:
Recién despierto 😅 Pero sí, estoy libre mañana a la tarde 😃

Jimin se levantó, tomó una pastilla para el dolor y esperó en la sala adormilado a que su compañero de piso saliera del baño. Había despertado con buenas vibras.

Después de que la molestia en sus sienes desapareció, la inspiración le pegó como un rayo. Apurado, sacó el caballete a la terraza y se hizo uno mismo con la música que desprendían sus auriculares y las pinceladas sobre el lienzo. Esta vez los trazos no fueron coincidencia. Esta vez, Jimin se encargó de suspirar en el cuadro el rostro perfecto y pálido de Yoongi, con un fondo infinito de estrellas y nebulosas, y las flores que más le pegaban en su piel en aquel momento: Clemátides.

Y de la nada, sintió ganas de llorar. Se detuvo en su lugar, tragando saliva y observando la pintura. El pecho se le oprimió y los ojos se le cristalizaron. Apartó el pincel de los colores y dio un paso hacia atrás, tocándose la garganta con la mano, tratando de que el nudo en ella desapareciera.

Se refregó los ojos fugazmente cuando escuchó los pasos de Jungkook dentro del apartamento.

—¿Jimin?

Jimin escondió su rostro y le dio la espalda al menor, fingiendo no haberlo oído mientras quitaba el cuadro del caballete.

—Oye, ¿qué ha pasado?

—¿Hm? ¿Qué?

—Cuando volteaste te vi. Me preocupas —dijo Jungkook, acercándose con los ojos bien abiertos, expresando preocupación en ellos—. ¿Ha pasado algo malo?

Jimin volvió la vista a su amigo y negó con la cabeza. No estaba mintiendo, incluso él desconocía la razón de su repentina tristeza.

—Extraño... algo. No sé qué es, no sé qué me pasa.—Jimin se pasó la mano por la nariz mojada—. No espero que lo entiendas, ni yo me entiendo.

Jungkook tenía las cejas caídas, doliéndole las palabras llenas de melancolía del otro.

—¿A tu padre, tal vez?

Jimin negó rápidamente, casi instantáneo ante la suposición y medio asqueado por la misma.

—Él no me importa. Esto es diferente. Es como... Como si hubiese tenido lo mejor y luego me lo hubiesen arrebatado. Siento ese vacío, esa necesidad de volver a tenerlo. Tengo abstinencia de algo que ni siquiera conozco.

...

Sus ojos estaban cerrados, pero el sueño no quería dominar su mente. El cuerpo abrazándolo desde la espalda lo mantenían despierto, pero no cálido. Las manos de Seung rodeaban su cintura y su nariz estaba pegada su cuello. Su respiración le hacía cosquillas.

Yoongi se removió en la cama y se apartó lentamente de su pareja para no despertarlo. Apoyó los pies descalzos y helados sobre la madera y caminó despacio hasta la puerta del baño. Se fijó que Seokjin no estuviese despierto aún, ya que si se enteraba de que Seung estaba en la casa, la verdad podría salirse a la luz. Yoongi le insistió a Seung "no te quedes a dormir aquí, Jin puede verte", no obstante, el otro se resignó a salir de la casa. Yoongi no pudo hacer nada.

Al entrar al baño se miró al espejo. Su pálida piel estaba colorada en la zona del cuello y los hombros. Seung lo había mordido, incluso había dejado moretones en su clavícula. Se quejó en el momento, pero ya era tarde. Yoongi detestaba las marcas en el cuerpo, aún así Seung continuaba haciéndolo y continuaba dañándolo, repitiéndole "eres mío" al oído. A veces, sólo a veces, Yoongi pensaba en la posibilidad de terminar la relación. Pero luego pensaba en cuánto necesitaba los besos y abrazos de Seung, cuánto necesitaba su presencia, su calor, sus roces. Necesitaba estar a su lado, incluso si eso significaba sufrir y continuar en una tortura perenne.

Y mirando las ojeras debajo de sus ojos, recordó que al día siguiente debía juntarse con Jimin. Pensó en qué debía ponerse, qué accesorios le harían decir a Jimin "wow, qué bonito", o qué color le haría recordar a una vieja anécdota, o qué olor lo llevaría a memorias que le sacarían una de esas sonrisas en las cuales se le desaparecían los ojos; Yoongi pensó qué cosas decir para hacerlo reír, para hacerlo feliz. Y entremedio de pensamientos se frenó, preguntándose por qué siquiera se preocupaba de todas esas pequeñeces sin sentido. Cosas ridículas, infantiles, que no tenían nada que ver con su relación con Jimin. El calor se le había subido a las mejillas sin darse cuenta y la vergüenza propia comió su estómago.

—¿Por qué lo pienso tanto? —se preguntó en voz casi inaudible, sacudiendo la cabeza apenado de sí mismo.

Volvió a su cama, envolviéndose en una persona que no le pertenecía, sintiendo y amando el calor de una persona que no era su eternidad. 

Significado de las flores

Romero: recuerdo.

Rosa Malva: nostalgia.

Polyanthus: confianza.

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