¡Qué felicidad! ¡Mi padre está aquí con nosotras!

El ambiente de la casa se siente diferente, se siente más llena, más acogedora.

Cuando mi padre llega de Estados Unidos, siempre trae un aroma distinto en su ropa, incluso sus dos maletas de viaje. Es curioso.

Él no se parece mucho a mí. Su cabello es de color negro y liso, y su piel es de un tono canela, tal como Sara. Las dos únicas cosas con las que nos podemos asimilar son nuestros lunares al lado derecho de nuestras caras, y el hueco que se hace en una de nuestras mejillas al lado derecho, igualmente.

Mi padre nos consiente mucho. En cada viaje nos trae cualquier detalle que le pidamos y él pueda comprarlo. A veces pienso que puede ser nuestro egoísmo lo que lo mantiene lejos de nosotras.

Pasan los días, y cada vez es más fuerte el rumor de que mi padre ha visto un cambio positivo en nosotras; sobre todo en mi madre. Ella lo respeta como nunca lo había hecho antes. Pero también he escuchado que mi padre no está muy contento con ella.

Mi madre lleva 1 año sin beber, fumar o salir a fiestas; pero mi padre quiere salir a discotecas con ella, mas mi madre se rehúsa. Somos cristianos, se supone que no deberíamos hacer esas cosas. Mi padre no entiende esa parte. Él ha intentado asistir a unas cuantas iglesias de muchas religiones cuando estuvo en New Jersey, pero ninguna lo animó a seguir congregándose. Siempre hallaba fallas y errores en el sistema. Mi madre ya lo ha invitado a ir a nuestra iglesia.

La primera vez que mi padre fue a la iglesia, en la cual nos congregamos, fue muy decepcionante para él. Le pareció molesto ver a tantas personas tan emocionalmente fuera de control a la hora de la alabanza. No se sentía cómodo en medio de cientos de personas en un edificio, pero hay algo que le pareció tétrico. Es absurdo para él que se tenga que diezmar dinero a la iglesia, cuando los hijos del pastor tenían carros de las mejores marcas y del último año. Creo que es más sencillo engañarse a uno mismo que tratar de jugar con él.

Mi madre lo puede testificar perfectamente. Ella ha intentado por varios meses que se casen, pero él no se ha decidido. Incluso Sara y yo hemos hablado con mi padre para que lo piense. Para él es una bobada, pero este asunto es muy importante para mi madre. En la iglesia nos han enseñado que a Dios no le agrada que un hombre y una mujer mantengan relaciones sexuales fuera del matrimonio, deben ser esposos. Mis padres nunca han estado casados, aunque mi padre lo estuvo una vez con una mujer extraña para conseguir papeles americanos. Entonces es por eso que mi madre insiste tanto, porque ella no quiere seguir pecando.

Siguen transcurriendo los días. ¿Cómo es que pasan el tiempo tan rápido? En un parpadeo mi padre estaba con nosotras, pero al instante, ya está de regreso a Norte América. Lo raro es que esta vez, ninguna de nosotros lloró, fue cómo ir a dejarlo a una cita con el dentista, e irnos con la convicción de que nos volveríamos a reunir cuando menos nos lo imagináramos. Visitar el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, solo me traía de pequeña recuerdos tristes y amargos; pero la última vez que fui a dejar a mi padre, sólo me trae emoción, alegría y curiosidad. Sé que algún día me iré lejos de Colombia, a disipar tantos horribles momentos que he vivido en este país.

Aún sigo hablando con mi madre sobre el cambio de colegio. No quiero herir a mis amigas, pero pienso que podría ser una buena decisión. Es hora de que deje de tener miedo a la hora de hablar con un hombre, será un gran obstáculo para mi. Pude hacer unos cuantos conocidos del sexo masculino cuando visite a una amiga del colegio, Manuela. Hubo un chico que me gustó mucho, se llama Esteban -aun vive- pero fue una de las estupideces más grandes de la vida.

En ese tiempo, yo no era todavía amiga de Carolina y Luisa. Sólo éramos Daniela, Manuela y Valeria. Daniela es morena con un lindo cuerpo; Juliana es más pequeña que yo, tiene el cabello ondulado y tiene uno de los rostros más bellos que yo haya podido ver; Valeria es casi del mismo tamaño de Manuela, su cabello es liso y negro, es demasiado delgada, tanto que no tiene casi cuerpo, pero por lo menos tiene cara linda. A Valeria siempre le hablan muchos chicos. No como a mi. Ni siquiera a Manuela que es obviamente más hermosa que Valeria. Ellas sabían que me atraía mucho Esteban. Siempre en clases hablábamos de los amigos de Manuela del barrio.

Hablábamos mucho por Messenger, era muy gracioso y se veía como una persona buena. A veces él me preguntaba cuándo volvía por el barrio, pero la mayoría de invitaciones que tenía para ese destino eran solo fiestas y... perreo*. Como nunca he sido de esas chicas, pues ya sabremos que nunca asistía a esas "sanas" fiestas, y sus "decentes" danzas no iban a ser vistas por mis ojos. No señores.

Resulta que al cabo de unas semanas de hablar con él, me di cuenta por fuentes cercanas, que él ya había regresado con su ex. Le decían "Leonisa", sabrá chirimoya por qué le decían así. La verdad es que ella era muy linda. Yo no.

Eso me destrozó. Me sentí aun peor conmigo misma. Ni siquiera me daban ganas de verme al espejo. ¿Quién podría admirar a una chica con brackets, gafas y con un cabello tan horrible como el mío? Nadie, menos yo.

Como por si fuera poco, me di cuenta por fuentes amigas, que Valeria y Esteban ¡se habían hecho novios hacía unos días! ¡y no me lo quiso decir la muy...! Son de esos acontecimientos que nunca se olvidan. De alguna u otra manera, eso me destruyó aun más.

No logro amarme. No he podido hallar a alguien con quien físicamente identificarme. Mi cabello es un asco. Se esponja demasiado y siempre tiene esos pelos rebeldes que no se quedan en su lugar, ni usando todo el gel del frasco puedo acomodarlos.

Mis ojeras son de lo peor. Me veo igual que un zombie. Ni hablar del hecho que aun teniendo el periodo, no me ha crecido el busto. Mi cuerpo es como todo cuadrado. No se ni siquiera si he nacido con caderas, o si me crecerán. Dicen que lo mejor para hacer crecer las caderas es el sexo. Si eso es asi, entonces seré como una tabla hasta la noche de bodas.

Quizá sea por eso que no me hago al ambiente. De pronto por eso no he conseguido amigos hombres.

Sólo he podido hablar con hombres a través de las redes sociales, como Facebook y Messenger. Son las únicas dos aplicaciones que uso para comunicarme con las personas. Mis padres son algo estrictos con ese tema. No les gusta que tengamos cuentas en internet.

Una vez tuve una cuenta en Hi5, agregué a todas mis amigas y a unos cuantos personajes desconocidos. No se, quizá fue por el auge de ese entonces del Hi5. El caso es que se dieron cuenta y me regañaron por eso. Desde ahí, empezaron con la historia de "nada de personas extrañas" y "bla bla bla"

Si no es de esa manera, ¿cómo voy a conocer personas? Nunca salgo a la calle, no voy a fiestas, no tengo amigas en la unidad, además de Melissa, ¿entonces? Que absurdo.

Pienso que nadie se va a enamorar de mi. No soy como ellas. Tienen nariz fina y hermosa, yo en cambio... simplemente la odio. Nada de lo que soy físicamente me agrada. Cuando voy por las calles, estoy completamente segura de que nadie me mira. Soy tan fea que me he vuelto invisible.

Veo a tantas mujeres alrededor mío, con sus esbeltos cuerpos, con manos delicadas, cabellos lisos, sonrisas perfectas. No necesitan tacones como yo para ser altas.

Ningún hombre daría una miserable moneda falsa por mi.

Amelia Novoa

2010

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*perreo: La palabra perrear viene de perro. Es un baile que consiste en mover la pelvis sugiriendo un coito.

¡Hola! Primera vez que escribo por acá abajo de un capítulo. Consideré que era necesario dar el significado de esa palabra que incluso me cuesta pronunciarla con mis labios...

Hasta ahora, hemos visto algunos detalles de la vida de Amelia, lo cuales necesitarán saber para seguir los otros capítulos.

Ya empecé el año 2009, en un capítulo anterior, y voy a avanzar al año 2011. Ese es el año crítico. De ahí en adelante, como lo habrán leído en los capítulos del 2015, nada mejora para Amelia.

A inicios de la próxima semana estaré actualizando con el año 2009.

¡Saludos y abrazos desde Colombia!

IRRAWADDY